Bennett.Apunto lo importante en la libreta que los demás sabrán distinguir cuando les toque y siendo las 4 de la mañana salgo rumbo al comando, en donde veo los tipos que vigilan para evitar entradas indeseables, haciendo su trabajo. Tiro todo en una mesa recostándome un momento, a pesar que las sábanas sean cambiadas su olor sigue intacto en cada sitio. La desgraciada se mete demasiado profundo y no me gusta. No debió ser tan fácil. Lo desconocido siempre es adictivo y me repito que eso fue lo que sucedió con Zarya. Hasta su nombre me sabe distinto al resto.Por más que me resistí se volvió indetenible el avasallante deseo que se creó en mi interior. Mientras mi cabeza me gritaba que no, mi cuerpo y el pecho me exigía que sí.Puta vida de mierd@.Me dejé atrapar en un juego digno de los más grandes jugadores. Camine en el borde del abismo y con un viento caí, pero lo que no sopeso es quedarme ahí. Fui un ingenuo, es verdad, pero también lo es que estoy acostumbrado a que me tiren
Briana Pulso la combinación que creé con las fechas más importantes para el ministro en su caja fuerte, pero el seguro no cede. Intento con la segunda, la tercera y hasta con el día de muerte de Lara, lo cual resultan sin éxito. Si tiene algo que esconder tendría una parte en ella dentro, pero no puedo acceder por más que lo he intentado desde que cayó la madrugada. Damien me dijo que podía ser algo peligroso. Aunque tengo la espina y quiero sacarla, no es por ayudarlo sino porque necesito la verdad. Vincent Jones es un hombre de gran respeto frente a los de su gabinete, pero solo quienes convivimos con él sabemos el carácter y actitud que se gasta. En su círculo solo estamos presentes sus dos hijas y Bennett que era un niño, según Maite cuando su padre murió. La única vez que le pregunté por él, por poco y me traspasa con esos ojos de diablo que tiene. Le molesta que le hablen de ello y creo que mi padre se agarró de eso para forjar ese carácter que tiene ahora, el cual si querí
Briana.—Esa hija de... Bonnie deja sus palabras a medias cuando está llega frente a las dos. —Las hermanitas Jones. —a modo de saludo pone sus dedos en la sien como militar. —Crecieron otros 10 centímetros desde la última vez que nos vimos. —Vera, —digo su nombre más usado por mi padre. —Que raro verte en un sitio al que dijiste no volverías más. —comento en mi puesto. —Desde que tu relación con... terminó Ni siquiera era una relación pero ella lo vio de esa manera y lo repetía todo el tiempo hasta cansarse. —Ya ves, pequeña Briana. Estamos de vuelta a recordar viejos tiempos. —noto el ligero cambio de humor en Bonnie. Sabe lo que se avecina y a ella más que a nadie le cae en la punta del tacón que haya regresado.Lo que no me queda claro es porque lo hizo si antes juró hasta en hebreo que no regresaría por ningún motivo. —Pasa por aquí. —indica mi padre a su despacho.—Nos ponemos al corriente después, chiquillas. —camina por el sitio que conoce perfectamente, pues lo visitó i
Zarya Me despojo de la ropa metiéndome en la ducha, tratando de serenar mi mente. No puedo dejar que las emociones me ganen y permitir que tomen control de mí, menos.Estoy acostumbrada a no dejar que algo como eso suceda, a pesar de que una vez lo hicieron, pero me quedó claro que no es bueno que lo hagan porque, por eso tengo una marca.Me meto en la cama, pasando minutos después de la medianoche dejando que el cansancio me dome para dormir unas pocas horas, ya que en la mañana debo salir rumbo a un lugar donde se supone es para finiquitar el pago de una entrega al jeque, quién aún no deja de enviar sus extravagantes arreglos, junto a la poesía absurda que se gasta.Al solo despertar me doy otro baño para luego ir por lo que acordamos llevar como fachada, aunque no niego que me gusta la idea de montar a mi bello frisón que va en el remolque el cual llevan antes de que salgamos.Recuerdo las veces que fuimos a fincas en México con mi padre o a algunos rodeos en los que me fascinaba
Zarya.Levanta la botella en mi dirección antes de tomar de ella, quiere provocarme, que pierda la calma como suele hacerlo él, pero no tiene en cuenta que así como controlo una organización con todos los que lo conforman, una simple molestia no va a bajarme del trono.Ridículo su intento de hacerme caer como tantas veces lo he hecho con su temperamento hostil. Me concentro en los caballos que comienzan a salir al área donde los pasean, son excepcionales. Se mueven a la disposición del jinete que se lucen con los animales adueñándose del show. Algunos comienzan con las averiguaciones sobre dueños para hacer ofertas, a la vez que camino hasta donde un voiny tiene preparado el mío.Con la montura asegurada y belleza sin igual, mi frisón destaca de entre el resto. —No lo usaré. —digo cuando me ofrecen el traje que todos tienen.Pongo el pie en el estribo con los guantes puestos para dar a conocer que nada me queda grande. Tomo la correa con la que camino sobre mi caballo hacia el siti
Zarya.El clima no nos favorece del todo, la lluvia es leve, pero hemos tenido viajes en auto de esta forma y en peores situaciones por lo que no resulta difícil encontrar la dirección. El convoy es mediano, dos autos antes que el mío en el que además de los voiny me acompaña Fiodor, en el siguiente va Damien con Larissa y tres más rodeando los dos camiones con las armas de alto calibre que serán utilizadas en los helicópteros de la bodega del norte al que le faltan algunos para terminar con las municiones de la primera parte. Decidimos hacer parte del grupo que iba transportarlo en la noche debido a la peligrosidad que conlleva mantenerlos en un mismo sitio durante más de una semana. Los estamos moviendo cada cierto lapso de tiempo para evitar sorpresas indeseadas y esta vez será Gina quien se encargue de llevarlos al nuevo destino. Hay un infiltrado entre nosotros y eso me está jodiendo porque el recaudador no aparece con el informe que se supone debía tener listo hace horas. Dij
Bennett —Deja las tonterías para otro día y dedícate a lo que tienes que hacer. —Escupo disminuyendo la velocidad cuando llego al comando. —¿Es que nunca te has preguntado eso? Digo es curioso.—No, Adam. No me interesa que las moras sean rojas cuando están verdes. —digo tomando el celular. —Ahora continúa en tu vigilancia que en unas semanas debemos hacer la entrada. —Eres un...No dejo que termine la oración, cortando la comunicación para salir del auto, viendo las camionetas que están llegando a la empresa donde la impertinente finge trabajar. La veo bajar de una de ellas con la mano en el abdomen, una marca blanca en la frente y una gabardina oscura cubriendo su cuerpo. “La lastimaron” la sangre se me vuelve lava. El sabor en la garganta me hace apretar cada músculo al verla hacer un gesto de dolor que me detiene los latidos, deseando hacer uso de mis balas.Aprieto los puños al verla en ese estado. Me mira por un segundo y el puto orgullo es suficiente para que baje su brazo
BrianaCuando conocí a mi padre me puse feliz. Recuerdo ese día y ahora me parece irónico, las ilusiones de tener un hogar, una familia, una hermana y un hombre al cual admirar.Eso es lo primero que se viene a la cabeza de una niña, tener a alguien a quien subirse en su regazo para escuchar cuentos de su propia voz. Al menos así lo pintan en los cuentos e historias que solía escuchar y ver en la televisión.Todo eso se cayó de golpe cuando vi llegar un chófer en lugar de mi progenitor a la fundación, aún así no lo tomé a mal porque las ansias de conocer a la familia podían más. Fui recibida por absolutamente nadie.Solo chicas caminando de aquí para allá apuradas con sus quehaceres. Pero ahí estaba la Briana de 8 años, con una bolsa con ropa, una sonrisa de mejilla a mejilla y emocionada por ver algo más que las paredes donde crecí. Cuando vi a la niña rubia bajando de manos de su madre igual a ella me limpié las manos que escurrían sudor por los nervios, pero ni siquiera estaban ent