Sophie parecía confusa tras escucharlo murmurar. Él estuvo callado mientras pensaba en eso. La miró de reojo, parecía disgustada. Devolvió sus ojos hacia ella, contemplando esa resolución en silencio. «En dos semanas puede pasar demasiado... Nada de eso me gusta, es un juego de azar sin apuesta segura.» Las nubes encima de ambos eran tan densas y nebulosas como su pensamiento. El entrecejo fruncido denotaba su desagrado. «Es posible que cualquier cosa ocurra... » Si tan solo pudiese lograr enfocarse en eso un par de días más, poder experimentar con calma la profundidad de ese desconcierto sin precipitarse. No había mucho que pudiera hacer en el corto tiempo que le quedaba y no podía hacer nada tan a prisa o se podría equivocar. —Si serás necio ¿qué voy a hacer contigo? —Sophie se frotaba las sienes con los dedos—. Vamos adentro, muévete o te llevo. —Jaló de su brazo haciéndolo entrar—. Ven ya, no quiero que te dé otro resfriado. Mírate nada más cuánto estás temblando. Tomó la toal
—No es tan cálido como lo era mi chaqueta —murmuró tras un rato, finalmente con la voz más tranquila, Sophie veía el abrigo de cazador color negro que tenía encima—, pero de momento te tendrás que conformar con ese —habló con indiferencia distante. Su disgusto mermaba, pero no desaparecía y parecía estar frunciendo el entrecejo por reflejo. «Dos semanas fuera...» pensó con algo de preocupación. Ese pensamiento tenía altibajos y desencadenaba que su enojo subiera y bajara con ellos. —¿Estás enojado? —inquirió sacándolo de sus pensamientos, haciendo que voltee a verla desconcertado—, tu cara me lo dice. —Él hizo una mueca de intriga en silencio—. No me mires así, sabes que es cierto; te conozco muy bien para conocer cuándo estás enfadado por algo. —No estoy enfadado —respondió antes de ver a la chimenea de nuevo, manteniendo una fría actitud. —Estás enojado —afirmó de nuevo. —No lo estoy. —Lucyan te conozco, sé que hay algo que te enoja, así que dime ¿qué está pasando que te hace
—Lástima —contestó de forma feroz poniéndose de pie—, es mi decisión y no me importa si eso te enoja. —Lucyan frunció el cejo y sus ojos parecían arder—. No te estoy pidiendo permiso. Enfádate todo lo que quieras, me da igual cuánto te enoja eso. —Eso no es estar enojado —murmuró acercándose a ella y por instinto ella se echó para atrás como reflejo, sin notar que quedaba de espaldas contra la pared. Lucyan la había arrinconado, dejándola indefensa contra la pared como sucedió en la gala. Tenía el codo contra la pared encima de ella, mientras apuntaba el rostro hacia abajo para verla a los ojos. Lo tenía a centímetros de ella, provocando que se le corte el aliento. »Si estuviera enojado, no sería… tan permisivo. Se mostraba intenso, algo que ella encontró varonil, en lugar de enojarla; como de costumbre ocurría cuando alguien era así de dominante. Lucyan resguardaba una poca distancia, se veía un destello breve del semblante frío e impiadoso que había tenido cuando se conocieron.
—¿De qué estás hablando? —Es lo quiero confirmar también —murmuró en un tono ronco, Sophie sentía el calor de su aliento erizar la piel cerca de su cuello. Permanecía cerca sin perder el semblante posesivo y dominante que remarcaba en su expresión. —¿Qué cosa? —Su respiración se aceleraba, en parte por enojo; en parte por la proximidad de Lucyan y el calor que provenía de él. —Confirmar algo complicado, una sospecha que escapa de una explicación para mí. —Sophie parecía desconcertada, una mirada fiera se alzaba de entre los ojos de Lucyan de modo indiscernible—. Ni siquiera sé qué somos o hasta qué punto. También trato de averiguarlo. —¿Qué tiene de complicado?; ¿para tí, qué es lo que somos?; ¿por qué es tan complicado de explicar? —Ella se veía molesta. No se olvidaba de lo que había dicho cuando Claire los había interrumpido, su duda de qué eran ellos para el otro. —Porque es distinto… —Rozó muy cerca de la piel de su cuello con el borde de los labios sin ponerlos en ella del t
Momento después de su plática reciente ya estaba cayendo completamente la noche, Lily había entrado a la sala cuando Lucyan colocaba unos leños más en la chimenea, llegó para ver si se les ofrecía algo, pero Sophie la convenció de quedarse mientras estaba junto al calor del las brasas. No dudó en aceptar, ella comenzaba a sentirse incómoda por el frío también.—Debo decir que no me siento cómoda tampoco con este clima tan frío, en los pasillos hace una temperatura insufrible —comentó sentada sobre el brazo del sillón a un lado de Sophie, cuando ella la hizo quedarse decidieron conversar un rato.—Podrías irte a dormir, si vas a salir de viaje mañana también. Sería bueno que descanses. —Se giró a ver a Lucyan con desaprobación—. No como alguien, que no piensa irse a dormir por las buenas. —Lucyan volteó a verla de reojo y se percató del reproche intenso en sus ojos.Seguía enojada por eso de que no la iba a exponer como su pareja, aún cuando ya estaban un poco menos ásperos que antes n
Ella había subido las piernas al sillón dejándolas de lado mientras veía qué le habían escrito, varios eran de Lana, con motivo de asuntos de sus grabaciones y el resto eran de Lucy, ella no sabía que había quedado atrapada allí por la lluvia, ya que le preguntó en dónde estaba ella ya que no la había visto todo el día.Lucyan la miraba de reojo, concentrada en lo que hacía mientras que él se hallaba en su propio mundo interno con sus pensamientos personales al haber quedado en silencio de nuevo, reflexionaba las opiniones de su conversación reciente, también de la anterior.Miró por la ventana nuevamente y dejó ignorada a Sophie en su propia distracción, sin darse cuenta que mientras ella respondía le echaba alguna que otra mirada furtiva antes de seguir contestando mensajes.*¿Dónde estás?, desde esta mañana no sé a dónde desapareciste*Leyó el mensaje distraída antes de contestar.*Estoy con Lucyan, el clima no me permite regresar aún*No tardó mucho la respuesta.*Así que estás co
—¿Sucede algo? —Es que… No me siento segura. —Lucyan abrió un poco los ojos sin despegarse de su frente mientras se enfoca en los de ella—. No es que me oponga a esto. Se removía en el sillón un poco inquieta. Le colocó una mano en el pecho a Lucyan, pasándola por encima y rozando la tela de su ropa. Palpando el contorno de su cuerpo; la mirada de él lo decía claro y firme, la deseaba, era una tentación para él. »Sé lo que quieres. Yo un poco, quizá... No es que no quiera, solo que aún no me siento segura de…, que lo hagamos, en especial en un lugar en que todos miran y pueden saber lo que hago. Lucyan giró de reojo a ver por su periferia hacia la puerta, no había nadie allí; pero ciertamente estar en casa no es el mejor lugar, con tantas personas que puedan entrar sin avisar a la sala. —Buen punto. —Siento que de algún modo… aún es muy pronto. —Sophie regresó sus manos a ella cubriéndose el pecho mientras lo miraba—. Me parece pronto para nosotros y quiero un poco más de tiempo.
—Aún no… Veo que tú tampoco —respondió tranquilamente, Lily se dio cuenta del libro que traía en la mano reposando en su regazo.—¿Cómo está la señorita Sophie? —Lucyan detuvo su taza a medio sorber cuando un repentino brío inquieto le inundó el pecho, Lily lo miró de forma suspicaz como si hubiera atinado saber lo que había sucedido en la sala, era obvio que ya no estaban enojados.Lucyan se sintió inquieto al pensarlo, pero le pareció extraño, incluso inexplicable el porqué eso lo ponía nervioso, haciéndose múltiples conjeturas él mismo antes de responder. No debería preocuparle que Lily se enterara.—Está bien... Solo tiene que dormir. —Volvía su mirada de nuevo a la lluvia—. Creo que solo así puede estar un poco tranquila, le vendría bien no pensar en malos recuerdos. —Fugazmente recordó la noche que la miró con los ojos llenos de lágrimas—. No necesita revivir tales cosas.—Esta bien... Pero tampoco deberías pensar mucho las cosas, si te aferras a algo, más desprende de nosotros