—Juro que no fui yo —Lila encendió su computadora y echó un vistazo a las noticias.Tal como había dicho Christel, después de que estallara el escándalo de la familia Leclerc, las acciones se desplomaron. El patriarca Jonas Leclerc apareció de inmediato para ofrecer disculpas y prometió que cumplirían con todas sus responsabilidades y deudas sin falta, estaban en deuda con la sociedad.Al mismo tiempo, se había regado por todas partes la noticia de que Joseph había sido brutalmente golpeado.Lila se veía molesta mientras pasaba las páginas una a una.Como era de esperarse, muchas personas estaban especulando que ambas cosas tenían relación directa con ella.—Lilita, ¿qué te pasa? Con esa cara que tienes. —Christel la miraba con mucha preocupación.—No importa lo que haya pasado, siempre puedes contarme lo que sea.Lila forzó una sonrisa.—No es nada. Todo lo que importaba ya está bajo mi control.Justo entonces, Tatiana entró desde fuera.—Señorita Viveiros, la familia Leclerc está aqu
Jonas le quitó el celular de las manos a Lila y empezó a revisar toda la conversación desde el día que ella y Joseph se agregaron como contactos, hace ocho años.—Tú lees y yo anoto —Maya ya se estaba frotando las manos, visiblemente emocionada.—Esperen un momento —intervino Lila.—Ya que vamos a hacer cuentas, hagámoslo de forma clara. Si ustedes van a sumar, yo también tengo el derecho a saber.Mientras hablaba, miró a Christel.Ella se acercó de inmediato, trajo una silla y se sentó frente a Jonas, colocando una calculadora sobre la mesa.—Arranquemos de una vez. ¿Quién tiene miedo? —Jonas se rio soltando una carcajada.—Pero que quede claro: aunque le debas a Joseph un solo dólar, tendrás que dar hasta el último centavo. Lila alzó las manos con indiferencia.—Okey.Dicho eso, se puso a seguir con su trabajo.—Hace ocho años, en Año Nuevo, mi hijo ya te había transferido 188,000 billetes verdes. ¡Eres un completo sinvergüenza!—Señorita Viveiros le devolvió 166,000—respondió Chris
¡Ya había perdido a Lila, ¡no podía perder también a ese niño!Evelin se quedó callada del susto, sin animarse a decir una palabra más.Se secó discretamente las lágrimas, pero, en el fondo, sabía que todo estaba yendo como lo planeaba.—¡Malparido Julien, me viste la cara…! ¡Te juro que esto no quedará así! —Joseph apretó los dientes mientras golpeaba la cama con fuerza.El movimiento hizo que se abriera su herida, y no le quedó otra que llamar otra vez al médico para que lo atendiera.Evelin salió de la habitación, se escondió en una esquina y revisó las cosas que Joseph había estado mirando cuando aún no había despertado.Todo era sobre la maldita Lila.De verdad, Joseph había intentado hacerle eso…No era de extrañar que lo hubieran golpeado. ¿Cómo se le ocurrió hacer algo tan rastrero para conseguir eso?Evelin se quedó mirando fijamente la pantalla del celular, temblando de la rabia.Pero, pronto logró calmarse.Se le ocurrió una idea aún mejor.…A la hora del almuerzo del día s
—¿F-Fotos? — Joseph se quedó sin palabras por un segundo y luego el susto se apoderó de él. De inmediato, intentó sacar una excusa.—Lila, déjame explicarte. En ese momento… solo quería guardar un recuerdo…Su voz se fue apagando poco a poco.Ni él mismo esperaba que esas cosas que escondió con tanto cuidado fueran descubiertas por la estúpida de Evelin.De repente, sintió como si lo hubieran dejado completamente al desnudo frente a todos.Lila lo miró y dijo con desprecio:—Entonces, borra las fotos ahora mismo. Luego graba un video prometiendo que nunca volverás a hacer una cosa tan asquerosa. Y, además, dame cinco millones por todo lo que me hiciste. Así dejaré que te dejen libre.La cara de Joseph se puso pálida de vergüenza. Dio un paso adelante.—Lila, por favor, escúchame. Yo...—¡Solo escúchame! —Lila retrocedió, claramente incómoda.—No te me acerques. Me fastidias con solo verte. Con esas palabras, ¿qué más podía decir o hacer? No le quedó más que ceder.Borró las fotos, gr
— Señor Leclerc, ¿cuál cree usted que es el nivel más alto al que puede llegar el amor por alguien? —preguntó el periodista.Lila Viveiros miraba tranquilamente la escena de la entrevista en la TV.En la pantalla, el apuesto Joseph Leclerc lucía impecable un su traje.Cuando le hicieron la pregunta, sus ojos dejaron entrever un atisbo de dulzura que no pudo evitar.— Personalmente creo que amar a alguien hasta un nivel extremo es… sentir dolor por aquella persona.El periodista mostró un atisbo de duda.— ¿Acaso se refiere usted a la señorita Viveiros?Joseph sonrió suavemente.— ¿A quién más podría yo referirme?Y estaba en lo cierto, en todo San León, no era un secreto para nadie el mucho amor que Joseph sentía hacia Lila.Porque ella había dicho que le encantaba la película Up. Una aventura de altura, y el gerente general, del más alto nivel, fue quien personalmente lijó la madera, la pintó, y calco a manera exacta la casita de la película animada para ella.Una noche, ella murmuró
Cuando, al final, todo se quedó en silencio, Lila se levantó lentamente.Al salir de la casa de los Leclerc, el rugido de un motor rompió el silencio de la nada.Lila se giró y sus ojos chocaron de frente con Joseph, que caminaba hacia ella. Su cara, llena de ansiedad, se transformó más bien en una de sorpresa y confusión cuando vio a Lila.—Lilita, ¿cómo es que sales a esta hora? —preguntó.Lila no respondió, y su mirada se posó en cambio sobre la camisa blanca debajo del traje de él.Los botones que antes estaban mal abrochados ahora estaban en su lugar correcto, y una marca pintalabios color rosa se le notaba en el cuello.Su corazón, que ya de por si estaba roto, no reaccionó ni un poco.Lila miró hacia el auto que estaba estacionado cerca, donde una mujer estaba sentada.—Se me olvidó un archivo en casa. En el camino de regreso me encontré con la secretaria Evelin, que quería tomar un taxi para ir a la oficina, así que la traje —explicó Joseph con calma.Evelin bajó del auto y se
Cuando el celular que Lila había dejado sobre la mesa vibró, la pantalla mostraba claramente el nombre de Joseph.Sin darse cuenta de la mirada severa de Julien, Lila contestó con naturalidad, y en el auricular se escuchó la voz dulce de Joseph.—Lilita, lo siento, hay un problema serio en la empresa, tengo que irme de viaje por unos días, no podré ir a recogerte.Lila podía oír a una mujer llorando suavemente en el fondo.Era comprensible, después de todo, nadie podría soportar ser abandonado por el hombre que amaba en una noche como esa, y más aún cuando llevas su hijo en tu vientre, estaba en un momento de mucha vulnerabilidad.Era cuando más necesitaba compañía.Sabiendo que Joseph no aparecería en los próximos días, Lila se sintió aliviada.—Está bien, también quiero pasar más tiempo con la tía Christel.Cuando la llamada terminó, Lila levantó la vista y se encontró con la mirada preocupada de Julien.—¿Todavía piensas…?Estuvo a punto de decirlo, pero Julien se detuvo y, de repen
Después de hacerse el examen prematrimonial, los dos consiguieron su certificado de matrimonio sin problema.Al volver a casa, Lila se lo mostró a su tía.Cuando agarró la mano de Lila, Christel la miró contenta.—Pues qué bien, Lilita. Julien es un buen hombre, ¡tienes que valorarlo!Lila sonrió y asintió.—Ahora que ya tenemos el certificado, voy a hacer lo que tengo que hacer.Solo quiere respeto entre los dos, ya no espero ver amor o algo por el estilo.En los siguientes dos días, Joseph evitó ver a Lila, diciendo que estaba ocupado con los preparativos de la propuesta de matrimonio.Lila también se mantuvo tranquila, concentrada en su trabajo y cumpliendo con lo suyo.Durante todos estos años, Christel había cargado con muchas responsabilidades y su cuerpo ya no podía con tanto.Lila quería madurar rápido para darle un descanso.Pero no esperaba que, al salir del trabajo, alguien la sorprendiera.—Lila, ¿tienes tiempo para cenar?En el celular, la voz de Julien sonaba grave y atra