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Capitulo 3  "un dia del emprendedor”

April

3 meses despues:

 «Aunque en un principio me negué a seguir esta mentira tuya Jade, hoy siento que estoy orillada por las circunstancias que me llevan a querer realizar nuestro sueño y al ver que este hombre me está dando la oportunidad de hacerlo he pensado tanto en ti, mi amiga, en esa forma tan bonita en que llegaste a mi sueño y me rogaste que le diera la oportunidad a nuestro sueño de hacerse realidad al lado del… CEO escandinavo»

–Así que –me dije en voz alta, para animarme–, desde hoy, emprendo la aventura que mi “Ángel Jade” orquestó para mí antes de marcharse, espero que todo salga tan bien como ella lo pronosticó y que ese último correo, que no he logrado descifrar la clave para entrar y verlo, sea algo que le pueda cumplir a mi futuro jefe Escandinavo, Erik Johansson.

Erik Johansson  -

Estocolmo

Tengo que hacer el cierre de este evento mañana en la noche. Jade estará aquí. Espero que su presentación sea tan explosiva como ese video que me envió donde aplasta sus sensuales labios en la pantalla del teléfono. Esta Nueva Campaña de New Generation of Technology, es mi retorno al primer lugar en mi país. El tener al adultero francés y a la p**a  se sientan humillados!

–Ana, deja de fruncir esos labios rojos y trae los catálogos de la nueva línea  –Gruñí a mi sub.

–Señor Johansson,  ¿la nueva línea de otro dispositivo también debe estar aquí? –me pregunta mi inferior Iris.

–Claro. ¿Puedes traer los catálogos y los modelos en físico? Todo lo tienen que preguntar siempre. No tienen iniciativa propia –farfulló–. Ve armando el muestrario para la conferencia.

–¿Dónde están los pisa papeles y los recuerditos para los asistentes? Traiga la cesta.  ¡PERO YA!  COÑO  –grité a Iris.

–Esto está frío, mi querido Erik.  

Al oír la voz de mi empleada Beatrice que entraba en el salón de eventos de mi empresa para fisgonear, me fui a la oficina. Odio oírla criticando y buscándome para que me la folle. Maldigo el día en que sucumbí a semejante locura.

–Erik, ¿estás ahí? ¿Vengo en son de paz?

–Siga –dije, sin darle importancia a su presencia, esa mujer es sólo una p**a más. Me da repugnancia, no olvido el día que la encontré jadeando y gimiendo debajo de Svenson, a sólo segundos de habérmela follado en el baño.

–Hombre, ¿por qué estás tan encerrado? Mañana arranca tu emprendimiento, y aún tu aprendiz estrella no ha llegado aquí. Debes estar estresado… –me dice mientras con sus largas uñas recorre mi cuello. Haciendo que mi cremallera comience su ascenso.

–Beatrice, dime… ¿A qué viniste?

Sus uñas siguen en descenso por mi corbata hasta llegar al bulto que ha provocado y me mira directo a los ojos, haciéndome levantar instantáneamente y pegarme a su redondo trasero, apretando sus glúteos.

–¿Es esto lo que viniste a buscar? –le  dije, para después voltearla y arregostarle mi erección en su bajo vientre–. ¿Quieres acción?  ¿Es que me extrañas? ¿Acaso no te folla a gusto el cabrón de Svenson?

Rió para luego salirse de mi apretón.

–Ya estás excitado…  –dijo, mientras subía su falda con suaves movimientos de caderas, dejando descubierta su bien depilada pelvis.  No llevaba nada debajo de su falda. Se sienta sobre mi escritorio, con sus piernas abiertas y sus tacones altos sobre mi silla de piel de alce, rodándola con insinuantes movimientos, mientras yo no dejaba de ver al fondo de sus muslos. Levanté el auricular de mi teléfono y sin dejar de mirarla, le dije a Iris:

–Llame al ingeniero  Viktor Svenson y dígale que venga  a buscar  a su esposa, tiene dolores vaginales y necesita ayuda.

–Ven ingeniero Johansson, aquí está todo lo que a ti te gusta –insistió ella.

–¿De veras estás dispuesta a tener sexo conmigo sólo para que les incluya  en este nuevo proyecto? –bufo–. ¿No me conoces?

Caminé hasta la puerta y de un golpe certero la abrí, con tanta fuerza que golpeó la pared, todos se volvieron a verme y de inmediato a ella, que presurosa se arreglaba la falda y salió sin mirarme, apresurada y nerviosa para encontrarse con Svenson que ya venía a buscarla. 

Aunque iba ahorcando a mi único amigo dentro de mis pantalones, caminé sonreído sin siquiera voltear. Es una p**a más, usa su cuerpo para subir eslabones.

Odio a ese tipo de mujer, tal como Lena, a quien amé hasta el tuétano de mis huesos, le di poder, fortuna, y le entregué mi vida misma  y sin embargo me traicionó. A sólo dos días de la boda, se fue con el primer socio extranjero que tuve en la empresa, un francés refinado y egocéntrico. No sólo me traicionó como hombre, sino que también se llevó a un gran inversionista y se copió mi proyecto de emprendedores para montarme competencia.  

Después de Lena las mujeres para mí son sólo un rato de sexo y nada más. Sin embargo Lena Karlsson dejó una honda cicatriz, que aún no ha cerrado, que, aún hoy, me duele su recuerdo.

*

Camino a casa mi celular sonó.

–Erik, soy Eva, ¿me recuerdas?

–¿Eva?  ¡¿La actriz  noruega?!

–Al menos me recuerdas…

–Vagamente. ¿Para qué soy bueno?

–Mañana tengo una entrevista en una televisora local y ya estoy en tu país, me gustaría verte esta noche.  Pasado mañana regreso a Noruega.  

–¿Sabes? Yo no soy hombre de bares ni sitios nocturnos, si te parece ven a mi casa.

–Yo quería que me mostrarás un poco de la vida nocturna en tu Estocolmo.

–Por eso prefiero que vengas a mi casa. Quizás te sorprendas de lo que puedo mostrarte aquí –le dije, mientras pasaba mi lengua por los labios recordando la noche en que la conocí en Noruega tras varias copas de vino.

–Me convenciste, quiero verte… Tengo muy buenos recuerdos de ti –terminó aceptando.

Dispuse que me preparen una mesa en la azotea de mi vieja casa, y mandé preparar una exquisita cena. Me metí en la ducha y me vestí para recibir a la bella y sensual Eva, quien no me hizo esperar.

–Estas guapísimo –dijo al entrar y para ser sincero ella estaba en un traje que me erizó de sólo ver lo que denotaba el entalle.

Sigue que te  quiero mostrar lo que puedes tener desde mi casa. Al subir, se sorprendió de ver la noche tan esplendida de la ciudad que se podía distinguir desde lo alto de mi vieja propiedad.

–Es la ciudad entera Erik. Y todo esto me causa una sensación de romanticismo que me envuelve.

–Esa es la idea –me le acerqué para encontrarme con sus labios y un beso de lengua que despertó todos mis sentidos. Sin esperar nada Eva se subió sobre mí a horcajadas y comenzó a desabrochar mi camisa para lamer y recorrer mi dorso hasta que bajó a mi cremallera para quedar de rodillas mirando las estrellas entre mis piernas, sus manos y su boca se llenaron enseguida, sus labios me apretaron, mientras yo acariciaba su larga cabellera. Gruñí al oírle atragantarse  y volví mis ojos al firmamento, viendo más estrellas de las que se pudieran contar.

[...]

A la mañana siguiente llegué temprano a la oficina, mi amiga Jade Curtis estará al medio día. Estoy algo ansioso. Tengo mucha fe en ella, en ese proyecto. Será la ejecutora desde el principio. Debe transmitir toda esa energía y ese poder de convicción y seguridad para que todos los invitados, los más grandes inversionistas del mundo tecnológico, queden convencidos de dejar sus bolsillos vacios aquí hoy mismo.  Debe convencer a los participantes, a todos. Eso nos dará el poder  de elegir y quedarnos con los  mayores inversionistas y  exportadores.  

Suena mi celular y al oír la voz de Jade siento que se me acelera el pulso.

–Buenos días señor  Johansson, estoy en el aeropuerto. Quedó en enviarme a buscar.

–¡Ah sí! Póngase el letrero con su nombre, mi chofer Leo esta por allí con el letrero de la empresa él la recogerá y la traerá directo a mi oficina. Gracias por venir jade.

–Nos vemos pronto.

Mi pensamiento voló alto. Necesito que me dé respuesta  positiva a todo lo que le envíe por correo. Ese es mi pequeño proyecto personal, necesito consolidarme también en eso.

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