LIII

Ella podía percatarse de la sombría oscuridad que cubría sus ojos en ese momento, echó una breve mirada atrás a las personas del parque en ese instante.

Obviamente le estaba provocando malos recuerdos a él y le traía presente lo que ya no estaba allí con él.

Luego de que se hallaban en el recorrido por ferry, estuvo en silencio por un largo rato. Desde que habían subido y miraban el panorama del tour, su expresión distante no había cambiado.

Por fortuna para ellos, como vieron al llegar antes de subir; resultó, que ese era un tour el cual en varios aspectos era mejor en comparación al que habían perdido, se hallaban en un modesto crucero que ofrecía en el tema una cena al final del recorrido para los presentes que estaban a bordo.

—Esto resulta bastante mejor —comentó para ella misma mientras miraba el lugar, miró hacia donde estaba él, se hallaba distanciado al fondo, recargado del pasamanos con los codos.

Observaba la distancia mientras aún estaba pensando en lo mismo, su mirada se hallaba más allá del horizonte. Parecía un poco triste incluso.

Caminó hacia donde estaba y en silencio se paró justo en un lado mientras lo ve fijamente, él apenas la miró de reojo antes de volver a distraer su mirada con el horizonte. Sophie se acercó, recargada contra él y apoyó su cabeza dejándola contra su pecho.

Lucyan no dijo nada ante eso, pero mantuvo una expresión de intriga cuando lo hacía. Había volteado levemente a verla, sintiendo su cabello rozarle la quijada. Ese gesto de empatía y consuelo aminoraban un poco sus resentimientos propios.

—Sophie… —murmuró devolviendo su mirada al frente. Ella se incomodó por la extraña ausencia en su voz al hablar, además era la primera vez que se dirigía a ella como tal sin poner la diplomática distancia que siempre había tenido.

»¿Qué pensaría ella, si yo quisiera seguir hacia adelante?

Ella entendió que se refería a lo que veía en las parejas del parque. Era lo que lo había puesto tan pensativo y melancólico.

—No lo sé… —murmuró observando las personas del crucero, también había parejas allí—, ella hubiera querido que siguieras con tu camino y que pudieras seguir tu vida… Pero sinceramente es difícil saber lo que en verdad quiere el corazón de las personas.

»Saber si pensaba de una forma específica de ello es complicado, pero si lo creía necesario, quizá ella misma quería que pudieras cambiar el sufrimiento que llevas dentro. —Él estrechó los ojos mientras los cubre una densa niebla opaca por el pensamiento que cruzaba su mente.

—¿Y si decido que no quiero cambiar? —Sophie frunció los labios a falta de una respuesta, pensando en ello. era una situación difícil.

Sophie se percataba de que esperar algo realmente de dicha situación, o que funcionara solo deseando que así fuera, no pasaría. Sencillamente de la nada tan solo así, no podía esperar que fuera como la forma normal de actuar de las personas sin impedimentos, pues ellos tenían algunos muy fuertes.

Si hubieran sido dos completos desconocidos en un principio, hubiera sido más fácil poder hacer frente de un modo menos complicado. No podría demostrar ni expresar abiertamente lo que sentía aunque quisiera, eso no iba a funcionar de ese modo y si esperaba que así fuera estaría soñando una fantasía.

No podía simplemente salir un día o en ese momento mismo y decir lo que esperaba y que todo estuviera bien después de confrontarlo con sus sentimientos, era algo que a él no le podía decir todavía.

«No puedo simplemente decirle que me quedé perdida por eso y ya, esperar que todo salga bien de una manera fácil. Simplemente como si fuera el deseo de una niña y “listo, todo bien” está hecho, solo así, está conmigo. Las cosas no funcionan así...» pensó.

«Es algo mucho más profundo y complejo que eso»

Ello llevaba a desentrañar pensamientos oscuros y complejos, eso había que dejarlo transcurrir y florecer, es complicado explicarlo y más aún comprenderlo.

Lucyan pensaba en Haley cuando llegaba a las mismas ideas sobre Sophie, ella es la hermana de su difunta amada y aunque ella no esté, no significa que no la siga anhelando como si estuviera con vida.

Sophie sintió un amargo tirón en el pecho, Haley era su hermana menor, el hombre junto a ella se trataba de su viudo, el marido doliente de su gemela, no era cualquier persona.

No es como si de la mismísima nada, solo así tan fácil puedan lograr ignorar eso de inmediato, como si nada hubiera pasado. Aún son dos personas separadas por un abismo de culpa que los deja aislados uno del otro, sin importar qué tanto estén acercándose.

Queriendo algo que ellos mismos habían evitado en un principio por sentir que no deben mantener esos pensamientos sobre el otro, aunque la perspectiva había cambiado y no estaban tan renuentes a averiguar hasta dónde llegaría.

—Lucyan... —lo llamó, él giró el rostro hacia ella extrañado, Sophie se paró frente a él, separada por unos pasos mientras lo miraba de una forma lóbrega.

—¿Qué ocurre? —La extraña mirada de Sophie lo preocupó.

—Escucha... —Bajó la mirada esbozando una leve sonrisa—. Entiendo que la extrañas mucho, yo sé lo que significa para tí pasar por esto... Sé cómo te sientes y... —Levantó su mirada hacia él, se veía triste cuando ella le hablaba.

Seguía callado, quería escuchar lo que ella decía, que terminara de hablar.

»Y que no hay nada que simplemente pueda eliminar eso que estás sintiendo en este momento... Sé que debes sentir frustración, ira, enojo, que debes estar confundido y quizá debes odiar a todo en el mundo y sé que debes sentirte muy solo. Es difícil afrontar su ausencia… Pero, te apoyo y estaré aquí así que, está bien.

El abrió ampliamente los ojos mirándola en silencio.

—¿Qué cosa?

—Está bien que... Puedes sentirte de la manera que tú quieras, está bien para tí sentirte como te debas sentir —hablaba de manera atenta y gentil—. si quieres gritar, si quieres lamentarte, o quieres desahogarte y dejar ir todo eso que sientes cuando estás triste, está bien.

Sophie buscó en su bolsillo algo y caminó hasta Lucyan dejando el objeto en su mano.

Cuando lo miró, notó que era el collar que él se había arrancado antes, Sophie lo había reparado. Consternado, la veía sonreirle de forma cálida y serena.

—¿Quién…? —No completó la pregunta y Sophie solo sonrió, la respuesta era obvia de quién se lo había hecho llegar.

—Está bien que hagas todo eso... Porque ella te amó y sé que la pérdida de ella siempre va a significar un gran dolor para tí, pero solo porque sigue significando mucho para tí y será importante.

»Está bien que te sientas y afrontes las cosas del modo que tú creas correcto.

—Del modo que yo crea correcto... —murmuró él al mirar el collar en su mano. Lo tomó por sorpresa el momento en que sintió las suaves manos de Sophie, envolviendo su cuello para abrazarlo, resguardando su frente en el hombro de ella.

No opuso queja y cerró sus ojos un par de segundos, pensando en Haley. ¿Qué es lo que hubiera deseado ella que fuera de él?

—Está bien, tranquilo —susurraba Sophie calmadamente, Lucyan se encorvaba para estar a la altura de ella, después de soltarlo lo miró en incómodo silencio, antes de volver a apoyarse del pasamanos para disfrutar el recorrido.

Él permanecía pensativo en un millón de cosas distintas al mismo tiempo, todas cobraban espacio en su mente.

"Está bien..." resonó como un susurro para él. Miró de nuevo a Sophie, siguiendo en silencio al lado de ella. Sentía que no quería dejar que se marchara, permanecer del modo en que estaban, con la cercanía que mantenía junto a ella y evitar que se la quitaran.

—Al principio… —murmuró con voz clara, observando hacia el frente, apoyando sus manos del pasamanos al igual que ella—, no era de esa manera…

Sophie miraba con intriga sin saber qué quería decir con eso.

»No era tan importante como es ahora… —La brisa nocturna soplaba mientras el atardecer se apagaba convirtiéndose en noche, algunos de los mechones de Sophie se movían con esa brisa conforme hablaban.

—¿Qué no era como ahora? —preguntó intrigada.

—En un principio no creo que ella y yo pensáramos haber vivido todo lo que compartimos, pensamos que no iba a durar… —Sophie comprendió que se trataba de Haley de quien hablaba, el curso que estaba tomando la conversación le causó intriga así que siguió escuchando.

»Pero no puedes pasar tanto tiempo con una persona conociendo sus virtudes y defectos sin enamorarte de ella… No me arrepiento de haberla conocido. —Sophie bajó por un instante su mirada hacia el vacío de una forma sombría.

—Layla me platicó un poco de eso… —murmuró, Lucyan volteó a verla de reojo—, que se casaron con prisa sino los habrían separado… Ya se me hacía muy extraño que hicieran algo tan apresurado si apenas se conocían.

—Desde un principio tuvimos nuestras dudas… —respondió—, hasta que sin darme cuenta se había hecho muy importante para mí.

—¿Qué pensabas tú al principio de tomar esa decisión? Al casarte con mi hermana con tanta prisa.

—Al principio… —suspiró.

«Lo tomaba como un acto de rebeldía. Parecía una forma de librarme y oponerme a una presión inconsciente que colgaba encima de mí» pensó.

—Se volvió genuino, ¿no es así? Te enamoraste de ella sin saber que eso pasaría. —Él la miró como si ella pudiera saber lo que estaba pensando.

«No estaba enamorado todavía cuando la conocí, o talvez sí. Solamente sé que era cortés con ella por ser amable, no me interesaba las cosas como su reputación familiar» pensó Lucyan recordando esos días.

—No me interesaba la reputación de su familia materna con renombre en Italia.

—Sí, mi madre nos dejó separadas y Haley fue a vivir con ella —contestó Sophie con un poco de pesar.

—A veces me hablaba de eso, de lo poco que se veían.

—Cuando mis padres decidieron separarse, yo fui a quedarme con mis abuelos, se supone que me quedaría con mi papá, pero él nunca estaba presente. —Aferró sus manos con fuerza al pasamanos por un pensamiento oscuro a raíz de ello.

»Haley fue educada desde los trece en las mejores escuelas y formada en principios por la diplomática e influyente familia de mi madre. Mientras tanto yo —suspiró—, seguí mi vida con mis abuelos.

—¿Qué hacía tu padre?

—Viajaba, siempre por trabajo y nunca me prestó atención, ni cuando me mudé aquí vino a visitarme ni una sola vez… Cuando lo vi el día que falleció Haley… —Suspiró pesado, bajando la cabeza antes de seguir hablando—. No quise verlo, es difícil cómo reaccionar después de tanto tiempo.

Ella frunció los labios con amargura recordando el momento.

»Estuvo lejos de mi vida, por casi diez años… —murmuró con enojo sintiendo que el recuerdo de ello la hacía entristecer—, mi madre tan pronto como Haley fue mayor también se la dejó a otra persona y pareció ignorarla. Vivía con mis tíos en su casona.

—Y después estuvieron separadas los últimos años… —murmuró, mirándola perderse en sus pensamientos antes de asentir. Sophie no quería seguir pensando en esas viejas heridas y amarguras.

Quería cambiar el tema, no añoraba seguir pensando en cosas tristes así que decidió cambiar la conversación a otra dirección.

—Bueno. —Tomó aire mostrando expresión de ánimo—. Es tu cumpleaños, eres un amargado sin remedio, pero algo debes tener en mente que sea especial que quieras como regalo.

—Eso fue un insulto disfrazado de cumplido —contestó con una leve mirada burlona. Ella le dedicó una sonrisa sorna de bufona mientras demostraba la obvia intención de burla.

—Tómalo como quieras, es solo para celebrar hoy que tú estás viejo —respondió con media sonrisa desvergonzada, él alzó las cejas un poco divertido por su falta de respeto.

—¿Viejo?, pero si apenas tengo veinticinco.

—Ohh, si apenas eres un niño todavía.

—Si serás canija —dijo un poco irritado tras una mueca de mala risa—, igual no tengo nada en mente, no estoy esperando regalo ni cosas así. En lo personal, aceptaré cualquier cosa.

—¿Qué chiste tiene eso?

—Supongo que el mismo chiste que colocar esa publicidad en un crucero que solo hace recorridos de noche. —Señaló hacia un cartel publicitario que estaba estampado en una de las paredes del crucero a espaldas de ellos.

En ella se mostraba una mujer esbelta de físico ostentoso y curvilíneo tomando el sol en una silla de playa.

—Ni idea de por qué la habrán colocado.

—Quién sabe, no creo que nadie pueda tomar el sol en un lugar que solo lleva pasajeros de noche. —Por un momento que estuvieron viendo el cartel, él desvió la mirada hacia Sophie un rato, físicamente la mujer del cartel tenía casi la misma figura que Sophie.

Ciertamente Sophie resaltaba un aspecto cuidado y a la proporción del cuerpo, terminó por detallarla con la mirada de forma inconsciente, era algo bajita, pero tenía figura suave y estilizada, era como ver lineas ondeantes marcarse en el contorno.

—¿Qué estás mirando? —pregunto al darse cuenta—, pareces pensar en algo.

—En nada... —murmuró. Miró al cartel de nuevo y Sophie se percató que estaba comparándola con la mujer de la imagen, observó la imagen y se miró a ella misma, luego casi fingiéndose ofendida le respondió con malicia.

—Para que lo sepas, que yo me veo estupenda con mi traje de baño eh —dijo satisfecha con su aspecto, bastante segura de sus palabras. Lo seguía viendo de manera burlona.

Lucyan se había quedado pensando mientras la veía en silencio, se preguntaba cómo se vería ella en un bikini como el de la mujer del cartel.

—Hmm… —murmuraba—, eso me interesaría saberlo, puede que ahora sí tenga como deseo un regalo en mente.

—¿Ah sí?, ¿cuál?

—Quizá una foto tuya en esa clase de traje de baño, si de verdad te ves tan fenomenal en bikini.

Ella alzó las cejas incrédula, él estaba haciéndole una broma que sonaba a una insinuación que le hacía pensar; o bien sugería que así era; una intención ligeramente burlona con un doble sentido disimulado en sus palabras. Al menos esa parecía la intención.

Eso era un cambio notorio, que se sintiera tan relajado y cómodo con ella como para hacer esa clase de insinuaciones. Le seguiría el juego para cobrarse la broma a costa suya.

—¿Y para qué quieres mi foto? —preguntó antes de fingir como actriz de teatro y cubrirse con sus brazos aparentando espanto—, ¿no será?, ¿acaso tienes alguna idea cochina en mente con ella por eso me la estás pidiendo? —dijo de manera que apenas escondía la risa que le causaba burlarse de él de ese modo.

—¿Qué? No —respondió de inmediato, inquieto por la acusación antes de notar esa sonrisa burlona con malicia en su rostro—. Si serás... Olvidalo.

—Si quieres una foto ya tienes esta —dijo sacando la instantánea donde se hallaba con ella rodeándola con el brazo—. Es más, te la firmo, esta va con autógrafo. —Sacó un bolígrafo para escribir algo detrás, él no llegaba a ver qué decía.

—¿Para qué quiero tu autógrafo?

—Calla y no me arruines la diversión —dijo mientras seguía escribiendo—, para mi más amargado admirador.

—No soy tu admirador. —Sophie le dio un golpe en el pecho que lo hizo quejarse.

—Malo, además te dije que no me arruines la diversión. —Prosiguió escribiendo—. A ver ¿dónde me quedé?, ah sí. Para el de inclemente y ceñudo gesto, con dedicación... Sophie Horvat.

—¿Dedicación?

—Lo tendrías que agradecer —respondió con la misma postura de ego y soberbia que hacía cuando se mostraba satisfecha.

—Tienes un serio problema de ego.

—Solo cuando se trata de ti.

—¿Y la foto?

Ella la volvió a guardar en su bolso sin permitirle que vea lo que decía, en un movimiento algo nervioso.

—Espera que volvamos y después te la entrego.

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