Kiara atravesó el salón, sin hacerle caso a su matriarca, la cual amenazó con romperle las piernas si no caminaba como era debido. Pero ella se encerró en su baño, no queriendo enfrentar lo que vió.
Si lo hacía se echaría a llorar. Aún la herida de haber confiado en quien no debió estaba fresca y ella no era de piedra para olvidarlo de la noche a la mañana. Lavó el trapeador y todo lo utilizado, para así tratar de no pensar en ello.Cuando Jonas quiso ir por ella, Bastian ordenó con un ademán que no lo dejaran pasar.__ Apenas caminas y quieres correr. - lo reprendió. - ¿Cuando dejarás de meterte esa porquería?__ Puedo controlarlo. - alegó y su hermano movió la cabeza de lado a lado, sin esconder su reacción ante la respuesta obtenida. Era inútil tratar de razonar con él. Mientras Jonas dejó su intención de seguir a Kiara, para él solo estaba siendo una caprichosa. Se le pasaría luego, se dijo.__ Limpia tu nariz al menos y bota lo que sea que cargues contigo, porque eso no lo quiero en mi casa. - recalcó.Jonas negó cargar algo con él, pero su hermano introdujo la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó una bolsa transparente que puso ante sus ojos.__ Desintoxícate, luego hablamos. - caminó hasta las escaleras, ya que ver cómo la lluvia caía afuera no era un espectáculo que quisiera ver.Cerró la cortinas. Encendió una vela y se acostó para dormir. Así no vería lo que sucedía afuera.Cuando despertó era muy tarde. Pero la lluvia había mermado, se dió un baño y cuando salió con una toalla alrededor de su cintura, encontró a Kiara dejando una bandeja con su comida. Todo lo que veía en el plato se le antojó, pero si tocaba un poco, le cortarían las manos.__ ¿Como entraste?__ Por la puerta. - contestó irónica no queriendo ver al sujeto desnudo que le hacía tener pensamientos no propios de ella.Debía tenerle miedo, no...__ ¿Que te dije del respeto?__ ¿Que te dije cuando me dijiste lo del respeto? - contestó ella en el mismo tono.Bastian estuvo tentado a llevar su mano al cuello de la chica, lo peor del caso era que ni él mismo entendía para qué realmente.__ Ve a hacer tus tareas. - dispuso.__ No hay nada que hacer. Todos están en una fogata allá afuera, lo que sea que celebren lo están disfrutando mucho. - asomó por la ventana, sin querer ver el torso tonificado y húmedo del hombre que caminó a su espalda. - Oye, ¿cuanto es lo que debe mi tío exactamente? ¿Puedes permitir que lo pague a cuotas? Podría pagarlo con trabajo, claro, si me das un sueldo.Bastian la vio por encima de su hombro.__ Pero ya sé que negociar contigo es como pedirle a la pared que se mueva. Dice la matriarca que le puedes cortar la lengua a alguien cuando te molesta mucho. - Bastian se puso un pantalón de vestir y una remera oscura. - Pero yo creo que...__ ¿Alguna vez cierras la boca?__ Cuando duermo, pero ese no el tema. - siguió hablando. Bastian cogió un pan de los que iban en su bandeja y se lo puso en la boca, ella se lo quitó y comió como si fuera algo de lo más normal entre ellos. Tomó un poco de lo que había en el plato y untó su pan, ante la mirada incrédula del bárbaro.De verdad que no se callaba jamás, era como oír a un loro orando en latín. Demasiado enredado como para comprender todo lo que salió de su boca. Se bebió el chocolate y sin más comió un poco del queso hasta dejar el plato vacío.__ Y pues solo vi al tres descarrilarse y toda la mercancía de mi tío perderse. - culminó con toda la oratoria, mientras Bastian se colocó un abrigo sobre los hombros para salir de la habitación. - ¿No vas a comer?Bastian vio la bandeja y solo volteó la mirada. Era más fácil lidiar con una titanoboa que con ella definitivamente.Se acercó, tomó un poco de la fruta que untó con miel y la acercó a los labios de la chica que en automático los separó. Se veía tan deseosa por probarlo que por su mente pasaron una y mil ideas de en que situaciones podría ser igual de obediente.Averiguarlo le supo a prohibido e imaginarlo a pecado. Vio sus ojos, ella le suplicó, Mordió la mitad del trozo de la fruta y masticó, antes de que él se llevara la otra mitad a la suya. Tenía un sabor mucho mejor y sabía porqué era, como también que si se quedaba ahí, rompería una ley de ese clan criminal.Optó por unirse a sus hombres, quienes no esperaron para darle el lugar más cómodo de entre todos, le entregaron un vaso con licor, sin embargo él pareció indispuesto a tomar algo, pues solo quería sacar a su hermano de ese lugar. Jonas bordeó el vaso y exhaló, pero antes de beberlo se lo quitaron de las manos.__ Te dije desintoxicarte, no llenarte los intestinos de más licor. - el regaño ante todos causó conmoción en su hermano. - ¿Quien te dió esto?Nadie se atrevió a hablar.__ Ya estoy lo suficientemente grande para decidir que hago o no con mi vida. - lo desafió su hermano, como siempre. - Lo siento, Don. Me exalté.Faltarle el respeto al Don de la mafia era un insulto que acabaría con la muerte de dicho agresor, pero no con él. Prometió cuidar de Jonas , pero se la ponía difícil y si mano dura era lo que necesitaba, ya estaba decidido a usarlo.__ Solo estoy estresado. Perder no es opcional para un Blackwood y...Kiara apareció en su campo de visión y los ojos le brillaron. Ella ni siquiera lo reparó, pues iba solo por leña, cumpliendo con la orden de su matriarca, la cual puso en sus brazos, con cuidado que las astillas no se incrustaran en su piel.__ Estoy dispuesto a sucumbir a tus mandatos, si me concedes un deseo, Don. - negoció Jonás con la idea en mente y una sonrisa cautivante para otros, la que Kiara conoció cuando lo vio por primera vez, pero odiaba cuando volvió a encontrarlo.Bastian bufó. Era algo muy arriesgado cederle algo que no sabía qué era aún, pero también quería tenerlo lejos de esas adicciones que ya lo estaban hartando porque era él mismo quien no quería dejarlas.__ Las condiciones conmigo no funcionan. Si no pones el mínimo esfuerzo en salir de esa porquería, no tengo por qué cumplir con uno de tus caprichos. - reiteró dejando en claro que los juegos no le gustaban, menos cuando venían de un borracho que emanaba más que solo licor en su sistema.Se dió la vuelta y mantuvo su vista al frente.__ No quiero condescendencia, Don. No quiero tu lastima, ni que me señales. - habló su hermano desde su espalda. - Solo te pido un deseo y es algo que no pienso negociar.Bastian se giró para callarlo de una vez, harto de las inmadureces que siempre debía soportar. Su paciencia había llegado al límite y su cara lo reflejó.__ Reclamo a Kiara como mi mujer. - alzó la voz entre todos.Ninguno supo a quién se refería. Nadie excepto Bastian, el asesor y la chica que dejó de recoger la leña.__ ¿Tu qué? - preguntó Kiara desconcertada.No creyó lo que había escuchado. Igual que todos los que estaban pendientes de lo que ocurría entre los presentes en ese sitio. Era difícil de hacerlo.__ ¿Tú qué? - cuestionó Bastian, en el mismo tono.__ Es una esclava, pero la quiero para mí. - añadió Jonas con voz firme.__ Primero me suicido, cobarde de mierd4. - farfulló ella pasando entre todos con un trozo de madera entre las manos, dispuesta a romperle la cabeza a su ex novio.El impulso no se lo quitó nadie, cuando una iracunda Kiara levantó la mano con el trozo de madera, el cual iba directo a la cabeza de Jonas. Sin embargo no llegó a término cuando Bastian lo sostuvo en el aire, atrapando y ejerciendo fuerza, su cara reflejó esa mirada que aquellos condenados a muerte por él, veían como último acto. Pero se quedaron solo esperando a que Kiara bajara el rostro, mostrara miedo o algo similar...cosa que no sucedió. Le mantuvo la mirada, no bajó la mano, en lo que este se lo tuvo si arrebatar con rudeza. Lanzandolo en la fogata que lanzó brasas en dirección del otro extremo, mientras ninguno de los dos se dejó de ver. __ Niña, baja la cabeza. - sugirió Santos cuando llegó a ella. - Faltarle el respeto al Don te podría matar.__ Por favor. Me harían un favor justo ahora. - contestó acribillando a Jonas con ganas de enterrarle las uñas en sus ojos. - ¿Como demonios se te ocurre semejante estupidez? Nadie supo para donde mirar ante los insultos que el herm
Ruth tenía ese rencor para la chica de complexión delgada que caminó con un saco de basura que arrastró por todo el lugar hasta juntarlos, junto al otro que estaba apilando. Se limpió la frente y tiró de las ligas de cuero que comenzaron a marcarle las piernas con tanto roce. Bebió un poco de agua y fue por el siguiente. Pero una mano la detuvo de forma abrupta, alzó la mirada viéndose desilusionada al darse cuenta que era Jonas. Se soltó de él, pero antes de dar un paso, este la arrastró consigo. __ Estoy trabajando, idiota. Suéltame. - le gritó llamando la atención de todos, pero nadie iba a ayudarla. Ella, en ese sitio, no era nadie. Él, en cambio, era el hermano del hombre que todos temían. __ Deja de gritar. Pronto volverás a tus labores. - le indicó con ironía. - Sólo quiero que sepas que esta noche será nuestra boda. __ ¿Nuestra que? - le preguntó arrancando su brazo del agarre que su ex aún ejercía sobre él. - ¿Eres idiota o te haces? Te dije muchas veces, no te quiero ce
__ Señor, para informar que su hermano ya se encuentra en su despacho. - el asesor Marc no se atrevió a dar otro paso al ver el semblante de su jefe. No se arriesgaría a desatar algo incontrolable en él.Bastian aclaró su voz y le indicó que podía irse. Se pondría en duda su liderazgo si supieran tan solo sus pensamientos ya que sería considerado una actitud indigna de su líder. Kiara sintió los ojos de Marc sobre ella, pero no bajó la mirada, como si no estuviera a punto de correr. Sabía las reglas, pero Bastian le generaba algo en su actuar, no entendió cómo o por qué, pero no podía resistir tanto. El Don fue el primero en salir, yendo directo al sitio donde se encontraba Jonas con la ropa suelta y cara de haber estado encamándose con alguien. Reprobó su imagen con solo un vistazo, siempre con sus niñerías tontas se llevaría el apellido por los pies. __ ¿Estás orgulloso de lo bajo que caes cada segundo? Con cada acción, lo único logras es verte mediocre como si pasarte mi nombre
El olor a vainilla lo estaba volviendo loco, el sabor de sus labios debilitó su fortaleza y si eso no era suficiente, la forma en la cual Kiara se aferró a sus hombros lo hizo no querer soltarla más. Pecado y perversión en una chiquilla que no le llegaba ni a los hombros con su altura, fácilmente le sacaba tres cabezas y aún así, en lugar de mostrarle sumisión, resistió los besos candentes, sus salvajismo cuando la estampó contra la corteza de un árbol, en tanto presionó su pecho con tal desespero que la tela se rasgó. Kiara ensartó las uñas en la parte trasera de su cuello, él no permitía que nadie lo tocara de esa forma, pues para todos era un privilegio, en cambio eso mismo sintió cuando el ardor en su piel encendió su rudeza, mucho más. Atrapó sus manos y las puso sobre su cabeza en lo que calló los gimoteos de la esclava con su boca. Su cabello en su mano se enredó más y el tirón solo tensó su cuello, en lo que ella instintivamente se refregó contra la bragueta de su pantalón.
__ ¿Dónde está? - que Jonas llegara esa mañana , tambaleante y con la búsqueda de su esclava alertó a todos. Ninguno supo responder ni que decir al respecto. Nadie tenía idea de en donde se encontraba la persona por la que preguntaba. Pero este no se detuvo y furioso se fue al siguiente piso a buscarla, levantando a todos pese a ser tan temprano y que estos estuvieran tan cansados. Siguió buscando, causando un alboroto que todos sabían terminaría mal por la dirección que llevaba.__ ¡He preguntado donde está Kiara! - espetó golpeando la puerta con los pies. - Nunca le di permiso de alejarse de mí. ¡La quiero ante mí! Es mía. ¡Me pertenece! Golpeó la siguiente con su bota también, yendo al tercer piso, todos ya se habían despertado con el alboroto, mientras Marc ya se encontraba de pie con la esclava que debía cuidar cubierta por la sábana que no soltó. __ Arriba, de seguro te llevará con él. - le dijo arreglando su corbata. - Y no te resistas. Si eres de su propiedad puede hacer co
Kiara siempre vivió ante la sombra demandante de otros. Sufrió lo que quisieron y dispusieron. Cumplió con lo impuesto y sin ninguna esperanza se enamoró de quien creyó la protegería siempre. Esa misma persona la estaba enviando a un juicio sin previa preparación, solo por algo que él hacía todo el tiempo. Pero a ella no se le tenía permitido el ser tocada por otro y al no cumplir con ese mandato, fue señalada por el hombre que una vez juró amarla. Del cabello la tomaron y la lanzaron a una jaula, no solo era un tiritar sino el miedo de lo que se avecinaba.__ Te dije que no te metieras en problemas, pero tu boca irrespetuosa de seguro te hizo ganar esto. - le dijo Cleo al verla en esa situación. Ruth y las demás se burlaron mucho más de ella. Quiso verse fuerte ante la situación, pero no pudo. Estaba al tanto de lo que seguía y sin nada por hacer solo pudo sollozar ante el dolor agobiante que la estaba martirizando mucho más. Escuchó gritos de la gente de Jonas llegando, siendo
Bastian tuvo la cabeza ocupada en todo momento. El cargamento con el material que ocuparía para sus armas del negocio que había hecho con un clan de suizo se había perdido casi en su totalidad, por culpa del descuido que tuvieron al transportarlo. Jamás había ocurrido tal cosa y por ello estaba que hundía a todos en altamar. Nadie se atrevió a acercarse si no lo pedía. Estaba peor que nunca. Nadie podía dar crédito a su semblante. Llamó a su cliente y tuvo que decir sobre los inconvenientes que tenían para la construcción de su pedido. Podía comprar las piezas que le faltaban, pero odiaba el hecho de que no estuvieran acreditados por él, para no fallar o dañarse rápidamente. Le gustó siempre la perfección. Las cosas se hacían a su modo porque la pureza de lo que él tenía, nadie podía mancharlo. Pasó la noche entera entre llamadas, negociando otro cargamento que tuvo que comprar, porque nada le aseguró el poder recuperar lo que perdió. La cabeza le dolía, en el estomago tenía un a
Kiara se removió en su cama, se llevó las manos a cabeza con un mareo más que la hizo quedarse quieta. No podía hacer más que esperar a que se pasara solo. Luego de varios minutos al fin pudo ponerse de pie. Se dirigió al baño poco espacioso que había en su dormitorio, remojando su cara y conteniendo la arcada que le llegó de repente. Ya tenía una semana con esos malestares y no la dejaban en paz, era difícil trabajar de esa forma, pero debía conseguir dinero para dejar de ser una carga para Santos. Con dos meses en ese sitio tenía mejor adaptación a su vida, ya no despertaba con el terror de sus pesadillas, pero sí con el de estar a punto de botar el contenido de su estómago. Por la mañana se levantó temprano para preparar el desayuno, siguiendo con la comida para Santos, quien agradeció antes de marcharse al astillero, mientras ella lo hizo al comedor a unos cuantos minutos de dicho lugar. Trabajo que pudieron conseguir con ayuda de Evelyn, la hermana de Santos. Él soldando buq