Capítulo 5

Capítulo 5

Cuando sus ojos se pegaron a los míos, una voz nos detuvo. Era el príncipe, envuelto en una túnica con hilos de oro, cuyos ojos verdes me observaron.

—Alteza –comentamos yo y Nathaniel a la vez.

—Duque, no sabía que tenía… una mujer tan… peculiar –respondió girando a nuestro alrededor. El príncipe Henry, se caracterizaba por ser un hombre hermoso.

—Espero que disfrute esta velada, alteza –susurró entre dientes el Duque, lo observé con una ceja levantada. Habíamos tomado distancia con el rostro levemente inclinado hacia adelante. El príncipe sonrió ampliamente, antes de tomar mi mano.

—¿Me permite bailar con su esposa? –quiso saber con la vista fija en mi esposo. Nathaniel, tenía las venas exaltadas en su cuello, sin embargo le otorgó una pequeña sonrisa al príncipe heredero.

—Por supuesto, milord –exclamó apartándose, y extendiendo su mano hacia mí.

El príncipe, comenzó a girarme en torno a la pista. Podía sentir la mirada de muchas personas sobre nosotros. Hasta que escuché… que anunciaron a Elena. Giré mi rostro para observarla, miraba con atención a Nathaniel, pero el Duque me observaba a mi.

—Al parecer Miladi, está celosa de la dama que acaba de ingresar –repuso el príncipe y mis ojos se enfocaron en él –nunca tuve el honor de apreciar su belleza, ¿Dónde estaba escondida? –su pregunta me desconcertó y bajé el rostro avergonzada.

—Yo… siempre estuve por aquí. Aunque… alteza, me temo que no estaba tan arreglada para la ocasión –respondí inclinando el rostro y escuché su leve risa.

—Mi señora, usted… tiene una belleza que no pasa desapercibida. Mi padre… está a punto de cederme el trono y yo… quiero a una esposa como usted –masculló con total confianza, cómo solo un príncipe podría.

—Usted… —susurré sorprendida por sus palabras –me honra enormemente alteza –respondí inclinándome ante él, pero luego mis ojos grises le observaron –pero estoy casada con el Duque y… estoy… enamorada de él.

Era la primera vez que liberaba mis sentimientos.

—¿Amor? Por lo que escuché miladi, usted… se casó porque fue vendida al Duque ¿De verdad quiere que piense que están por amor?

—Lo estamos… —interrumpí al príncipe y él me miró con una ceja levantada –claro, yo… estoy enamorada del Duque, mi señor.

—Bien, en ese caso… vamos –siseó acercándose a Nathaniel, nos observó algo confundido sosteniendo una copa entre sus manos –Su esposa, es… sumamente interesante. La quiero como mi esposa –comentó sin rodeos y lo observé perplejas. El salón se inundó en silencio debido a esta declaración –sin embargo… ella dijo que está enamorada de usted, enhorabuena Duque de Alba.

—Gracias alteza.

—Sin embargo, quiero que me demuestren su amor. Por lo tanto, dejaré un guardia para que vigile que ustedes… son un matrimonio verdadero. De lo contrario, desposaré a esta mujer como la reina. Con permiso –comentó y tomó mi mano, para dejar un beso sobre ella y luego, retirarse.

Elena, me fulminó con la mirada. —¿De verdad… un príncipe quiere desposar a una mujer… cómo está?

—Más cuidado –amenazó el Duque y guardaron silencio. Me alejé a la terraza y un guardia real se acercó a mí ¿Ahora tendríamos custodia todo el día? Suspiré rodando los ojos y guardando mi rostro entre las capas de vestidos.

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