Esos días libres los disfrutaron por completo, cada vez que se veían era despertar algo que había permanecido dormido por demasiado tiempo. Al final, Charlize terminó escapando de Matías a la habitación que estaba acondicionando como gimnasio.Ya tenía allí su saco de box favorito, así que comenzó a golpearlo para quitarse esa energía que cargaba, una parte por saltarle encima al policía y la otra porque la investigación del FBI no iba como ella esperaba.Lanza un gancho duro al saco y luego lo detiene en el regreso, apoya su frente en el, su respiración está agitada y aquellas manos grandes van a sus hombros, donde comienza a dar suaves masajes para relajarla.—Que conste que es solo para relajarte, no te quiero convencer de nada —le dice con cierto aire divertido al oído.—Gracias… es que esta semana no fue buena para mí —Matías la gira y ve que Charlize está a punto de llorar.—No, princesa, no llores… —la toma entre sus brazos y la lleva hasta el sofá de la sala, donde la sienta e
Otra semana se fue volando para la pareja, una en la que Charlize había tomado contacto con el agente del FBI a cargo de la investigación y se había ofrecido de carnada, pero además había propuesto a Matías como su apoyo. Luego de una breve investigación del agente Morgan, no solo aceptó que Matías se uniera a ellos en esa tarea, sino que lo estaba tentando para entrar a la organización, pero eso era algo que Charlize no sabía, aunque Matías se lo estaba pensando mucho. Cuando el policía llega al departamento de Charlize, la encuentra organizando una maleta pequeña, al día siguiente se irían a ese viaje de mujeres y él solo quería saber qué tanto harían en él. —¿Me van a extrañar? —pregunta Matías y Charlize levanta una ceja interrogante por el plural—. Me refiero a ellas. Las manos de Matías se posan en las gemelas de la chica y en cuestión de segundos ella tiene los ojos cerrados. —Ok, sargento… tienes que parar… —pero él sabe que ella no quiere que pare. —¿Segura? Podemos ir
Ambos se despiertan por la mañana, Matías le da un tierno beso que pronto lleva sus manos al cuerpo de Charlize y dándole una buena despedida a su manera, para que no se le olvide que es suya.—Creo que me iré más seguido de viaje —le dice ella mientras el agua de la ducha cae por su cuerpo.—No te lo recomiendo, porque así como tú te vas con las malas influencias que son esas mujeres, yo me quedo con sus maridos.Los dos se ríen, Matías se coloca un poco de champú en la mano y comienza a lavarle el cabello a su princesa, ama hacer eso, en especial porque ella se deja sin problemas.Salen pronto, se visten para ir a sus trabajos y Matías se va a preparar el desayuno, mientras Charlize se seca el cabello. Cuando sale un delicioso olor a panqueques la hace cerrar los ojos y gemir un poco, toma asiento enseguida y Matías le deja un plato con el delicioso desayuno.—Tú me vas a poner gorda —le dice con la boca llena de comida.—¿Tú crees? Con todo el ejercicio que hacemos —le dice con voz
Charlize se queda dormida en cierto punto, a lo lejos escucha la conversación de las mujeres y las risas, hasta que la despiertan, se ajusta el cinturón y escucha al piloto decir que están a veinte minutos de aterrizar en Las Vegas.Ella mira a su madre con los ojos abiertos y todas gritan al mismo tiempo.—¡Bienvenida a tu verdadera despedida de soltera!No se lo puede creer, su madre seguramente les dijo que no les diría la fecha de matrimonio, solo para que no hicieran esto.Una vez en tierra, se pone de pie y se encuentra con el mediodía de la ciudad que las espera para aquellos desastres. Cada una con un estilo por completo diferente, pero peligroso, van subiendo a la Van que las espera para llevarlas al hotel.Por supuesto, es blindada, dos vehículos más las escolta y eso es porque pueden ser locas, pero eso no quiere decir que pasen por alto lo importante que son cada una a su estilo.En ese vehículo van las empresarias más importantes de Nueva York y las esposas de hombres pod
Luego de terminar con sus cosas de mujeres, todas se van a la suite para prepararse para aquella noche, la idea es ir al casino un par de horas, en una super lujosa limusina y luego irse a un antro de esos en donde hay privados para la gente que se lo puede permitir… pero solo para bailar, nada más.Lo que ellas no saben es que en el piso de abajo acaban de llegar aquellos hombres celosos que van a reclamar lo que es suyo, pero no de la manera que ellas podrían esperar, sino de una muy particular.—¿Ya tienes el itinerario de las mujeres? —le pregunta Gerard a James saliendo de la habitación, arreglándose la pajarita de aquel traje negro de tres piezas que a cada uno le queda de infarto.—Completo… —dice con aquella sonrisa maliciosa.—Bien, ¿y nosotros?—Ok —dice James y todos se acercan a él—. Esto es lo que pasará…Y en lo que ellos escuchan el plan de James con sonrisas oscuras, por el ascensor van bajando aquellas mujeres dispuestas a divertirse en el casino, en cuanto las puerta
John se queda con un brasier en la mano, Gerard con una boa de plumas rojas por el cuello, Dan con una mujer bailando frente a él y James con una bailarina sentada a horcajadas sobre él.Cada una de las mujeres se acerca a sus esposos, furiosas, enojadas, al borde de una explosión de ira.Amy le quita el brasier a John y lo toma de una oreja. Luz le quita la boa a su esposo y se la deja en el pecho descubierto a su dueña con brusquedad, y se para frente a Gerard con las manos en la cintura.Keylen le aplica una llave a Dan, pero este se libra y se la echa al hombro, pero James… ese está perdido.Puede ser que Elizabeth tenga libertades, pero él no, porque nunca dejó de ser su esclavo, así que, cuando llega hasta esposo, este solo traga grueso… o eso le hace creer.—¡¿Qué mi3rda estás haciendo, Knox?! —le dice dándole una bofetada y James se para enseguida, pero su expresión que era la de un hombre que ha sido descubierto, cambia por completo al de uno molesto.—Vinimos a Las Vegas a t
En ese preciso momento, Matías se preguntaba en qué momento perdió absolutamente el control de su cuerpo y de la situación. Se suponía que él debía estar dándole duro a aquella chiquilla por llevar ese vestido tremendamente provocativo, pero no…Allí estaba, siendo arrastrado por las sensaciones que ella le estaba dando con su boca húmeda y su lengua curiosa, que lamía, reconociendo cada milímetro de su miembro a punto de estallar.Charlize estaba abstraída por completo en aquella tarea de darle placer con su boca, lo estaba disfrutando como loca, sobre todo porque el policía no dejaba de emitir gemidos que salían graves, desde lo más profundo de su pecho.Lame, chupa y vuelve a lamer, mientras sus manos se mueven diestras. En un acto de completa complicidad y confianza, Charlize saca sus manos, que servían de barrera para que aquel miembro no a atorara, las lleva a la pelvis y Matías comienza a moverse solo.Baja la mirada y se encuentra con aquellos ojos llorosos y desafiantes, que
Matías siente a lo lejos un ruido extraño, se levanta con cuidado de no despertar a su princesa y sale a ver qué pasa, olvidando por completo que está desnudo. Cuando llega a la sala, se encuentra a los cuatro hombres allí, muertos de la risa, pero la pierden en el momento que posan su mirada en el policía.—Mi3rda, Matías… —dice Dan.—¿Y con eso haces sonreír a la princesa? —le dice James, Matías se mira y toma un cojín para cubrirse—. Gerard, si tu princesa no se queda embarazada, va a ser un milagro, jajaja.Pero a Gerard no le hace ninguna gracia, en especial porque esté desnudo… sí, puede sonar tonto, pero él esperaba que los dos se mantuvieran célibes.—¿Qué hacen aquí?—Vinimos a raptarte —le dice John—, para ir por un buen desayuno para las mujeres, asumimos que todas están incapacitadas para moverse al menos por las siguientes seis horas.—Doce la mía —dice James levantando la mano y todos se ríen—. Esa mujer me la debía y bien feo.—¿Y mi hermana también está igual? —le dice