ZaryaEn mi papel como líder de la empresa de moda silenciosa, me encuentro inmersa en un torbellino de responsabilidades. No es fácil como se ve desde el exterior. Cada paso requiere un cambio y cada cambio un argumento..Los diseñadores, con sus miradas agudas y manos creativas, me rodean como si fueran las musas de mi destino. Sus nombres resuenan en mi mente ya que debo recordar todo. Linda Spolano, con su estilo vanguardista y predilección por los tejidos orgánicos; Bella, cuyas creaciones evocan la nostalgia de épocas pasadas; y Kenda, la enigmática genio detrás de los vestidos que parecen tejidos con hilos de luna.Paso de ellos al siguiente grupo dos horas después. Los distribuidores, en sus trajes impecables, me saludan con reverencia. Saben quien soy. No debo explicar nada. Me hablan de mercados internacionales, acuerdos exclusivos y cifras que giran como engranajes en una maquinaria perfectamente aceitada. Escucha atentamente a cada uno, en mi mente procesando cada detall
Zarya. .La presencia del comandante en el club me zumba en la cabeza desde que me avisaron que fue visto en ese sitio y pude verlo en las cámaras. Puedo reconocer a alguien que va solo por tragos y él no la tenía. Miraba a todos y a todos lados. Si se convierte en una molestia tendré que recurrir al acuerdo de "no atacamos a la ley sin motivos" porque este sujeto me está dando demasiados. Duermo unas horas para recuperar las que perdí en la noche pero el trabajo llama. Tengo que reunirme con el diseñador que espera en la empresa por lo que me dirijo allí con Markov y Damien. —No había planeado pasar el día entre telas. —se queja Mark con una sonrisa. —Pero mi madre siempre dice que tengo que llevar sus negocios, es un buen comienzo. Sonrío. —Ya te veo con una bufanda en el cuello color rosa, lentes en forma de estrella y el pelo de color. —le sigue Damien con el humor que con su amigo sí le nace. —Te faltó el cinturón con hebilla de brillantes. —continúa Mark siguiendo con
Bennett.Minutos antes…. Verla prendida del miserable que la sostiene de la cintura me pone a hervir la sangre. Odio sentir ganas abrumadoras. Me molesta mucho tener la vista que tengo por lo que me encamino hasta el piso inferior. Observo a George en la barra con una copa sin dejar de ver todo su entorno con disimulo. Se levanta y viene en mi dirección. —El jefe del clan escocés a tu derecha. —sigue caminando como si nada. Ya lo había visto, desde el balcón pude visualizar como casi se folla a la morena que tiene en las piernas. Tiene escoltas a su alrededor, además no veníamos a apresar a nadie de esa magnitud sino a ver el panorama y como lo pensé, no son solo empresarios los que vienen a este sitio. Ya vi a uno de los gatilleros de la 'Ndrangheta, los nombres y los rostros que veo se me quedan en la mente y lo conozco por los innumerables ataques que ha protagonizado contra políticos. Su eficacia es única porque no ha sido apresado, pero lo tengo en la mira y lo voy a ras
Bennett .—Intimide a sus oficiales, a mí no me provoca ni siquiera un gramo de miedo, comandante. Su altura no es impedimento para que denote lo que otros ni conocen. Valentía. —¿Miedo? ¿Quién dice que quiero que temas? —No me causa ni una sola emoción, así que pierde su tiempo. —su aliento dulzón me llega a la nariz.—¿Te crees sin emociones? ¿Un ser superior? Su mano se levanta para tocar mi mandíbula y la atrapo antes que lo haga. —Un ser superior, no. Soy la pesadilla que vas a desear no haber conocido nunca. —exclama con seguridad, se suelta y se aleja. No parece mentir cuando habla, pero si noto que disfruta dejar con la incógnita. He aprendido a leer las expresiones de individuos a los que capturo. Me dicen cuando temen, mienten, y cuando están a punto de quebrarse. Pero esta chiquilla retiene y hace cada gesto con sumo cuidado. Deja a la expectativa que es lo que hará después y parece ser que nunca se tendrá un acierto si se pone a hacer suposiciones. —Esa marca. —se
DamienSiempre había creído que eso de la mala suerte solo era una creencia de los ancianos. Tonterías que metían como pretextos para justificar que no son capaces de evitar sucesos que prefieren solo dejar pasar. En la madrugada tuve que ver al comandante del comando alfa en el club, estaba investigando, por lo que pude ver. Nadie como él entra al club solo porque quiere licor. Sé que quiere algo de ese sitio y podría apostar por una sola cosa. Nuestras cabezas. Cuando iba de salida vi a la mujer pelirroja con la vista clavada en la puerta del lugar. La conozco y a cada uno de los que trabajan con él. No por nada nuestro interés de mantener vigilado a todo lo que podría representar una amenaza, escaló a un nivel mayor. Los enemigos se deben tener muy bien ubicados y cuando se me informó que venía hacia Londres desde América, me mantuve al tanto. Son buenos elementos, de eso nadie le puede quitar el mérito, pero nos estorba, y los estorbos se deben eliminar. No suficiente con
Damien.—El gatillero fue leal hasta el último segundo —exclama mi hermana haciendo de lado el tema. —Pero esa no es mi preocupación. Sino el hecho que estén fichados más integrantes de la organización. —exhalo. —Los de la 'Ndrangheta están siendo comprometidos cuando no debería ser así. De la mafia roja hay menos sujetos que se pueden rastrear, pero no podemos confiarnos aún así. —Tendremos que mover influencias para que ese tipo se vaya de una buena vez o la próxima vez no pienso pedir autorización de nada. —digo harto de mi día. —Tenemos suficientes problemas como para estar lidiando con un miserable que se mete en lo que no sabe. Zarya me mira y asiente. —Lo haremos. Mientras tanto debemos discutir lo que en verdad nos preocupa. —se calla por un segundo. —La corporación. Otra mierd@ que está sacándome de mis cabales y no porque les tema sino por su manera de operar. —¿Hay más datos? —inquiere y enlazo las comunicaciones en la computadora. El recaudador de información salta
Zarya .Salto y enredo mis extremidades en el cuerpo del tipo que me ataca, queriendo hacer que lo suelte pero no me cuesta nada noquearlo, teniendo como ventaja mi flexibilidad. Los tiros que impactan a mi lado me hacen moverme rápido, saltando por la ventana hasta la siguiente habitación donde sigue la pelea entre militares y el clan georgiano. Me levanto, el sonido ensordecedor de las balas y los escombros no dejan que vea del todo bien pero recuerdo las palabras de mi padre. No siempre se tiene que confiar en los ojos a la hora de luchar. Un militar sale de la nada disparando hacia mí, que suelto las balas que lo obligan a esconderse. Salgo escondiéndome entre algunos muebles, los del clan georgiano salen a la vista y dos de ellos caen al piso con las balas que alguien suelta. Veo de donde salieron sin sorprenderme al reconocer al hijo de puta. Podría reconocerlo en cualquier parte. Es el único que lleva una máscara como esa y es tan estupido para correr detrás de gente que
Damien .Me río viendo los documentos que salen en la pantalla. Me están investigando, lo supuse desde que vi a ese sujeto en el club. Salí a la vista y ahora también soy un blanco para él.—No van a encontrar nada más de lo que usted ordenó señor. —informa el voiny que me trajo todo. —Nos dijeron que debía ser en completo silencio porque solo era algo de rutina pero tenía que decirlo. No subestimo los alcances del comando alfa pero esto solo me causa gracia. No importa cuanto busque, no hay nada que indique quién soy en realidad. Estamos preparados para esto desde que somos adolescentes. —Déjalo, que la investigación siga su curso. No intervengas, pero mantente atento. Asiente frenéticamente. —El ministro dio la orden de que ninguno de los integrantes del comando alfa podrá salir del país, al menos no sin su autorización. Después de lo que pasó hace días en Plyos, ha estado muy nervioso con las imágenes que andan circulando por los medios. Desde que volvimos de Rusia de alguna