VICTORIA
La primera semana ha pasado desde que llegué a este lugar y ya estoy harta, mis manos están resecas y arrugadas a causa de tanto fregar y limpiar, mis pies me duelen y siempre estoy cansada; las cosas no están saliendo como lo esperaba, solo me dedico a aspirar los cuartos cuando los patrones no están así no los molesto; lavar baños, lavar ropa, sacudir el polvo y luego ayudar en la cocina, es mi rutina, no es un trabajo pesado pero estoy harta de empujar el carrito del aseo por toda la mansión, es absolutamente aburrido y humillante. Nunca podré codearme con nadie importante porque ellos hacen sus fiestas en clubes y centro de convenciones de hoteles de lujo, no he visto la primera persona interesante venir a la casa hasta ahora, a este paso nunca conoceré a ningún hombre adinerado y voy a morir vieja y arrugada siendo una simple criada.—¿Qué haces aun aquí?, los quehaceres no se hacen solos. — dice mi tía entrando a nuestra habitación, hoy no he podido levantarme de la cama, estoy a punto de renunciar y largarme a rogarle a mis padres que me reciban de nuevo.—¡Ya voy!, eres tan malvada como mi madre, ¡odio este trabajo! No quiero hacerlo más. —Lloriqueo levantándome de mala gana.—Me costó mucho convencer a la señora para que te dejara quedarte, me haces quedar mal y te juro que no volverás a contar conmigo nunca más, sabes que no miento. — Me acerco a ella y la miro con ojos de borrego, lo que dice es una gran mentira, ella nunca podría abandonarme, me ama demasiado. Aprovecho y le pregunto algo que hace días da vueltas en mi cabeza.—No entiendo ¿cuál es el problema?, tanta parafernalia para contratar una sirvienta. — Ni que fuera la contadora real del palacio de la reina Isabel.—Esta familia es muy importante y poderosa, no pueden dejar entrar a cualquiera a la casa. — No me creo eso, sospecho que hay gato encerrado.—Soy tu sobrina favorita, no una extraña al azar, dime la verdad — Ella rueda los ojos y se acerca mucho a mi.—No puedes decirle a nadie lo que voy a contarte — Me hago una cruz en la boca en señal de que mis labios están sellados y ella procede a decirme todo el chisme. — El joven Arthur tuvo un enredo con una de las mujeres de limpieza cuando tenía 19 años, retó a su madre e iba a casarse con ella porque la embarazó, pero la chica perdió al bebé cuando "accidentalmente" rodó por las escaleras y luego misteriosamente desapareció para siempre, el joven estuvo sumido en una gran depresión por meses y cayó en los vicios y el alcohol, desde entonces pareciera que vive para autodestruirse y hacer encorajinar a su madre. — Jadeo asombrada por la información recibida de mi tía, pensé que el todo poderoso e inalcanzable heredero no se rebajaba con simples mortales, es bueno saber cómo está el terreno antes de dar un paso en falso.—No me jodas… así que fue por eso. — El hombre es una cajita de sorpresas y pienso usarlo a mi favor.—Sí, se dice que la señora fue quien tuvo que ver con todo lo sucedido, es una mujer de armas tomar y no teme a las represalias, por eso debes estar agradecida que te dejó quedarte y limitarte a hacer tu trabajo y punto, no la provoques Victoria. — Pongo mi cabeza en su hombro y me quejo de nuevo.—Tía, esto no es para mí, no nací para ser cenicienta, quiero ser la reina malvada. — Ella sabe que quiero un hombre rico que me saque de la pobreza y pasar mis días viajando y de compras.—Lo sé, pero mientras aparece tu mina de oro, debes ocuparte de ti misma, ahora, ve a limpiar que tienes media hora de retraso. — Quiero hacer un berrinche, pero no puedo tirar aún la toalla.—No eres nada agradable. — A regañadientes me meto al baño y me aseo para empezar a trabajar.Voy por mi indumentaria en el cuarto de limpieza y tomo el ascensor de servicio para ir a la segunda planta de la casa; mientras limpio la habitación de la señora, no puedo dejar de maravillarme al ver el closet casi del tamaño de la casa de mis padres, hay vestidos por todos lados organizados perfectamente en percheros por estilo, color y ocasión; también vestidos de noche, casuales, ropa de verano, abrigos, zapatos de todos los estilos, un gran espejo con luces led para maquillarse y un hermoso diván blanco en medio del vestidor, toco las finas telas y suspiro al pensar que Olga Mitchell es quien quiero ser cuando sea grande y que no voy a detenerme hasta que sea como ella, o mejor…A medio día he terminado casi todas las habitaciones, solo me falta la del fondo, que es la del Joven heredero; en el tiempo que llevo aquí, no lo he visto nunca, al parecer está de viaje. Entro a la habitación y por primera vez en días la cama está sin hacer y hay ropa tirada por todos lados, lo que quiere decir que el hombre ha vuelto a casa, comienzo a levantar las cosas del piso y noto un delicioso olor emanar de las prendas, debe ser un perfume muy caro y fino, trato de adivinar si es Versace o Giorgio Armani; pongo la ropa en la bolsa para la ropa sucia que traigo conmigo, esta gente está forrada en dinero, el niño mimado se viste con ropa a medida de diseñadores famosos y huele como los dioses. Cambio las sábanas de no se cuantos hilos, ya que, se usen o no, a diario deben ser reemplazadas por un juego limpio. Cuando está la cama sin una sola arruga y las almohadas perfectamente alineadas, procedo a aspirar la habitación, me pongo audífonos y tarareo alegremente, por lo que no escucho cuando la puerta del baño se abre y alguien me sorprende tocando mi hombro, me volteo asustada y por accidente le arranco al precioso hombre frente a mí, la toalla que lleva puesta, jadeo sorprendida y avergonzada mientras él me mira muy molesto sin inmutarse.—Lo siento joven, no sabía que se encontraba aquí. — me disculpo volteándome porque el muy desgraciado es tan orgulloso que en ningún momento trata de taparse su muy bien dotada entrepierna, solo me mira con enojo y fastidio.—¿Quién diablos eres y por qué entras a mi habitación sin permiso? — me volteo hacia el de nuevo y me quedo embobada mirándolo por lo que tardo en responder.—Soy la mucama señor, pensé que no se encontraba, lo siento no quería importunarlo.Me agacho y levanto la toalla del piso, se la doy y él la toma de mala gana de mis manos, luego se la pone rodeando su cintura con ella, lo cierto es que el hombre es absolutamente perfecto, debe medir 1.90 de estatura, abdomen marcado, pecho firme y aunque no es muy musculoso, se encuentra en muy buena forma, ni que decir de lo perfecta que luce su hombría bien depilada, no sabía que los hombres hacían eso.—¡Sal de aquí y no entres hasta que yo ya no esté presente!. — pero es el tipo más odioso que jamás haya conocido, me cae mal al instante y nada podrá cambiarlo.—Solo estaba haciendo mi trabajo, por favor joven, si la señora sabe que he hablado con usted va a despedirme y no puedo perder este trabajo. — Nada mejor que hacerme la pobre víctima, mencionar a su madre debe tocar su fibra sensible porque de inmediato cambia su tono odioso por uno mas suave.—Está bien, pero no vuelvas a entrar sin tocar o mientras yo esté por aquí. — Me encantaría contentarle: “Por supuesto su majestad” pero solo asiento y me voy rápidamente de la habitación.VICTORIA Pasan los días y no vuelvo a toparme con el joven de la casa en su habitación, lo he visto un par de veces, pero siempre actúa como si yo no existiera, me impresionó mucho cuando le vi de frente la primera vez porque es muy muy guapo, las fotos de las revistas y del internet no le hacen justicia, en persona el hombre parece un adonis, cabello negro perfectamente cortado y peinado, ojos azul oscuro, nariz fileña y labios rojos y carnosos y ni que decir de esa voz melosa que suena a sexo. No puedo borrar de mi cabeza la imagen del hombre desnudo frente a mí mirándome con odio; tenía que desahogarme con alguien, pero cuando le conté a mi tía me regañó como por una hora y rogó a Dios que el principito (como lo he apodado) no se quejara con su madre por mi intromisión y la víbora mayor me echara a la calle. Estamos en la cocina almorzando cuando de pronto parece recordar algo. —Hoy habrá una cena familiar, debes ayudarme a servir y estar cerca por si a los patrones se les ofr
VICTORIAHoy por fin, luego de casi un mes encerrada en el panteón de lujo, mi tía me permitió un fin de semana para salir de la mansión, los anteriores días libres los pase en mi habitación viendo series en mi teléfono, creo que ella temía que me fuera y no volviera, pero ya estaba harta de estar encerrada como una presa. Como no tengo donde más ir voy a quedarme en casa de mis padres. Es viernes por la tarde y debo volver el domingo en la noche antes de las 7:00 pm. A pesar de todo estoy feliz porque aunque el trabajo es una completa mierd, el sueldo es muy muy bueno, así que el plan es salir con un par de amigas esta noche y tomarme unos tragos para celebrar que tengo mi propio dinero y no tuve que pedírselo a nadie; por lo general era mi madre o mi hermana quienes alcahueteaban mis andanzas. Los ánimos en la mansión están caldeados porque el principito no llegó anoche a dormir y apareció hasta esta mañana pareciendo un indigente borracho, su madre estaba como una loba enjaulada a
VICTORIATodo pasa en cámara lenta y no estoy segura de cómo sucedieron las cosas realmente porque fue en cuestión de segundos; un momento el chico me miraba y discutía conmigo y al siguiente golpeamos algo con el auto y patinamos al otro lado de la carretera, grité aterrorizada cayendo hacia delante y siendo fuertemente sostenida por el cinturon de seguridad que evitó que saliera volando fuera del auto, lo que me salvó de que me pasara algo grave, pero cuando por fin frenamos nos dimos cuenta de algo realmente malo, era demasiado tarde… Arthur había atropellado algo o a alguien. Puse las dos manos sobre mi boca respirando con dificultad por el susto, nos miramos y miramos hacia atrás al mismo tiempo, había una figura que parecía humana tirada en una posición extraña en medio de la carretera, ¡Dios! ¿que fue lo que hicimos?Estamos en medio de la nada con las farolas encendidas y ninguno de los dos se atreve a bajarse y revisar. Para cuando agarro el valor de abrir la puerta para sali
VICTORIALuego de levantar el cuerpo con mucha dificultad y esconderlo en la cajuela, buscamos un supermercado de 24 horas cerca de mi barrio, Arthur estaciona lejos del lugar para evitar las cámaras de seguridad y yo me bajo del auto y camino sola hasta el sitio mientras él se queda en el vehículo para no levantar sospechas, trato de parecer tranquila cuando llego a la caja registradora y pago las bolsas, un par de escobas, un trapeador, productos de limpieza y algunos productos de higiene sanitaria, ya que soy una mucama, no es de extrañar que compre este tipo de cosas, solo debe parecer que haré una limpieza extrema en casa y que estoy con mi periodo; pago y salgo tranquilamente del lugar.Cuando llego al auto Arthur está sentado detrás del volante un poco ido parece que está bien traumado, toco la ventana para que me deje entrar; noté mientras venía para acá, que hay una pequeña abolladura en el capó, debemos solucionar eso también, pero no ahora, gracias a Dios el cuerpo sólo te
VICTORIA Arthur me lleva hasta la casa de mis padres ya bien entrada la mañana, nos despedimos no sin antes acordar lo que haremos a continuación y cuando lo haremos; Al final decidimos que en una semana iremos al registro civil y nos casaremos; aunque me siento emocionada, también estoy muy asustada, temo el momento de tener que enfrentar a la mega bruja de la Olga, pero va a ser bastante divertido cuando llegue a su casa del brazo de su querido hijito y me presente como su legítima esposa. Mi madre me da el regaño correspondiente cuando entro a la casa por llegar a esas horas, le miento diciéndole que estaba con amigas en un bar y se nos pasó el tiempo y tuve que quedarme en casa de una de ellas, a regañadientes me deja tranquila, no he dormido nada y me siento cansada, no quiero pensar nunca más en lo que me resta de vida en lo que sucedió anoche. Al entrar a la habitación, tomo la billetera del muerto y busco un lugar seguro para esconderla detrás de un ladrillo suelto que nadie
VICTORIA Llegamos al registro civil e hicimos todo el protocolo de rigor, el juez leyó todas las cláusulas y firmamos el acta junto a dos extraños que nos hicieron el favor de ser nuestros testigos, luego el baboso puso una gran piedra de unos 5 quilates en mi dedo y entonces fuimos declarados marido y mujer, sonreí satisfecha celebrando el comienzo de mi maravilloso futuro aunque fuera junto a este ser desagradable al que odio.—Puede besar a la novia— dice el juez mientras nos miramos con asco. —No, gracias. — responde alejándose de mí, me molesta que se crea mejor que yo. —Acaba de salir de salir de un virus de transmisión sexual, se lo contagió otro tipo. — le digo al juez que abre mucho los ojos. —¡Victoria! — me reprende enojado, yo sólo sonrío con falsa dulzura y luego vuelvo a decir: —Estoy bromeando señor juez, mi amado esposo nunca me engañaría… no con otro hombre. — rueda lo ojos y me toma del brazo de forma brusca. —Vamos, debemos tomar un vuelo. — camino con dificu
VICTORIA Luego de poner al heredero descarriado en cintura, nos dedicamos a conocer la ciudad e ir de compras a las tiendas más famosas del Strip, porque una esposa trofeo como yo necesita estar bien presentada todo el tiempo; siempre tuve sentido de la moda, pero no los recursos, así que no pude mostrar mi gran estilo, hasta el día de hoy.También turisteamos un poco, decidí que hicieramos el recorrido en un mini tren que nos llevó por lugares iconicos, al cual Arthur le hizo mala cara todo el tiempo, pero luego se mostró muy colaborador cuando lo hice posar para las fotos que subiríamos a las redes sociales y que enviaríamos luego de forma anónima a los portales en internet de chismes para provocar a su madre.Se que aunque lo niegue, en el fondo él odia a la vieja por lo que sucedió hace unos años y las sed de venganza siempre estuvo ahí por todo lo que le hizo sufrir, así que poco a poco fue participando más activamente del plan. Luego de superar las primeras 48 horas juntos y
VICTORIA Un par de horas más tarde Arthur viene por fin a nuestro dormitorio, mi tía fue a ver como estaban las aguas y cuando me quedé sola las empleadas que antes eran mis compañeras de trabajo, subieron el equipaje de ambos y me miraron con asombro y curiosidad, mientras yo sonreía triunfante porque estaba al fin en el lugar que me correspondía.Aproveché mientras estuve sola para acomodar mis pertenencias el gran vestidor de Arthur, satisfecha porque me gusta como se ven nuestras cosas mezcladas, no se por qué, pero desde que volvimos de Las Vegas la idea se que realmente somos la pareja perfecta se arraigo dentro de mi ser, no planee que él fuera realmente mi esposo en todos los sentidos, pero la idea no me disgusta del todo. Salgo de ducharme y lo encuentro sentado en el sofá con la cabeza entre las manos, creo que la cosa se puso color de hormiga en la conversación con su madre y eso que todavía no sabe que mientras el libraba su batalla, yo aproveché para subir todas nuestras