Erika Camel Derek me ayudo a meterme en el vestido de gala de la noche anterior después de que ambos tomaramos una ducha. Para mi mala suerte había entrado sola al cuarto de baño mientras él hacía unas llamadas importantes. Así que solo nos dedicamos a limpiar nuestros cuerpos mutuamente por esta vez. Aunque eso implicaba una complicidad inimaginable. No me podía quejar, ya me sentía mejor que el primer instante que entré al cuarto de baño y él se quedó en la sala. Fue mejor que no me viera tan alterada. Agradecí al cielo los minutos de soledad, pues no puede evitar que el contenido de mi estómago se vaciara completamente en el inodoro. Me cepille los dientes para que no se notara que había vomitado el desayuno a raíz de la impresión que me causó ese reportaje de pésimo gusto con la cara de Weber en la pantalla. Casi muero del susto por saberme delatada. Aparte del susto, También casi me mata la decepción al ver el rostro de Derek cuando escuchó mi nombre, el real. Su expresió
Derek Meyer Sus manos en mis hombros me hacían estremecer, aunque solo bailábamos sentía que mi pecho estallaría en cualquier segundo. Julie estaba más hermosa que nunca... hermosa y sensual. La luz de la luna reflejada en el mar le daban un aspecto místico, absolutamente magica. Habíamos hecho el amor como locos durante gran parte de la tarde, y tal como deseaba ambos estábamos desnudos. Era como la mejor fantasía que hubiese tenido... o mejor porque esto era absolutamente real.Su cuerpo era como un libro abierto para mi, después de unos cuantos encuentros románticos ya sabía dónde y cómo tocarla para desarmarla. Eso si ella no me tocaba o me besaba de esa manera tan suya que me robaba la voluntad. Es que Julie era una experta regalándome orgasmos con su mera sonrisa pícara. Estaba empezando a sospechar que esa frase... si, esa que dice que "Cuando esa persona llega a tu vida, pues lo sabes"... Y si, yo sabia que ella no era como las otras mujeres de mi pasado. No era otra ex
Erika Camel El regreso a la oficina esta semana a sido extraño pero más excitante que antes. Mis niveles de adrenalina han llegado al cielo y no espero que bajen en el resto de la semana. No sé cómo comportarme a alrededor de Derek, ya que además de ser amantes, pues en la oficina es algo así como mi jefe y debo comportarme para guardar las apariencias. Será difícil controlarme y más por que solo soy su asistente de turno por mi propia conveniencia, esto solo fue una consecuencia directa del deseo irrefrenable de estar cerca de él, bajo su mando, dominada por él. Todos los sentimientos que tenía por el Camaleón, se han acrecentado a un nivel estratosférico. ¿Y cómo no? Si es como un príncipe moderno con yate enorme y una verga mucho más grande si vamos a comparar con sus semejantes. El que haya regresado a esa habitación de hotel después de haberse marchado el viernes en la noche, no lo hace más mío es cierto, pero sin duda lo acerca mucho más a mi. Mucho, mucho más a mi c
Derek MayerAmanece, es Martes y yo estancado en Colorado en una semana tan importante cómo esta. Para ser sincero llevo la noche entera sin dormir. ¿Y cómo hubiera logrado pegar un ojo? Recuerdo cada detalle acerca del supuesto embarazo y eso estuvo dando vueltas en mi mente durante toda la madrugada. Aún me cuesta dar crédito a que alguien pueda ser tan fría y letal. Recuerdo cómo si fuera hoy todo el tiempo y lo que se negó Rocci en mostrarme los estudios sanguíneos donde se confirmaba que estaba embarazada. Lo planeó todo minuciosamente y con alevosía. No sé le olvido un detalle para hacerme caer como un crédulo conejo en su trampa. Ardo de la furia y la impotencia. Ni siquiera me puedo desahogar con la causante de mi turbulento estado, pues está en una unidad de cuidados intensivos inconsciente, y con una fractura en la cabeza de la cual no sé si se recuperará del todo. Decidí buscar un hotel y no usar mi casa en Aspen, ya que creo que si me encuentro a las cómplices de
Julie Peterson Esta semana se decide todo este juego diabólico en Ake que Érika nos metió con su Vergaplan, es miércoles no ha comenzado bien la jornada y ya el señor Camel está en él la sala de espera para verme tan pronto termine la junta del corporativo de esta mañana, en la cual acabo de anunciar tal y como acorde con Erika, que no estamos listos para competir por el proyecto del software de almacenamiento remoto. Las manos me sudan, estoy nerviosa y no por las caras largas de dentro del salón por lo que acabo de informar , sino por el cerco que me tiene montado el padre de Erika justo a la salida de mi oficina. Ese hombre sabe que algo aquí está oliendo a ajo, y está aquí para terminar de averiguar qué es lo que ocurre. Me gustaría encontrar un escondite remoto para que nadie me encuentre. Sobre todo mi padre, el único padre que he conocido. No me gusta mentirle, Érika lo sabe. Ni modo, ya estoy jodida.Doy por terminada la reunión, y me demoro más que nunca en juntar mis docum
Erika Camel Cada día se me cierra mas el cerco, me siento como una fiera a la cual están acorralando constantemente. No puedo evitar sentir la presión, y esta viene de todas partes. A veces es Julie con sus constantes inseguridades por lo que estoy haciendo, se que es peligroso pero aún no estoy lista para retirarme con mi propósito casi logrado. A veces es mi padre, que ha comenzado a sospechar que en esta historia hay gato encerrado y ahora aparece a cualquier hora y con cualquier excusa por las oficinas de mi propia empresa. Sabia que esto pasaría , solo que no pensé que sería tan pronto. La realidad es que yo no estoy lista para alejarme de Derek, y no sé si él esté preparado para aceptar la verdad de lo que soy a fin de cuentas: Su competencia en los negocios. Por eso decidí no competir por el proyecto en cuestión. Así si Derek pierde... pues no será contra mi. No podrá decir que fui yo... que yo espié o robe algún tipo d e información clasificada que le hubiera perjudicado
Derek Mayer —Señorita Julie, por favor, infórmele a Dominico que lo quiero en mi oficina, ¡ahora!— mi tono esta mañana no es amable, estoy a punto de gritar. Julie se debe haber percatado de ello en mi forma de tratarla. —Si señor Derek, cómo ordene—ella responde respetuosamente y cierro la línea de intercomunicación con mi asistente. Sigo rondando por mi oficina hecho una fiera, esperando el momento que Dominico se decida a honrarme con su presencia. Estoy por demás impaciente y mi hermano se da el lujo de hacerme esperar precisamente hoy, después de la bomba que me soltó anoche. Con esta, ya va la tercera vez que lo llamo en los últimos diez minutos. «¿Cómo diablos esa mujer lo volvió a hacer?» No he pensado en otra cosa desde anoche. La duda me martillea en la cabeza. Me resultaba increíble que estando tan alejada de sus negocios cómo afirmaban en las noticias, la tal Érika fuera capaz de haberme arrebatado de las manos el jugoso contrato por el que llevaba más de dos meses
Érika Camel A pesa de haberle propuesto a Derek pasar el fin de semana juntos otra vez, la tarde del viernes fue rotundo al decirme que no se sentía bien, y que sin duda no sería una buena compañía. Se disculpó como un príncipe y pasó de mi olímpicamente. Solo me comentó que se retiraría un poco antes y que pasaría el fin de semana retirado pensando en los sucesos de las últimas semanas. Su paz mental lo necesitaba.Eso y su negativa terminaron por destrozarme el estómago. Me pase el sábado en muy mal estado, vomitando cada cosa que probaba. Sentía que en cualquier momento sería capaz de expulsar el hígado por la boca. El domingo fue aún más difícil, pues aunque no vomite el día entero me agarro una depresión horrible, eso liado a un estado de soñolencia casi patológico que me mantuvo atada a la cama en modo harapo humano. Si Derek no se comunicaba conmigo pronto creí que moriría, pero no lo hice...no morí y él tampoco se comunicó. Cada vez que le marque o insistí.... su tel