Antonella:
Que almohada tan suave y rica tengo, no es ni blandita tampoco tan dura, se mueve. Aunque, un momento, las almohadas no se mueven, ni tienen esta forma, por lo menos no la qué tengo y tampoco tienen esa textura.
Abro los ojos asustada y me doy cuenta sobre lo que estoy no es una almohada, es una persona ¡¿Qué hice?! Trato de recordar, todo es tan confuso, junto con un dolor de cabeza y cierta molestia en mi entrepierna no me deja pensar.
Con cuidado me separo de mi acompañante y grande es mi sorpresa descubrir que se trata del primo de Teodora, Giancarlo. Concluyo que lo de anoche no fue un sueño y al final, si termine con él. La sangre comienza a subirme hasta mis sienes. Debo idear algo a pesar que me duele la cabeza. ¿Qué hago? Me pregunto con desesperación. Quedarme hasta que despierte, no es una buena opción, no sé ni que d
Antonella:Empaqueto lo que necesito llevar en unas cajas además de mi maleta con ropa y otras cosas. Al menos no requiero de electrodomésticos. La señora con la que me contacte del pueblo, fue muy amable y me informo sobre las razones por las que me mandaron ahí, al menos me ha dicho que tiene un pariente que puede alojarme mientras me quede. Me dijo que no sería una molestia ya que tenía habitaciones de sobra como para un montón de invitados. Admito que la señora resulto ser algo habladora.Enciendo la radio para escuchar algo de música mientras preparo todo, está sonando una canción que me gusta y me recuerda a mi situación con aquel hombre.Tan lejos tú, tan lejos yoTe fuiste y no me dejaste tu número telefónicoY ahora no sé cómo encontrartePor más que intento buscarte,
Giancarlo:—Giancarlo, no me ha respondido sobre si la chica se va poder quedar aquí. Va llegar mañana —Empieza Adam con el tema de ayer.—Haz lo que quieras — Respondo mientras subo al caballo.—Testarudo — Lo escucho decir mientras me alejo.No entiendo por qué pregunta, al final van hacer lo que quieran. Nunca les importa lo que opine. Lo mismo sucedió con Teodora a pesar que me opuse a la relación con ese Leandro. Ellos los apoyaron, no les intereso el hecho que desconocíamos todo sobre él.No quiero que a Dora le pase lo mismo que a mi madre y se tope con un desgraciado como lo fue mi padre quien no dudo en separarme de ella solo para hacerme en su heredero. Al menos esta vez, estoy yo para defenderla, si algo intenta ese tipo se las verá conmigo.Aunque la verdad
Luego de seis horas de viaje llego al pueblo. Por lo visto es igual de pequeño como lo imagine, tiene una plaza con pileta, a los alrededores esta una iglesia, al otro lado el consejo, al costado de este se encuentra la comisaria y luego está lo que vendría ser el colegio. Por lo que me conto la señora Nodal aquí solo hay inicial y primaria, la secundaria se encuentra en un pueblo un poco más grande que esta como a quince minutos de aquí en coche, pero caminando debe ser una media hora o tal vez tome un poco más de tiempo. En la puerta veo a una mujer de mediana edad con un traje de maternidad, supuse que ella era Nodal, me estacioné. —Buenas tardes, soy Antonella Adatto — La saludo. —Un gusto conocerte, Nodal Quintanilla — Me recibe. —Nodal, me comentaste que me podías ayudar con el alojamiento y en verdad deseo empezar a desempacar. Ha sido un viaje muy cansado — Le pido.
—Amelie…Amelie… – Escucho a lo lejos. Es ella debo estar cerca.—ANTONELLA… VEN…. ANTONELLA — Le grito—AAAAAA… AUXILIO — Me apresuro al oír su grito. Veo que estoy cerca de las aguas termales.—ANTONELLA— Repito.—Ayúdame – Repite.—¿Dónde estás? – Me estoy acercando al lugar de donde proviene su voz.—Aquí ayúdame, me voy a caer — Me responde, creo que sé dónde está, ilumino el suelo y la veo ahí sujetándose del filo de la entrada a las aguas termales, pongo la linterna en el suelo tomo sus manos y la subo con cuidado.—No te preocupes, no pienso soltarte — Le digo, puedo subirla fácilmente. Ella apenas estuvo en piso
Antonella:Que se cree ese hombre, piensa que voy a caer con un simple beso luego de lo que dijo. Tomo las llaves del auto, creo que deberé adelantar mi visita al otro pueblo, también necesito gasolina y tal vez traiga algo de comida, no quiero deberle más cosas a ese tipo.El otro pueblo es mucho más grande además de tener muchas cosas que aquí no puedo encontrar, sin embargo, para llegar hasta ahí toma 15 minutos en carretera donde lo único visible son campos de cultivo, pero nada de casas, digamos que es un mal lugar para que se te malogre el carro o se te ponche una llanta, de día no es tan malo, pero de noche debe ser peligroso.Voy directo al supermercado a comprar lo que necesito, como un poco de detergente, jabón y una que otra cosa. Lo mejor que puedo hacer en este momento es distraerme. Me doy cuenta que venden paraguas, algunos impermeables,
Han pasado casi dos meses desde la última vez que la vi, se veía preciosa, lo único malo es que se encontraba en brazos de ese hombre al que odio tanto. Me hervía la sangre, fue por eso que bebí más de la cuenta y casi vuelvo a pegarle. Pero me saca de quicio el hecho que ella me pueda dejar de lado tan fácilmente.¿Desde cuándo estará con ese hombre indeseable? ¿Lo conocerá desde hace mucho? ¿Acaso ese era su amante? ¿Seguirá con él? Todas esas preguntas rondan por mi cabeza desde hace mucho, Tal vez no tendré las respuestas, me desespero.—Giovanni. Giovanni. — Es la irritante voz de Alexandra de nuevo.—¿Qué quieres? – Le pregunto de mala gana me tiene harto.—Es que tengo un antojo, mi amor por favor — Usa esa asquerosa voz melosa
Antonella:Desde aquella noche las cosas entre ambos no estuvieron tan tensas, sin embargo, puedo decir que mi estancia tranquila se complicó. Por lo visto Sebastián y Chelsea esparcieron el rumor que Giancarlo y yo andábamos juntos, al ser un poblado pequeño las noticias corren rápido. Es por ese motivo que me siento observada e incómoda con la actitud de las personas, las costumbres aquí son muy conservadoras, no ven con buenos ojos que ambos estemos bajo el mismo techo sin estar casados.Por el momento, la señora Nodal no me hizo ningún comentario, eso me alivia un poco porque no sabría qué decir. Me siento en uno de los bancos pequeños necesito pensar.—Antonella, deseo hablar un momento contigo — Me habla la señora Nodal.—Puede ser después, tengo que irme de inmediato — Me l
Antonella:Ambos hicimos lo acordado, sin embargo, muchos no creen del todo la historia que inventamos. Al menos espero que con esta celebración se olviden por fin de aquel rumor, chisme o en lo que sea que se convirtió y tomen una nuevo, por supuesto que no esté relacionado conmigo.Al salir noto el alboroto de inmediato en las calles. Todo está hermosamente decorado con cadenetas, hay un estrado con músicos en la plaza municipal, al igual que varias personas con sus puestos ofreciendo distintos productos. Por lo que me contó Nodal, esta es una de las fiestas más grandes del año. Aparte de ser la celebración de la vendimia también es la del aniversario del pueblo.Ella me contó cosas que me dejaron sorprendida, por ejemplo, que la familia de Giancarlo fue quien le dio vida a este pueblo que se encontraba perdido en medio de la nada. Por lo que me dijo la tátara, tát