Las cosas para Camila se han complicado, por un lado, sus hijos clamando al padre porque quieren estar con él y la niña dice que ama tocar su barba rasposa. Por otro lado, ella queriendo conocer a la chica que le arrebató el amor de su esposo, quizá eso la dejará más tranquila y pensará mucho su decisión de pedir el divorcio de forma definitiva. Justo en eso estaba pensando cuando la niñera le interrumpió su mundo de ficción, ella le anuncia que hay alguien que la quiere ver.

— ¿Quién es? —Preguntó un tanto asustada, pues, quien la vendría a buscar a una Isla, en la cual no todas las personas saben de su existencia y mucho menos le conocen a ella, que solo ha venido en dos ocasiones.

— Bueno, en realidad es un señor que dice hacer el mantenimiento de la isla una vez al mes.

— Oh, ya entiendo. Pero, ahora saldré yo para informarle que por un tiempo no vendrá porque nosotras estamos aquí y mantendremos todo en orden.

Ahora muy confiada como siempre, Camila se fue a hablar con el hombre,