Ni siquiera la miró cuando cruzó la estancia con pasos firmes hacia su escritorio.Axara sintió una punzada de irritación mezclada con nerviosismo. Solo llevaban dos días trabajando juntos, pero ya sabía que él tenía el don de hacerla sentir pequeña con una sola mirada, o en este caso, con su indiferencia. No estaba acostumbrada a ser ignorada de esa forma, y menos después del esfuerzo que había hecho.Tomó aire antes de hablar, rompiendo el incómodo silencio.-No me ha dicho qué le pareció mi intervención en la reunión de esta mañana. -Su voz sonó más firme de lo que esperaba, y eso le dio algo de confianza.Cael alzó una ceja mientras se detenía frente a un mueble bar y tomaba una botella de licor. Se giró hacia ella con una mirada que parecía atravesarla.-Además de que te estabas quedando dormida, no estuvo mal -respondió con su tono frío y distante.Axara sintió cómo sus mejillas ardían ante el comentario. Había esperado una crítica, pero no que fuese tan directo. Apretó la mandí
Estaba a punto de girar el picaporte cuando un fuerte garraspeo la detuvo en seco. Frunció el ceño y, con cierta resignación, se volteó lentamente. Allí estaba Cael Van Der Wijk, su imponente figura recortada contra la luz del amplio ventanal, sosteniendo su saco en la mano con una expresión indescifrable en el rostro.-Vendrás conmigo -ordenó él con su voz grave, directa, sin dar espacio a preguntas.Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Cael avanzó hacia ella y, con una mano firme, la tomó del brazo, obligándola a salir de la oficina. Su tacto no era rudo, pero sí lo suficientemente firme como para dejar claro que no aceptaría un "no" por respuesta.-¿A dónde iremos? -preguntó Axara, intentando liberar su brazo de su agarre, aunque sabía que sería inútil. Su confusión se mezclaba con una leve irritación.-Al colegio especial a buscar a Gael -respondió Cael sin mirarla, concentrado en caminar hacia el ascensor con paso decidido.Axara frunció el ceño, entrecerrando
Estaba a punto de girar el picaporte cuando un fuerte garraspeo la detuvo en seco. Frunció el ceño y, con cierta resignación, se volteó lentamente. Allí estaba Cael Van Der Wijk, su imponente figura recortada contra la luz del amplio ventanal, sosteniendo su saco en la mano con una expresión indescifrable en el rostro.-Vendrás conmigo -ordenó él con su voz grave, directa, sin dar espacio a preguntas.Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Cael avanzó hacia ella y, con una mano firme, la tomó del brazo, obligándola a salir de la oficina. Su tacto no era rudo, pero sí lo suficientemente firme como para dejar claro que no aceptaría un "no" por respuesta.-¿A dónde iremos? -preguntó Axara, intentando liberar su brazo de su agarre, aunque sabía que sería inútil. Su confusión se mezclaba con una leve irritación.-Al colegio especial a buscar a Gael -respondió Cael sin mirarla, concentrado en caminar hacia el ascensor con paso decidido.Axara frunció el ceño, entrecerrando
-Papi, mañana no tengo que asistir a la escuela -dijo Gael desde el asiento trasero, jugando distraídamente con sus dedos mientras hablaba.Cael desvió la mirada hacia el retrovisor, enfocándose en su hijo con una leve sonrisa, una que rara vez mostraba.-Entonces, mañana podemos pasar el día juntos en la oficina. ¿Qué te parece? -preguntó en un tono que, aunque mantenía cierta firmeza, tenía un toque de ternura que Axara no había escuchado antes.Los ojos de Gael se iluminaron al instante, y su entusiasmo fue casi contagioso.-¡Me gusta ir con papi a la empresa! -exclamó con alegría. Luego, su voz bajó un poco, volviéndose más reflexiva-. Pero ahora también está Axara... y también me gusta Axara.Axara sintió que su pecho se encogía al escuchar esas palabras tan inocentes y sinceras. Una calidez inexplicable se extendió en su interior, y tuvo que hacer un esfuerzo para no echarse a llorar ahí mismo. Con una sonrisa suave, se giró ligeramente en su asiento para mirarlo.-También me gu
El corazón de Axara se detuvo un segundo antes de girarse lentamente. Su expresión se endureció al ver de quién se trataba. Era su tía, la hermana de su padre, la misma mujer que había arruinado su vida después de la muerte de sus padres.-¿Qué es lo que quieres? -dijo Axara con frialdad, clavándole una mirada llena de desprecio-. No tengo dinero. Tú te lo gastaste todo.La mujer, con un falso gesto de arrepentimiento en el rostro, negó con la cabeza.-No vengo a pedirte nada, Axara. Soy tu tía, y sé que cometí un error...-¡Por favor! -interrumpió Axara con una risa amarga-. A mí no me engañas. Eres cruel y ruin. Habla de una vez. ¿Qué quieres?El ascensor llegó y ambas entraron, el silencio entre ellas tenso como una cuerda a punto de romperse.-Te vi bajar de ese coche lujoso. ¿Quién era? -preguntó la mujer con una mezcla de curiosidad y malicia en su tono.Axara cruzó los brazos y la miró con desdén.-¿A ti qué te importa? -respondió cortante, sus ojos destilando hostilidad.La mu
El frío del agua la ayudó a calmarse, a centrarse. Se repetía a sí misma que debía mantener la calma, pero la imagen del rostro serio y severo de Cael Van Der Wijk no dejaba de aparecer en su mente. ¿Qué pasaría si él se enteraba? ¿Sería capaz de enfrentar su furia? ¿O peor aún, su desprecio?"Primero debo confirmar la verdad", pensó, apoyando las manos contra las baldosas frías de la pared. "No puedo dejarme llevar por suposiciones. Quizá todo esto es una coincidencia... Quizá estoy equivocada".Pero la duda persistía. Sabía que no podía confiar en nadie dentro de la empresa. Damon, el chófer, parecía saber más de lo que estaba dispuesto a decir, pero acercarse a él de nuevo era arriesgado. Y Cael... él jamás la escucharía. Si alguna vez se enteraba de su mentira, mucho menos lo haría.Axara suspiró profundamente, dejando que el agua tibia comenzara a templar su cuerpo. Su mente se aclaraba, aunque su corazón seguía cargado de miedo. Salió de la ducha unos minutos después, envuelta e
Axara no se dejó intimidar y mantuvo la mirada fija en la mujer, desafiante.-Le dije que yo me ocuparé de todo, niña -continuó Laura, acercándose al escritorio de Axara con furia contenida. Sin pensarlo dos veces, le arrebató la hoja donde la joven había estado haciendo sus apuntes.Axara se levantó de inmediato, irritada, pero Laura no se detuvo ahí.-Y no tienes que venir al evento, será mucho para ti. Mejor descansa, niña.La sonrisa sarcástica de Laura parecía un intento de provocarla, pero Axara no pensaba quedarse callada.-Tengo que estar porque soy la asistente del señor Cael. Usted es la que está de más aquí -soltó Axara, su tono cargado de firmeza.Laura abrió la boca para responder, pero Axara no le dio tiempo. Dio un paso adelante, empujándola ligeramente con los hombros al pasar junto a ella, como dejando claro que no tenía intención de cederle terreno.Carmen, quien había permanecido en silencio durante el intercambio, miraba la escena con los ojos bien abiertos, incapa
Axara estaba de pie frente al espejo del camerino, quitándose el maquillaje con un algodón empapado en desmaquillante, el cual deslizaba suavemente sobre su rostro. Se sentía agotada, pero satisfecha con el evento. Las luces del salón aún brillaban en su mente, el murmullo de los empresarios, los aplausos... todo había salido como lo había planeado, aunque en su interior sabía que la situación no había sido la ideal. Carmen le había exigido que sustituyera a la modelo enferma, y a pesar de la incomodidad, había logrado hacerlo. No era modelo, pero había salido airosa.El sonido de la puerta abriéndose la sacó de sus pensamientos. Axara se giró rápidamente, asustada al ver a Cael entrar en el camerino.-Señor Cael -dijo, levantándose de inmediato, con el corazón acelerado al verlo entrar tan inesperadamente.Cael observó el camerino por un momento, luego sus ojos se centraron en ella, aún con el traje de la colección puesta. No había logrado quitarse todo el maquillaje, y el moño que a