Sus empleados pudieran haber estado intentado sacarle conversación, intentando interactuar con él, pero quien realmente Giovani quería que lo mirara apenas si había alzado la cabeza de su celular. ¿Qué demonios estaba mal con esa mujer? Acaso no había sentido el peso de su mirada hasta el momento. Porque hasta la había desnudado con la imaginación.
Sin, embargo, no. Ni siquiera le había dado una ojeada a él. Lo que ella estuviera haciendo en el celular era mucho más importante que él y la reunión. Incluso había notado cuando ella había hecho el intento de levantarse y había sido agarrada por su compañera a su lado, volviendo a dejarla sentada. Se notaba realmente incómoda con aquello.
-Estás realmente interesado en ella- Kamil a su lado le susurró obviando a la mujer que a su lado le intentaba sacar conversación insistentemente.
Giovani tomó no sabía que sorbo de su vaso. Por increíble que fuera ya llevaba una botella por la mitad. Variar de sabores refinados a algunos más densos no venía mal después de todo.
-Me resulta interesante, y no está nada mal, a pesar de su poco cuidado en su imagen. Su rostro es mi tipo
Kamil enfocó a la mujer, en su cabello mal agarrado y su ropa hacía que se viera algo mayor de lo que realmente sus rasgos mostraban.
-Tienes razón, pero debes enfocarte. Tienes novia y además tienes que casarte con una mujer con ciertas características. Acaso quieres perder todo lo que has logrado hasta ahora.
Gio gruñó internamente.
-Maldito el momento en que fue firmado ese poder donde mi abuelo sería dueño de todas las propiedades que tengas cuatro generaciones después que él.
Kamil no dijo nada. La situación en la familia de Giovani era complicada. No se metería, solo podía quedarse a un lado para ayudarlo en lo que pudiese.
-Chicossss, chicos- una de las mujeres del grupo se levantó y comenzó a golpear una botella con el borde de una cuchara. Todos la atendieron incluyendo el presidente y su guardaespaldas- ya que estamos tan emocionado, vamos a jugar un juego.
Nadie sabía qué tipo de juego sería, pero estallaron en gritos y risas. Eran realmente escandalosos y Giovani de alguna forma no estaba del todo cómodo. No estaba habituado a este escándalo. Y lo peor es que nadie externo al grupo hacía nada para controlarlos, ni el dueño, como si esto fuera algo habitual.
-Bueno, en ese caso jugaremos al vaso caliente. Al que le caiga tendrá que decir a que edad tuvo su primera relación sexual- dijo la mujer entre risas y los demás la acompañaron.
-¿En serio vamos a jugar a esto?- Giovani murmuró y no pudo evitar mirar a un lado a la mujer que apretaba sus labios para después soltar un suspiro. Se preguntaba que invadía sus pensamientos.
Y si, pues jugarían pues cuando se hizo el primer conteo de 10 el respectivo vaso castigador terminó en manos de él.
-Ohhh, le cayó al Ceo- uno de los hombres más entusiasmando delante de él lo señaló con el dedo-
-Responda, responda- otra mujer casi estaba eufórica- Cuando fue su primera relación.
Giovani miró el vaso y realmente no tenía nada de qué avergonzarse. Había empezado su vida sexual como todo adolescente sano a muy temprana edad.
-Fue a los 14- dijo sin más y todos lo miraron con ojos brillantes.
-Como era de esperarse de alguien como el Ceo. De seguro fue un adolescente hermosos y rompecorazones- no faltaron esos comentarios.
Y la verdad es que no. Giovani solo se había acostado con su novia de ese momento pues ella le pedía una muestra de amor, cuando él estaba más enfocado en sus estudios que en una relación. No recordaba mucho de sus aventuras sexuales cuando era joven. Solo había una que le traía muy buenos recuerdos, como malos a la vez. Sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos.
El juego siguió y le tocó a varias personas que respondieron variando la edad de sus relaciones. A Giovani no le interesaba mucho, más bien, ya casi tenía que irse, necesitaba aun descanso. Y se dispuso a levantarse cuando el vaso terminó delante de la única persona en la que estaba interesado esa noche.
La mujer se quedó mirando el vaso frente a ella y lo puso sobre la mesa.
-Vamos Isabela, responde, todos lo estamos haciendo. ¿Cuándo fue tu primera relación sexual? - uno de los chicos respondió interesado y las miradas fijas en ella, después de todo no era alguien que soliera relacionarse mucho dado su volumen de trabajo y que tenía cosas más importantes que hacer.
Abrió su boca para responder cuando una risa rompió la tensión y la chica a su lado le pasó un brazo por encima de sus hombros.
-Esta…, pero si Isabela es más virgen que el aceite de oliva.
Ante esta ocurrencia, todos comenzaron a burlarse de la mencionada, pero la mujer apenas se inmutó. Agarró la botella de alcohol que tenía delante y llenó el vaso hasta la mitad bebiéndolo de golpe. Las risas se detuvieron y notaron que ella pareció normal cuando lo bajó dejando sus labios húmedos y su expresión peligrosamente tranquila.
-¿Y qué tiene de malo ser virgen a los 24 años? Acaso soy un fenómeno- una leve sonrisa un poco fría adornó su rostro- Solo soy alguien lo suficientemente ocupada como para no poner el sexo o una relación como una prioridad en mi vida.
Terminando de decir eso, dejando a todos sin poder replicar, Isabella se levantó agarrando su bolso.
-Y si me disculpan. Ese mismo tiempo lo tengo muy limitado, así que me retiro- aun sonreía- Que pasen una buena noche y no beban mucho que mañana todavía trabajamos, Después otros tenemos que pagar los trapos sucios –fue una indirecta a su propio jefe que ya había vaciado dos botellas y por supuesto apenas se enteró del comentario
Y diciendo eso les dio la espalda y caminó en dirección a la puerta sin mirar atrás, hasta desaparecer. Aun las miradas pesaban sobre ella hasta que su imagen se difuminó y solo dos minutos después uno de los chicos habló sin más, con la lengua algo trabada pasado de tragos.
-¿Quién apuesta a que me la follo y deja de ser virgen para fin de mes?
Las miradas se desviaron en dirección a él y otro se le unió.
-Una virgen en la empresa y con su edad. Ese pastelito realmente hay que comérselo.
-Oye, no deberías hablar as…- una de las mujeres se levantó con el rostro rojo para reprenderlo cuando fue interrumpida con una voz grave.
-Debería darles vergüenza- fue entonces que todos supieron de donde venía esa voz. Giovani los fulminó con sus orbes azulados un poco más oscuro de lo normal, el aura alrededor de él era pesada- Hablar del cuerpo de una mujer como si este fuera un premio, acaso es un juego- alzó una ceja- Le están faltando el respeto como persona.
La voz de Giovani se había hecho más grave dado lo molesto que estaba ante los comentarios tan ofensivos contra la mujer. ¿Comérsela? ¿Quitarle la virginidad como si esto fuera una competencia? ¿En serio? Ella tenía decisión sobre su cuerpo y podía acostarse con quien quisiese y cuando quisiese. A veces odiaba ese tipo de hombres que no respetaba a las mujeres.
Aunque… él no era precisamente el mejor ejemplo para destacar. Le había pedido tener sexo a esa misma mujer no hacía mucho tiempo cuando él estaba en una relación y buscando casarse con otra…
Espera…
Ella era virgen y tenía 24 años, y además con una personalidad fuerte, y que parecía que necesitaba dinero.
Dios, no podía dejarla ir. La había encontrado, ella era la candidata perfecta para ser su esposa temporal.
Y aprovechando su discurso se levantó arreglando su traje como podía. Las mujeres de la mesa parecían fascinadas con la defensa que había planteado sin saber realmente lo que pasaba por su cabeza. Como cuando no se conoce al prójimo.
-Yo también me retiro, mañana salgo de viaje y ya perdí bastante tiempo- su tono fue tosco y frunció el ceño a los dos que habían hablado mal de su ahora presa- La noche va por mí, así que terminen sus bebidas- dijo antes de hacerle seña a Kamil y comenzar a caminar hacia la entrada.
Encontró que casi saliendo apresuró su paso. Debía encontrar a la mujer. No se había ido hace mucho así que debía estar cerca de la zona. Notó que Kamil se detenía pagando la cuenta para salir rápido detrás de él.
Giovani miró para todos lados buscando a la tal Isabela. Ese cabello rojo que se notaba que no era resultado de tintes era inigualable. Por lo que, enfocando su vista divisó algo similar en la otra cuadra. No había dudas por lo que se encaminó allí. Pasara lo que pasara esa mujer se convertiría en su esposa.
Isabela más que cansada estaba obstinada. Tantas cosas sobre sus jóvenes hombros la hacían sentir como si tuviera 50 años y para colmo tuvo que aguantar que todos se burlaran de ella como si fuera un fenómeno en pleno siglo 21, incluso con el presidente de su compañía presente. Por suerte, dadas las situaciones por las que había cursado en su pasado ya no se avergonzaba tan fácilmente.Ahora, solo tomaría un taxi, llegaría a su casa, vería a su personita especial y su noche volvería a ser lo medianamente feliz que ella se podía permitir. Aun si estaba tan agotada que sus ojos que sus párpados se cerraban. Definitivamente no debía había tomado ese vaso de alcohol. De seguro sería reprendida una vez estuviera en su casa.Alzó la mano cuando por fin encontró un taxi a lo lejos, esa noche el tráfico estaba terriblemente atestado
La mujer lo miró fijamente con los ojos demasiado abiertos. Parecía conmocionada.-Por eso le pedí ir en mi auto, este no es un tema para hablar en medio de la calle- Giovani descansó el eso sobre uno de sus pies.-Espere, espere. Todavía mi mente se está reiniciando- ella se palmeó la sien y el hombre casi suelta un bufido ante la acción de ella. Era una chica impredecible después de todo y era divertido ver sus cambios de carácter. Primero molesta como una fiera, después intransigente como una pared, después curiosa como una ardilla y por ultima confundida como una cachorrita.-Es lo que le decía, no tiene mucha ciencia. Necesito que usted finja ser mi novia una semana, después mi esposa durante dos meses y después de eso nos divorciaremos, yo con mis problemas resueltos y en tus manos estarán 3 millones de dólares. No está nada mal. Y
El reloj no había marcado las 3 de la mañana cuando Isabela se tuvo que levantar e ir corriendo hacia el baño. Su estómago se revolvía de forma dolorosa y apenas llegó al inodoro antes de devolver todo lo que había en su estómago. Su mundo comenzó a revolverse con cada arcada y contracción de su abdomen. Dios, era realmente doloroso.En medio de todo aquello escuchó como la puerta del cuarto de Allen se abría y ella empujo con su pie la puerta del pequeño baño para cerrarla. No quería que la viera en esas condiciones. Solo lo preocuparía más.No faltó muchos segundos antes de que Allen estuviera tocando con voz angustiada del otro lado.-Bela ábreme, Bela, Bela-Pero ella no lo hizo. Apenas levantó la cabeza para decir con una voz quebrada.-Vuelve a dormir, esto pasará pronto. Ya sabíamos que pas
Isabela dejó a Allen en la escuela como todas las mañanas y se dirigió a la empresa. Habían pasado tres días desde que había tenido la conversación con su insistente jefe y después de eso se había ido de viaje. Al menos eso le había dado tiempo a pensar en qué hacer con su decisión. Aún tenía algunas dudas y no confiaba en él. Ella tenía a su hijo. No podía tomar las cosas a la ligera.Se suponía que el Ceo volvería hoy. Dependiendo de cómo fuera el día, quizás pudiera hablar con el referente al tema. Estaban en juego 3 millones de dólares. Pero si jugaba mal sus cartas podría terminar muy mal, y estaba cansada de estar huyendo y escondiéndose.Bostezó entrando por la puerta. Estaba agotada. Después de estar enferma, el desgraciado de su jefe le había puesto a hacer un nuevo b
-¿Vas a quedarte allí o me acompañarás?- la voz de él hizo reaccionar a la mujer uqe se dio cuenta que habían llegado. Su jefe podía ser bastante ocurrente cuando lo deseaba.Isabela salió del elevador antes que este se cerrara y lo siguió hacia la puerta de su oficina.Samantha lo sintió y despegó la mirada de la pantalla de su computador. Su sonrisa se desvaneció cuando la vio detrás de él.-Samantha, prepara los papeles de baja de Azel. Quiero su expediente con el resto de los documentos encima de mi mesa para mañana.La mujer pasó su mirada de ella hacia Giovani donde cambió por una de asombro.-¿Azel? ¿Baja de la empresa? - estaba muy conmocionada.-Si, algún problema con ella - Giovani la interrogó con la mirada.La mujer negó rápidamente.-No, ninguno, es solo qu
Para cuando Kamil entró dos horas después la escena que encontró lo desconcertó. Miró a Gionani sentado detrás de su escritorio, trabajando normalmente, mientras la mujer en la que había puesto su mirada estaba dormida en el sofá de la oficina. Su impresión debió reflejarse de más en su rostro pues el Ceo alzó la mirada.-¿Qué?- preguntó este dejando de lado los papeles que tenía en su mano.-Ella…- dijo sus orbes en la mujer que dormía profundamente boca arriba ajena a su alrededor. Las marcadas ojeras habían desaparecido paulatinamente de su rostro.-Digamos que es ahora mi nueva directora financiera- dijo Giovani como si fuera lo más normal del mundo- Y si todo va bien, mi esposa luego. Es una mujer bastante dura de convencer, pero me impresionó cuando firmó el ascenso.Kamil se acercó a &eacut
Un lujoso auto se detuvo delante de un completo de apartamentos de baja categoría que contrastaba completamente con el vehículo. Sin embargo, uno de las dos personas dentro del auto apenas se percató de ese hecho y la otra… estaba acostumbrada a estar allí.Giovani se aflojó la corbata y abrió los dos primeros botones de su camisa sin importar que la mujer aun estuviera dentro del auto. La cadena de oro blanco que siempre llevaba brilló sobre su clavícula. Solo podía decir una cosa. Estaba ahora de muy buen humor. La mujer al final había cedido.Bueno… le había dicho textualmente «Primero leeré el contrato, y después le diré mi respuesta», pero él estaba seguro que ella accedería, después de todo, eran 3 millones lo que ella tendría en sus manos después de dos meses sin hacer prácticamente nada. No se pod&
Isabela le dio un beso en la mejilla a Allen antes que este entrara en el bus en dirección a la escuela, encontrando que estaba un poco caliente. No era por el ambiente. Quizás le estaba por dar un nuevo ataque.El cuerpo del niño no era tan fuerte como parecía. Solía enfermarse con mucha facilidad y siempre terminaba en fiebres medias o altas con mucha facilidad. Aun con todos los tratamientos que se le habían puesto y las constantes consultas no habían encontrado alguna causa para ello. Allen podía estar bien y tener fiebre 10 minutos después sin otro síntoma.En las primeras veces Isabela había creído que era debido a que su amiga no se había cuidado mucho en los primeros meses de embarazo y a que era muy joven cuando lo tuvo. Sin embargo, a esa altura no sabía. Debido a eso y los altos costos de los medicamentos, la deuda que ella tenía con el hospital era