—quiero hacerte unas preguntas sobre tu origen, pero lo hablaremos luego, ve a descansar.Él la suelta y Lena pasa saliva, no quiere entrar en detalles sobre sus padres, de hecho no desea saber más de ellos.Cristhofer al verla salir, saca su celular móvil y vuelve a llamar aquel número perteneciente de su ex novia, pero cae a buzón, él suspira y se coloca cabizbajo, es algo difícil para él, ver a Lena le recuerda a ella, y así le pasan dos cosas, primero no puede olvidar a su ex y segundo al tener a Lena, la confunde con su ex.Di Monti sale del despacho muy disgustado por sus pensamientos, va en su silla de ruedas a echar una ojeada al salón de fiestas, donde está su madre extremadamente exigente.Solo faltan pocas horas para la gran fiesta, y aunque los invitados fueron llamados a último momento, piensan asistir, ya que las fiestas de los Di Monti, son muy elegantes, no se lo pueden perder..—hijo que bueno verte, espero que ella se arregle bien, nuestro estatus debe ser siempre a
Lena arquea una ceja —no es ningun paralítico, solo tiene lecciones que sanaran y volverán a la normalidad— responde ella furiosa, por lo que él suelta una sonrisa seductora —estoy bromeando— miente él y se acerca a más a Lena Ella lo empuja al tenerlo cerca. —¿Eres una chica difícil o te gusta jugar?— pregunta él con una sonrisa perversa, Lena no se quiere alterar por el bien de sus hijos —soy una mujer sería, y si sigue molestando, le diré a mi prometido Marcos sonríe con malicia, tiene según él, el plan perfecto para destruir a Cristhofer, así que baja la guardia y alza su manos en son de paz. Él se vuelve a acercar a Lena y le dice —cuando necesites a un hombre de verdad, yo estoy disponible— él le guiña el ojo y Lena no puede con el descaro del hombre, este se marcha dejando a una Lena furiosa por su cinismo —Ese es tu plan mujerzuela, ¿quieres tener comiendo de tu mano a todos los hombres Di Monti?— habla entre dientes la señora Di Monti la cual presenció el acercamiento
Lena al sentir que está bajando mucho, retoma su compostura y se gira para mirar, la mirada penetrante del CEO.—que descanse señor Di Monti— lo despide ella para que esté se marche y así fue, al quedar sola, Lena respira profundamente, aquel toque tan sutil hizo erizar su piel por completoLena se retira el vestido, dejándolo deslizar por sus largas piernas, para luego dar tan solo unos pasos, su mirada está fija en su vientre, el cual se puede notar el pequeño bulto que sobre salta, ella sonríe llena de felicidad, desea ver su barriga más grande.[...]Al día siguiente, Lena despierta temprano porque había tenido una pésima pesadilla, deseaba seguir durmiendo, pero las escenas de sus pesadillas rondaba por su cabeza, por lo que prefiero ir asearse.Estando ella haciendo la cama, abren la puerta y es Cristhofer.—esperaba encontrarla durmiendo —descanse lo suficiente— miente Lena —siendo así, vamos a desayunar, y no hagas el trabajo de la servidumbre, debemos hacer los preparativos
—¿Qué quiere a cambio de su silencio?—Quiero ser la invitada de honor en la boda, mi esposo llevará a Lena hasta el altar. Y por supuesto, dinero —le hago una propuesta señora Maxwell, le comprare una casa amueblada—pero no cualquiera, debe ser una lujosa— exige la señora MaxwellCristhofer tuvo que soportar el cinismo.—Lo será. Pero allí deberán estar encerrados hasta que la boda se realice, no podrán salir de la casa, si lo hacen la cantidad favorable de dinero que le pienso dar disminuirá, ahora para informarle, la boda se realizará en ItaliaLena Maxwell, siente su cuerpo tensionarse, incluso las náuseas se hicieron presentes al escuchar aquella negociación como si ella fuera un objeto.—necesito sus pasaportes para tramitar el papeleo para que puedan viajar, y que sea lo más pronto posible, porque me casare con Lena en dos semanas— aclara él y Lena ni tan siquiera lo sabíaLena mira con tristeza a Cristhofer, aquellos hermosos ojos verdes joya reflejan ese dolor desgarrante d
—ya salgo para la empresa. No pienso permitir que Lombardi me haga perder dinero. Cristhofer esta trabajando en la empresa, pero la ansiedad de saber de Lena, no le permitió estar concentrado.La empleada encargada de la alimentación de Lena, está preocupada porque no ha bajado a desayunar, por lo que le sube el desayuno y Lena agradeció amablemente, porque hoy no está para discutir con la señora Di Monti.Extraña trabajar, salvar vidas, y a sus amigos; Sebastián y Natalia. Extraña movilizarse a donde ella quisiera y tener paz.El resto de la mañana reforzó su conocimiento leyendo un libro importante sobre la maternidad, ya que Cristhofer lo había dejado en la repisa por si a ella le llegaría a interesar leer.Pero al ser la hora del almuerzo, el estómago de Lena gruñe, y pensó que quizás la empleada podría subir la comida pero no, la señora Di Monti, no se lo permitió.Lena no puede aguantar hambre, más que todo por sus hijos, no tuvo opción que salir de su habitación y ir al comedo
—déjame a solas con la señorita Maxwell— ordena Lombardi a su secretariaLa secretaria asiente, se marcha cerrando la puerta.—por favor toma asiento— hablo muy caballero Lombardi Lena muy educada lo hace.—lamento entrar de esa manera, pero de verdad me urge hablar con usted señor—descuida, tu presencia me agrada ¿En que le puedo servir señorita Maxwell?— Lombardi toma asiento, y luego cómoda su corbata Lena pasa saliva y retoma la compostura.—vengo en representación del señor Di Monti—claro, yo si decía que te me hacías conocida, si tú precioso rostro está en todas las revistas— Lena se sonroja—gracias es usted muy amable, señor antes que todo, quiero que de esta conversación saquemos a un lado la rivalidad, y el dinero, y pensemos en las personas que se benefician de los hospitales médicos —Di Monti, solo es un hombre amante del dinero, él no piensa en el prójimo, por lo tanto, yo me interpuse, lo acepto, pero lo hice porque así son los negocios señorita Maxwell, además, so
Lena Maxwell, está procesando la información de Natalia.—¿Puedes por favor decirme algo?— Natalia siente ansiedad—Te informo que el doctor Sebastián, solo es un colega y amigo, nada más. No comprendo, quizás porque estaba ebrios dijo todo aquello—Lena, tú sabes perfectamente que lo borrachos no mienten ¿Dime por favor que no te gusta?— súplica Natalia por lo que Lena le sonríe, para calmar la ansiedad de su amiga—no me gusta, debes calmarte —tenía miedo, no soy el tipo de amiga que te quita tu hombre— suspira Natalia —¿Te gustó?— Lena siente curiosidad —fue perfecto, pero solo fue, placer, debido a que me sentía sola y una cosa llevo a otra, pero nada más, de aseguro mañana cuando nos veamos en el hospital, será como si nada—extraño trabajar— susurra Lena mientras mira su taza de té. —no puedes vivir sometida—debe insistirle a Di Monti—por cierto ¿Como va tu relación con él? ¿Ya hubo noche de pasión?— Natalia hace sonrojar a Lena con semejante pregunta—ni lo abra, solo es
—¿Te estoy preguntando Lena?— profundiza su mirada Cristhofer —¿Maxwell, estas bien?— al otro lado de la línea, Lombard escucho la voz de Cristhofer, lo cual le satisface atormentarlo —se… señor Lombardi, le llamaré luego— Lena cuelga la llamada dejando a Lombardi con la palabra en la boca —¿Así que hablando con Lombardi?— se acerca un poco más Cristhofer —yo… él me llamó para hacerme una propuesta, es una exhibición de los nuevos implementos médicos, no han salido al mercado— informó ella tomando asiento en la orilla de la cama —¿Qué piensas hacer al respecto?— Cristhofer y Lena están frente a frente—pienso que… no hay nada de malo en irLa sonrisa forzada de Di Monti, provocó un escalofrío recorrer el cuerpo de Lena. Y más cuando él coloca sus manos en su rostro angelical.—no es correcto, que una mujer comprometida este con otro hombre—solo son cuestiones de negocios, no tienes porque pensar mal— frunce el entrecejo Lena —eres la prometida de un Di Monti, así que no te qu