Ella sonrió con malicia y me tomó del brazo, levantándome y arrastrándome en contra de mi voluntad fuera del centro comercial, una vez fuera del ojos humano mis tías restantes aparecieron ante mis narices con la misma sonrisa maliciosa que la de su hermana, palidecí aún más y el helado cayó de mi mano.
— ¿Cómo es que me encontraron?—Pregunté aterrorizada, ellas hicieron una mueca de enojo al unísono.
— ¿Creíste que podrías escapar de nosotras tan fácilmente?
— ¿Aliándote con esos asesinos?
— ¿Aliándote con Aurora?
— ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?
—Todo.
—Y nada a la vez.
—Ya déjense de juegos. —Dije nerviosa y comenzando a mirar a mi alrededor con premura, ¿dónde carajos estaba Luthe
FlashbackHace cuatro años...—Buenos días. —Ronroneó una voz ronca en mi oído para después dejar un casto beso en él, sonreí y abrí los ojos. —Alguien quiere ver a mami. —Canturreó él con mi pequeño, Mathyas, en brazos.—Buenos días. —Susurré, mi pequeño tiró sus bracitos en mi dirección. — ¿Extrañaste a mami, cielo?—Pregunté tomándolo en brazos.—Dadada. —Balbuceó él y ambos reímos, el flash de una cámara siendo disparado hizo que nos encandiláramos, miré a Abraham y alcé una ceja al verlo muy sonriente.— ¿Qué?—Inquirí, sonriendo a mi vez.—Eres más distraída de
—Necesito... aire. —Jadeé apoyándome de Colm, él me llevó en un parpadeo fuera de la cabaña.—Nunca había visto nada igual, se supone que debías convertirte al cuarto día y ya pasó una semana desde que despertaste. —Dijo él mientas yo luchaba por respirar con normalidad. —Algo va mal contigo.— ¿Y ahora te preocupas por mí?—Lo miré, furiosa. —Si ustedes hubieran creído en mis palabras no estaría en esta maldita situación, ¡podría incluso estar molestando a Spencer!—Te he dicho miles de veces que lo lamento.—Eso no detendrá mi maldita transición.Dos días después de que despertara y Cedric me mantuviera en una especie de calabozo, al fin se supo la verdad. Yo no había alertado a mis mentoras que saldría, sino una loba con se
—Tengo... hambre. —Jadeé mientras me retorcía en mi lugar, Aurora intercambió una mirada preocupada con Cedric al tiempo que Spencer pasaba un paño húmedo por mi frente ardiente y perlada de sudor.—Lo sabemos, Hope, pero Colm dejó claras instrucciones de no darte sangre por mucho que rogaras.— ¡Al diablo con Colm!—Grité retorciéndome aún más.Escuché con atención los dos latidos provenientes del cuerpo de Aurora, el suyo era algo calmado y el de la bebé agitado, sin preocupación alguna, eso logró calmarme un poco.Claro que la paz no duró mucho.Con mi nuevo oído súper sensible logré escuchar una pequeña explosión antes de que comenzaran los gritos. Miré a Cedric y él miró a Spencer, ambos asintieron y salieron corriendo para ver qué suced
Mi respiración se encontraba agitada mientras que el corazón me latía en los oídos, mis ojos estaban desprovistos de la visión debido a la venda que los cubría y tenía una mordaza entre mis dientes, mordaza que lastimaba mis mejillas.En resumen, había siendo secuestrada.Pataleé e intenté soltarme de las cadenas de acero que rodeaban mis tobillos y muñecas, en vano. Traté de gritar, lastimando mi garganta, en vano. Intenté quitarme la venda de los ojos, en vano también. Tal parecía que todo lo que hacía era malditamente en vano.Repasé mentalmente todo lo que había sucedido para llegar a esto, volviendo a sumarme en la obscuridad de mis pensamientos.Flashback...Cinco horas antes...Reía a carcajadas a la par de Luther mientras Spencer nos miraba malhumorado, con el helado d
Solté una exclamación ahogada gracias al dolor que sufrían mis costillas para luego soltar un escupitajo de sangre a los pies de Ezra.—Vamos, Hope, ¿es lo mejor que tienes?—Se mofó, acariciando las nudilleras en sus manos. —Yo creo que puedes soportar más.Descargó otra serie de golpes en todo mi cuerpo, centrándose más en mis ya lastimadas costillas, usando toda su fuerza en ese punto en específico de mi cuerpo, por lo que estas no dejaban de crujir. Gemí y me desplomé, él me miró con fastidio y me obligó a levantarme.—Vamos, Cazadora, las mentoras te entrenaron mejor que esto. Resiste.—Ya no puedo más, Ezra. —Jadeé, sintiéndome como hace ocho años cuando apenas comenzaron a entrenarme. —Acabo de pelear con Ryan y Tyron, estoy agotada y hace tiempo que no entro en combate cuerpo
Enterré mis pulgares en sus cuencas, presionando con mis uñas sus ojos, logrando que suelte su arma al tiempo que suelta un alarido de dolor. Di una especie de voltereta hacia atrás y pateé su mandíbula con fuerza, aterricé parada con un golpe sordo mientras que Mickey se desplomaba sobre el suelo de concreto de la habitación.—Lo que tú crees saber yo lo aprendí antes, te lo enseñé y lo puse en práctica cien veces más que tú, sé cuál es tu siguiente paso mientras que tú a penas y podrás adivinar el décimo que daré, acéptalo, hermano, estuviste derrotado apenas levantaste tu hacha en mi dirección. —Musité mirándolo con superioridad, él me miró con odio.—Estás acabada, criatura. —Se levantó de un salto e hizo girar entre sus dedos un cuchillo de caza. M
—Toma. —Levanté la mirada del suelo y miré a Colm, quien me tendía un enorme vaso lleno de un líquido que no era mi preciado alimento —Esto calmará tu hambre.— ¿Cómo sabes que...?—Tus colmillos están mordiendo su labio desde hace cinco minutos. Anda, bebe un sorbo. —Me instó interrumpiendo mi pregunta.— ¿Qué es?—Entrecerré los ojos, sentándome en la isla de la cocina en la mansión de Cedric.—Malteada de chocolate con sangre de conejo, está deliciosa.Hice una mueca y bebí de la pajilla, inundando así mi boca con el explosivo sabor del chocolate amargo con el dulce sabor de la sangre. Me terminé la malteada en un minuto, o menos.—Deliciosa. —Jadeé, devolviéndole el vaso.—Te lo dije.Las luces parpadearon y pronto s
Pronto fui rodeada por una docena de mujeres y hombres armados hasta los dientes, nueve hombres y tres mujeres para ser exactos. Todos llevaban entre sus manos armas de fuego, Mike era el único que portaba un hacha y una espada. Lo miré, furiosa, y me puse en posición de defensa, plantando los pies firmemente en la tierra lodosa y poniendo mis brazos a cada lado de mi torso con las manos vueltas puños.—Adelante, asesíneme, si pueden. —Los reté y elevé una de las comisuras de mi boca con desdén.Las primeras en atacar fueron las tres mujeres, dos intentaron golpearme con la culata de sus armas y la otra solo me apuntaba con el cañón del arma, lista para dispararme en cuanto bajara la guardia, cosa que no iba a suceder.Poniendo los ojos en blanco con fastidio, tomé una de las culatas y acerqué a la mujer con fuerza, chocando con violencia mi frente contra su nariz y l