CAP:04

Abro los ojos al sentir el aroma de carne asada y abro los ojos de inmediato.

—Mmm, que rico huele.

Susurro mientras observo como Galed asa lo que supongo es un conejo.

—Oh, ya ha despertado señora ¿Cómo se siente?

—Como la misma m****a… ¿Qué haremos?

Le pregunto mientras acomodo la ropa que me dió Galed.

—Eso debería de preguntarle yo a usted, por cierto le he traído ropa.

Habla mientras señala algo envuelto.

—¿Ropa? ¿Dónde la has conseguido?

Pregunto mientras frunzo el ceño.

—A unos kilómetros hay un pequeño pueblo vampiro… No fue difícil robarla, lamento si no es de su gusto.

Dice mientras continúa con el asado.

—Sí no es de mi gusto es lo que menos importa Galed, la cosa es que has salido sabiendo el peligro en el que estamos… No debiste de hacer eso.

Le reclamo y este sonríe de medio lado.

—Fui entrenado para estas cosas señora, y es mi deber que usted esté cómoda.

—Deber… Ya no tienes ningún deber Galed, ya no soy la reina de los vampiros ¿Es que ya no ves? 

—Fui entrenado especialmente para protegerla sin importar que sea reina o no, esa es mi misión hasta que muera.

Dice de manera sería y tuerzo los labios.

—Que difícil es tu vida… Debe de ser cansado, estar siempre detrás de mí ¿No?

—Para nada, es un honor protegerla mi señora.

Dice muy serio y respiro sin decir nada… Qué difícil es la vida de algunas personas.

Galed se da la vuelta para que pueda cambiarme y así lo hago de inmediato, colocándome el vestido negro que me ha traído.

Me queda algo flojo pero es perfecto para el momento en el que estamos.

—Bien, entonces ¿Qué haremos Galed? Es obvio que no podemos volver al reino de los vampiros… Nos matarían apenas pongamos un pie allá.

Menciono mientras me acerco al asado que huele muy rico.

—No recomiendo ir a sus familiares por la razón de que no sabemos quién es el enemigo… Estamos en una desventaja muy grande señora.

Suspiro mientras observo la pared de piedra.

—En eso tienes razón… Pero… Ya no me llames señora, solo somos dos personas sobreviviendo Galed.

—Aunque ambos estemos solos, usted no deja de ser la señora y yo no dejaré de protegerla.

—Wao, la verdad es que te admiro Galed… Y agradezco de que estés conmigo en este momento tan difícil.

—Todo irá mejor ya verá, usted es una mujer muy fuerte.

Dice con seguridad y la verdad quisiera creer en lo que dice.

—Desearía ser esa mujer fuerte que dices Galed… Pero la verdad es que estoy tan destrozada que por ahora no puedo pensar nada… Mi vida se ha ido al carajo.

Susurro mientras trato de que mis lágrimas no salgan a flote.

—Siempre hay una luz en medio de la oscuridad… Busque esa luz señora.

Habla Galed pasándole la carne asada que huele muy rico y se mira muy buena.

—Mmm, está rico.

Digo al darle el primer bocado y Galed sonríe.

—Conozco a alguien que podría ayudarnos, nos sería de mucha utilidad.

Dice el vampiro mientras me observa.

—Mmm, ¿De quién se trata? ¿Dónde vive?

Pregunto con curiosidad.

—Es un cazador que conocí hace años… Creo que vive en México.

—¿México? Sería imposible llegar allá.

—Usted déjeme todo a mí, yo me encargaré de hacer todo lo necesario.

—Pero… Es un cazador ¿Podemos confiar en él?

—Por supuesto, lo conozco desde hace años y es de fiar y además estaremos lo suficientemente alejados para investigar que realmente está pasando en el reino vampiro.

—De acuerdo… Entonces hagamos eso Galed, confío en tí.

Este asiente y se coloca de pie para mirar hacia afuera.

—Debemos partir de inmediato porque hay vampiros en busca de nuestros cuerpos.

—De acuerdo, debemos de cubrir nuestro rostro y olor para que no se den cuenta de que estuvimos aquí o hacia dónde nos dirigimos.

—De acuerdo, ahora vuelvo.

Dice Galed utilizando su velocidad vampírica y se aleja de mí, para luego volver unos segundos después con varios ramos.

—Esto ayudará a cubrir cualquier rastro de nosotros.

—Perfecto.

Digo mientras empiezo a eliminar cada rastro de nosotros antes de partir.

Minutos más tarde terminamos de cubrir nuestro rastro y me transformo en hombre lobo para correr el bosque.

—¿Lista señora?

—Por supuesto.

Hablo por medio de nuestro enlace y nos echamos a correr bajando por el gran precipicio.

—Hay vampiros cerca… Tenemos que correr con más prisa.

Dice Galed y hago lo que me dice empezando a correr más rápido.

—No te preocupes Layla, saldremos de esta.

Dice mi loba y toma el control total de mi cuerpo aumentando la velocidad.

Galed y yo corremos a la par hasta alejarnos de esa parte del bosque.

El vampiro toma la delantera y yo le sigo alrededor de unas tres horas como máximo.

Él se detiene en un pequeño claro del bosque y yo hago lo mismo observándolo.

—Estamos cerca de un pequeño pueblo humano… Desde aquí tenemos que fingir ser humanos igual a ellos o de lo contrario llamaremos la atención.

—De acuerdo.

Digo mientras me transformo en humano y tomo la ropa que me tiende Galed, claro con el rostro mirando hacia otro lado.

Luego de terminar caminamos media hora hasta llegar a un pequeño pueblo.

—No podemos detenernos aquí, es mejor continuar e ir directos a la ciudad… Tenemos que salir lo antes posible de Rusia.

—Estoy de acuerdo… Pero ¿De casualidad tienes dinero? Tengo mucha hambre.

Digo mientras toco mi vientre que comienza a gruñir.

—Tengo algo de dinero… Compraremos algo de paso.

Dice y asiento suspirando.

Luego de haber comido algo y de haber descansado un poco partimos hacia la ciudad en un bus que no cabía un alma más de tan lleno que iba.

—Tienes un novio muy guapo.

Dice una chica joven muy coqueta.

—Gracias, pero no es mi novio.

Sobrio mientras observo a Galed que se mantiene serio sin decir media palabra.

—Entonces ¿Tengo la vía libre?

Pregunta la chica con ilusión y miro a Galed.

—Puedes preguntárselo a él.

Le digo y está mira a Geled con una sonrisa coqueta.

—¿Estás libre guapo?

—Si, pero no tengo tiempo para chicas, como puedes ver, tengo una hermana menor a la cual cuidar.

Dice Geled muy serio para luego mirar al frente ignorando a la chica que lo mira con decepción.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo