—señora, el jefe está pasado de tragos, lo mejor es que se marché— insiste Gutiérrez—¡Vete Gutiérrez!— ordena Cristhofer y se coloca de pie mientras se sostiene del asiento—señor…—¡Largo!— Vociferó CristhoferGutiérrez lamenta el haberle contado a su jefe lo que vió, ahora todo se está complicando.Lena se queda sola con Cristhofer. —¡No es justo que me trates de esta manera!—¿Entonces cómo quieres que lo hagas? ¡Me estás subiendo a una nube en la que solo estaré yo! Porque tú estás con ese médico fracasado —¡No sabes lo que estás diciendo Cristhofer!—¡Si lo sé! Te has besado con él y de paso te envía chocolates con una ridícula nota, ¡No soy la burla de nadie!—esto es ilógico, te lo iba a explicar, hubo interrupciones —¿Piensas que te voy a creer? ¡Has lastimado mi corazón! ¿¡Acaso no entiendes que te amo!? ¡Me estoy muriendo por tí, Lena Maxwell! Pero eso no te importa porque solo me odias, cuando yo no hubiera querido que eso fuera así, yo quería poner el mundo a tu pies, a
La señora Di Monti, sonríe levemente. —sssí estoy enferma cariño—entonces no deberías salir abuela— Francesco la mira con extrañezaLa señora Di Monti, tensa su mandíbula. —Escucha hijo… estoy vieja y quiero hacer bien las cosas, quiero verte feliz, quiero que estés bien, estoy arrepentida de lo mala que fui contigo ¿Me creés?—sí abuelita, gracias por cambiar de parecer, quiero ir con mi madre Lena —será nuestro secreto ¿Entendido?Cristhofer regresa para volver con su madre e hijo, pero… Tiene sentimientos encontrados en cuanto pasa por la habitación que era de Lena, no pudo evitar entrar.La echa de menos, y quizás si, los celos le hicieron una mala jugada, fue duro con ella, pero se desespera al pensar que todo será en vano, luego de no haberla tenido por años, ahora lo que desea es tenerla para siempre a su lado. Pero sus pensamientos se esfuman, al oír un ruido proveniente del baño, lo cual es extraño, ya que está prohibido que duerman o utilicen esta habitación.Él se acerca
—¿Quién es?— pregunta Lena al verla estática —¡Mamá!— soltó un grito de felicidad Francesco, exaltando el corazón de Lena, la cual automáticamente se puso de pie y contempla al niño entrar y correr hacia ellaLena siente emoción al verlo, y lo recibe con los brazos abiertos dándole un gran abrazo cálido, al tenerlo cerca, su alma volvió al cuerpo, su corazón se volvió a calmar, pensó que lo había perdido.—hijo que dicha verte— Lena deje de abrazarlo, para agacharse y ponerse a su altura —me tenías preocupada, tu padre está buscándote, ¿Cómo has llegado cariño? Llamaré a tu padre —¡No! ¡No lo llames mamá! Si lo hacer me volverá a alejar de tu lado— súplica Francesco haciendo pucheros—hijo, yo también quiero tenerte a mi lado, pero no está bien que hagas ésto, tu padre está buscándote como un loco, porque te ama y se preocupa por ti—perdón mamá, no quería hacerte sufrir, y tampoco a papá— él baja su mirada, pero Lena coloca sus delicadas manos en la rostro de Francesco—no estés t
Lena no había podido estar en paz, a pesar de que están los escoltas, ella siente su corazón bombear rápidamente, piensa que en cualquier momento esa anciana entrará a llevarse a su hijo, que le hará daño, afortunadamente los niños siguen durmiendo, quizás la razón sea porque se dan ese calor de hermanos, y el sueño ha sido profundo.—Lena deberías comer —no tengo apetito, además, Cristhofer no contesta las malditas llamadas—tal vez está ocupado, pero no te angusties, voy a la cocina para calentar la sopa y más vale que comas, tus hijos te necesitan fuerteLena no le responde nada, se mantiene en silencio, al quedar sola, cierra sus ojos fuertemente frunciendo el entrecejoElla escucha un ruido extraño, que proviene de afuera, su piel se ha erizado por completo sintiendo nuevamente ese temor, al acercarse a la puerta, oye un susurró por lo que traga grueso, piensa que si le demuestra miedo a esa señora, entonces se va aprovechar de ella.Lena abre la puerta y abre los ojos como si
Lena niega con la cabeza, Di Monti no desaprovecha la oportunidad para coquetear con ella. —aun estoy enojada contigo, por lo tanto, estás castigado por no haber confiando en mí—será un poco difícil para un hombre tan posesivo como yo —dormirás en el sillón, y no quiero escuchar tus objeciones, vete a la habitación de los niños, habla con Francesco, no lo vayas a regañar, yo hablaré con él respecto a su abuela —eres grandiosa, se que me perdonarás muy prontoNatalia sostiene una bandeja en sus manos, dónde trae la sopa para Lena. —¡Señor Di Monti!— Natalia se sorprende al ver el ramo de rosas—solo dime Cristhofer por favor—eso sería extraño ¿Quiere probar mi sopa?— le ofrece Natalia—si hay demás, sería un gusto comerla, voy con los niño, no tardóCristhofer le guiña el ojo a Lena, y luego se marcha. Natalia le hace ojitos a Lena, provocando un sonrojo en ella. —no empieces Natalia, quita esa cara —pero que apuesto ha venido tu esposo, y con rosas, mmm siento que va a ver recon
Cristhofer la lleva hacia la terraza y la piel de Lena se eriza por el frío que está haciendo.Di Monti se apresura a abrir la botella de vino para hacer el momento más romántico.—¿Tu hiciste todo ésto?— pregunta ella, pues aún está perpleja —sí, sé que no es lo más romántico, solo es algo que se me pasó por la cabeza, se que debí contratar personal para ésto porque no soy bueno en estás cosas de romance, solo quería sorprenderte, yo…— Lena lo interrumpe y él fija su mirada en ella, puede ver lo radiante que están sus ojos y aquella sonrisa amplia que calma su corazón—me gusta, no importa los detalles grandes, estás acciones que tú ves pequeñas, son muestras de cariño grandes para mí—eres demasiado buena— Cristhofer acaricia la mejilla de Lena levemente y ella baja su mirada al percibir que él la iba a besar —creo que es mejor beber un poco de vino—por supuesto, ¿Quieres unos pasabocas? Eso sí nos los hice yo— sonríe muy guapo tanto, que Lena siente su corazón palpitar con fuerz
Lena cierra sus ojos, dónde está atrapado en una burbuja de placer. Cristhofer lame y succiona seguidamente saboreando el orgasmo de Lena.No sé esperaba que ella lo empujará y luego se subiera encima de él, la espalda de Cristhofer choca con la fría pared, pero el atrevimiento de Lena lo calienta tanto que está atento a sus siguientes movimientos.Lena se ve jodidamente sexi, al agarrar su hombría erecta e ingresarla a su intimidad dónde ambos arden de placer. —¡Oh, Lena, sigue así, muévete lentamente mi amor, eres perfecta— gruño al sentir lo estrecha que está, posa sus manos en el trasero de Lena dando un apretón de deseo.—¡Mmm Cristhofer!— contonea ella sus caderas a la perfección, es una pose donde lo puede sentir completamente y sus pechos quedan a disposición de la boca de su esposo —no pares, te corres demasiado, ¡Carajo! —es tú culpa— responde con dificultad colocando sus manos en la cabeza de Cristhofer y jala su cabello ...Lena tiene un sueño tan bonito, del cual n
—¡No! ¡No puede ser!— Lena se suelta de Cristhofer y camina como una loba hacia Sebastián, se dejó llevar por sus impulsos, porque lo empuja aunque solo ocasionó un leve movimiento en él, su mirada es tan rígida, fría, que Lena lo desconoce Mientras Cristhofer llama con carácter urgente a Gutiérrez.—¿¡Cómo pudiste!?— lo señala ella y su rostro está enrojecido por la furia que la está dominando haciéndola perder el control—¿Eso era lo mucho que la amabas?— pregunta Cristhofer al acercarse—¡Cállate! Porque si hablamos de sufrimiento, tu eres un maldito degenerado que la hecho sufrir lo suficiente como para que ella se aleje de tí, pero es terca, le gusta sufrir—¡Dame una maldita explicación Sebastián!— Lena quiero escucharlo de sus propios labios—te lo diré, pero a solas —¡No lo pienso permitir! Al menos soy consciente de mis errores, pero tú qué dices conocerla muy bien, la estás haciendo sufrir con algo que es muy importante para ella —¡No te metas Di Monti!— lo señala Sebasti