Luego de perderme y vagar por el bosque lo que se me hizo una eternidad, al fin logré llegar a la manada, ya que la mansión de los Alphas y la cabaña de los Betas se encontraban un poco apartadas de la manada en sí. Salí de entre los árboles y caminé cabizbaja entre las criaturas, intentando que nadie me reconociera, al final llegué a un puesto donde preparaban comida de todo tipo y miré entre babeante y anhelante un plato de carne y pasta.
— ¿En qué puedo ayudarte?—Preguntó una amable mujer apareciendo frente a mí con una sonrisa, la cual hacía ver más atroz la cicatriz que recorría todo su rostro.
Oh, m****a, yo la cacé.
—En nada, ya me iba. —Dije con voz ronca y le di la espalda, queriendo evitarme problemas.
—Espera, ¿eres nueva?—Preguntó posando una mano en mi hombro, me tensé y asentí. —Oh, debes estar hambrienta. —No contesté ni me volví. —Toma, puedes comer esto si te apetece. —Dijo tendiéndome el plato de carne y pasta, mi estómago gruñó con fuerza.
—No tengo cómo pagarle. —Dije en voz baja mientras me giraba hacia ella, sin revelar del todo mi rostro, oculto detrás de mi oscuro cabello.
—No hace falta, aquí todos somos una familia. —Sonrió abiertamente, algo dentro de mi colapsó ante ese gesto, por lo que, sin decir nada, me alejé a grandes pasos de la mujer, con la respiración agitada.
Ellos me habían quitado a mi familia, gracias a ellos soy lo que soy ahora, así que debo comenzar a buscar una forma de escapar y luego volver para acabar con sus miserables vidas.
— ¡Hey, cuidado!—Exclamó un hombre de gran altura cuando choqué accidentalmente con él.
—Lo lamento. —Dije rodeándolo e intentando alejarme de él.
—Espera. —Me tomó del brazo y escrutó mi rostro unos segundos, al reconocerme abrió desmesuradamente los ojos y me empujó, tirándome en el barro. — ¡Cazadora!—Gritó a voz de cuello mientras desenvainaba un cuchillo de caza, hice una mueca desde mi posición.
Casi al instante estuve rodeada por cinco licántropos y dos vampiresas mientras que las personas a nuestro alrededor se congregaban en círculo para ver mejor y evitar que escapara. Maldije en voz baja, acuclillándome sobre el barro y saqué mi arma, lo hice girar entre mis dedos y luego lo sostuve con fuerza.
—Yo quiero los ojos. —Gruñó uno de los licántropos mostrándome sus caninos.
—Entonces ven por ellos. —Lo provoqué con una sonrisa ladina, tensando los músculos desde mi posición defensiva, él se abalanzó sobre mí.
Intercepté su ataque con mi rodilla, lancé un puñetazo a su rostro, sacándole uno de los caninos, y después clavé el cuchillo hasta el mango en su cuello, lo saqué con rapidez y me incorporé, a tiempo de esquivar el ataque de una de las vampiresas. La tomé por el rubio cabello y guie su cabeza hacia mi rodilla, donde estrellé esta contra su nariz con fuerza sobrenatural, hundiéndola y acabando con su vida rápidamente. Escuché a su par sisear y pronto la tuve sobre mí, la abofeteé y luego enterré el cuchillo entre sus costillas, perforándole un pulmón, gritó, ahogándose con su sangre, y volví a la carga, esta vez atravesando su corazón.
Mientras intentaba sacar el cuchillo de la caja torácica de la vampiresa alguien me atacó por detrás, golpeando brutalmente mi espalda, por ende, las heridas frescas en ella, gemí de dolor mientras caía sobre mis rodillas antes de girar sobre mí misma y darle una patada en la entrepierna al causante de semejante dolor, aulló de dolor. Sentí un repentino y doloroso tirón de cabello, gruñí una maldición entre dientes mientras el hombre me levantaba sin soltar mi cabello, quien prácticamente rugió en mi oído y clavó sus garras en mi espalda. Grité con fuerza.
Me enfurecí al ver su sonrisa satisfactoria, a lo que tomé su cabeza entre mis manos, ejerciendo presión, y partí su cráneo, ensuciándome con su sangre y sesos al instante mientras caíamos sobre las vampiresas.
Miré a mis tres oponentes faltantes y por fin logré sacar el cuchillo del cuerpo de la vampiresa, sonreí triunfal y les hice un gesto con los dedos para instarlos a atacarme, cosa que funcionó con dos de ellos. La licántropo se abalanzó sobre mí, rugiendo furiosamente, puse los ojos en blanco y lancé el cuchillo hacia su pecho, dando en blanco, ella cayó sobre su espalda debido al impacto y murió segundos después.
El penúltimo licántropo aún estaba de pie, quien me miró asustado y pidió clemencia a gritos, me acerqué con rapidez a él, formé un puño con mi mano y atravesé su pecho en él hasta llegar al corazón, lo miré a los ojos y comencé a arrancar su corazón de los ligamentos que lo unían al cuerpo, sin apartar ni un segundo la mirada de la suya, disfrutando del momento exacto en que la vida abandonaba dichos ojos.
La muchedumbre que nos rodeaba, la cual instantes atrás había estado gritando a favor de mis contrincantes, quedó en silencio sepulcral, mirándome aterrados, solté una carcajada y lancé el corazón a la mujer que me ofreció comida minutos atrás, ella chilló de horror y corrió lejos del órgano extirpado.
— ¡Papá!—El grito de dos infantes despertó a los presentes, y todos se tensaron al verlos acercarse a mí y a su presunto padre. Ay, carajo.
— ¿Papi?—Una niña con rizos del color del chocolate miró al cadáver que ahora era padre temerosa, para luego echarse a llorar al ver la sangre que manaba de la herida. — ¡Papi!
Miré inexpresiva a los niños que lloraban sobre el pecho ensangrentado de su padre y caminé a mi último oponente, quien era el hombre que había avisado de mi identidad, en el camino hasta él recogí el corazón del padre y jugueteé con él hasta llegar a su altura.
—Eso es lo que pasa cuando alguien no puede mantener la boca cerrada.-Susurré en su oído, dejando el corazón entre sus manos. —Piensa mejor la próxima vez que vayas a meterte conmigo.
Me abrí paso entre la multitud y, para mi mala suerte, me topé con un furioso Cedric al final de toda esta, lo miré alzando una ceja y él solo se dedicó a ordenarle a los guardias que me llevaran a su mansión.
En menos de cinco minutos me encontraba encadenada a la pared, con el pecho desnudo, siendo azotada con el látigo oscuro sin piedad. Incluso cuando ya no podía mantener los ojos abiertos y las prendas de ropa se había desgarrado después de tantos azotes, el Alpha no se detuvo, mostrando la misma piedad que tuve durante la pelea entre sus licántropos.
— ¡Cedric!—El grito horrorizado de Aurora hizo que él se detuviera y yo abriera trabajosamente los ojos. — ¡¿Qué has hecho?!—Chilló corriendo como pudo hacia mí, fruncí el ceño, extrañada, y dirigí mi atención a mi pecho, jadeé al verlo en carne viva.
—Mató a Roddick, le arrancó el corazón frente a sus hijos. No podía salir impune.
—Ellos me atacaron primero, yo no había hecho nada y me atacaron. —Susurré mirándolo con odio.
— ¿Por qué debería creerte?
—Solo te estoy diciendo la puta verdad, tú decides si me crees o no. —Gemí cuando Aurora me desencadenó y me ayudó a caminar, claro que todo mi peso estaba sobre ella y su vientre. —Déjame, hacer esfuerzo te hace mal.
—Estaré bien.
—No, no lo harás, no pongas a tu hija en riesgo por mi.-Dije alejándome de ella.
Claro que en el momento en el que mi cuerpo dejó de tener a alguien en quien sostenerse cayó al suelo con un golpe sordo. Gruñí e intenté levantarme, pero no lo logré, mi cuerpo no me respondía, estaba agotado.
—Maldición. —Murmuré y el Alpha me tomó en brazos a regañadientes.
—Te llevaré a la cabaña. —Dijo cuando lo miré con los ojos entrecerrados, desconfiada.
—De acuerdo, solo no me mires. —Me miró confundido a lo que yo lo fulminé con la mirada. — ¡No mires! —Exclamé, cubriendo mi torso desnudo y ensangrentado.
—No tienes nada que mi Luna no tenga.
—Perfecto, así me evito de problemas. —Dije poniendo los ojos en blanco antes de perder el conocimiento debido a la pérdida de sangre y lo agotada que estaba.
Me levanté con dificultad del sofá en el que dormía desde hacía una semana y caminé arrastrando los pies hasta la cocina, donde el olor de tocino siendo cocinado había despertado mi hambre.—Hola. —Dije a Spencer, quien cocinaba, e hice una mueca de dolor al sentarme en el taburete frente a la isla de la cocina.Como era habitual no tuve respuesta alguna de su parte, únicamente se limitó a dejar un plato de tostadas con mantequilla untada encima y tocino frente a mí, mi estómago gruñó con fuerza y me apresuré a ingerir mi desayuno en silencio, disfrutando del sabor del tocino en mi boca.Repentinamente Colm entró corriendo en la estancia seguido por Luther, quienes me empujaron por los hombros al pasar por mi lado y de una forma u otra terminé en el suelo con un golpe sordo, para luego sentir cómo la sangre comenzaba a correr por mi espalda
Desperté cuando sentí a alguien poner una manta en mi espalda desnuda, ocasionando que me estremezca de dolor.—Lo siento, no quería despertarte. —Dijo Colm seco, lo miré y me quité la manta de encima, ya que estaba haciendo que escocieran mis heridas. —Hace frío, podrías enfermarte.—Duele. —Dije simplemente y volví a recostar mi cabeza en el reposabrazos.—Spencer podría ayudarte con eso. —Dijo Luther apareciendo con un tazón de palomitas recién hechas.—Estoy bien.—Bien, entonces muévete que quiero ver una película.—Es prácticamente mi cama.—Es mi casa, yo mando, tú obedeces. Largo.Me levanté furiosa del sofá y me tambaleé ligeramente al hacerlo, sacudí la cabeza para apartar la bruma de cansancio y dolor que rondaba en mi ca
Salí de la ducha tras veinte minutos de deleite bajo sus refrescantes aguas y me dispuse a vestirme con la misma ropa que llevaba usando desde hace tres semanas, claro que la lavaba todos los días en el baño cuando todos estaban dormidos.Comencé a desenredar mi cabello con las manos mientras salía de mi nueva habitación en la cabaña. Bajé las escaleras mientras tarareaba una canción de cuna y llegué a la cocina, donde Colm se comía, literalmente, a una chica pelirroja.—Mierda. —Solté, asqueada, y alguien me tomó por la cintura, para luego ser sacada de la cabaña cual costal de papas. — ¡Luther, bájame!—Chillé al tiempo que lo pateaba.Nuestra relación había mejorado cuando recibimos una carta enfurecida del Alpha Kyle, la cual describía explícitamente cómo era que iba a asesinarnos dent
Ella sonrió con malicia y me tomó del brazo, levantándome y arrastrándome en contra de mi voluntad fuera del centro comercial, una vez fuera del ojos humano mis tías restantes aparecieron ante mis narices con la misma sonrisa maliciosa que la de su hermana, palidecí aún más y el helado cayó de mi mano.— ¿Cómo es que me encontraron?—Pregunté aterrorizada, ellas hicieron una mueca de enojo al unísono.— ¿Creíste que podrías escapar de nosotras tan fácilmente?— ¿Aliándote con esos asesinos?— ¿Aliándote con Aurora?— ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?—Todo.—Y nada a la vez.—Ya déjense de juegos. —Dije nerviosa y comenzando a mirar a mi alrededor con premura, ¿dónde carajos estaba Luthe
FlashbackHace cuatro años...—Buenos días. —Ronroneó una voz ronca en mi oído para después dejar un casto beso en él, sonreí y abrí los ojos. —Alguien quiere ver a mami. —Canturreó él con mi pequeño, Mathyas, en brazos.—Buenos días. —Susurré, mi pequeño tiró sus bracitos en mi dirección. — ¿Extrañaste a mami, cielo?—Pregunté tomándolo en brazos.—Dadada. —Balbuceó él y ambos reímos, el flash de una cámara siendo disparado hizo que nos encandiláramos, miré a Abraham y alcé una ceja al verlo muy sonriente.— ¿Qué?—Inquirí, sonriendo a mi vez.—Eres más distraída de
—Necesito... aire. —Jadeé apoyándome de Colm, él me llevó en un parpadeo fuera de la cabaña.—Nunca había visto nada igual, se supone que debías convertirte al cuarto día y ya pasó una semana desde que despertaste. —Dijo él mientas yo luchaba por respirar con normalidad. —Algo va mal contigo.— ¿Y ahora te preocupas por mí?—Lo miré, furiosa. —Si ustedes hubieran creído en mis palabras no estaría en esta maldita situación, ¡podría incluso estar molestando a Spencer!—Te he dicho miles de veces que lo lamento.—Eso no detendrá mi maldita transición.Dos días después de que despertara y Cedric me mantuviera en una especie de calabozo, al fin se supo la verdad. Yo no había alertado a mis mentoras que saldría, sino una loba con se
—Tengo... hambre. —Jadeé mientras me retorcía en mi lugar, Aurora intercambió una mirada preocupada con Cedric al tiempo que Spencer pasaba un paño húmedo por mi frente ardiente y perlada de sudor.—Lo sabemos, Hope, pero Colm dejó claras instrucciones de no darte sangre por mucho que rogaras.— ¡Al diablo con Colm!—Grité retorciéndome aún más.Escuché con atención los dos latidos provenientes del cuerpo de Aurora, el suyo era algo calmado y el de la bebé agitado, sin preocupación alguna, eso logró calmarme un poco.Claro que la paz no duró mucho.Con mi nuevo oído súper sensible logré escuchar una pequeña explosión antes de que comenzaran los gritos. Miré a Cedric y él miró a Spencer, ambos asintieron y salieron corriendo para ver qué suced
Mi respiración se encontraba agitada mientras que el corazón me latía en los oídos, mis ojos estaban desprovistos de la visión debido a la venda que los cubría y tenía una mordaza entre mis dientes, mordaza que lastimaba mis mejillas.En resumen, había siendo secuestrada.Pataleé e intenté soltarme de las cadenas de acero que rodeaban mis tobillos y muñecas, en vano. Traté de gritar, lastimando mi garganta, en vano. Intenté quitarme la venda de los ojos, en vano también. Tal parecía que todo lo que hacía era malditamente en vano.Repasé mentalmente todo lo que había sucedido para llegar a esto, volviendo a sumarme en la obscuridad de mis pensamientos.Flashback...Cinco horas antes...Reía a carcajadas a la par de Luther mientras Spencer nos miraba malhumorado, con el helado d