—Son muchos hombres. – Es el único comentario que logro hacer.
—Son ocho hombres en total. Reinaldo, cinco de sus hermanos y un par de desconocidos. Si te das cuenta las fechas van desde antes de nuestro divorcio hasta hace unos tres meses atrás. Hay dudas razonables sobre quién es el padre de la pequeña. ¿Comprendes? – Me ve fijamente.
Supongo que te la deberías hacer la prueba de paternidad. De esa forma saldrías de dudas. – Esquivo su mirada.
—Cierto, pero ese es mi dilema. Al estar casado con Alexandra, automáticamente esa niña pasa a ser mi hija. El problema radica en que si me divorciara de Alexandra y ponga en duda la paternidad de la niña, la mitad de lo adquirido pasa a manos de Alexandra, mejor dicho quien se haga cargo de ella y la pequeña a manos del padre. Si fallecer&a
Giancarlo:Me tranquiliza oír a Antonella que se siente bien y que ese tipo no le hizo nada aunque saber que en mi improvisado interrogatorio estuvo metido Coppola me perturba. Hubiese ido de inmediato, si no fuera porque Bradley me dijo que confiara Antonella sabría cuidarse además que Coppola siempre se opuso a la relación entre Antonella e Giovanni. Sin embargo el interés en que no fuera a la ciudad, ese sujeto no hace nada sin pensarlo dos veces. Tal vez me estoy volviendo paranoico.¿Por fin te comunicaste con Nella? – Me pregunta Bradley.—Si. – Doy un monosílabo de respuesta.—Pero sigues igual. Sé que Giovanni fue un animal con ella sin embargo no creo que la lastime a pesar de todo la quiere y la última vez que lo encontré reconoció gran parte por no decir todo el
¿Qué quieres Giovanni? – Resignada a tener que ver a un frío Giancarlo.-jejejeje disculpa. – Ríe como tonto. – Creo que llame en un mal momento.-Puedes decir que sucede. – Esta vez sueno más molesta que antes.-Quería informarte que a Selene le van a dar el alta en dos semanas. -Habla emocionado.-Que bueno. – Intento sonar alegre aunque no es algo que sienta del todo.Deseaba que fueras la primera en saberlo. – Dice haciendo que sienta un poco de culpa. - ¿Quieres venir el siguiente fin de semana para arreglar el cuarto de Selene?Su pedido me toma por sorpresa y no sé porque siento que el mal humor de hace un momento vuelve junto una mezcla ee tristeza. Si fuera otra persona la que me lo pidiera iría con gusto pero con Giovanni. -
Giancarlo:Desde ese día en las aguas termales nuestra relación ha ido viento en popa, incluso todos estos días hemos terminado durmiendo juntos. Algo que normalmente solemos hacer los fines de semana por cuestiones de tiempo, pero esta vez no nos importó. Hoy es jueves y faltan un día para partir a nuestra excursión.He terminado la mayoría del trabajo temprano para tener todo listo para mañana. Tengo que llevar una carpa, las bolsas de dormir, leña, linternas, quizá nos sea de utilidad el viejo telescopio del abuelo, unas cuantas herramientas, el set de la parrilla. Todo eso se encuentra en el cobertizo, espero que este todo bien hace años que no voy de campamento.Voy caminando y observo que una camioneta porsche se estaciona en la entrada, es algo extraño porque no esperaba la visita de nadie. Sin embargo ver a esa persona bajar del a
Antonella:Espero a que Giancarlo se retire para poder charlar con el señor Massimo Coppola, Me imagino que puede ser “No te acerques más a mi hijo, no lo busques o ni se te ocurra volver con él” es clásico aunque es demasiado exagerado e innecesario que venga hasta aquí, yo estoy bien con Giancarlo y no pienso volver con Giovanni.-¿Qué desea? Si es que me aleje de su hijo lo hare con gusto, ni quiero regresar con él así que siéntase aliviado. – Inicio.-Esta vez vengo por un asunto totalmente diferente. – Dice.-¿Asunto diferente? – Me sorprende.-Digamos que es algo que te alegrara. – Da vueltas.Va dejar de fastidiar y mandara a su hijo lejos a un país remoto y no me busque. – Suena agradable la idea.
Giancarlo:Antonella se quedó en el Facebook conectada casi hasta las dos de la mañana, supongo que estuvo charlando con alguien por que no hacia caso cuando le escribía. En la mañana la vi con una cara de sueño, tenía ojeras, eso le sucede por quedarse hasta tan tarde aunque ambos estamos iguales porque al verla doy un gran bostezo.-Giancarlo, buenos días.- Me saluda.-Tomate un café, te va ayudar.- Le aconseja. – Esther prepara por favor dos cafes.-Solo uno, recuerda que me cae mal… Prefiero uno de ese café de cebada, Esther por favor. – Le pide.-No debiste trasnochar. – La riño.-Tu tampoco además que hablaba con Clarisse ¿Tu que hacías?- Pregunto.-Bradley. – Doy una palabra como respuesta.
Antonella:Las cosas entre Giancarlo y yo han vuelto a la normalidad, de nuevo dormimos juntos. Lo bueno es que esta semana salgo de vacaciones, son dos semanas libres. En las que pasare con mi madre mínimo una semana, Giancarlo también tiene que venir porque necesita hablar con unos clientes. Lo único que me preocupa es este fin de semana, Alexandra sale el sábado de la clínica. Giancarlo ha insistido en acompañarme, espero que no traiga problemas. Aunque Giovanni debe acostumbrarse a la idea de que estoy con él.—¿Lista para partir cariño? — Siento a Giancarlo rodeándome la cintura desde atrás.—Si. Recuerda que hoy me quedo con mi mamá y vienes en la mañana para que mi mamá te engría e irnos a la clínica por lo de Alexandra — Le cuento nuestros planes.—Qued
Giovanni: —Reinaldo — Digo a regañadientes. —Carlos — Me sorprende que él también lo conozca, eso me da mala espina. Cualquiera que tenga relación con Reinaldo es por algo malo. —Madicci. Que sorpresa encontrarte aquí — Interviene Reinaldo. —¿Qué haces aquí? – Le pregunto. —Vengo por mi hija, que otra razón tendría — Habla como si nada. —Esa niña es mi hija — Le aclaro. —Ni tú te crees esa mentira, así que hazte un favor y entrégame a la niña — Se muestra soberbio Reinaldo. —Legalmente la niña es su hija y mientras él no dude de su paternidad o haga una prueba de ADN, no puedes hacer nada. Así que tú estás de más en la historia — Me sorprende la intervención de Giancarlo. Reinaldo le muestra mala cara. —Ya oíste Reinaldo así que lárgate — Le ordeno.
Giancarlo: Me pareció extraña la petición de él, pero me di cuenta de sus intenciones cuando me hizo señas que lo siguiera. Llegamos a su despacho, supongo que no desea interrupciones. Es raro sin embargo si busca pelea lo evitare en lo posible, aunque si no queda otra alternativa. —Toma asiento. – Me pide. —Estoy bien. – Lo veo serio. —(Suspira) Disculpa si no te ofrezco nada. Como comprenderás estoy en un proceso rehabilitación y no hay una sola gota de alcohol en el lugar para evitar tentaciones. – Me cuenta. —¿Qué deseas? – Le pregunto, no quiero perder el tiempo en cosas sin importancia. —¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me ayudas? — Me cuestiona. —Antonella — Es mi respuesta. — Suficiente ha padecido contigo como para agregarle más problemas — —¿Es una especie de tregua? — Está incrédulo. &n