—Amelie…Amelie… – Escucho a lo lejos. Es ella debo estar cerca.
—ANTONELLA… VEN…. ANTONELLA — Le grito
—AAAAAA… AUXILIO — Me apresuro al oír su grito. Veo que estoy cerca de las aguas termales.
—ANTONELLA— Repito.
—Ayúdame – Repite.
—¿Dónde estás? – Me estoy acercando al lugar de donde proviene su voz.
—Aquí ayúdame, me voy a caer — Me responde, creo que sé dónde está, ilumino el suelo y la veo ahí sujetándose del filo de la entrada a las aguas termales, pongo la linterna en el suelo tomo sus manos y la subo con cuidado.
—No te preocupes, no pienso soltarte — Le digo, puedo subirla fácilmente. Ella apenas estuvo en piso
Antonella:Que se cree ese hombre, piensa que voy a caer con un simple beso luego de lo que dijo. Tomo las llaves del auto, creo que deberé adelantar mi visita al otro pueblo, también necesito gasolina y tal vez traiga algo de comida, no quiero deberle más cosas a ese tipo.El otro pueblo es mucho más grande además de tener muchas cosas que aquí no puedo encontrar, sin embargo, para llegar hasta ahí toma 15 minutos en carretera donde lo único visible son campos de cultivo, pero nada de casas, digamos que es un mal lugar para que se te malogre el carro o se te ponche una llanta, de día no es tan malo, pero de noche debe ser peligroso.Voy directo al supermercado a comprar lo que necesito, como un poco de detergente, jabón y una que otra cosa. Lo mejor que puedo hacer en este momento es distraerme. Me doy cuenta que venden paraguas, algunos impermeables,
Han pasado casi dos meses desde la última vez que la vi, se veía preciosa, lo único malo es que se encontraba en brazos de ese hombre al que odio tanto. Me hervía la sangre, fue por eso que bebí más de la cuenta y casi vuelvo a pegarle. Pero me saca de quicio el hecho que ella me pueda dejar de lado tan fácilmente.¿Desde cuándo estará con ese hombre indeseable? ¿Lo conocerá desde hace mucho? ¿Acaso ese era su amante? ¿Seguirá con él? Todas esas preguntas rondan por mi cabeza desde hace mucho, Tal vez no tendré las respuestas, me desespero.—Giovanni. Giovanni. — Es la irritante voz de Alexandra de nuevo.—¿Qué quieres? – Le pregunto de mala gana me tiene harto.—Es que tengo un antojo, mi amor por favor — Usa esa asquerosa voz melosa
Antonella:Desde aquella noche las cosas entre ambos no estuvieron tan tensas, sin embargo, puedo decir que mi estancia tranquila se complicó. Por lo visto Sebastián y Chelsea esparcieron el rumor que Giancarlo y yo andábamos juntos, al ser un poblado pequeño las noticias corren rápido. Es por ese motivo que me siento observada e incómoda con la actitud de las personas, las costumbres aquí son muy conservadoras, no ven con buenos ojos que ambos estemos bajo el mismo techo sin estar casados.Por el momento, la señora Nodal no me hizo ningún comentario, eso me alivia un poco porque no sabría qué decir. Me siento en uno de los bancos pequeños necesito pensar.—Antonella, deseo hablar un momento contigo — Me habla la señora Nodal.—Puede ser después, tengo que irme de inmediato — Me l
Antonella:Ambos hicimos lo acordado, sin embargo, muchos no creen del todo la historia que inventamos. Al menos espero que con esta celebración se olviden por fin de aquel rumor, chisme o en lo que sea que se convirtió y tomen una nuevo, por supuesto que no esté relacionado conmigo.Al salir noto el alboroto de inmediato en las calles. Todo está hermosamente decorado con cadenetas, hay un estrado con músicos en la plaza municipal, al igual que varias personas con sus puestos ofreciendo distintos productos. Por lo que me contó Nodal, esta es una de las fiestas más grandes del año. Aparte de ser la celebración de la vendimia también es la del aniversario del pueblo.Ella me contó cosas que me dejaron sorprendida, por ejemplo, que la familia de Giancarlo fue quien le dio vida a este pueblo que se encontraba perdido en medio de la nada. Por lo que me dijo la tátara, tát
Giancarlo:Gran parte de la mañana la he pasado buscando a Antonella, no la he visto en todo el día. Me pregunto si le gustaran esta clase de festividades, tal vez ha decidido quedarse en casa. Voy para allá y en el camino la encuentro junto a Sebastián cerca del puesto de la madre de Sarah, voy de inmediato.—Antonella ¿Quieres tener una cita? – Le pregunta Sebastián, no pienso escuchar la respuesta que le dará ella. Tomo la mano de Antonella, la alejo de Sebastián lo más rápido que puedo, perdiéndolo de vista.—Espera – Planta los pies en la tierra.—¿Qué sucede? – La cuestiono.—¿Cómo?, ¿qué sucede? La que debe hacer esa pregunta soy yo…Dime ¿Por qué me alejaste de Sebastián? Estaba hablando
Antonella:Estamos frente al escenario donde se encuentran varias tinajas de madera, que si no me equivoco su nombre es lagar, ahí depositan los racimos de las uvas para que luego ingresen personas que aplasten las uvas y consigan el jugo de la uva para fermentar.—Apúrate, hemos llegado a tiempo — Giancarlo y en menos de un minuto estamos en el estrado atrás de uno de esos lagares. – Quítate los zapatos, enjuágalos en cualquiera de esos depósitos de agua e ingresa ahí.—Estás loco — Le susurro.—Es un concurso de pisado de uvas, se hace en parejas. Solo tenemos que saltar, bailar hasta que salga el jugo suficiente para llenar una botella antes que los otros competidores… El premio te va a gustar — Me explica mientras se quita los zapatos. — Te ayudo — se ofrece.&
Giancarlo:Luego de ver los fuegos artificiales en la rueda de la fortuna nuestro deber como reyes de la vendimia es ir a la fiesta que se realiza en la plaza. La tradición para elaborar uno de los vinos gourmet de la zona, consistía en que todas las mujeres del pueblo entraran en uno de los lagares y con sus pies pisaran las uvas. Antonella ya es miembro oficial así que tenía que participar mientras los hombres teníamos que poner la música, tomo mi violín y comienzo a tocar.Los visitantes aplaudían y festejaban esta tradición, Antonella por su parte al principio esta reacia a participar, pero luego que la sujetaran y la obligaran, no le quedo de otra. Todos animaban a las mujeres, la gente vitorea, grita y bailan al ritmo de la música. Para terminar, se da comienzo a la gran fiesta de cierre donde se invita a la gente parte de la producción del año pasado.<
Antonella:Me siento como una pobre estúpida. Voy, me lance a sus brazos, lo beso, creí que me correspondía al igual que hace un momento en la plaza y al final me detiene. Estoy tan avergonzada, soy un fracaso como mujer, todo el mundo me rechaza. He malinterpretado sus intenciones…Soy una tonta.Me siento al final del pasillo que daba al patio trasero, no me buscara ahí, dudo que lo haga.—Antonella — Lo escucho a mis espaldas. No me muevo ni siquiera me atrevo a levantar el rostro, prefiero continuar como si no pasara nada, tal vez se harte y me deje tranquila. Además ¿Qué quiere? Humillarme, despreciarme más o tal vez burlarse de lo patética que soy.—Antonella, por favor — Lo escucho de nuevo, para sentir como se sienta a mi lado, se apoya en mi brazo. — Sé que estás despiertas, que m