Alexandra:
Son las cinco de la tarde y no he recibido señal de vida de Giovanni. Normalmente suelen llamar de un bar de mala muerte o de la comisaría para que pase por él, tal vez no termino tan mal y decidió llamar al insoportable del viejo Augusto.
Es un viejo metiche, no entiendo porque hasta ahora Giovanni no lo despide. Al menos sirve para ahorrarme el trabajo de tener que denigrarme a ir a esos lugares por Giovanni. Si no fuera porque me obligo mi padre a estar con él, en este momento estaría en brazos de otro hombre. Uno que sé que me valoraría, me trataría como una reina, siempre repetía aquello con el fin que me quedara a su lado. Creo que sin que me prometa semejante cosa igual me hubiese ido con él, no me importaría nada con tal de estar con él.
—¡Alexandra! ¿Eres tú? — Oigo la voz de aque
Antonella:Desde que peleamos, las cosas entre Giancarlo han estado algo distantes, así lo percibo. No estoy segura si es mi culpa o son todas las cosas que han sucedido desde ese día. Recuerdo que a la mañana siguiente Giancarlo me llamo avisándome que Nodal entro en trabajo de parto. Nuestra estadía en la ciudad termino y partimos de inmediato. Nuestro viaje de seis horas se redujo a tres horas y media.Al legar al hospital, fue un sonriente Adam quien nos recibió. Está muy feliz, la pequeña Kaira nació al medio día, pesando dos kilos novecientos gramos, totalmente saludable. Nodal se encuentra muy bien sólo estaba cansada por lo que nos contó Adam. Pudimos ver a la bebé en la sala de recién de nacidos, Kaira es la viva imagen de su madre, es tan linda.Luego en la tarde fuimos por un helado, en si insistí que valla
Delincuente:El carro de aquella mujer en lugar de facilitarnos las cosas y dejar que le demos un simple susto junto un pequeño asalto. Tenía que complicar todos nuestros planes intentado esquivarnos y hacerse la difícil. En este momento ella se encuentra al fondo de ese deslizadero, podemos irnos y dejar todo allí. Por desgracia el jefe exigió no lastimarla lo único necesario era asustarla.—Larguémonos de aquí, ya vienen los curiosos. – Les doy las órdenes a mis hombres. Espero que el único castigo sea económico y no de otro tipo.Le doy un timbrazo al jefe confirmándole nuestra acción. Trago salivo y me persigno, esperando que aquella mujer no esté muy lastimada o muerta porque la deuda que tendría que pagar sería muy alta por no decir mi vida.Giancarlo:
—Giancarlo tengo que colgar. – Me interrumpe Adam.—¿Qué le sucede? – Pregunto.—Tiene que descansar. Es lo que me dice el veterinario. Giancarlo—sama. – Me cuenta Adam.—Ve a casa Adam. Si sucede algo que me llamen, no importa la hora. Gracias. – Le ordeno antes de colgar.Guardo el teléfono en el bolsillo, voy a recepción a preguntar de nuevo, tal vez esta vez tenga algo de suerte y pueden informarme sobre el estado de Antonella. Está vez al menos esta otra enfermera.—Buenas, deseo saber sobre el estado de Antonella Adatto, llego hace una hora y media. – Le pido.—mmm ¿Usted es familiar de la paciente? – Me pregunta.—Su novio. – Le respondo.—Lo siento, pero no puedo decirle nad
Antonella:Me duele todo mi cuerpo, sobre todo mi cabeza. Es extraño porque a pesar del dolor que siento es como si estuviera adormecida y algo aletargada. Quiero abrir los ojos mover mi cuerpo, pero es tan difícil. Es como si mi cuerpo no quisiera responderme por lo cansado que se siente.—Antonella, hija. Despierta por favor…. Nos tienes muy preocupados. – Esa es la voz de mi mamá.¿Qué hace ella aquí? ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? No recuerdo mucho, en si nada. Sé que me llamo Antonella, tengo a mi madre, dos hermanos Adrien y Ana. También cuatro sobrinos pero hace tiempo que no los veo, por el trabajo. Ahora vivo lejos de mi familia entonces ¿Qué hacen ellos aquí?—Tuviste un accidente. – Me auto respondo.—¿Cómo fue?— Le
Antonella:Me duele todo mi cuerpo, sobre todo mi cabeza. Es extraño porque a pesar del dolor que siento es como si estuviera adormecida y algo aletargada. Quiero abrir los ojos mover mi cuerpo, pero es tan difícil. Es como si mi cuerpo no quisiera responderme por lo cansado que se siente.—Antonella, hija. Despierta por favor…. Nos tienes muy preocupados. – Esa es la voz de mi mamá.¿Qué hace ella aquí? ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? No recuerdo mucho, en si nada. Sé que me llamo Antonella, tengo a mi madre, dos hermanos Adrien y Ana. También cuatro sobrinos pero hace tiempo que no los veo, por el trabajo. Ahora vivo lejos de mi familia entonces ¿Qué hacen ellos aquí?—Tuviste un accidente. – Me auto respondo.—¿Cómo fue?— Le
Antonella:Espero a que Giancarlo se marche para quejarme del dolor que sentía. Especialmente en mis costillas por reír junto a lo efusivo que fue él. No podía quejarme frente a Giancarlo, luego de haberlo preocupado tanto. En si me duele todo el cuerpo y ese letargo continua aunque tengo fuerzas suficiente para mantenerme despierta y poder aparentar que estoy bien.—Buenas noches señorita Adatto, soy el doctor Arnaldo Hendry. – Me saluda un hombre de mediana edad.—Mucho gusto. – Le contesto. – Doctor, podría revisarme sin que alguno de mis conocidos este presente. Por favor. – Le pido.Como guste. – Acepta.Antes que comenzara vi como aparecían en tropel, mi madre, mis hermanos junto mis cuñados y al final pude vislumbrar a Giancarlo. Si que es mucha gen
Antonella:Giancarlo hizo caso a mi pedido y no apareció el día que me dieron el alta, tampoco el resto de días. No sé si eso me alegra o me entristece más. Por lo que intente no pensar demasiado en él, no sirvió de mucho porque Giancarlo ahora si escribía mensajes de texto.Debería estar contenta sin embargo realmente me fastidia por la simple razón que lo hace para mostrar que si esta pendiente cuando aquello debió hacerlo mínimo dos semanas atrás. Ni siquiera es porque lo desea, estoy segura que piensa que es una obligación. Así que sus mensajes que dicen te quiero, te extraño, estoy preocupado por ti son falsos.Lo único bueno de sus mensajes es que me informaba sobre Amelie. La pobre estuvo muy grave, pero ya se encuentra mucho mejor solo con una pata rota. Él la está cuidando y como m
Giancarlo:Las dos siguientes semanas volvimos a la rutina de antes, iba a dejarla y recogerla del trabajo, evitaba dejarla completamente sola, hasta ahora tengo presente la amenaza de los narcos, por poco me quitan algo que considero muy valioso y a ella casi la dejan sin su gata.Por una parte me alegra que Antonella considere esto un accidente y nada más que eso, sin tomar en cuenta que estuvo a punto de morir. Pensó que debe ser causado por lo que le sucedió antes y estuvo en peores condiciones que ahora. Si los comparamos el último parece un accidente en patineta. Aunque yo no olvidare el miedo que sentí al creer que la perdía y peor sabiendo que desaproveche momentos con ella además que estaba molesta, por más que lo negara.¿Quieres pensar?— La oigo preocupada.—No, dije que te acompañ