Julie Peterson Con la respiración entrecortada despierto en medio de un ataque de pánico. ¡Dios!La noche con Dominico Mayer es lo más intenso que he sentido jamás. Ni siquiera recuerdo cómo logré dormirme, de seguro se debió al hecho de que estaba exhausta. ¡Ahora estoy perdida! Es obvio que las cosas no se quedarán así, él querrá más... obviamente se merece más. La pregunta es si yo estoy dispuesta a ofrecer más. ¡Estoy en un puto dilema existencial! Tanto que no tengo idea cómo hacerle frente a esta situación. Si Érika no estuviera tan ocupada pues la llamaría para que me dijera cómo se siente el amor, y si este nerviosismo mezclado con nauseas es producto a las famosas mariposas en el estómago. Obviamente Érika no está disponible, ahora mismo debe estar metida en una nube de algodón y yo no soy quien para sacarla de su burbuja feliz con mis problemas románticos. A grandes problemas, grandes soluciones.... me trato de levantar con la cama, mas me encuentro de frente con ot
DOMINICO MAYER ¡Versiones mejoradas, ni versiones mejoradas! ¡Al diablo con las versiones mejoradas! Llegué a casa bien temprano en la mañana con un humor que él mismo demonio me hubiera devuelto de haber entrado al infierno en este instante. Quería hablar, pero tampoco quería hablar de la situación incómoda dela que había sido víctima. Es que esa mujer me tenía reducido a un jodido bipolar. Y a todas estas mi hermano no estaba ahí... el señor Derek demoró casi cuatro horas más en llegar, obviamente su noche había sido más larga que la mía. Quizás él sí pudo disfrutar de arrumacos matutinos y deliciosos. Arrumacos que a mi me fueron negados. De seguro el no tuvo que luchar con la frustración de una amante fugitiva al amanecer. ¡Ah no! ¡Ese era yo! Al único tonto que le tocaba lidiar con la inestabilidad emocional de Julie Peterson era a mi. El único que se dormía confiado de que ella amanecería a mi lado, pues había sido yo. ¡Iluso! Cuando desperté en el yate en total soledad
Érika Camel Llegar a casa casi al mediodía no fue en definitivas cuentas como espere. Porque todo imagine menos el ver a Julie con esa cara de angustia. Se suponía que debería estar feliz después de pasar la noche con Dominico, mas no. Su rostro era una máscara de angustia con culpa, la causa de esa expresión era una completa interrogante para mí. Subimos a mi habitación para no ser interrumpidas, era evidente que habían varios “Moros en la costa”, papá estaba en casa y también Betty. Tan pronto entramos me senté en la cama y la invité a ella a hacer lo mismo. Me quite las sandalias de tacón que amenazaban con estrangularme las pantorrillas, y ya más cómoda la insté a hablar. Ella parecía tan nerviosa y perdida que casi sentí lástima de su estado de zozobra emocional. La verdad es que nunca la había visto así. —¿Pasó algo malo?— pregunté con cuidado. Derek me había comentado que Dominico ya estaba perdiendo un poco la paciencia con los juegos en que Julie ya era una experta,
ÉRIKA CAMEL Por la insistencia de Julie no me quedó otro remedio que telefonear a mi futuro esposo para saber del estado mental de mi cuñado… es que mi a mi hermana amenazaba con llegarle un triple infarto si no se aseguraba que Dominico Mayer la perdinaria.Finalmente llame a la mansión Mayer para saber cómo andaban las “cosas” por allá y era un hecho que mi querido cuñado andaba en modo Ogro por toda la casa según palabras del propio Derek Mayer. —Creo que así acabo la historia entre ellos, Érika— musito Derek un poco confundido. — Será mejor que no intervengamos entre ellos, no quiero que lo nuestro se afecte por… —Julie está arrepentida Derek, ella no planeaba irse— el silencio al otro lado d ela linea me no sorprendio. —Pero se fue Érika— me recordó el Alemán.—No somos niños, y Dominico como tú y como yo sabemos lo que significa marcharse a hurtadillas. —Si lo se Derek, así que supongo que él no hará nada más por acercarse…. Ahora qued va a en manos de Julie arreglar las c
Narrador Omniscinete.Un mes y medio había transcurrido desde el sórdido escape de Julie Peterson de la icónica Marina de North Cove de Brookfield, idealmente situada en el corazón de una de las ciudades más famosas del mundo. Desde entonces la joven había hecho de todo para no pensar, se había entregado de lleno a interminables horas de trabajo, mientras que su hermana Érika Camel se dedicaba de lleno a su tiempo de reposo y a organizar una ceremonia matrimonial que prometía ser el evento del año en Manhattan.Dominico Mayer por su parte había decidido mantener un perfil bajo, para el resto de la familia… y solo para el resto de la familia. En las últimas cuatro semanas se había dedicado de lleno a su famosa lista de “contactos”. Y solo menciono cuatro semanas porque la primera quincena el joven Alemán se encargó en eliminar de su sistema a la “incoherente e inconsciente” que de un momento a otro se había convertido en la “innombrable”, cosa que no era de extrañar después de la m
Narrador Omnisciente Si algo realmente odiaba Dominico Mayer en esta vida era que lo sorprendieran, y bueno recientemente también había descubierto que también sentía cierta aversión por cierta dama que por pura “casualidad” tenía en frente.El Alemán repaso de pie a cabeza a la "señorita" que había venido a representar a la reconocida empresa de tecnología de su cuñada, y luego como si nada fingió un olvido inmediato de la mujer que tenía Justo a su lado, y digo «fingió», porque uno no olvida en unas pocas semanas al amor de su vida por mucho que lo intente y por grande que haya sido la ofensa recibida. Julie Peterson se había encargado de instaurar su bandera en su cabeza, y luego de la única noche de pasión que compartieron, también en su piel.Julie se quedó totalmente boquiabierta, al percatarse de que si, que sin dudas él había reparado en ella con algo de desinterés, pero al otro instante había continuado coqueteando de lo lindo como si su presencia allí fuera absolutamen
Dominico MayerTotalmente frustrado, y odiando al mundo por mi mala suerte, salí de esa habitación. No me quedaría escondido bajo mi cama solo porque ella anduviera oronda, paseándose por todo el hotel, y el casino. Necesitaba salir de allí, poner distancia. Las Vegas era una ciudad enorme y llena de lugares a los que irse sin que tuviera que ver ese rostro de ángel malvado que se cargaba la muy inconsciente. Lleve mis dedos y presione el puente de mi nariz, aún me costaba creerme que ella estuviera allí… tan cerca y tan lejos. Me hacía El Fuerte, pero lo cierto era que la muy descarada había calado hondo en mi interior. Si esta situación continuaba así, me volvería loco tratando de manejar el deseo casi enfermizo que sentía por ella. La había hecho rabiar, algo había aprendido a conocerla, y al coquetearle a la recepcionista pude ver esa llama de ira encendiéndose en sus ojos. No era Justo que yo siguiera evocándola cuando ella me había dejado tirado a la primera «literalmente».
Julie Peterson El borracho afianzó su agarre sobre mí y traté inútilmente de clavarle mi codo sobre las costillas, pero él muy maldito estaba envuelto en grasa. Dominico seguía frente a su arma, y no parecía asustado.Otra vez avanzó otro pasó mientras medio bar gritaba y se alejaba de nosotros.«¿dónde estaba la seguridad del bar cuando uno la necesita?»Exactamente eso mismo pensé yo, pero nada. De la seguridad ni sus luces. El tipo comenzó a subir su agarre por mi abdomen buscando mis senos para toquetearlos y Dominico lanzó su última fría advertencia.—¡O la sueltas, o te muelo a golpes!— espetó furioso con la vista fija en las manos del tipo tocando mi abdomen. Me sentía asqueada de ser tocada por un desconocido contra mi voluntad. Dominico en un dos por tres se acercó un poco más, y tomó el arma del tipo, que no se esperaba que el joven que tenía en frente fuera tan osado « vale decir que yo tampoco me lo esperaba».El puño del Alemán se entregó en la boca del borracho hacién