Solté una exclamación ahogada gracias al dolor que sufrían mis costillas para luego soltar un escupitajo de sangre a los pies de Ezra.
—Vamos, Hope, ¿es lo mejor que tienes?—Se mofó, acariciando las nudilleras en sus manos. —Yo creo que puedes soportar más.
Descargó otra serie de golpes en todo mi cuerpo, centrándose más en mis ya lastimadas costillas, usando toda su fuerza en ese punto en específico de mi cuerpo, por lo que estas no dejaban de crujir. Gemí y me desplomé, él me miró con fastidio y me obligó a levantarme.
—Vamos, Cazadora, las mentoras te entrenaron mejor que esto. Resiste.
—Ya no puedo más, Ezra. —Jadeé, sintiéndome como hace ocho años cuando apenas comenzaron a entrenarme. —Acabo de pelear con Ryan y Tyron, estoy agotada y hace tiempo que no entro en combate cuerpo
Enterré mis pulgares en sus cuencas, presionando con mis uñas sus ojos, logrando que suelte su arma al tiempo que suelta un alarido de dolor. Di una especie de voltereta hacia atrás y pateé su mandíbula con fuerza, aterricé parada con un golpe sordo mientras que Mickey se desplomaba sobre el suelo de concreto de la habitación.—Lo que tú crees saber yo lo aprendí antes, te lo enseñé y lo puse en práctica cien veces más que tú, sé cuál es tu siguiente paso mientras que tú a penas y podrás adivinar el décimo que daré, acéptalo, hermano, estuviste derrotado apenas levantaste tu hacha en mi dirección. —Musité mirándolo con superioridad, él me miró con odio.—Estás acabada, criatura. —Se levantó de un salto e hizo girar entre sus dedos un cuchillo de caza. M
—Toma. —Levanté la mirada del suelo y miré a Colm, quien me tendía un enorme vaso lleno de un líquido que no era mi preciado alimento —Esto calmará tu hambre.— ¿Cómo sabes que...?—Tus colmillos están mordiendo su labio desde hace cinco minutos. Anda, bebe un sorbo. —Me instó interrumpiendo mi pregunta.— ¿Qué es?—Entrecerré los ojos, sentándome en la isla de la cocina en la mansión de Cedric.—Malteada de chocolate con sangre de conejo, está deliciosa.Hice una mueca y bebí de la pajilla, inundando así mi boca con el explosivo sabor del chocolate amargo con el dulce sabor de la sangre. Me terminé la malteada en un minuto, o menos.—Deliciosa. —Jadeé, devolviéndole el vaso.—Te lo dije.Las luces parpadearon y pronto s
Pronto fui rodeada por una docena de mujeres y hombres armados hasta los dientes, nueve hombres y tres mujeres para ser exactos. Todos llevaban entre sus manos armas de fuego, Mike era el único que portaba un hacha y una espada. Lo miré, furiosa, y me puse en posición de defensa, plantando los pies firmemente en la tierra lodosa y poniendo mis brazos a cada lado de mi torso con las manos vueltas puños.—Adelante, asesíneme, si pueden. —Los reté y elevé una de las comisuras de mi boca con desdén.Las primeras en atacar fueron las tres mujeres, dos intentaron golpearme con la culata de sus armas y la otra solo me apuntaba con el cañón del arma, lista para dispararme en cuanto bajara la guardia, cosa que no iba a suceder.Poniendo los ojos en blanco con fastidio, tomé una de las culatas y acerqué a la mujer con fuerza, chocando con violencia mi frente contra su nariz y l
El zarpazo que Cedric le dio a mi cuerpo bastó para lanzarme al otro lado de la habitación, lejos de su pequeña y mis colmillos.Golpeé la pared con fuerza, rompiéndola en miles de pedazos y golpeando otra pared, perteneciente al pasillo. Siseé hacia Cedric y le enseñé los colmillos de forma amenazadora antes de ver por el rabillo del ojo a una pareja de adultos, los cuales me miraron curiosos.— ¿Quiénes son ustedes?—Gruñí, Colm corrió hacia mí y me tomó en brazos, mis colmillos se replegaron al instante y el hambre atroz desapareció por completo. — ¿Qué estás haciendo?—Lo miré con incredulidad, sintiendo un extraño hormigueo en el vientre y, extrañamente, en la marca casi inexistente de Abraham.—Yo... —Me soltó y se alejó, mirando rápidamente a Luther.
— ¿Tú eres mi papá?—Preguntó Matty entre mis brazos mirando a Colm, él sonrió de lado y se encogió de hombros.—Podría ser. —Lo tomó en brazos y mi pequeño se pegó a él como lapa, rodeando su torso con sus pequeñas piernas y aferrándose a su cuello. — ¿Quieres que lo sea?—Sí. —Matty comenzó a jugar con el cabello en la nuca del vampiro y reí.—Colm, tenemos que hablar. —Le dije y Cedric tomó a mi hijo en brazos, contuve un gruñido de advertencia.— ¿Tienes hambre, campeón?—Sí, hace mucho que las tías no me dan de comer. —Confesó con profunda tristeza, la sangre hirvió en mis venas.— ¿Podrías... hacerte cargo de él? Solo mientras hablo con Colm.—Y co
Han pasado cinco meses desde que la Cazadora se fue, dejando atrás a su hijo y a una de sus parejas. La manda Rising Moon y el clan New Blood, comandados por el Alpha Cedric y el Jefe Colm, se han vuelto nómadas, quedándose solo dos o tres semanas en el mismo lugar antes de partir de nuevo, ocultándose de los humanos y Cazadores. En tres horas se alzará la luna llena en el cielo nocturno, es el último día de Diciembre y algo está ocurriendo en el lago donde cinco meses atrás la Cazadora fue encerrada. Pasarán dos estaciones antes de que ambas almas gemelas se encuentren y estén juntas por fin.
Hope's POVFrío. Hace mucho frío. Eso es todo lo que sentía en estos momentos.Oscuridad, todo está muy oscuro, no conseguía ver nada.El agua entraba a raudales por mi boca, llenando mis pulmones con el líquido, y en menos de un minuto vuelvo a morir.Y las imágenes vuelven, aquellas pesadillas que día tras día, hora tras hora, me atormentan, me llenan de oscuridad, volviéndome cruel e insensible.Primero apareció aquel niño de rizos dorados y ojos grises casi idénticos a los míos. En las imágenes que se reproducían en mi mente él no tenía más de un año cuando es lanzado al fuego por un hombre, su padre, Abraham Bennett.La que le seguía es la de un hombre lobo azotando a una chica con un látigo de púas y magia negras, tres chicos detrás de él solo obs
Colm's POV— ¡Mathyas no corras! ¡Y mantente cerca de mí!—Exclamé mientras observaba al niño de rizos dorados correr entre las piernas de mi clan. — ¡Mathyas!—Repetí, frustrado.—Esto de la paternidad es difícil, ¿eh?—Se mofó Spencer cargando a mi sobrina, quien tenía los ojos abiertos y miraba todo con la fascinación que solo una bebé de cinco meses podía tener.—Déjalo que corra, si ocurre algo tu clan lo protegerá al igual que la manada. —Cedric se encogió de hombros.—Todos lo quieren y lo sabes. —Siguió Luther y estiró el cuello, intentando ver a su sobrino. —Okey, ya no lo veo.Sentí a mi corazón detenerse de nuevo antes de tomar velocidad y zigzaguear entre la multitud, en busca de mi pequeño revoltoso.&