Dos meses despues.
Antonella:
Las cosas entre Giancarlo han surgido mejor de lo que espere. A pesar que algunas veces es antipático, siempre su respuesta es: que igual así me gustó. También me di cuenta que con las demás personas él es muy reservado, no habla mucho, quizá puede llegar a ser huraño y todo un mandón, en sí creo que su mismo porte lo hace ser así, una especie de demonio que, si le das la contra, lamentaras las consecuencias. Otra cosa es que Giancarlo no suele ser de los que dice por favor y cuando lo hace suena igual a una orden.
Pero cuando estamos solos, es muy diferente, es comunicativo muestra sus emociones porque sonríe, se ríe suele ser bastante juguetón. Los fines de semana solemos irnos a la playa o a las aguas termales. Nos quedamos en cualquiera de los dos lugares hasta que caiga el sol. Regresamos caminando en compa&ntil
Giancarlo:Desde que le mostré ese oso esta rara, de lo que se encontraba radiante como el sol pasó a ser tenue como la luz de una vela a punto de apagarse. Vamos a la caja junto con las cosas que escogimos, prefiero ser yo quien haga la transacción porque ella está distraída viendo unas cosas.—Señor ¿Con que va a pagar, efectivo o tarjeta? — Me pregunta la dependienta.—Tarjeta — Contesto sin perder de vista a Antonella que ve unos zapatitos para bebe.—Ingrese su clave, por favor — Continua, lo hago rápido. — Gracias señor, esto es un regalo para usted y su esposa, es el cuaderno para su bebé — Esto me tomo por sorpresa, que podía decir, negarme y aclararle que no era mi esposa y que tampoco íbamos a tener un bebé, aunque lo intentamos cada vez que podemos.
Giancarlo:Desde que la recogí luce triste y pensativa, no para de mirar por la ventana del auto. No se encuentra al borde del llanto, pero se parece mucho a la Antonella que conocí al principio. ¿Qué le habrá dicho eso mujer? No quiero que ella siga así, quiero a la Antonella sonriente y amable.—Giancarlo, ¿Crees que el dinero es más importante que el amor? — Me pregunta de repente.—El dinero te da cosas materiales que al principio cubren tus necesidades básicas hasta llegar a los lujos — Le comienzo a responder.—Entonces es mucho más importante — Esta apagada, con la cabeza gacha.—El dinero atrae el odio, la envidia, la traición y dolor… Recuérdalo siempre, aunque la mayoría crea que el dinero da la felicidad, la verdad es que no es as&
Giancarlo:Ha pasado una hora desde que entró al baño no sale, incluso la ducha continúa abierta. Esto me está asustando, acaso ella habrá cometido alguna tontería. Voy por la llave del baño, abro la puerta y la encuentro. La descubro de pie en la ducha, con la mirada perdida, parece una especie de muerta, ni siquiera se ha inmutado al ver que entre. Cierro la llave de la regadera.—Antonella — La llamo, pero ella sigue sin reaccionar, la cubro con la toalla, ella se deja ni siquiera protesta, es como si la Antonella que conozco se la hubieran llevado muy lejos. La cargo y la llevo hasta mi cama, se abraza aferrándose a mi como si de eso dependiera su vida, mientras escucho un suave sollozo. No sé si esta situación es peor que las veces que tiene pesadillas y llora, en esos momentos lo único que hago es abrazarla y con eso se calma, pero ahora no s&eacut
Giancarlo:Cuando supe lo que ese malnacido le hizo a ella me dieron ganas de ir y partirle la cara, molerlo a golpes a él para que supiera que se siente cuanto te pegan, no abusar de alguien que es más débil que uno. Si le sumamos otras cosas que sospecho que sucedieron. Todo eso hizo que me descontrolara y la asustara. Yo ya sabia la clase de calaña asquerosa que ese ese hombre y toda su familia en general, pero saber que la lastimo, me hizo odiarlo mucho mas de lo que ya lo hacía.Cuando la oí: Por favor, no vuelvas a preguntar. Me sentí mal por lo triste que se escuchaba para luego irse a no sé dónde. La voy a buscar a mi habitación, nada, tal vez en el balcón, en la lavandería tampoco está, al igual que su ropa. Al volver a la sala, ella está sentada en la Barcelona, se ve seria, al darse cuenta que llego se levanta, me dice lo siguiente: &
Antonella:Giancarlo decidió esperarme en el carro mientras recogía el dinero de este mes en la portería. Cuando estoy en la entrada me encuentro con quien menos deseo hacerlo, es Giovanni con su traje elegante y un ramo gigante de rosas.—¡Antonella! — Se me abalanza para abrazarme, mientras que yo estoy asustada, pero debo mostrarme fuerte.—¿Qué haces aquí? — Lo separo.—Vengo a pedirte que me perdones, que vuelvas, entiende que te extraño — Da una razón que tal vez hace tiempo hubiera aceptado gustosa. — Tomo es una muestra del amor que tengo todavía hacia a ti.—Disculpa, no puedo aceptarlas — Lo rechazo. — Esto deberías dárselas a tu esposa ——Para mí tú sigues siéndolo, ese papel
Giancarlo:Antonella no demora mucho. Cuando estuvo de regreso sin dejarme tiempo para asimilar la verdadera identidad de su ex esposo, me mira asustada seguramente esperando algún reproche, el terror de su mirada deja ver más de las terribles cosas que ese miserable le hizo pasar. Giovanni Coppola es un cobarde, uno al que nunca creí tener que volver a lidiar, han pasado muchos años, por lo que los recuerdos que tengo, son algo vagos. En realidad, no quise nunca conocer nada de ese hombre al que ese tonto niño llama orgullosamente su padre, ni siquiera cuando fui forzado a vivir con él con el propósito de convertirme en su heredero. ¿Qué fue de su vida? ¿Qué hacía? Total, yo no le debo nada a ese hombre.Todo lo que tengo ahora fue gracias al esfuerzo de mis abuelos, de otras personas que me cuidaron sin ser mi familia. Desde el momento en que
Alexandra:Son las cinco de la tarde y no he recibido señal de vida de Giovanni. Normalmente suelen llamar de un bar de mala muerte o de la comisaría para que pase por él, tal vez no termino tan mal y decidió llamar al insoportable del viejo Augusto.Es un viejo metiche, no entiendo porque hasta ahora Giovanni no lo despide. Al menos sirve para ahorrarme el trabajo de tener que denigrarme a ir a esos lugares por Giovanni. Si no fuera porque me obligo mi padre a estar con él, en este momento estaría en brazos de otro hombre. Uno que sé que me valoraría, me trataría como una reina, siempre repetía aquello con el fin que me quedara a su lado. Creo que sin que me prometa semejante cosa igual me hubiese ido con él, no me importaría nada con tal de estar con él.—¡Alexandra! ¿Eres tú? — Oigo la voz de aque
Antonella:Desde que peleamos, las cosas entre Giancarlo han estado algo distantes, así lo percibo. No estoy segura si es mi culpa o son todas las cosas que han sucedido desde ese día. Recuerdo que a la mañana siguiente Giancarlo me llamo avisándome que Nodal entro en trabajo de parto. Nuestra estadía en la ciudad termino y partimos de inmediato. Nuestro viaje de seis horas se redujo a tres horas y media.Al legar al hospital, fue un sonriente Adam quien nos recibió. Está muy feliz, la pequeña Kaira nació al medio día, pesando dos kilos novecientos gramos, totalmente saludable. Nodal se encuentra muy bien sólo estaba cansada por lo que nos contó Adam. Pudimos ver a la bebé en la sala de recién de nacidos, Kaira es la viva imagen de su madre, es tan linda.Luego en la tarde fuimos por un helado, en si insistí que valla