—Hola chicas. ¿Cómo están? —las saludó a ambas, pero siempre poniendo más atención en “su niña”.—Bien y ¿Tú? —le dijo Maritza.—Bien gracias Maritza.Después fue el turno de Valeria, lo besó en la mejilla, aspiró su aroma, esa costumbre rara que ella tenía.Olía tan delicioso, con la piel en su rostro casi no podía contener las ganas de colgarse a su cuello y plantarle un mega beso ahí mismo frente a todos.Pero está de más decir que no se podía, solo terminaron de saludar igual que su amiga y lo invitaron a su mesa, luego de un rato Alex se les unía.Luego de desayunar pasaron al salón donde se daría el taller, estuvo algo tedioso, les dieron un receso de veinte minutos los cuales no desaprovecharon.Por medio de mensajes se pusieron de acuerdo para subir al segundo piso, la necesidad de sentirse era demasiada, parecían dos adolescentes.Él se encontraba del otro lado del salón, junto con otros compañeros haciendo equipo en una de las actividades.Ella tenía más fácil acceso a salir
Ricardo había decidido tomar una ducha ya muy tarde, luego de un extenso día de trabajo. Dejó sus cosas en la habitación, incluyendo su celular y avanzó al baño.Tomó una larga ducha pensando en Valeria y en lo que le había dicho hacía un par de semanas, ya tenían varios días en lo que no lograron verse y eso le molestaba bastante.Solo le había enviado un par de mensajes durante el día, y fue ahí que como un flash, un pensamiento pasó por su mente… no había borrado la conversación.Salió a toda prisa del baño, pero justo lo que creyó… eso mismo estaba pasando.Llegó a su habitación y encontró a su mujer con el teléfono en la mano con el rostro desencajado.Podía notar mucho en esa sola expresión: enojo, decepción, tristeza, coraje, impotencia…—¡¿Qué significa esto Ricardo?! —lo increpó en cuanto la respiración se lo permitía, estaba muy dolida y tenía bastante razón.—¿De qué hablas? —él trataba de hacerle creer que nada pasaba, pero ella tenía pruebas y las tenía en sus manos.—¡¿C
Pasaron cinco días demasiado largos. Roberto había hablado con Ricardo, no sabía cómo ayudar en todo esto, lo único que le propuso fue que él hablaría con Vero, para que aceptara conversar las cosas y llegar a un acuerdo.Ella aceptó y tuvieron una charla larga y dolorosa, dentro de todo, él también le externó la falta de atención que sentía por falta de ella.Ella por su parte, le dijo sus necesidades y sentimientos.Ricardo nunca desmintió la versión de que solo habían sido mensajes, lo que sostenía con Valeria. Nadie nunca sabrá si Verónica le creyó o simplemente decidió dejarlo pasar.De esta manera, le permitió regresar a casa, no sin antes ponerle un ultimátum, en el cual era más que obvio lo que pedía, si encontraba la más mínima señal de infidelidad, lo mandaría al mismísimo infiern0, sin boleto de retorno.Verónica aceptó algunos de los reclamos de Ricardo, pero pensaba demasiado en su hijo, además ella estaba enamorada de su esposo, o por lo menos eso creía.Valeria no sabía
Han pasado poco más de siete años desde que Valeria y Ricardo se conocieron. Siempre se recuerdan y se extrañan. Pero esos sentimientos se intensificaron más para Valeria un día en particular.Le había pasado algo curioso, fue a la boda de uno de sus primos, cuando de repente el viento le llevó un aroma que reconoció de inmediato.Muchas cosas pasaron por su mente, era el aroma a su perfume, sintió como volaban esas mariposas en su estómago como si fuera una adolescente, tal cual como le pasaba en aquel tiempo.Se giró de inmediato, para su decepción era uno de sus primos. Después ella misma se burlaba por pensar que era él y que estuviera ahí, eso es prácticamente imposible, sacudió un poco la cabeza negando, pero en el fondo le gustó recordarlo, aunque fuera de esa manera.Muchas cosas se lo recordaban, pero últimamente muchas más. La semana anterior, su hermana la invitó a desayunar y fue en aquel lugar en donde él la invitó por primera vez, ese restaurante italiano llamado “Bian
—¿Ya lo olvidaste por completo? —Esa pregunta era fácil de contestar, pero no estaba segura de querer hacerlo.—¿Quién pregunta? Jajá. Creo que nunca se me va a olvidar, pero es algo que pasó y lo recuerdo como algo maravilloso —y esa era la verdad, ya no le importaba quién estaba detrás del perfil, si era su esposa o si era él, esa era la verdad.—Él tampoco te ha olvidado —Valeria, podía sentir que era él quien escribía.Eso hizo que las mariposillas traviesas volvieran a revolotear, ¿sería verdad?—¿Cómo sabes? —la increpó.—Amiga, somos muy buenos amigos, me platica todoooo, también guarda muy lindos recuerdos tuyos —eso no lo dudaba, recuerdos bonitos había muchísimos, desde los pequeños detalles en mensajes, hasta las sesiones de pasi0n que tenían.Ahora casi estaba segura de que era él. Aunque la manera de escribir y las cosas que le decía, no se parecían tanto a como lo hacía él, pero habían pasado muchísimos años, eso podría cambiar, ¿no?Después de algunos mensajes más, se d
—Si claro, dime —respondió.—La primera… ¿Tuviste en algún momento alguna relación (no de amigos) con Ricardo? Se sincera por favor, yo lo he sido —era un piso peligroso, tal vez, aunque hubieran tenido algo, no lo admitiría.—Jajaja, a lo más que llegamos un día fue a un par de besos, fue todo —Valeria sintió el estómago revolverse. Celos, eso sentía. Con su esposa era diferente, eran celos, pero sabía que no tenía de otra, con esa mujer era diferente.—Ok, va la segunda. Siempre he tenido la espinita de que no eres quien dices ser, podrías ser él, o quien sea. Nunca te he escuchado, nunca te he mirado, tu foto es un dibujo, ¿me entiendes? —Claro que entendía, no pudo ser más clara y más directa con sus preguntas.—Si bien es cierto este es un segundo perfil, no hago mucho movimiento en este, lo que sí te aseguro que no soy él —¿y eso era verdad? ¿La chica detrás del perfil era amiga de Ricardo? Tal vez, una amiga que lo estimaba mucho y que, gracias a todas esas pláticas sobre Valer
Por vacaciones, las hermanas de Manuel se encontraban de visita en su casa. Entonces, Valeria aprovechó para que ellas le echaran la mano y lo convencieran de que no tenía nada de malo empezar a trabajar nuevamente. Además, de que algo de dinero extra, no les vendría nada mal.Después de la comida, se quedaron todos en la sobremesa platicando, fue cuando Val aprovechó.—Manuel, fíjate que me habló uno de mis profes de cuando iba a la prepa y me dijo de un trabajo muy bueno ¿Cómo ves? —le decía desentendida mientras levantaba los platos de la mesa.—¿De qué o qué? —Tenía su atención. Pero en el ceño fruncido se leía la inconformidad por la propuesta.—Es en la Secretaría de Educación, es un trabajo de secretaria —continuaba sin mirarlo.Sus cuñadas si estaban contentas por ella y por la oportunidad que se le presentaba, incluso la felicitaron y le dijeron a Manuel que tenía una gran mujer, pero su esposo no dijo nada, se le veía en el rostro su descontento.Ya después, cuando estaban e
—Oye, fíjate que me ofrecieron un nuevo puesto en el trabajo —le dijo un poco nerviosa, sabía perfectamente lo que le contestaría.—¿O sí? Y ¿de qué? —lo sintió indiferente mientras veía su teléfono celular.—Verás, es una supervisión, la verdad está muy bueno el sueldo, son mejores prestaciones… —quería llegarle por la parte del dinero, para ver si así, esperaba que le resultara más atractiva la oferta y no se opusiera a nada.—Sí, y también es perder más tiempo allá y descuidar más a tu familia —ella solo cerró los ojos y apretó la mandíbula. Creyó que ya casi estaba del otro lado, pero se equivocó.—No tiene por qué ser así. Hasta ahora he podido con todo y no quiero perder esta oportunidad —la mirada de súplica era sobreactuada, Sí que quería el puesto, pero necesitaba todas sus artimañas para lograr lo que quería.—Pues como quieras —le dijo con sarcasmo, con el tono de voz que ella conocía perfectamente y con el que le quería decir que no. Aún así, ella estaba decidida a aceptar