Llegamos a una lujosa mansión en medio de una isla preciosa. No podía creer que tal lugar perteneciera a su familia. Tan pronto bajamos del muelle, su hermano gemelo y la misma mujer que estaba aquel día de la boda, nos recibieron muy efusivamente.—Por fin llegan, los estábamos esperando — comentó la mujer, rodeando a Jacob en un amoroso abrazo.—Mamá, no habíamos tenido tiempo de hablar ni de hacer las presentaciones de manera más formal — carraspeó, se veía tan tierno y lindo así de nervioso como se encontraba—. Te presento a Cora. Cora, ella es mi madre; Sara. Y mi cara doble que ves a su lado, es mi hermano Logan.—Un gusto conocerla, Sra. Sara — le brindé mi mano en modo de saludo e hice lo mismo con Logan, el hermano de Jacob—. Un gusto.—No tienes que ser tan formal, cuñis — en lugar de tomar mi mano, me dio un fuerte abrazo que casi nos hace caer a los dos al suelo—. Ahora somos familia, ¿no es así?—Bueno... claro que sí — tartamudeé.—No sientas vergüenza, cuñis, aquí ningu
No supe qué decir de momento, pues nunca se habían tomado el tiempo de hacerme un detalle como estos que no fuera por mi cumpleaños o en alguna otra festividad. Si mi corazón antes se encontraba acelerado, ahora explotaba en cientos de sensaciones maravillosas dentro de mi pecho.—¿No te gustó? — inquirió, frunciendo el ceño mientras veía los pétalos y la decoración de la mesa—. ¿Qué te disgusta? ¿Las flores? ¿El vino? ¿El lugar? ¿O todo?—¡No me disgusta nada! — no sé si se trató de un impulso o del sentimiento tan extraño que me gobernaba, que me lancé a sus brazos y lo abracé con gran emoción—. Esto es un gesto muy bonito de tu parte, Jacob. ¿Por qué lo has hecho para mí?—Porque lo mereces — correspondió a mi abrazo de inmediato, apretándome fuerte contra su pecho—. Mereces esto y mucho más, calabacita. Incluso siento que es poco...—Claro que no es poco. Todo es perfecto y muy hermoso — rodeé su cuello con un dejo de timidez, me puse de puntillas y deposité un beso sobre sus labi
La noche nos envolvió con suma rapidez o no sé si los segundos se me pasaban volando por más que le pidiera al reloj que se detuviera. Nunca me había divertido tanto como hoy, observando el mar, las hermosas vistas y hablando de todo y nada con un hombre tan encantador como Jacob. De hecho, ni siquiera con Arabella me había sentido de esta manera tan tranquila y feliz. Aunque no había nadie en este mundo que me conociera más que ella, ahora mismo me sentía llena de dicha y con el corazón gustoso gracias al dueño de mi primer beso.—¿Lista para darme razón sobre las estrellas? — extendió el telescopio frente a nosotros.—Las estrellas son muy hermosas, ese hecho no te lo pienso discutir, pero que sean como mi sonrisa... — solté una risita divertida—. Sabes que no cuento con una sonrisa que pueda llegar a ser tan bella como una estrella.—A mí me parece que sí es hermosa e incluso puedo jurar que lo es mucho más que las estrellas.Reí nerviosa, guardando un mechón de mi cabello detrás d
JACOBDespués de haber tomado un poco de aire frío para bajar la revolución que Cora había dejado en mi cabeza, entré al despacho encontrando no solo a mi tío, sino a mi padre y a mi hermano junto a él, lo que me pareció muy extraño.—¿Qué ocurre? No me digan que hay reunión de último momento de doncellas abandonadas y han tenido consideración al invitarme.—¿Te consideras en abandono en este momento? — inquirió mi tío, enarcando una ceja.—Faltaba más. Si no hubieras interrumpido estaría en el cielo y no viendo sus caras largas y feas.—Tenemos la misma — murmuró Logan, soltando un dramático suspiro.—Tu suegro está histérico — mencionó mi padre en cuanto tomé lugar junto a mi gemelo.—Era de esperarse, ¿no? Después de todo, Jacob lo dejó en la calle.—No lo dejé en la calle — dejé en claro—. Vive cómodamente en una casa y cuenta con un trabajo humilde con el cual le puede brindar comida y lujos suficientes a su familia.—Ese hombre será un problema más adelante. Sé que lo hiciste co
Cada día que paso junto a Cora me enamoro más de ella. Su sonrisa me tiene por las nubes. Su mirada cristalina es la más pura y bella que haya visto alguna vez en mi vida. Sus labios rosas y carnosos se han convertido en mi gran debilidad, no pienso en otra cosa que no sea probarlos cada segundo del día. Me he contenido lo suficiente para no arrebatar su boca como tanto lo deseo porque sé que debo esperar que nuestro momento llegue.Que me haya aceptado es una felicidad muy grande que no cabe dentro de mi pecho. Ilusionado es poco para describir la manera en la que me siento por dentro. Su dulce aroma me tenía sumergido en sueños tranquilos. El calor que emana de su cuerpo, por más que me negara a quedarme dormido y perderme cada instante de su tierno rostro al dormir, me atrapó con suma facilidad. Dormir junto a ella es lo mejor de este jodido mundo ¿Ahora cómo haré para conciliar el sueño si no es teniendo su calor y su aroma a mi lado?Mantenía los ojos cerrados, disfrutando de su
Jacob me llevó a conocer la isla. Me mostró lugares hermosos dentro de ella, incluso me enseñó su lugar favorito y que usaba para descansar y relajar la mente de todo lo que lo agobiaba. No hubo un solo día donde no fuera feliz a su lado. No necesitaba más que sus besos y su compañía, pero él debía regresar cuanto antes a Milán para estar al frente de sus restaurantes. La idea de quedarme sola en Venecia no me agradó un poco, allí me sentía muy sola y sin nada que hacer, además de que quería retomar mis estudios así no fuera en California.Había tomado la decisión de pedirle que me llevara con él a Milán, pero no sabía si estaría de acuerdo o no. Toqué la puerta de su oficina y, tras recibir su orden, entré. ¿Y si me decía que no me llevaba? Esa era una posibilidad que me dolería en el fondo.—Encárgate de ello mientras regreso — me sonrió sin despegar el teléfono de su oreja—. Mañana a primera hora. Debo irme. Hasta pronto.—¿Estás ocupado? — quise saber tan pronto colgó la llamada—.
Nos separamos agitados y los labios hinchados. Nos miramos por pocos segundos antes de volver a fundir nuestras bocas en una sola. Todo a nuestro alrededor se redujo a nada. Ambos nos encontrábamos perdidos en la boca del otro y ninguno se quería detener; todo lo contrario, nuestros labios exigían por más, pero no más de solo besos.Desciende sus labios por mi barbilla, dejándome con ganas de seguir probando sus besos, pero su boca recorriendo mi piel con suavidad es abrumador y maravilloso. Estiró el cuello y le doy acceso a su boca, por lo que no tarda en estampar un húmedo beso que me pone a temblar. Realiza un camino de besos por mi cuello hasta llegar a mi oreja y soplar de su cálido aliento en aquella zona de mi cuerpo tan sensible. Me cruzo de piernas por esa presión que sentí en mi parte íntima y trago saliva por todo lo que estoy sintiendo por segunda vez, con la única diferencia de que nadie más que nosotros puede interrumpir.—Tengo tantas ganas de ti — la mordida que deja
Llegamos a Milán muy temprano en la mañana, ya que Jacob tenía que atender varios asuntos importantes a primera hora. Decidió llevarme con él y mostrarme uno de sus restaurantes, por lo que me encontraba emocionada viendo todo a mi alrededor mientras él dejaba órdenes a todos sus empleados.El restaurante era muy lujoso, pero tiene una decoración tranquila que me encantó muchísimo. Las velas le hacen dar un toque muy bonito, supongo que cenando debe sentirse la paz de la noche como si fuera verdadera.Me quedé a una distancia prudente de él y sus empleados, lo que menos quería era molestar. Pero de repente se acercó a mí y me llevó de la mano hacia todos ellos.—Antes que retomen sus labores, quiero presentarles a mi esposa.Todos, incluyéndome, quedamos sorprendidos con sus palabras. ¿Por qué me está presentando como su esposa frente a todos ellos? No sabía a dónde meter la cara de la vergüenza tan grande que sentía.—No sabía que eras un hombre casado — una mujer muy bonita y de ojo