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Capítulo 7  “New Generation”

Capítulo 7  “New Generation”

Erik Johansson

Salgo del camerino de Jade un poco pensativo. A pesar de mi edad, me inquieta aquella mujer tan joven y tan hermosa.  Me resulta explosiva por un lado y por el otro, más bien mojigata. Esa mezcla me atrae poderosamente. ¿Será virgen? A lo mejor, por su enfermedad puede que no haya tenido sexo. Pero es muy sensual y provocativa. El viejo Erik, conocedor de esas mujeres se huele que esta puede resultar ser… Los presentes aplauden mi llegada, me doy cuenta que ya estoy frente a los invitados, me concentro en lo que debo hacer.

Después de saludar a todas las empresas invitadas,  y personeros de los medios, terminó agradeciendo a mi personal. Entonces pasé a presentar a la tan esperada aprendiz, con su magnífico proyecto que mi empresa para nuevos emprendedores seleccionó para este año.

Al llamarla y ver que no llegaba  a mi lado. Volteé y al ver la cortina ella no salía, oí un ruido cerca de mí y los presentes ríen a carcajadas, yo estaba cual tomate, pues pensé que se reían de mí por hacer aquel papelote, de repente me jalaron por el ruedo del pantalón y al ver al piso ella estaba allí, movió su mano para que me acercara, traté de disimular, pero era muy difícil, estábamos frente a todos.

–Me caí –dijo ella–todos volvieron a reír, su micrófono estaba pegado a su boca y ella hablaba en un murmulló para que nadie la oyera, obviamente todos la oyeron.

–Sí, ya veo –dije en una de ventrílocuo, sólo que, al igual que a ella, también me oían, pues igualmente llevaba el micrófono remoto pegado a mi boca. Siguieron más carcajadas. Y yo a punto de migraña. ¡Qué papelote estábamos haciendo! M*****a sea, ¿cómo un hombre tan serio como yo, iba a ser el hazmerreír de todos los presentes?

–Debe pararse y… –ya qué carajo, ya estaba hecho, me pare frente a todos y encogiéndome de hombros les dije:

–¡Qué coño, ya todos lo vieron, se cayó el futuro de la nueva generación!  ¡Mierda!–Dije, negando con la cabeza. Todos volvieron a reír a carcajadas, corrí hasta ella y la levanté.

–¿Está bien? –le pregunté, caliente como estaba, con el ridículo que estaba haciendo.

Ella obsequió para todos, una espléndida y provocativa sonrisa con sus bien delineados y rosados labios. Entonces sorprendió a todos con su respuesta.

–Mi creador, sólo límpieme un poco… –habló con voz imponente. Le sacudo toscamente, ella chilla un fuerte “¡AY!”, entonces yo la sacudo con delicadeza  sin tocar su acorazonado trasero me volví hacia los presentes blanqueando mis ojos. Siguieron más risas.

Ella se vuelve hacia los invitados y se sonríe cálidamente. Luego dice–: Soy New Generation, tu obra Erik Johansson. Jamás me dañaré… Sólo voy… evolucionando… –terminó alzando su mentón y caminando con firmeza y seguridad hasta su escritorio.

Todos se levantaron riendo y aplaudiendo en ese momento.

Se oyó la música de fondo. Enserié mi rostro y apreté mis puños, aún estaba medio molesto, pero no me puedo quejar, con todo y que fui actor de pacotilla, de comedia mala. Y, aunque esta mujer me convirtió en un payaso en fracciones de segundos, resultó mucho mejor de lo que yo me esperaba. Sacudí mi cabeza y me  coloqué a un lado del escenario. Mientras la ovación y las risas aún seguían.

Al cabo de unos minutos, hasta yo mismo me quité el sombrero ante aquella mujer que, sin siquiera ver, iba exponiendo cada cosa que iba saliendo en el monitor gigante e iba detallándolo todo.  Las veces que se paseó por el escenario lo hizo tan segura de cada paso que daba que me electrizó. Se movió sin ver por donde lo hacía y denotaba total dominio de ella, de los presentes y del escenario en sí. En la sala había un silencio total, hombres y mujeres no apartaban los ojos de ella. La seguían y cuando apuntaba al monitor, hasta yo movía mis ojos a él. Fue magistral su presentación, además del magnetismo que aquella chica, con sólo 23 años,  emanaba.

Al terminar, la ovación fue de pie y ella se acercó para decirme:

–Señor Johansson, por favor, sáqueme de aquí de inmediato, los aplausos me dicen que hay mucha gente, me voy a desmayar.

La tomé de la mano y salí con ella en carrera, pero entonces todos comenzaron a pedir que se quitara los lentes. Ella negaba con su cabeza, pero yo necesitaba reafirmar su presencia y además asegurar que todos firmaran  la inversión en este mismo momento.

–Vamos señorita Curtis, usted ha hecho hoy más de lo que yo en años, así que no tenga miedo de nada y muéstrese tal cual es. Hermosa y segura de sí misma.

Ella comenzó a temblar y yo rápidamente le quite los lentes y el tapa ojos oscuro, ella quedó descubierta sólo el traje lumínico en gris y negro y su hermosa y larga cabellera dorada sobre sus hombros. Sus verdes ojos me miraron, y con rapidez se volvió hacia los presentes,  saludó asintiendo con su cabeza y sus manos a los lados de su cuerpo. Luego entró en carrera para perderse por el pasillo.

Los invitados quedaron todos satisfechos, y sin pensárselo dos veces, de una vez vaciaron sus bolsillos en la sala de ventas, donde el personal apropiado y preparado para ello, les hicieron llenar y entregar todos los requisitos para entrar de lleno en tan monumental proyecto.  

Mientras que yo, ni siquiera pude terminar de firmar todos los contratos, era más de lo esperado. Pasada la medianoche, no recordaba que ella me esperaba y salí apresurado. Estaba dormida en el diván, abrigada con el traje. Me acerqué y la moví por el hombro.

–Jade, Jade, ya nos podemos ir.

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