—Giancarlo tengo que colgar. – Me interrumpe Adam.
—¿Qué le sucede? – Pregunto.
—Tiene que descansar. Es lo que me dice el veterinario. Giancarlo—sama. – Me cuenta Adam.
—Ve a casa Adam. Si sucede algo que me llamen, no importa la hora. Gracias. – Le ordeno antes de colgar.
Guardo el teléfono en el bolsillo, voy a recepción a preguntar de nuevo, tal vez esta vez tenga algo de suerte y pueden informarme sobre el estado de Antonella. Está vez al menos esta otra enfermera.
—Buenas, deseo saber sobre el estado de Antonella Adatto, llego hace una hora y media. – Le pido.
—mmm ¿Usted es familiar de la paciente? – Me pregunta.
—Su novio. – Le respondo.
—Lo siento, pero no puedo decirle nad
Antonella:Me duele todo mi cuerpo, sobre todo mi cabeza. Es extraño porque a pesar del dolor que siento es como si estuviera adormecida y algo aletargada. Quiero abrir los ojos mover mi cuerpo, pero es tan difícil. Es como si mi cuerpo no quisiera responderme por lo cansado que se siente.—Antonella, hija. Despierta por favor…. Nos tienes muy preocupados. – Esa es la voz de mi mamá.¿Qué hace ella aquí? ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? No recuerdo mucho, en si nada. Sé que me llamo Antonella, tengo a mi madre, dos hermanos Adrien y Ana. También cuatro sobrinos pero hace tiempo que no los veo, por el trabajo. Ahora vivo lejos de mi familia entonces ¿Qué hacen ellos aquí?—Tuviste un accidente. – Me auto respondo.—¿Cómo fue?— Le
Antonella:Me duele todo mi cuerpo, sobre todo mi cabeza. Es extraño porque a pesar del dolor que siento es como si estuviera adormecida y algo aletargada. Quiero abrir los ojos mover mi cuerpo, pero es tan difícil. Es como si mi cuerpo no quisiera responderme por lo cansado que se siente.—Antonella, hija. Despierta por favor…. Nos tienes muy preocupados. – Esa es la voz de mi mamá.¿Qué hace ella aquí? ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? No recuerdo mucho, en si nada. Sé que me llamo Antonella, tengo a mi madre, dos hermanos Adrien y Ana. También cuatro sobrinos pero hace tiempo que no los veo, por el trabajo. Ahora vivo lejos de mi familia entonces ¿Qué hacen ellos aquí?—Tuviste un accidente. – Me auto respondo.—¿Cómo fue?— Le
Antonella:Espero a que Giancarlo se marche para quejarme del dolor que sentía. Especialmente en mis costillas por reír junto a lo efusivo que fue él. No podía quejarme frente a Giancarlo, luego de haberlo preocupado tanto. En si me duele todo el cuerpo y ese letargo continua aunque tengo fuerzas suficiente para mantenerme despierta y poder aparentar que estoy bien.—Buenas noches señorita Adatto, soy el doctor Arnaldo Hendry. – Me saluda un hombre de mediana edad.—Mucho gusto. – Le contesto. – Doctor, podría revisarme sin que alguno de mis conocidos este presente. Por favor. – Le pido.Como guste. – Acepta.Antes que comenzara vi como aparecían en tropel, mi madre, mis hermanos junto mis cuñados y al final pude vislumbrar a Giancarlo. Si que es mucha gen
Antonella:Giancarlo hizo caso a mi pedido y no apareció el día que me dieron el alta, tampoco el resto de días. No sé si eso me alegra o me entristece más. Por lo que intente no pensar demasiado en él, no sirvió de mucho porque Giancarlo ahora si escribía mensajes de texto.Debería estar contenta sin embargo realmente me fastidia por la simple razón que lo hace para mostrar que si esta pendiente cuando aquello debió hacerlo mínimo dos semanas atrás. Ni siquiera es porque lo desea, estoy segura que piensa que es una obligación. Así que sus mensajes que dicen te quiero, te extraño, estoy preocupado por ti son falsos.Lo único bueno de sus mensajes es que me informaba sobre Amelie. La pobre estuvo muy grave, pero ya se encuentra mucho mejor solo con una pata rota. Él la está cuidando y como m
Giancarlo:Las dos siguientes semanas volvimos a la rutina de antes, iba a dejarla y recogerla del trabajo, evitaba dejarla completamente sola, hasta ahora tengo presente la amenaza de los narcos, por poco me quitan algo que considero muy valioso y a ella casi la dejan sin su gata.Por una parte me alegra que Antonella considere esto un accidente y nada más que eso, sin tomar en cuenta que estuvo a punto de morir. Pensó que debe ser causado por lo que le sucedió antes y estuvo en peores condiciones que ahora. Si los comparamos el último parece un accidente en patineta. Aunque yo no olvidare el miedo que sentí al creer que la perdía y peor sabiendo que desaproveche momentos con ella además que estaba molesta, por más que lo negara.¿Quieres pensar?— La oigo preocupada.—No, dije que te acompañ
Giancarlo:Toda esta situación me provoca una gran ira y por supuesto celos. Ese tipo le ha hecho tanto daño y se atreve a molestarla. No puede dejarla tranquila y olvidarse de su existencia. Suspiro frustrado, porque ahora Antonella está molesta conmigo.Lo peor fue escucharla llorar quise entrar, pero prefirió no insistir en este momento porque terminaríamos diciendo cosas que no sentimos. Pero acaso no puede entender que me fastidia que la llame, que la busque y viendo como resultado sus lagrimas. La última vez casi terminamos si no es porque insistí.Iré a revisar unos asuntos en la oficina, junto a las órdenes de compra. Tal vez de esa forma consiga calmarme y ella igual, luego la llamare para preguntarle como esta, repetirle que es importante y que no pienso dejarla.Antonella:Recién me he puesto camino
Me preparo mentalmente para lo que acontezca ahora. Antonella esta callada pero luce molesta. Si que le fue mal en ese lugar, era de suponerse al encontrarse con ese tipo y con aquella mujer que según ella era su amiga aunque en mi opinión era lo opuesto.—¿Qué sucedió?— Comienzo el interrogatorio.—mmm. – Da un bufido.—¿Te lastimo?— Insisto.—Estoy molesta, decepcionada, furibunda… — Comienza.—La razón es él. – Concluyo.—Es que primero se muestra de una forma, me asegura que no le pego a ella sin embargo al hablar con Alexandra me cuenta que lo hizo y provoco que se golpeara contra el lava manos y que si termino así fue por él… — Me cuenta.—Es de esperarse de alguien que te
Sebastián:En el momento que vi el nombre de Reinaldo en la pantalla supe de inmediato que todo se fue a la basura. Todo está mal y es cuestión de días en los que ellos se encarguen de hacerme pagar las consecuencias. A pesar de no tener la culpa de nada, le advertí al imbécil de Reinaldo que no se metiera en las tierras de los Madicci. Giancarlo se daría cuenta de lo que sucedía y haría algo.El dinero que se ha perdido son miles de dolores y los jefes de Reinaldo tampoco estarán contentos pero con quien se van a desquitar no es con él sino conmigo por estar en el eslabón más bajo de la cadena. Maldita sea ahora qué va ser de mis hermanos, toda la hacienda las cosas van a pasar a ser de ellos.—Sebastían he visto una cartera Gucci hermosa y necesito dinero. – Entra Chelsea sin figurarse del gran problema