Kim tenía que se asegurarse de que Bruno la aceptara de regreso para vigilar de cerca a Valentina, si recordaba que la había empujado, estaría pérdida. Ella no debió sobrevivir a aquella caída, todo habría sido más fácil si hubiera muerto. Pero un segundo accidente iba a ser muy sospechoso, debía pensar en otra manera de deshacerse de Valentina. Otra razón para regresar era Brooke, necesitaba estar cerca de ella para manejarla a su antojo, ya lo había hecho una vez, podía hacerlo de nuevo. Su sobrina había salido del baño cuando entró a la habitación, pero no se emocionó al verla como había hecho el día de su fiesta y Kim debía averiguar por qué. —Yo me ocupo de ella, gracias —le dijo a la niñera, quien se marchó sin ninguna objeción. —Hola, muñequita. ¿No estás feliz de verme? Te he extrañado mucho —le dijo con fingida ternura. —Sí, tía, solo estoy un poco cansada, jugué mucho con papá en el patio. —¿En serio? Me alegro mucho, mi amor. Es bueno que pase tiempo contigo, aunque s
Quince días más tarde, Valentina había dominado el uso de las muletas y se movilizaba muy bien por su cuenta, aunque era un poco cansado y el yeso le causaba comezón. Estar con Bruno también se había hecho más sencillo, incluso, le gustaba pasar tiempo con él. Y aunque la atracción era obvia, aún no había sucedido nada entre ellos; él le estaba dando tiempo de recordar, como ella le había pedido. Esa mañana, Valentina se despertó con una sensación de mareo y náuseas, parecía que iba a enfermarse. James se removía inquieto en la cuna porque tenía hambre y, cuando ella intentó levantarse, todo dio vueltas y perdió la conciencia. Diez minutos después, el llanto de James era tan fuerte que se escuchaba en toda la planta baja. Bruno aún no se marchaba al trabajo y oyó al bebé llorar. Fue a ver qué pasaba y encontró a Valentina desmayada en la cama. —Val, amor, ¿me escuchas? —le preguntó dándole golpecitos en la cara, pero no lograba que reaccionara. Bruno corrió a la cocina y le pidió a
Para Bruno, fue un completo alivio que Kim no fuera responsable, hasta se sintió mal por haberlo pensado, lo que seguía siendo un misterio era por qué Susanne tendría interés en que Valentina muriera. La policía la había interrogado, pero ella seguía asegurando que era inocente. A pesar de haber descubierto la verdad, Valentina decidió quedarse en aquella casa en lugar de volver con Bruno, pensaba que era lo mejor para todos. Él y Brooke podían ir a verla cuando quisieran, por ella encantada, le había tomado mucho cariño a la niña y también a Bruno. Él quería que volvieran, pero respetó su decisión porque no quería presionarla. La más feliz con aquella decisión era Kim, aún no lograba alejarla por completo de Bruno, pero al menos ya no estaba viviendo bajo el mismo techo y para ella esa era una victoria. Con suerte, su plan B funcionaría y al fin la insulza de Valentina y su mocoso saldrían de la vida de Bruno para siempre. —Intento no perder la fe de que recupere la memoria, pe
Tal y como Valentina había dicho aquella vez, Zack logró librarse de la acusación de secuestro que ella había denunciado y había conseguido solicitar la prueba de ADN que demostraría su paternidad. Su siguiente paso sería solicitar la custodia de James, en eso Bruno estaba claro. En cuánto Valentina recibió la notificación, él llamó a sus abogados y concretaron una reunión para esa misma tarde, necesitaban prepararse para lo que venía. A Valentina le sentó muy mal la noticia, sabía de lo que era capaz el padre de Zack y temía que le quitaran a su hijo, pero por muchas influencias que tuviera, sería difícil que un juez le otorgara la custodia completa al padre, a menos que tuvieran pruebas de maltrato y no era el caso.Los abogados llegaron a la casa luego de la hora de la comida y estuvieron con ellos por casi dos horas, querían tener toda la información suficiente para preparar una estrategia, además, investigarían por su cuenta a Zack, que según contó Valentina, tenía antecedentes
El plan de Kim de utilizar a Brooke se vio frustrado cuando Bruno decidió llevarla a casa de sus padres por una temporada.—No entiendo por qué no puedes dejármela a mí —le reprochó Kim intentando que no se la llevara. —Porque mis padres quieren pasar tiempo con ella, saldrán pronto de viaje a Europa y no volverán hasta el próximo año —le explicó mientras guardaba la ropa de su hija en la maleta—. Antes me dijiste que nos habías dedicado los últimos tres años, no tienes que hacerlo más, puedes hacer lo que quieras. Eres joven, Kim, es hora de que busques tu propio camino. —¿Me estás echando de la casa? —Lo miró perpleja. —No, puedes quedarte si quieres, solo digo que no tienes que hacerlo. Kim se desesperó en aquel momento, no sabía qué hacer, Bruno se estaba alejando cada vez más de ella y necesitaba encontrar la manera de traerlo de vuelta. Todo era culpa de Valentina, sino hubiera aparecido en su vida, ellos estarían juntos y felices. ¿Qué podía hacer? Debía pensar en algo, per
Bruno y Valentina se quedaron en la cama un buen rato después de hacer el amor, disfrutando de la compañía y de miradas silenciosas que transmitían más de lo que las palabras podían.La felicidad no es una línea recta, es curva, se mide por momentos, en esos instantes perfectos que hacen que los imperfectos no signifiquen nada. Y en ese instante, estando solos, abrazados piel con piel, eran felices. Se hubieran quedado toda la noche y hasta el amanecer en aquella habitación, envueltos en una burbuja mágica donde los problemas no existían, pero debían volver a la realidad, aunque sintiéndose muy diferentes que antes de esa cita. Se vistieron y se marcharon del hotel antes que la limusina se convirtiera en calabaza. En el camino, no dejaban de hacerse mimos, parecían un par de adolescentes que recién habían descubierto el amor. Bruno quería recuperar el tiempo perdido y Valentina solo quería vivir plenamente, sin miedos ni dudas. Cuando llegaron a la casa, se encontraron a James bi
Kim quiso ver el mundo arder cuando Bruno se mudó con Valentina, ella no lo merecía y no estaba dispuesta a renunciar a él. Su plan estaba casi listo, solo faltaban detalles para que fuera perfecto. No cometería errores esta vez, lo había pensado todo muy bien y era imposible que fallara. En dos días, Bruno serían solo suyo para siempre, estaba muy segura de ello. Para Valentina, el momento que más temía había llegado, el juicio por la custodia de su hijo estaba pautada para iniciar en menos de un mes y no tenía idea en qué terminaría todo. La posibilidad de que Zack se quedara con James la hacía estremecer. Él no lo quería, solo lo estaba usando para llegar a ella, pero no tenía forma de probarlo y, en un juicio, tener pruebas era algo fundamental. Los abogados no sabían cuál sería el alegato de los abogados de Zack y por eso debían estudiar todas las posibilidades. Valentina tenía mucho a su favor, el problema era que no todos los jueces impartían verdadera justicia. Investigaron
Todo estaba listo para poner en marcha el plan que Kim consideraba perfecto, Bruno no le había dejado otra opción, solo así estarían juntos para siempre. Antes de llamar, revisó cada paso de su plan por una última vez para asegurarse de no cometer errores. Cuando estuvo conforme, marcó su número y personificó el papel que sabía que funcionaría con Bruno, era tan predecible que no era difícil hacerle morder el anzuelo. A Bruno le tomó casi cuarenta minutos llegar a la dirección que le había dado Kim, era de una casa rural en las afueras de la ciudad que aparentaba ser un lugar para desconectarse del mundo. Detuvo el auto y caminó hacia la entrada, tocó la puerta llamando a Kim y en pocos minutos le abrió con la cara empapada en llanto, los ojos rojos y la nariz constipada. —¡Viniste! ¡Estás aquí! —expresó cambiando su expresión triste por una sonrisa y se lanzó a sus brazos, aferrándose a él sin querer soltarlo.—¿Estás bien? —Ahora que estás aquí, sí. Pensé que podía superarte, pe