LAYLA:En el regocijo de la victoria todos empezaron a gritar emocionados y una increíble fiesta improvisada se está llevando a cabo.—Todo ha terminado hermosa.La voz de Damián me saca de mis pensamientos y le sonrío orgullosa.—Así es, todo ha terminado.Digo con una sonrisa, pero frunzo el ceño al ver cómo una persona camina apresurada con dirección al bosque.—Ahora vuelvo amor.Le digo a mi hombre y este asiente mirando hacia mí dirección.—No tardes.Murmura dejando un beso en mi frente.—De acuerdo.Murmuro antes de marcharme con dirección al bosque.Mis ojos lobunos observan a Emely caminar con rapidez mientras cojea del pie izquierdo.—Pobre ilusa ¿Acaso piensa que va a escapar?Habla mi loba por medio del link y sonrío de medio lado.—Hay que dejarla creer falsas esperanzas ¿Qué dices?—Estoy de acuerdo.Dice mi loba y ambas rodeamos el bosque a toda velocidad.Cuándo llego a un punto espero unos minutos y los latidos de su corazón junto a su respiración agitada me hacen re
DAMIÁN:Luego de haber pasado el día organizando todo y dando órdenes para restaurar el lugar lo mejor posible, mis pasos se dirigen a un lugar en específico acompañado de Galed.—Señor, hay que reorganizar el nuevo consejo.—Gracias por recordarmelo Galed, estás a cargo de buscar a todas las personas que consideres confiables y que tengan un amplio conocimiento.Le digo y este asiente mientras bajamos por el calabozo y la humedad llega a nuestras fosas nasales.Nos detenemos frente a una enorme puerta de metal y dos guardias hacen una reverencia para luego abrir la puerta con algo de esfuerzo.Al entrar el mal olor nos golpea y observo con una sonrisa al hombre atado con grandes cadenas.—¿Te ha gustado tu estancia?Le pregunto con burla y este me mira con odio, mientras se remueve violentamente.—Si tan hombre eres suéltame para que nos enfrentemos maldito vampiro.Gruñe y niego haciéndole una seña a Galed.—Enséñale algo de respecto.Le digo y este con su rápida velocidad le da un
TIEMPO MÁS TARDE: SAMANTHA: El fuerte grito de mi bebé me despierta y abro los ojos de golpe. Miro la hora y aún es de madrugada, así que con pasos pesados me dirijo a la habitación de mi bebé. Al ingresar observo a Galed que la toma entre sus brazos y le da la fórmula que siempre dejo preparada para cuándo despierte. Mi pequeña de apenas dos meses toma de la fórmula con ansias en los brazos de sus padres y yo solo sonrío al observar mi pequeña rubia. —Hola. Susurro acercándome a ambos y mi esposo me mira con media sonrisa. —Deberías descansar, yo me ocupo de nuestra pequeña llorona. Dice arrullandola más entre sus brazos y lo miro con cariño. —No hace falta ¿Hace rato que llegaste? Le pregunto dejando un dulce beso en sus labios. —Hace unos minutos, siento no pasar el tiempo suficiente con ustedes. Dice con un suspiro y lo abrazo por la espalda. —No te preocupes, nosotras entendemos que eres el segundo al mando de este reino y tienes mucho trabajo por hacer
La gran mayoría de novelas, cuentos, historias románticas, empiezan cuándo los protagonistas se conocen, se hacen amigos, se enamoran… O en algunos casos es amor a primera vista, con el tiempo surgen los problemas, se resuelven y por último se casan para vivir felices por siempre… Pero este no es el caso de Layla Petrov, si aquella niña pelirroja qué encontró el amor de su vida aún siendo muy pequeña, aquella niña que esperó incondicionalmente al amor de su vida hasta casarse y vivir felizmente, pero la vida no es siempre como la planeamos, a veces nos llevamos sorpresa que nos dejan paralizados. Y esta es mi historia, la historia de una chica que pensó vivir felizmente después del matrimonio… ¡Cuán equivocada estaba!
Observo como el sol se oculta tras las hermosas montañas y escucho las aves cantar una hermosa melodía. Cierro los ojos sintiendo la frescura y brisa de la tarde mientras permanezco de pie en una vieja ventana de madera. —Me imaginé que aquí estabas Layla. Escucho la voz de mi tía Chiara. —Hola tía Chiara ¿Cómo estás? Le digo con una sonrisa emocionada y le doy un abrazo. —Estoy bien cariño ¿Y tú? —Muy bien. Digo con una sonrisa y ella frunce el ceño —¿Bien? ¿Dónde está Damián? ¿Por qué no está contigo? Me pregunta tomando asiento en uno de los viejos muebles de la cabaña. —Tía… No quiero hablar de eso. Digo con un suspiro y me siento frente a ella. —Layla… Quizás los demás no se dan cuenta pero yo sí ¿Cuántos años llevas casada? Me pregunta sin dejar de mirarme con esos intensos ojos que intimidan. —Cinco… Respondo titubeando un poco. —Cinco años y aún no tienen hijos… Te creería los primeros años, querían disfrutar primero es cierto, pero sé lo importante de tener u
LAYLA;Al Damian y yo quedarnos solos, este me mira con ira retenida.—No entiendo que te pasa Layla ¿Por que me haces quedar mal frente a los del consejo?Dice explotando de ira y yo le miro con el ceño fruncido.—¿Es lo único que te interesa? ¿El maldito consejo?Le pregunto sintiendo rabia.—¿Sabes que Layla? Ya me tienes harto.Dice mientras me observa a los ojos y lo que veo en su mirada me rompe… Nada, no veo nada del amor que sentía por mi.—¿Te tengo harto? ¿Dónde está el hombre que me juro amor eterno?—¿Amor eterno? Eres una ilusa que crees en esa cosa loba.Habla con cinismo y sonríe de manera leve.—Ni siquiera para el sexo sirves… ¿Crees que no me doy cuenta las veces que me evades?Dice y en algo tiene razón, son nulas las veces que me acuesto con él, y cuando insiste tanto le doy una poción de ilusión que me facilitó mi tía Alba y el muy estupido vampiro piensa que tuvimos una noche inolvidable.—No eres el hombre del que me enamore Damian… No se que ha pasado contigo e
LAYLA: Al decir esas palabras Damián me mira fijamente y hace una mueca.—No vales la pena.Es lo único que dice antes de marcharse y dejarme con el corazón más destrozado de lo que estaba.Minutos más tarde me acuesto a dormir y así poder descansar un poco… Pero no pude conciliar el sueño por más que intentaba… Simplemente el sueño no quiso llegar y así amanecí, con el corazón destrozado y falta de sueño.Desde que empieza a aclarar el día me levanto de la cama y me dirijo al baño para tomarme una relajante ducha y así poder tener un poco de energía.Tiempo más tarde me encuentro mirándome al espejo.Llevo un pantalón de vestir negro y una blusa del mismo color.Me hago una coleta y luego pinto mis labios de rojo junto a un delineado que hace resaltar mis bellos ojos.Ya lista tomo mi maleta que la verdad no es muy grande y salgo de la habitación.—¿Todo está listo?Le pregunto a Galed que estaba esperando en la puerta de la habitación.—Así es señora, solo esperan por usted.—Perfe
Abro los ojos al sentir el aroma de carne asada y abro los ojos de inmediato.—Mmm, que rico huele.Susurro mientras observo como Galed asa lo que supongo es un conejo.—Oh, ya ha despertado señora ¿Cómo se siente?—Como la misma mierda… ¿Qué haremos?Le pregunto mientras acomodo la ropa que me dió Galed.—Eso debería de preguntarle yo a usted, por cierto le he traído ropa.Habla mientras señala algo envuelto.—¿Ropa? ¿Dónde la has conseguido?Pregunto mientras frunzo el ceño.—A unos kilómetros hay un pequeño pueblo vampiro… No fue difícil robarla, lamento si no es de su gusto.Dice mientras continúa con el asado.—Sí no es de mi gusto es lo que menos importa Galed, la cosa es que has salido sabiendo el peligro en el que estamos… No debiste de hacer eso.Le reclamo y este sonríe de medio lado.—Fui entrenado para estas cosas señora, y es mi deber que usted esté cómoda.—Deber… Ya no tienes ningún deber Galed, ya no soy la reina de los vampiros ¿Es que ya no ves? —Fui entrenado espec