P.O.V Kira Veo cómo Calem y mi prima se van. Pero también me da mucha vergüenza con Burak por levantarme rápidamente y golpearme la cabeza con la lámpara colgante. Debo de disimular; él no puede ver qué me gusta o qué me gustó el sexo con él. —¿Entonces tú trabajas con Calem? —preguntó y él sonríe. —Creo que eso ya lo sabes. —Y si ya sabía, qué tonta soy. Pero, ¿qué me pasa? ¿Por qué digo tantas cosas tan incoherentes? —Pero mejor dime, ¿cuánto tiempo estarás en Escocia? —Veo que él toma asiento y yo hago lo mismo. —No lo sé, depende. —Intento ser misteriosa. —¿Depende de qué? — Él me mira atentamente. —Si encuentro algo que me detenga, me quedaré más tiempo; si no encuentro nada, pues me iré. —Miro que ha captado mi indirecta. —Esperó y encontré algo que la detenga. —Él me sonríe y veo que tiene una hermosa sonrisa. —Su novia debe de ser muy afortunada, de tener a un hombre tan interesante —le digo sin pensarlo. Veo que me mira muy atentamente. —Por lo que veo es una mujer
P.O.V Larissa Calem llega hasta mí con su corbata en la mano. No sé por qué siento que él va a querer amarrarme. Pero eso está por verse. Me siento en el sillón rojo que está aquí. Se sienta a un lado de mí. Pone su mano en el borde de mi vestido, directo donde está el escote. —Veo que te pusiste muy sexy. Cómo para que los hombres te inviten a tragos. —En eso, tomo sí mano y me subo a horcajadas arriba de él. Lo veo, sensualmente. Tomo ambas manos y las subo arriba de su cabeza. Con la corbata le amarró las manos al tubo que estaba detrás de él. Me separo de él y me mira. —Veo que me leíste el pensamiento. —Pues si tú quieres amarrarme, primero te amarraré yo. ¿Estás de acuerdo? —Los veo a los ojos, esos hermosos ojos. —Claro que sí. Así que disfruta tu momento porque yo disfrutaré el mío. —declara eso y yo saco mis pechos del vestido para que él los vea. Le acerco mis pechos para que juegue con ellos un momento. Siento cómo los chupa. Y tan rica esa sensación. Pero es el momen
Han pasado tres semanas. Larissa y yo nos amamos demasiado a pesar de que este compromiso fue todo hecho sin que ninguno de los dos quisiera. Pero estoy feliz de tenerla a mi lado. También Burak siempre va a la casa. Casi todo el tiempo duerme ahí. Ya hasta siento muy normal ver y entrar a Burak. Veo que ellos también se llevan muy bien. Ya hasta le digo a Burak "primo". Últimamente, me he sentido más cansado de lo normal; no sé si sea por trabajo o no sé qué me pase. —Calem, te traigo un café. —Escucho que Burak entra a mi oficina. —Gracias, Burak. —Me levantó y lo tomó. Sigo con los documentos que tengo que llenar. Me terminó el café, pero me siento algo mal. —Hey, ¿qué le pusiste al café? —Nada. ¿Qué? —Veo que me mira raro. —No sé, me comienzo a doler el estómago y siento que se me quiere regresar. —Solo digo eso y me voy directo al baño donde vomito el café. Salgo y veo que Burak me mira algo raro. —Hermano, creo que es mejor que regreses a casa; el estrés te está afectando
Al día siguiente estamos en el consultorio del doctor. Me sacó sangre para los exámenes. Estamos sentados esperando a que él regrese. Él entra por la puerta. —Bueno, señora y señor Dunne, tengo los exámenes aquí listos. —Él los abre, los lee—. Sí, efectivamente, señora Dunne, está embarazada. Pero vamos a hacerle una ecografía para saber cuánto tiempo tiene. En eso me levanto de la silla y ahora estoy acostada en una cama y él me está poniendo gel en mi vientre. Comienza a moverlo. Hasta detenerse. Voltea la pantalla hacia donde estoy. —Mire, esta pequeña bolita es el bebé. —Me enseña y es algo muy pequeño. —¿Cuánto tiempo tiene de embarazo? —pregunta Calem, que no suelta mi mano en ningún momento. —Mmm… por lo que veo, ella tiene tres semanas. Así que, señora Dunne, le daré las pastillas prenatales. Procure cuidarse mucho, no hacer esfuerzos que no sean necesarios. Hasta el momento veo que todo está bien con el bebé, pero cuídese —me dice y en eso me quita el gel—. Les daré una
P.O.V CalemMe la he pasado estas semanas con mareos, tengo antojos, vómitos y mucho sueño. Y hoy es el Día del Sueño; estoy leyendo unos documentos en mi oficina y siento los ojos muy pesados.—Ja, ja, ja, veo que el embarazo te está dando a ti. —Escucho la voz burlona de Burak. Levanto la vista para verlo.—Búrlate todo lo que quieras. Porque no me importa sentir todo esto. Estoy feliz de que voy a ser padre —le digo orgulloso y me froto los ojos para quitarme el sueño.—Está bien. Pero ya, cambiando de tema, ¿qué te parece si ordenamos algo para comer? Muero de hambre. —Eso me suena raro.—Pero acabamos de comer. —Miro mi reloj en mi mano—. Como hace media hora.—Pues entonces no quieres nada —me dice.—No, gracias. Sabes que en este momento mi nariz no tolera todos los olores. —Veo que se pone el teléfono en el oído. Pero eso para mí es totalmente raro.—Hola, Teresa. Me puedes pedir una hamburguesa y una pizza. —Me sorprende escuchar eso.—Burak, ¿te encuentras bien? —Lo miro ate
P.O.V KiraMi mente está en un total shock. Como carajos es que estoy embarazada. Yo me estaba cuidando. Me inyectaba para no quedar embarazada y ahora resulta que estoy embarazada. No puede ser.—No necesito leer eso. Yo ya tomé mi decisión; soy muy joven para tener un bebé —digo muy decidida.—¡Qué! Estás loca —me dice mi prima, muy enojada.—No estoy loca, pero, prima, soy muy joven para tener un bebé. Mejor me deshago de él antes de que mis papás se enteren y me maten. —Me comienzo a morder una uña.—Sí estás loca. Porque tú primero andas de caliente; segunda, ese bebé tiene un padre. Él merece saberlo y, tercera, él no tiene la culpa de nada, así que si vuelves a pensar en aborto, me encerraré durante todo el embarazo. —Nunca había visto a mi prima tan enojada.—Y entonces, según tú, ¿cuál es tu plan? —le pregunto enojada.—Primero, cálmate y habla con Burak, porque ¿él es el padre de ese bebé? —Porque siento como si me lo estuviera preguntando.—Es una pregunta —le contestó.—Tú
P.O.V Kira Debo de decir que estoy sorprendida al ver a Burak aquí después de todo lo que me dijo. Pero primero déjame que termine de hablar. No quiero que mis padres sepan lo que está pasando realmente. Escucho cómo mi padre termina la llamada sin decir adiós. Pero lo entiendo, de que debe de estar muy molesto, por lo que le acabo de decir. Veo que Burak se voltea a verme y le doy una cachetada. Él ladea un poco la cabeza. —Sí, me lo merecía —me dice y voltea de nuevo la cara. Le doy de nuevo otra cachetada. —Y esa también la merecías —le digo y me mira. —Si lo sé, perdóname. Pero tenía miedo. Yo no he tenido una vida fácil como piensas. Yo he sufrido muy feo desde que era un niño. —Me sorprende que me diga eso, pero sigo molesta con él. —¿Y crees que yo no tengo miedo? Soy bien joven, pero como bien, que me dijo mi prima. Abrí las piernas fáciles, pues ahora tengo que hacerme cargo de las consecuencias —menciono y él se me acerca. —Yo también me haré cargo. Así que no creas q
P.O.V Larissa (Momentos antes de enterarme que estaba comprometida con un extraño) —¿Qué hay arriba? —le pregunté a mis hermanos porque por mi cumpleaños me han traído a un club nocturno. —Arriba es donde el pecado y la lujuria se unen —responde Dimitry. —Cállate, Dimitry. Verás, hermanita, si ves que cada escalera está iluminada con un color. La del lado derecho está iluminada de rosa para las mujeres; que quieran hombres dispuestos a darles placer y la de la izquierda está iluminada de azul para los hombres, donde encontrarán mujeres encantados de complacerlos —me explica Garald. —¿Pero no pasa nada si una mujer sube al lado azul? —le pregunté y los dos me miran sorprendidos—. Hey, no soy lo que piensan; a mí me gustan los hombres. —Bueno, como sea, hermanita, no pasa nada; aquí respetan las preferencias de cada persona —me dice mi hermano Garald. Seguimos caminando hasta llegar al bar. Veo que el barman se acerca a mis hermanos; no escucho lo que le dicen, pero después