VICTORIA Un par de horas más tarde Arthur viene por fin a nuestro dormitorio, mi tía fue a ver como estaban las aguas y cuando me quedé sola las empleadas que antes eran mis compañeras de trabajo, subieron el equipaje de ambos y me miraron con asombro y curiosidad, mientras yo sonreía triunfante porque estaba al fin en el lugar que me correspondía.Aproveché mientras estuve sola para acomodar mis pertenencias el gran vestidor de Arthur, satisfecha porque me gusta como se ven nuestras cosas mezcladas, no se por qué, pero desde que volvimos de Las Vegas la idea se que realmente somos la pareja perfecta se arraigo dentro de mi ser, no planee que él fuera realmente mi esposo en todos los sentidos, pero la idea no me disgusta del todo. Salgo de ducharme y lo encuentro sentado en el sofá con la cabeza entre las manos, creo que la cosa se puso color de hormiga en la conversación con su madre y eso que todavía no sabe que mientras el libraba su batalla, yo aproveché para subir todas nuestras
VICTORIAMi querida tía y yo pasamos la mañana tomando el sol junto a la piscina aprovechando el clima delicioso del día de hoy, Arthur fue a ver al abogado encargado de la ultima voluntad de su abuelo para que le diera detalles a cerca de la entrega de su herencia y también para curarse en salud por si Olga trama algo o quiere dejarlo en la calle, ya que el hombre se tomó muy en serio la amenaza de la vieja de dejarlo sin dinero hasta recibir lo que le corresponde; no volví a ver a la susodicha luego del conato de desayuno familiar, supongo que estará en su cueva hirviendo de rabia y planeando como acabar conmigo, aunque la verdad es que no me importa. —Tía, debemos estar alerta, no sea que la bruja quiera mandarme a desaparecer como hizo con la otra tipa. Sé, que la matriarca Mitchell es de armas tomar y que es capaz de cualquier cosa por defender su fortuna y lo que cree es lo que mas le conviene a su familia, no dudo que haya sido ella quien hizo desaparecer a la novia sirvien
Decido ignorar a mi impertinente esposo, pero de repente caigo en cuenta de algo y tengo que confrontarlo si no, no voy a poder dormir en paz. —¿Donde estuviste todo el día? Gruñe molesto porque no lo dejo dormir, pero igual me contesta. —Estaba solucionando algunos asuntos. Está con los ojos cerrados y claramente fastidiado con mi interrogatorio, me encanta importunarlo. —Espero por tu bien, que no nos hayas puesto en vergüenza viéndote con alguna de tus z0rras.El cree que miento cuando le digo que voy a hacerle mucho daño si me engaña, se nota que no me conoce ni un poco y que nadie lo dude, voy a hacer cosas muy malas. —¿Celosa? Se burla de mi y siento que quiero darle veneno en el desayuno. —Ya quisieras imbécil, sólo cuido las apariencias, recuerda que si se llegara a saber lo que hicimos, terminaríamos en la cárcel, así que no podemos levantar sospechas de que esto que tenemos es falso. Abre los ojos, me mira y se burla. —Esta fue tu idea, no la mía, iba a pagarte el
VICTORIADespierto muy cómoda y calientita, rodeada por un brazo fuerte que me sostiene de la cintura, entonces cuando la niebla del sueño desaparece, me doy cuenta que Arthur y yo estamos haciendo cuchara; en algún momento de la noche terminamos con nuestros cuerpos acurrucados y eso no sería tan molesto si no tuviera una gran elección rozando mi trasero, trato de alejarme, pero el me agarra fuerte y me pega aún mas a su cuerpo. —Arthur, muévete, aleja esa cosa de mi trasero. Reclamo tratando de quitar su brazo de mi cintura que parece estar anclado a mi cuerpo como si no quisiera dejarme ir pronto. —Deja de moverte entonces, soy humano me pones el cul0 en la entrepierna y de seguro esta va a reaccionar. Responde somnoliento acariciando mis pequeños pechos por debajo de mi camiseta que han reaccionado a su toque de una manera muy extraña. Espera, ¿en que momento me desabrochó el sostén? —No entiendo como terminamos así y ¡saca tu maldit mano de mi camiseta!Esto es de no creer,
VICTORIACuando entramos en la pequeña sala de estar, veo que hay compañía no deseada que no esperaba ni quería encontrarme. —¿Que hace toda esta gente aquí? Pregunto haciendo un mohín de disgusto, esperaba ver a mi hermana, pero no al intruso indeseable que la acompaña. —¿No te alegras de verme hermana? Pregunta esta acercándose y dándome un abrazo, Arthur no se aparta de mi lado así que ella debe hacerlo por un costado de mi cuerpo. —Entiendo que te hayan invitado, pero, ¿que hace aquí el oficial Mahoney? Solo quienes son fanáticas de películas viejas entenderán la referencia. —Ja, ja, muy graciosa— responde el hombre acercándose y dándome un beso en la mejilla que limpio sin disimulo. —Hola Vic, también me alegro de verte, ¿no nos presentas a tu esposo? Ruedo los ojos e ignoro el sarcasmo en sus palabras, nunca olvidaré cuando me rechazó porque según sus palabras yo no era suficiente. —Arthur, ella es mi hermana Alice y este es su perro faldero, Isaac. Dios, como lo dete
—¿Que hacen ahí parados mirando el auto de mi marido? Espanto a los vecinos que se acercaron a ver el majestuoso vehículo de mi esposo; me siento molesta con la actitud de mi familia y me quiero desquitar con el mundo; no esperaba que mis padres me recibieran con brazos abiertos, pero tampoco que trataran de ridiculizarme frente a Arthur, estoy terminando de echar a los mirones cuando de la nada veo venir emocionada y sonriente a Sasha mi compinche desde el jardín de niños. —Victoria, lo lograste, por fin pescaste a tu millonario, estoy taaaaan orgullosa y feliz por ti. La miro con fastidio, ella y todas las personas de mi pasado se han convertido en seres indeseables para mi. —¿Que diablos dices, has visto al hombre? Es amor puro y verdadero lo que tenemos. Me abraza con demasiada emoción, espero que no piense pegarse a mi como una garrapata ahora que soy una señora rica. —¡Ay! por favor, te conozco y se que lo que mas amas después de a ti misma, es el dinero y siempre buscaste
VICTORIA —Y bien, ¿Qué te pareció la visita a los barrios bajos. Pregunto acomodada ya mas tranquila sentada a su lado de Arthur en el auto. —Tu padre me agrada, me invitó a pescar, tu madre por otro lado, creo que me odia.Lo extraño sería que aprobara nuestra relación.—Es una mustia, solo está celosa porque yo si logré salir de ese barrio mugroso. Por cierto, gracias por defenderme. El se encoge de hombros restándole importancia a los hechos. —No es nada, supongo que como equipo debemos protegernos el uno al otro, espero tu apoyo cuando lo necesite. Ni que lo diga, ahora que me ha demostrado su lealtad y apoyo sé que puedo confiar en el; fácilmente pudo haberme desenmascarado delante de mi familia en venganza por el chantaje, pero no lo hizo, se puso de mi lado y me defendió, por ende voy a estar de su lado siempre pase lo que pase. —No tienes ni que decirlo, estoy comprometida con esto, pero Arthur, ¿como es eso que vas a comenzar a trabajar en la empresa? hasta donde se er
—Victoria, despierta, hay que ir a la oficina.Estoy en un apacible sueño en el sofá de la habitación donde fui desterrada por el indolente de mi marido y que curiosamente es mas cómodo de lo que imaginaba, cuando escucho que me llaman, quiero dormir, pero la insistencia de Arthur no me deja continuar descansando y no puedo seguir ignorándolo.—Ve tu, no se para que me quieres ahí, es tu obligación, no la mía.Respondo escondiendo la cabeza debajo de la almohada.—Yo trabajo, tu también, así que te vas a levantar y vas a acompañarme a nuestro primer día en la empresa.Abro los ojos de mala gana y la imagen delante de mi, me deja un poco sin aliento, el hombre es un espectáculo digno de ver en su traje oscuro de tres piezas hecho a medida, no logro formar una frase coherente porque me encandiló de sorpresa, así que me golpeo mentalmente para disimular la impresión y vuelvo a utilizar correctamente el cerebro.—Es muy temprano y no tengo ni idea de nada de lo que hacen ahí, déjame en p