Jade Curtis
Llegamos a un alto edificio en el centro de Estocolmo. Sus siglas y su nombre estaban en grandes letras doradas que encandilaron mis ojos ante los rayos de sol que caían sobre ellas.
–Señorita suba al piso 24 y pregunte a la recepcionista por el señor Johansson. Esa es el área de presidencia–me dijo el chofer al bajarme del auto.
Asentí y entré a aquel majestuoso y moderno edificio, que contrastaba con la vieja ciudad.
Al llegar al piso 24, una joven de ojos cafés y tez pálida, me recibió y me condujo a la oficina de Erik Johansson. Al tocar la puerta, oí una fuerte y grave voz decirme “adelante” en sueco, me pareció tan primitivo y a la vez tan varonil aquel dialecto que sentí un hormigueo en todo mi cuerpo.
–¡Varsägod!
Abrí la puerta y un hombre de mirada penetrante recorrió todo mi cuerpo, cual ráfaga de aire caliente, sentí que mis mejillas se sonrojaron. Es mucho más atractivo en persona.
–Buenos días, señor Johansson, supongo que eso significa “adelante” –él se levantó y caminó hasta mi con su mano extendida.
–Ah, sí, la costumbre. ¿Cómo está Jade? Se le ve muy bien –su personalidad avasallante, imponente y magnética me envolvió enseguida.
–Sorprendida de este edificio moderno en medio de la Estocolmo llena de edificaciones antiguas. Todo es nuevo para mí. Hacía tiempo no visitaba este hemisferio –dije, sólo por hablar, pues apenas si conozco mi bello Clovelly y algo de Londres.
–Sí, para salir de la rutina, ¿quiere tomar algo? ¿Un fika?
–Sí, me comentó hace un tiempo, fika es un break en horas de trabajo, acompañado de café y galletas ¿Cierto?
–Muy buena memoria, me parece que está bien informada por este servidor –me obsequió una espectacular sonrisa.
–Bien, señor Johansson vamos al grano, ¿qué espera de mí?
–En dos horas aproximadamente comienza el evento en donde más de 1500 espectadores estarán oyendo la presentación de su monumental proyecto y espero que logre convencerlos a todos, para que, con el adelanto de las inversiones recibidas hoy mismo, podamos dar inicio al nuevo proyecto tecnológico para esta empresa.
Mi corazón casi se sale del pecho al ver la cara tan seria de Erik Johansson al pedirme que haga la presentación.
–Hay algo que no sé si le comenté en alguna de nuestras pláticas pero, no puedo hablar ante tanta gente, señor Erik –mordí mi uña del pulgar y con el ceño fruncido confesé mi pecado–. Yo sufro de pánico escénico.
–¡NO! Usted tiene que estar bromeando –dijo, levantándose. Sus ojos se tornaron azules como el cielo bajo sus cejas juntas. Apretó su mandíbula y alzó sus brazos para ponerlos en su nuca, dándome su ancha espalda y sus manos me parecieron las de un gigante al cruzarlas para sostener su cabeza, gesto que denotaba desesperación. Al volverse a mi noté cuan alto es y me hundí más en mi asiento.
–Nunca he podido hacerlo, a pesar de ser valiente para todo, el estar frente a tantos ojos mirándome me deja sin habla. Siempre hice dupla con Jade y era ella la que exponía, a pesar de que era yo, la que siempre le daba forma a nuestros proyectos –le dije.
Caminó varias veces hasta la puerta y luego regresaba.
–No lo puedo creer. Nunca me dijo nada de eso. Es más… –allí se detuvo y entré en pánico.
Dejó caer sus brazos pesadamente a cada lado de su cuerpo y después me miró con honda decepción para decirme:
–Bueno, no es su culpa… Déjame un momento a solas para pensar que puedo hacer con este magnífico proyecto que sólo usted conoce y que yo me arriesgué a magnificarlo sin tomar en cuenta que no es mío…
Salí cabizbaja, mientras aquél hombre quedó ensombrecido mirándome salir. En mis labios un amargo sabor a derrota, sin siquiera haberme terminado de presentar. La misma señorita que me recibió al salir de ascensor se me acercó.
–Señorita, venga por aquí por favor –la mayoría de la gente en Suecia habla inglés británico, así que la comunicación se me hizo fluida con todos. Me llevó a un cafetín en el mismo piso. Me serví un café y cuando le puse azúcar, recordé mi primera exposición con Jade. Corrí a la oficina del señor Erik Johansson.
–Señor, Johansson –dije y entré, estaba a oscuras, encendí la luz y le oí un gruñido, la volví a apagar, dejándolo nuevamente en las tinieblas. Sentí miedo al oír su voz tan grave.
–Señorita Jade, no quiero hablar con nadie en estos momentos y con usted menos –sus palabras me rebotaron y me hirieron enormemente pero, armándome de valor, insistí.
–Es que creo haber encontrado la forma de hacer yo misma la presentación de mi proyecto –giró su silla a gran velocidad y sentí su mirada sobre mí, a pesar de la oscuridad.
–Dígame, ¿cómo lo piensa hacer? ¿Acaso piensa ponerse parches en los ojos? ¿O quizás a los presentes para que no le vean?
Sus palabras salían masticadas y con tanta sorna que levanté mi mentón molesta, llena de ira.
–Entonces entrégueme todo, porque me largo enseguida de aquí. Ya usted y yo no tenemos nada más de que hablar.
–Sí…aún hay mucho de qué hablar, hay algo que quiero que me aclare, señorita ¿Jade? –se levantó y caminó para colocarse a mi espalda. En medio de la oscuridad. Puso sus fuertes manos en mis hombros para sostenerme con fuerzas, y anclarme a la silla –. ¿Por qué, hace unos momentos, aquí mismo, usted habló de Jade como si fuera otra persona? Porque usted dijo textualmente: “Siempre hice dupla con Jade y era ella la que exponía, mientras que yo hacía todo el trabajo y la investigación”.
–¿Yo dije eso? –pregunté con la garganta seca de nervios. Tragué grueso para proseguir –Es que… es que –no sabía que decir, hasta que solté cualquier cosa–. Es que es así como trabajaba en mis exposiciones en la universidad.
–¿Cómo lo hacía? Deme una explicación razonable, coherente, creíble… Antes de que este dolor de cabeza me lleve a cometer una locura –dijo sin soltarme. Sentí que sus manos cernían mi cuello e iban apretándolo peligrosamente.
Ahora comenzaba a conocer a este primitivo, salvaje y muy fuerte escandinavo.
Capítulo 5 “Migrañas”Erick JohanssonMierda, estoy a nada de torcerle el cuello a la mujer que tanto ansié que llegara. A unos minutos de que estén aquí todos los invitados de mi más ambicioso emprendimiento, bajo su proyecto. ¿Cómo me viene a decir, ahora, hoy, en este momento, a escasos minutos de que empiece el evento, que tiene pánico escénico? ¿Quién coño se cree ella para echarme esta vaina? La cabeza me va a explotar. Es que la mato y engullo su cadáver.–Dígame, ¿Cómo es eso de que usted le dice a Jade que sea ella la que haga las presentaciones? ¿Entonces quién coño es Jade y quién coño es usted?, ¿Acaso una doble? ¿Una impostora? ¿Su gemela? –La enfrento. Ya, en las pocas horas que lleva aquí, se ha contradicho varias veces. Ella se levanta, a pesar de la presión, le suelto un poco su cuello y se da la vuelta lentamente, en medio de la penumbra de mi oficina me mira a los ojos y mete sus manos por entre mis cabellos para luego ofrecerme sus rosados labios en un beso
Capítulo 6 “A sus pies”Jade CurtisComo Iris estaba ocupada y Annika no se veía por allí, pase a la oficina del señor Johansson, la puerta estaba abierta y las luces apagadas nuevamente. –¡Eh! ¡Oh!…–¡Oh! ¡mmm!…Oí unos ruidos provenientes de la salita de estar y me dirigí allí, eran articulaciones raras, a veces graves y a veces estridentes. ¿Será el Señor Johansson? ¿Tendrá otra migraña?–Señor Johansson, ¿le volvió la migraña? –pregunté en un susurro desde la puerta. Me quedé buscando desde allí su presencia en la oscuridad, pero sólo oí las débiles voces, así que entré en la oficina.Hasta que lo divisé en la penumbra y me impacté al notar que él movía todo su cuerpo con mucha fuerza y rapidez, rodé mis ojos y vi que estaba sobre el trasero de una mujer. Mis mejillas ardieron y me giré de inmediato.¡Vaya vergüenza! Vi a mi jefe, el primer día de trabajo, teniendo sexo con una mujer en la oficina, estupendo. Ojalá no haya notado mi presencia.Salí con cautela y rapidez del
Capítulo 7 “New Generation”Erik JohanssonSalgo del camerino de Jade un poco pensativo. A pesar de mi edad, me inquieta aquella mujer tan joven y tan hermosa. Me resulta explosiva por un lado y por el otro, más bien mojigata. Esa mezcla me atrae poderosamente. ¿Será virgen? A lo mejor, por su enfermedad puede que no haya tenido sexo. Pero es muy sensual y provocativa. El viejo Erik, conocedor de esas mujeres se huele que esta puede resultar ser… Los presentes aplauden mi llegada, me doy cuenta que ya estoy frente a los invitados, me concentro en lo que debo hacer.Después de saludar a todas las empresas invitadas, y personeros de los medios, terminó agradeciendo a mi personal. Entonces pasé a presentar a la tan esperada aprendiz, con su magnífico proyecto que mi empresa para nuevos emprendedores seleccionó para este año.Al llamarla y ver que no llegaba a mi lado. Volteé y al ver la cortina ella no salía, oí un ruido cerca de mí y los presentes ríen a carcajadas, yo estaba cual t
Capítulo 8 “La mejor”Me arregosté a la pared mientras la observaba estrujándose los ojos. Soy un hombre de 36 años, ella una muchacha de 23… Es realmente hermosa y además es cautivadora, pero desde que comencé esta amistad con ella, me ha gustado. Lástima que esté tan enferma. Ojalá acepte mi otra propuesta.–Señor Johansson, ¿qué hace allí arregostado? ¿Ya terminó?Respiré un poco y entonces le dije:–Discúlpeme Jade, estaba firmando los contratos. Déjeme felicitarla, su presentación y su proyecto lo hicieron posible. Su proyecto ya es parte de New Generation of Technology. ¡Bienvenida!–Gracias a Dios, ¿entonces todo salió bien?–¡SÍ! Más que bien. Ahora vamos a casa –le dije.Camino a casa le iba recordando algunas de nuestras conversaciones anteriores, vía internet o telefónicamente conversamos antes muchas veces.–Jade, yo soy un poco ermitaño, creo que se lo dije antes. Vivo arriba, en la montaña. Es que no me gusta el bullicio de la ciudad.–Sí, algo de eso me dijo Ja… –fre
Capítulo 9 “Huyendo”Jade CurtisDespués de que la actriz Eva Suansson se hubo ido, todo pareció volver a la calma. El señor Erik se sentó en un diván. A partir de esa noche, entendí el verdadero significado de las palabras de Jade. Es un gruñón, y se pone feo, aunque tuvo sus razones valederas para sacar esa gente de aquí, es su casa y estaban sin su consentimiento. –Jade, me disculpa esa transformación que sufrí hace unos momentos. Es que ella me pidió posada por dos días y por conocerla se la di, nunca pensé que hiciera eso –me dijo.–No se preocupe, le entiendo. Me enseñaron desde niña que debemos respetarnos y ser conscientes de que no podemos hacer.–Sí, tiene razón. Venga, por aquí esta su habitación.Mientras íbamos a la recámara, el señor Johansson se quitó su saco y quedó en pantalón y camisa solamente, iba delante de mí y colocó, en un diván del pasillo, el sacó. Al igual que la silueta que vi en el momento en que irrumpí en el despacho poco iluminado, no pude
Capítulo 10 “Mal carácter”Jade CurtisErik me saca de su oficina y me coloca al lado, una oficina con puerta intermedia desde la de él, parece era de su asistente.Ana (Annika en sueco) es mi asistente y está sentada en su escritorio justo al frente de mi puerta.–Gracias, señor Johansson o prefiere que le diga señor Erick.–No pongo problema en ello.Bueno, a mí también me parece idóneo que estemos cada cual en su lugar. Nunca termina bien estar demasiado cerca del jefe, y mucho menos del malhumorado.Tampoco quiero que se repita el incidente de torcer mi cuello o el de expulsar a una folloamiga.Erik continuó–: Cualquier cosa, me puede consultar pero, por favor, antes toque o llame.–Seguro –afirmé. –Por ahora, haga las estadísticas y proyecciones según las inversiones captadas. Mañana nos reunimos con Publicidad y Mercadeo, después con los programadores que estarán con usted, incluyéndome.–¿Puede hablar un poquito más despacio? –fruncí mis labios y él pareció enfurecer
Capítulo 11 “Otros se hunden”Jade CurtisDespués de oír tantos gritos y enterarme de toda la vida amorosa de mi socio y jefe en el conglomerado me asomó a la oficina de Erik sólo para preguntarle si vamos a ir a la reunión que nos preparó un asociado y me encuentro con el Erik gruñón, tosco, grosero y mal humorado del que quiero salir huyendo en aquella oficina. Sus ojos me miran expectantes.–Señorita Jade, iba a buscarla para que nos acompañara a esta invitación, que por cierto, no podemos dejar de asistir –me dijo, tratando de contenerse, cosa que le agradecí.–Sí, creo que debemos ir todos. Bajemos a los transportes y no les hagamos esperar tanto.–Sí, pero usted se viene conmigo. ¿Estamos? –su mirada y su gesto no me dejan otra opción –sacudo mi cabeza y pienso. “No soporto este Erik gruñón. Estoy segura que a Jade le encantaría estar aquí, con él. Ella siempre que yo gruñía se mofaba de mí y me hacía olvidar el enfado. ¿Será que Erik será igual? No creo que sea
Capítulo 12 “Gracias Glögg, maldito Glögg”Erik Johansson Durante todo el trayecto, la oí bostezar. En el fondo creo que trataba de evadir cualquier conversación que le quisiera comenzar. De repente le pregunto:–Ya que han transcurrido unos días, desde que llegó, yo tengo cierta intriga con una conversación que usted y yo tenemos pendiente.–Dígame señor Johansson –me dice y se recuesta un poco mirándome. –Es que, yo le hice llegar a usted varios correos. Y en ellos le pedí, que como yo soy un hombre solo… –me percato de que suena como un silbido a lo bajo y entonces me vuelvo a ella y la veo dormida y botando un airecito por esos labios medio abiertos, que en realidad me da un pensamiento tan perverso, que hasta se me escapó un bramido. Sus labios son realmente sensuales. Y así, separados, sin nada de pinturas ni pegotes, mis instintos de animal me dieron escalofrío. Me sacudí ese erizo de mi cuerpo y aparté mi vista lujuriosa de aquella hermosa mujer. A mi mente solo vino