Narrador Omniscinete.Un mes y medio había transcurrido desde el sórdido escape de Julie Peterson de la icónica Marina de North Cove de Brookfield, idealmente situada en el corazón de una de las ciudades más famosas del mundo. Desde entonces la joven había hecho de todo para no pensar, se había entregado de lleno a interminables horas de trabajo, mientras que su hermana Érika Camel se dedicaba de lleno a su tiempo de reposo y a organizar una ceremonia matrimonial que prometía ser el evento del año en Manhattan.Dominico Mayer por su parte había decidido mantener un perfil bajo, para el resto de la familia… y solo para el resto de la familia. En las últimas cuatro semanas se había dedicado de lleno a su famosa lista de “contactos”. Y solo menciono cuatro semanas porque la primera quincena el joven Alemán se encargó en eliminar de su sistema a la “incoherente e inconsciente” que de un momento a otro se había convertido en la “innombrable”, cosa que no era de extrañar después de la m
Narrador Omnisciente Si algo realmente odiaba Dominico Mayer en esta vida era que lo sorprendieran, y bueno recientemente también había descubierto que también sentía cierta aversión por cierta dama que por pura “casualidad” tenía en frente.El Alemán repaso de pie a cabeza a la "señorita" que había venido a representar a la reconocida empresa de tecnología de su cuñada, y luego como si nada fingió un olvido inmediato de la mujer que tenía Justo a su lado, y digo «fingió», porque uno no olvida en unas pocas semanas al amor de su vida por mucho que lo intente y por grande que haya sido la ofensa recibida. Julie Peterson se había encargado de instaurar su bandera en su cabeza, y luego de la única noche de pasión que compartieron, también en su piel.Julie se quedó totalmente boquiabierta, al percatarse de que si, que sin dudas él había reparado en ella con algo de desinterés, pero al otro instante había continuado coqueteando de lo lindo como si su presencia allí fuera absolutamen
Dominico MayerTotalmente frustrado, y odiando al mundo por mi mala suerte, salí de esa habitación. No me quedaría escondido bajo mi cama solo porque ella anduviera oronda, paseándose por todo el hotel, y el casino. Necesitaba salir de allí, poner distancia. Las Vegas era una ciudad enorme y llena de lugares a los que irse sin que tuviera que ver ese rostro de ángel malvado que se cargaba la muy inconsciente. Lleve mis dedos y presione el puente de mi nariz, aún me costaba creerme que ella estuviera allí… tan cerca y tan lejos. Me hacía El Fuerte, pero lo cierto era que la muy descarada había calado hondo en mi interior. Si esta situación continuaba así, me volvería loco tratando de manejar el deseo casi enfermizo que sentía por ella. La había hecho rabiar, algo había aprendido a conocerla, y al coquetearle a la recepcionista pude ver esa llama de ira encendiéndose en sus ojos. No era Justo que yo siguiera evocándola cuando ella me había dejado tirado a la primera «literalmente».
Julie Peterson El borracho afianzó su agarre sobre mí y traté inútilmente de clavarle mi codo sobre las costillas, pero él muy maldito estaba envuelto en grasa. Dominico seguía frente a su arma, y no parecía asustado.Otra vez avanzó otro pasó mientras medio bar gritaba y se alejaba de nosotros.«¿dónde estaba la seguridad del bar cuando uno la necesita?»Exactamente eso mismo pensé yo, pero nada. De la seguridad ni sus luces. El tipo comenzó a subir su agarre por mi abdomen buscando mis senos para toquetearlos y Dominico lanzó su última fría advertencia.—¡O la sueltas, o te muelo a golpes!— espetó furioso con la vista fija en las manos del tipo tocando mi abdomen. Me sentía asqueada de ser tocada por un desconocido contra mi voluntad. Dominico en un dos por tres se acercó un poco más, y tomó el arma del tipo, que no se esperaba que el joven que tenía en frente fuera tan osado « vale decir que yo tampoco me lo esperaba».El puño del Alemán se entregó en la boca del borracho hacién
Dominico MayerSiempre supe que totalmente cuerdo quien dice cuerdo del todo, pues yo no estaba… o era que quizás la crianza que me había dando mi madre en cuanto a relaciones matrimoniales pues no había sido la mejor, porque aunque mi padre murió siendo yo muy Niño aún recuerdo que ella parecía odiarlo a él y a todo lo que su esposo representaba. Así siguió años después... los Mayer para ella no valíamos nada, y después de su muerte quedó aún más claro. Entoces no es muy difícil de entender que después de pedirle a Julie Peterson que nos casáramos… hasta yo mismo me espanté de la intensidad de mis sentimientos hacia esa mujer. No sé de donde demonio había salido esa loca idea de casarme pero me parecía ahora lo más lógico y lo más acertado. Ya ella había huido… y allí estábamos de nuevo. Ya había ido tras ella, así que me merecía el premio mayor y ya no me conformaría con menos. Siempre dije que no me casaría, y ahí estaba pidiendo matrimonio de la manera menos convencional posi
Julie PetersonSi alguien me pregunta alguna vez algún detalle de mi boda… sin duda diré que me dolía el trasero. Creo que eso era lo que más iba a recordar de toda esta locura.También podría rememorar el orgasmo anal que me proporcionó mi futuro esposo una hora antes, pero bueno eso no era algo que se le contara a todo tipo de público.Me vestí con un sencillo vestido blanco ejecutivo, y Dominico se metió en un jeans con camisa blanca y un saco negro casual. Si no nos deteníamos... era un hecho que terminaríamos casados. Abordamos un taxi en plena madrugada y nos dirigimos a la icónica capilla Graceland.¿Hay algo más típico en Las Vegas que casarse ? A la par que el juego, las bodas son el principal atractivo de Las Vegas. Cada año se celebran más de ciento veinte mil bodas, siendo el segundo lugar del mundo en el que más matrimonios se celebran por detrás de Estambul.Sabia a donde nos dirigíamos, ese lugar era famoso. La Capilla Graceland era la capilla más famosa de Las Veg
Érika CamelMientras Julie hablaba sentada en mi cama frente a mi, menos daba crédito a lo que me trataba de contar. Tenía que tratarse de una broma .—¡Aún no te puedo creer Julie!¿¡Cómo así que te casaste en Las Vegas!? —pregunté con los ojos como platos y cada vez más sorprendida. —Pero cómo ocurrió, si cuando te marchaste esa tarde parecía que habías erradicado a Dominico Mayer de ti cerebro. No te dije nada sobre qué el también estaría en Las Vegas… pero no creí que las cosas llegarían a este nivel.—Solo ocurrió Erick… me lo pidió y no le pude resistir— se explica y aún no entiendo una mierd@. Para colmo lleva ese anillo de fantasía con un engarce que es más falso que judas. Y de la piedra ni hablar… ni siquiera es vidrio o una imitación aceptable. Es plástico y bastante feo. —¿!A este anillo fue a lo que no te pudiste resistir!?—chillo tomando su mano para analizar la «anti-joya», más bien debería decir la «basura» que lleva en su dedo anular.—No fue el anillo Ericka. El anill
Érika y Camel Supuestamente debería estar en una despedida de solteras, «mi despedida de soltera», pero embarazada de tantos meses la idea no me resulta nada atractiva.Lo que es probable que ocurra es que caiga infartada si un stripper cachondo me muestra su miembro, o puede que me dé risa… no todos los días uno se topa con un semental vergón como con el que estoy a punto de casarme.No puedo beber tampoco, así que no tiene caso alejar a Julie de su flamante esposo, solo por pasar la noche nosotras dos como un par de monjigatas.—Vete a casa de tu esposo Jul— le dijo negociando con ella— Creo que yo hate exactamente lo mismo.—Érika Camel… es de muy mala suerte que el novio vea la novia… desde la noche antes hasta la ceremonia— me advierte Julie apuntándome con un dedo.—Y lo dice la mujer que consumo un matrimonio antes y después de la ceremonia… que para colmo fue a escondidas en Las Vegas— le recordé.—¡Touche!— admitió hiriéndose con una katana imaginaria a modo de harakiri.—Pe