Valentina tenía razón, seguía anclado al pasado, pero estaba intentando dejarlo atrás y reconstruir su vida. Había pasado los últimos tres años encerrado en una burbuja de dolor y culpa, sin dejar entrar a nadie, y ella era la única que había logrado penetrarla. —Es verdad, el pasado aún me atormenta, pero estoy listo para seguir adelante y quiero hacerlo contigo —declaró con absoluta certeza. Valentina se había convertido en un ancla al presente y estaba dispuesto a todo para conservarla a su lado. —Quiero creerte, pero estoy convencida de que tu interés en mí no es más que tu deseo de recuperar lo que perdiste —se sinceró, aunque fue muy difícil decirlo. Todo parecía demasiado perfecto para ser real. —No, no es así. Me gustas por ser tú, no porque intente remplazar a Karina o a Brian —aseguró pasándose la mano por el cabello, no podía creer que pensara eso. —¿Estás seguro? Porque para mí tiene mucho sentido. Me conociste justo cuando James iba a nacer y has hecho todas esa
Valentina cerró y abrió los ojos para comprobar si era real lo que veía, comenzaba a creer que no lo vería de nuevo, pero ahí estaba, en carne y hueso; no estas soñando o viendo espejismos, era él. —¿Qué haces aquí? —le preguntó saliéndose de la piscina y pasando por su lado para ir por una toalla. Estaba usando una máscara, porque lo que realmente quería era lanzarse a sus brazos y comérselo a besos. Lo había extrañado horrores, como si hubiera pasado mucho tiempo sin verlo y no solo días. —Dijiste que no te buscará hasta que estuviera claro de mis sentimientos. Y ya lo estoy —respondió él mirándola con deseo contenido mientras se secaba el agua de su sensual cuerpo. Era la primera vez que la veía con tan poca ropa y no podía quitarle los ojos de encima. No parecía que tuviera un bebé de casi tres meses.Valentina se paralizó ante sus palabras y hasta dejó de respirar por un instante. Fue imposible seguir fingiendo, en el fondo de su corazón, una pequeña llama de esperanza seguía e
Kim no podía creer lo que veía: Bruno, su Bruno, estaba junto a una mujer que nunca había visto, y no solo eso, la besó delante de sus padres. ¿Quién era ella y qué hacía con él? Furiosa, se acercó a Bruno y lo encaró. —¿Me puedes explicar quién es ella? —le preguntó mirando a Valentina de arriba abajo con absoluto desprecio. ¿De donde había salido esa mujer? ¿cuándo lo conoció? —Kim, no sabía que vendrías —pronunció sorprendido—. ¿Cuándo saliste del hospital?—Respóndeme lo que te he preguntado. ¿Quién es ella y por qué la tienes pegada a ti como chicle? —insistió alzando la voz. —Kim, no grites. Ven, hablemos en la casa de huéspedes —propuso Bruno separándose de Valentina y sujetando a Kim del brazo, no quería que armara un escándalo en plena fiesta. Al menos en el patio solo estaban ellos. Pero Kim no quería ir a ningún lado, solo quería que le respondiera su pregunta. —Te estás acostando con ella ¿verdad? ¿Desde cuándo? ¿dónde la conociste? ¿fue por ella que me rechazaste?
Valentina intentó agarrarse del pasamanos, pero él empujón que le dio Kim fue tan fuerte que fue incapaz de evitar la caída. Rodó escaleras abajo hasta el final, quedando inconsciente al instante. Nadie fue testigo de lo que hizo Kim, tampoco escucharon los gritos de Valentina mientras caía porque la música estaba alta, y pasaron casi cinco minutos antes de que un mesonero la encontrara tirada en el suelo, inconsciente y sangrando. Era solo un muchacho y se impresionó tanto que se quedó congelado mirándola sin hacer nada. —¡Valentina! —gritó Bruno cuando la vio, había estado buscándola, y también a Brooke. ¿Estaba muerta? Nervioso, llevó sus dedos a su muñeca para buscarle el pulso y liberó un profundo suspiro cuando descubrió que seguía con vida, aunque no estaba seguro de por cuánto tiempo porque se veía muy mal. Aquella escena le recordó lo que pasó con su esposa y rogó que ella no sufriera el mismo destino, porque no iba a poder soportarlo. Temblando, llamó a urgencias y se que
Capítulo 21. Una decisión difícil Valentina fue dada de alta una semana después de volver en sí, aún no recuperaba la memoria y tenía una pierna enyesada, pero se encontraba bien de salud y no tenía que permanecer en el hospital. Seguía siendo extraño para ella que Bruno estuviera a su alrededor, pero en cierta forma, le hacía sentir segura. Era un hombre muy atento y cariñoso, se preocupaba mucho por ella y, lo mejor, se había ocupado de su bebé. Estaba muy emocionada de conocer a su pequeño, porque no podía recordarlo y para ella sería como la primera vez. Bruno le había contado todo lo que había sucedido las últimas semanas, desde que nació James hasta el día del accidente. Ella se sorprendió mucho con lo de Zack, jamás pensó que sería capaz de hacer algo tan atroz como secuestrar a su hijo, pero comprendió que no lo conocía realmente. Bruno insistió con que estaría mejor en su casa y Valentina terminó aceptando porque confiaba en él de un modo inexplicable. Quizás su ment
Kim tenía que se asegurarse de que Bruno la aceptara de regreso para vigilar de cerca a Valentina, si recordaba que la había empujado, estaría pérdida. Ella no debió sobrevivir a aquella caída, todo habría sido más fácil si hubiera muerto. Pero un segundo accidente iba a ser muy sospechoso, debía pensar en otra manera de deshacerse de Valentina. Otra razón para regresar era Brooke, necesitaba estar cerca de ella para manejarla a su antojo, ya lo había hecho una vez, podía hacerlo de nuevo. Su sobrina había salido del baño cuando entró a la habitación, pero no se emocionó al verla como había hecho el día de su fiesta y Kim debía averiguar por qué. —Yo me ocupo de ella, gracias —le dijo a la niñera, quien se marchó sin ninguna objeción. —Hola, muñequita. ¿No estás feliz de verme? Te he extrañado mucho —le dijo con fingida ternura. —Sí, tía, solo estoy un poco cansada, jugué mucho con papá en el patio. —¿En serio? Me alegro mucho, mi amor. Es bueno que pase tiempo contigo, aunque s
Quince días más tarde, Valentina había dominado el uso de las muletas y se movilizaba muy bien por su cuenta, aunque era un poco cansado y el yeso le causaba comezón. Estar con Bruno también se había hecho más sencillo, incluso, le gustaba pasar tiempo con él. Y aunque la atracción era obvia, aún no había sucedido nada entre ellos; él le estaba dando tiempo de recordar, como ella le había pedido. Esa mañana, Valentina se despertó con una sensación de mareo y náuseas, parecía que iba a enfermarse. James se removía inquieto en la cuna porque tenía hambre y, cuando ella intentó levantarse, todo dio vueltas y perdió la conciencia. Diez minutos después, el llanto de James era tan fuerte que se escuchaba en toda la planta baja. Bruno aún no se marchaba al trabajo y oyó al bebé llorar. Fue a ver qué pasaba y encontró a Valentina desmayada en la cama. —Val, amor, ¿me escuchas? —le preguntó dándole golpecitos en la cara, pero no lograba que reaccionara. Bruno corrió a la cocina y le pidió a
Para Bruno, fue un completo alivio que Kim no fuera responsable, hasta se sintió mal por haberlo pensado, lo que seguía siendo un misterio era por qué Susanne tendría interés en que Valentina muriera. La policía la había interrogado, pero ella seguía asegurando que era inocente. A pesar de haber descubierto la verdad, Valentina decidió quedarse en aquella casa en lugar de volver con Bruno, pensaba que era lo mejor para todos. Él y Brooke podían ir a verla cuando quisieran, por ella encantada, le había tomado mucho cariño a la niña y también a Bruno. Él quería que volvieran, pero respetó su decisión porque no quería presionarla. La más feliz con aquella decisión era Kim, aún no lograba alejarla por completo de Bruno, pero al menos ya no estaba viviendo bajo el mismo techo y para ella esa era una victoria. Con suerte, su plan B funcionaría y al fin la insulza de Valentina y su mocoso saldrían de la vida de Bruno para siempre. —Intento no perder la fe de que recupere la memoria, pe