Giancarlo:
Desde ese día en las aguas termales nuestra relación ha ido viento en popa, incluso todos estos días hemos terminado durmiendo juntos. Algo que normalmente solemos hacer los fines de semana por cuestiones de tiempo, pero esta vez no nos importó. Hoy es jueves y faltan un día para partir a nuestra excursión.
He terminado la mayoría del trabajo temprano para tener todo listo para mañana. Tengo que llevar una carpa, las bolsas de dormir, leña, linternas, quizá nos sea de utilidad el viejo telescopio del abuelo, unas cuantas herramientas, el set de la parrilla. Todo eso se encuentra en el cobertizo, espero que este todo bien hace años que no voy de campamento.
Voy caminando y observo que una camioneta porsche se estaciona en la entrada, es algo extraño porque no esperaba la visita de nadie. Sin embargo ver a esa persona bajar del a
Antonella:Espero a que Giancarlo se retire para poder charlar con el señor Massimo Coppola, Me imagino que puede ser “No te acerques más a mi hijo, no lo busques o ni se te ocurra volver con él” es clásico aunque es demasiado exagerado e innecesario que venga hasta aquí, yo estoy bien con Giancarlo y no pienso volver con Giovanni.-¿Qué desea? Si es que me aleje de su hijo lo hare con gusto, ni quiero regresar con él así que siéntase aliviado. – Inicio.-Esta vez vengo por un asunto totalmente diferente. – Dice.-¿Asunto diferente? – Me sorprende.-Digamos que es algo que te alegrara. – Da vueltas.Va dejar de fastidiar y mandara a su hijo lejos a un país remoto y no me busque. – Suena agradable la idea.
Giancarlo:Antonella se quedó en el Facebook conectada casi hasta las dos de la mañana, supongo que estuvo charlando con alguien por que no hacia caso cuando le escribía. En la mañana la vi con una cara de sueño, tenía ojeras, eso le sucede por quedarse hasta tan tarde aunque ambos estamos iguales porque al verla doy un gran bostezo.-Giancarlo, buenos días.- Me saluda.-Tomate un café, te va ayudar.- Le aconseja. – Esther prepara por favor dos cafes.-Solo uno, recuerda que me cae mal… Prefiero uno de ese café de cebada, Esther por favor. – Le pide.-No debiste trasnochar. – La riño.-Tu tampoco además que hablaba con Clarisse ¿Tu que hacías?- Pregunto.-Bradley. – Doy una palabra como respuesta.
Antonella:Las cosas entre Giancarlo y yo han vuelto a la normalidad, de nuevo dormimos juntos. Lo bueno es que esta semana salgo de vacaciones, son dos semanas libres. En las que pasare con mi madre mínimo una semana, Giancarlo también tiene que venir porque necesita hablar con unos clientes. Lo único que me preocupa es este fin de semana, Alexandra sale el sábado de la clínica. Giancarlo ha insistido en acompañarme, espero que no traiga problemas. Aunque Giovanni debe acostumbrarse a la idea de que estoy con él.—¿Lista para partir cariño? — Siento a Giancarlo rodeándome la cintura desde atrás.—Si. Recuerda que hoy me quedo con mi mamá y vienes en la mañana para que mi mamá te engría e irnos a la clínica por lo de Alexandra — Le cuento nuestros planes.—Qued
Giovanni: —Reinaldo — Digo a regañadientes. —Carlos — Me sorprende que él también lo conozca, eso me da mala espina. Cualquiera que tenga relación con Reinaldo es por algo malo. —Madicci. Que sorpresa encontrarte aquí — Interviene Reinaldo. —¿Qué haces aquí? – Le pregunto. —Vengo por mi hija, que otra razón tendría — Habla como si nada. —Esa niña es mi hija — Le aclaro. —Ni tú te crees esa mentira, así que hazte un favor y entrégame a la niña — Se muestra soberbio Reinaldo. —Legalmente la niña es su hija y mientras él no dude de su paternidad o haga una prueba de ADN, no puedes hacer nada. Así que tú estás de más en la historia — Me sorprende la intervención de Giancarlo. Reinaldo le muestra mala cara. —Ya oíste Reinaldo así que lárgate — Le ordeno.
Giancarlo: Me pareció extraña la petición de él, pero me di cuenta de sus intenciones cuando me hizo señas que lo siguiera. Llegamos a su despacho, supongo que no desea interrupciones. Es raro sin embargo si busca pelea lo evitare en lo posible, aunque si no queda otra alternativa. —Toma asiento. – Me pide. —Estoy bien. – Lo veo serio. —(Suspira) Disculpa si no te ofrezco nada. Como comprenderás estoy en un proceso rehabilitación y no hay una sola gota de alcohol en el lugar para evitar tentaciones. – Me cuenta. —¿Qué deseas? – Le pregunto, no quiero perder el tiempo en cosas sin importancia. —¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me ayudas? — Me cuestiona. —Antonella — Es mi respuesta. — Suficiente ha padecido contigo como para agregarle más problemas — —¿Es una especie de tregua? — Está incrédulo. &n
Antonella: Las cosas con Giancarlo no han estado del todo mal, aunque a pesar que Giovanni cuenta con una enfermera que cuida a la pequeña Alexandra (Al final, se eligió el nombre de su madre) casi todo el día, siempre es tan inoportuno, llegando a ser molesto. Varias veces me he aguantado las ganas de mandarlo a lo profundo de los infiernos, pero me contengo sólo por educación. Giancarlo trata de ser comprensivo, pero lo noto molesto, hasta ha llegado a decirme, corre contesta debe ser algo importante, usando un tono sarcástico. No le puedo reclamar nada, aunque la última vez me enoje con Giovanni y le dije que tanto me preguntaba después de todo no soy madre y no he tenido un recién nacido al cual cuidar por lo que no sabría decirle que es normal o no. Hubo un silencio incomodo por parte de ambos para que de ahí fuera yo la que colgara. Lo dije sin pensar al sentirme tan fastidiada, lo peor es que Giancarlo justo
Giancarlo:No la entiendo, porque hemos llegado a un punto en el que si pregunto algo de su pasado con ese, ella quiere terminar. Ahora estoy así, puedo arriesgarme y preguntar y luego salirme con la mía. No obstante cabe la posibilidad que todo termine. Me aventurare.—¿Cómo lo conociste?— Pregunto.—Un día fui con Alexandra y otros amigos al cine, ella lo llevo a él entre su grupo de amigos, nos lo presento como un viejo amigo de la infancia. Al pTeodoracipio nos llevábamos mal, no lo soportaba hasta que un día Giovanni me defendió de unos delincuentes… Descubrí que no era tan malo, nos hicimos amigos y me enamore. Creí que Alexandra y él tenían algo pero ambos lo negaron así que un día me propuso ser su enamorada, un año después su novia y luego de un periodo largo en que su p
Bradley: Regreso al patio esperando encontrarme con Antonella, pero no fue así, al que hallé fue a un furioso Giancarlo maldiciendo a la nada. No cabe duda que su conversación con Antonella no ha terminado nada bien. Por más que Antonella me diga que Giancarlo fue comprensivo y todo, estoy seguro que no es así. Conozco lo posesivo que puede llegar a ser y que es muy bueno ocultándolo. Estoy seguro que no le agrado del todo encontrarme con Antonella así y seguro dijo alguna cosa que no debía, digamos que la situación con Giovanni lo exaspero. —¿Qué hiciste? – —¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? – Su respuesta. —Supongo que lo malograste de nuevo. – Con solo verlo se conoce su respuesta.— Tu sabes que adoro a mi Clarissita y Antonella es una amiga. —Lo sé… — Da un suspiro.— Antonella es muy diferente a la que era antes. —Si aunque cuando es