Capítulo trece.

Enterré mis pulgares en sus cuencas, presionando con mis uñas sus ojos, logrando que suelte su arma al tiempo que suelta un alarido de dolor. Di una especie de voltereta hacia atrás y pateé su mandíbula con fuerza, aterricé parada con un golpe sordo mientras que Mickey se desplomaba sobre el suelo de concreto de la habitación.

—Lo que tú crees saber yo lo aprendí antes, te lo enseñé y lo puse en práctica cien veces más que tú, sé cuál es tu siguiente paso mientras que tú a penas y podrás adivinar el décimo que daré, acéptalo, hermano, estuviste derrotado apenas levantaste tu hacha en mi dirección. —Musité mirándolo con superioridad, él me miró con odio.

—Estás acabada, criatura. —Se levantó de un salto e hizo girar entre sus dedos un cuchillo de caza. M

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP