Damien.Si la vida recompensa, creo que denomino esto como eso.Es una jodida hermosura que me descolocó desde el primer segundo que la vi. Desde ese día, ha cambiado, pero esos cambios solo la han hecho ver más segura. No teme a nada de lo que ve, y han pasado de verla como alguien común a reconocerla como una fuerza imparable. Si un día acude a ellos por un favor, no será un favor, sino una orden directa de la mujer que tiene a sus pies al Don de la 'Ndrangheta.Cuando digo que la fierecilla es alguien a quien temer, me refiero a que es una guerrera completa, digna de ser vista como una deidad. Le ha dado a su esposo más motivos para amarla, como yo lo hago. Su sonrisa es lo único que necesita para dejarme como un idiota embelesado por su presencia. Quizá no se detecte un paro cardiaco, pero así lo siento cada vez que la veo. Su mano reposa sobre la mía, controlando mis latidos con una simple acción, lo que la cataloga como una mujer de poder.Yo domino clanes, hombres que darían su
Briana Volver a moverme sin tener limitaciones o una argolla en mis muñecas se siente verdaderamente genial. El aire acariciando mi rostro y más cuando de salir junto a mi hija se trata. Es increíble para mí. La sostengo, mientras Damien me ayuda a subir a la camioneta para luego acomodar a mi hija en el asiento. —Si termino rápido te alcanzaré en ese sitio —avisa depositando un beso en mis labios. —No aseguro nada, pero te llamaré en ambos casos.—No es necesario, lo entiendo. —me pongo la chamarra sobre el vestido blanco que uso, en lo que él me acomoda el cabello que queda atrapado entre las telas. —Estaré bien, amor. Solo creo que te extrañaré. Suelta un suspiro hondo escondiendo la sonrisa que logro ver. No puedo evitar enamorarme de este tipo cada vez que lo veo, es que su rostro, la forma en que me mira, la actitud que toma conmigo y ese físico de no comer un solo mal alimento me pone peor que asmático en maratón. Mira a su derecha frunciendo el cejo lo que activa mi lado
Bennett Explícitamente me fui involucrado en una situación en la cual nadie recibirá explicaciones sobre lo hecho o ocurrido, pero tampoco dejaré que sigan sacando conclusiones estúpidas a base de las suposiciones de un imbécil, que ya me tiene hasta la coronilla con la sarta de tonterías que suelta para ganar más atención de los medios, agarrándose de mi imagen La rabia me consume, no tolero siquiera la compañía de alguien y Adam no ayuda en nada al ir masticando demasiado fuerte. Aprieto los dedos alrededor del volante, tratando que sus chaplaqueos dejen de darme martillazos en la cabeza, pero este no pretende detenerse por lo visto.Toma el móvil tecleando y el sonido de las teclas es peor. —¿Puedes dejar de hacer ruido? —bramo enojado a lo que me mira confundido. —No estoy haciendo nada prácticamente, Bennett, más que respirar. —dice con obviedad. —Pues no respires. —escupo. —Cuando me descubras como se hace eso, me explicas, genio. —se molesta enfocándose de nuevo en lo su
Bennett.Miro la cicatriz en mi mano con esa promesa que hice de cuidar cada puto día que su rastro, hasta ahora jamás ha sido encontrado alguno. Dándole paso libre a mi alma. Ese encuentro en donde al fin pude decir que carajos siento por ella. Siempre prendido de esa belleza impoluta que posee, radiante y difícil de no ver.—¿Sigues ahí? —me devuelve al día en que decidí que lejos no la quería jamás, firmando ese documento que la convierte en lo que ahora es. Ella en Londres, yo en Francia. Solo avisando que ya lo era, sin darle tiempo a que se negara, porque ya era mía. —Para tu desgracia sí. —contesto masajeando mi sien. —Algo así quiero para mi boda con cierto imbécil. —comenta. —Pero sucede y acontece que solo tengo esa. —¿Y yo que tengo que ver con eso? Arreglatelas como quieras, tienes la mitad de mis posesiones a tu disposición, no sé qué más buscas. —No es dinero lo que quiero, idiota. Sino una fotografía igual, necesito recuerdos bonitos para documentar y contarles a n
Bennett. —Conduce. —le lanzo las llaves a Enzo que sube en el asiento del piloto, lo hago en el de copiloto a tiempo que Kelly en el asiento trasero. —¿Ruta? —Gira en dos cuadras. —dirige Kelly con el iPad en las manos. Tengo GPS en cada uno de mis autos y este lleva uno de ellos. Lo seguimos a toda prisa con la decisión de si no quiere, lo voy a obligar así sea arrastrado, pero de que será el candidato que necesito peleando en esas elecciones, lo será. Fácilmente podría serlo yo, pero es algo que no me llama la atención. Además estoy seguro que si alguien se me acerca en esas giras que deben hacerse, soy capaz de meterle un balazo. Y mis balas son de un material sofisticado para gastar su letalidad en porquerías.Por media hora no lo perdemos de vista hasta que se detiene frente a un edificio. —¿Que ese no es el apartamento de su...—Como sea. Trae las esposas, unas cadenas y un sedante. —demando y Kelly me mira mal, en lo que Enzo y yo entramos al sitio aprovechando que alguien
Bennett.Escucho mi celular timbrar, pero no le pongo cuidado para salir con el arma en alto, los tipo enmascarados me apuntan, ladean su cabeza sin emitir un solo sonido, como si escanearan mi complexión o estudiaran mis movimientos. Actúan en conjunto, a un mismo ritmo. —¿Van a seguir con sus coreografías o van a decidir disparar? —ladro enojado. Lo que hacen me descoloca, pero no dejo que lo vean, pues bajar sus armas es lo último que creí harían. Las dejan caer al suelo, pero no los sigo. Un segundo más para que un látigo me dé en las manos, arrebatando el arma que suelto. La señal de que quieren una pelea cuerpo a cuerpo me parece ridícula, lo que me indica dos posibles opciones. Esto no es un ataque como los anteriores sino que buscan otro objetivo. Sea quien sea que lo propició, está observando desde una de las camionetas. Preveo a uno de ellos lanzarse y lo esquivo a tiempo que otro me toma del hombro, pero es mi puño el que lo recibe. El siguiente intenta tomarme des
Bennett. El bullicio que se forma en cuanto entro a la sala es una completa molestia. Todos capturan mi imagen cada segundo, mientras en mi mente los mando a explotar con un solo click.Enzo, Kelly y Adam se me suman respaldando mi presencia, aunque no lo necesite dejan ver al apoyo en todo momento. Espero que Zarya continúe dormida, tal y como la dejé en el dormitorio. Cosa que debería estar haciendo en lugar de presentarme a esta ridiculez, pero lo hice por algo y es dejar claro de una buena vez lo que ha pasado y seguirá siendo parte de la realidad. Todas las cámaras me enfocan, las miradas están clavadas en mi puesto y espero poder comprimir las ganas de volarle los sesos a todos de una buena vez.Kelly es quien empieza a hablar, dando la bienvenida a cada uno a su manera haciendo énfasis en mis reglas, solo tres preguntas serán respondidas, después que se den los datos del tipo que ahora yace encadenado en el sótano del padre de Zarya. La información se empieza a mostrar desd
DamienUn leve temblor se instala en mi abdomen, tanto que creo que no podrá calmarse por mucho que lo fuerce. Todo lo que conocí, hoy se desmorona convirtiéndome en un idiota común y corriente que solo espera, apacible. Sin interés en saber si el planeta entero se está yendo al carajo. Sólo un nombre resuena en mi cabeza. El cuello me pica y la cabeza me tira ideas absurdas, que solo multiplican los pensamientos de lo idiota que me estoy viendo en estos minutos. La música da su inicio, haciendo que aquello sofocante se vuelva insoportable. Largo un suspiro, paso el nudo casi a la fuerza dejando la idea de tener agrietada la garganta al momento de tragar.—Tranquilo, el aire sigue en su lugar y tú continúas respirando. —me apoya Zarya de pie a mi lado. Aunque eso sea todo menos algo que usaría para calmar a alguien. —Este vestido me aprieta. —se queja disimuladamente.—Hubieses utilizado otro. —alego.—¿Y perder la imagen de mi cerebro desde que vi este vestido? No, gracias. La bell