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Christopher —¡Deja de hablar estupideces, mujer!— Mi grito la hace dar un respingo. Puedo sentir como mi rostro se ha enrojecido muchísimo a causa de la rabia. Pero es que no puedo creer su mentira y descaro— Puede que seas una llorona patética, pero creeme que si te hubiese embarazado lo recordaría y estoy bastante seguro que no te he tocado un maldito pelo y que nunca en mi vida te había visto antes del accidente, así que ni siquiera intentes inventar algo como eso.Y es verdad. Dios, aunque es desesperante, patética y llorona, no voy a negar que es una belleza. Estoy bastante seguro de que si la hubiera conocido en otro escenario no hubiera dudado un solo segundo en acercarme a ella.Sin embargo, mientras veo ahora como ella muerde el interior de su mejilla con nervios, cualquier interés desaparece. No me gustan las mujeres sin carácter. Puede que a algunos hombres les guste tener sumisas a sus mujeres, pero yo, que me considero un tiburón en los negocios, necesito a mi lado a al
Abigail Ocultar un embarazo no puede ser tan difícil, he leído un montón de libros donde la protagonista consigue incluso tener el hijo sin que el padre se entere, así que ¿Qué tan difícil puede ser ocultarlo por unos meses? Me he instalado en mi antigua habitación, la que queda en el ala médica, pues Christopher sigue recibiendo terapia y debe quedarse en la silla de ruedas hasta que quede totalmente recuperado. Me he estado debatiendo entre si debo o no preguntarle qué estaba haciendo mi ex marido aquí, pero no he encontrado el momento. Antes, cuando fui a ayudarlo con las terapias, parecía que tenía ganas de matar al primero que lo molestara, pero ya no puedo más, estoy por ir a hacerme el eco que me agendaron ayer, pero no podré irme tranquila si no consigo hablar con él. Necesito saber si esto tiene algo que ver con mi madre. Llenándome de valor camino hasta la puerta continua y toco dos veces hasta que escucho su voz grave y malhumorada desde adentro. —Pase. Tomando un r
ChristopherNecesitaba volver a sentir algo de normalidad o iba a enloquecer. Ciertamente amo a mi abuela, pero seguir viviendo con ella iba a terminar haciendo que las cosas entre los dos se vuelvan más tensas de lo que ya son. No puede seguir metiéndose en mi vida de la manera en que lo hace.Llegamos hasta la entrada de la casa y no paso por alto el pequeño jadeo que Abigail deja salir cuando sale del auto. Ella tiene los ojos muy abiertos y su boca está ligeramente abierta mientras mira lo que hay frente a ella.Yo por mi parte la miro a ella. Esta es una de las pocas veces en que no parece un muerto viviente, de hecho su reacción la ha hecho verse más humana que cualquier día de las semanas anteriores.—Esta casa es impresionante— dice, pero no creo que lo haya hecho de manera intencional o con la intención de hablar conmigo. Sin embargo, decido responderle.—Me encargué de diseñarla yo mismo.Mis palabras consiguen hacer que ella gire su rostro hacia mi. Gracias a Dios ella es b
AbigailNunca lo había visto tan molesto, ni siquiera cuando supo quién era yo reaccionó de esta forma y el hecho de que esté en una silla de ruedas no lo hace menos intimidante, de hecho parece haber crecido mientras me ve con rabia y eso hace que el pánico se dispare por todo mi cuerpo como un mecanismo de defensa.Intento hablar para defenderme y decir que no lo he hecho de manera intencional, pero las palabras parecen haberse evaporado de mi boca y en su lugar solo dejo salir un balbuceo asustado que no dice nada.—No… yo no.. vine a leer, no estaba…—¡¡BASTA!! SOLO CÁLLATE.Su grito me hace cerrar la boca de golpe. El corazón me está latiendo muy fuerte y el instinto parece haberse activado en mi, pues nunca me había sentido tan acorralada y aterrorizada como ahora. Sus ojos reparan finalmente en el libro que sigo sosteniendo con fuerza y de un solo movimiento lo arrebata de mis manos y veo como mueve las hojas con desesperación y aún sin que me lo diga sé qué es lo que está bu
AbigailUn idiota, eso es lo que Christopher es. No puedo creer todo lo que ha pasado en menos de una hora, todo por culpa de una fotografía, de la que al parecer él no quiere que la gente se entere, eso me tiene aún más curiosa. La herida en mi frente terminó siendo minúscula, solo que algunas veces las más pequeñas son las que más sangran antes de ser curadas.Son ya pasadas las diez de la noche y no consigo conciliar el sueño, he estado dando vueltas en la cama, pero lo único que hago es pensar. Pienso en la pequeña personita creciendo dentro de mí, en el tipo de vida que va a tener al nacer en un hogar tan disfuncional como este y a pesar de todo mentiría si no digo que lo quiero, que estoy anhelando tener a alguien que me mire con ojos de amor. Resignada a que el sueño no vendrá pronto, decido salir al patio trasero y tomar un poco de aire fresco, a lo mejor eso me ayuda a despejar todos los pensamientos que me pesan y consigo descansar algo. Cuando llego me quedo sorprendida
AbigailLa mañana siguiente llega más rápido de lo que me hubiera gustado. La verdad tengo cero ganas de salir para verle la cara al bipolar y petulante de mi esposo. Él va a terminar por enloquecerme.Algunas veces pienso que las cosas están mejorando, que podemos llegar, al menos, a tener una relación cordial, pero entonces abre la boca y me demuestra cuán equivocada estoy. Él tiene todo lo que detesto de una persona, aunque no puedo negar que tiene un aspecto impresionante, de esos que nos hacen a las mujeres babear y tener deseos impuros, pero suele quedar eclipsado por su actitud tan mierda. Dejando salir un pequeño suspiro me miro en el espejo, ya me he bañado, cambiado, peinado e incluso arreglado la habitación. Hago toda una rutina de mañana, más larga de lo normal, tratando de hacer tiempo para no tener que salir, y eso es debido a dos cosas.La primera es que tengo vergüenza de ver a Christopher a la cara. De solo recordar que ayer prácticamente lo desnudé, mis mejillas s
AbigailCreo que Christopher ha perdido la cabeza. El médico fue muy claro cuando dijo que debía dejar que sus piernas se recuperarán al menos por un mes antes de intentar caminar normalmente otra vez. Por eso no entiendo a qué ha venido esta petición.—El médico que dijo que forzarte podía retrasar más la recuperación—le digo, aunque sé que no es eso lo que quiere escuchar.Estoy muy segura que mi comentario está a punto de sacar a relucir su peor cara. Esa, en donde pierde la compostura y se comporta como un bruto, por eso, antes de que pueda abrir la boca y lastimarme, levanto mis manos enfrente suyo para que me deje terminar de hablar.—Una razón, solo dame una razón para que esto tenga sentido y entonces lo haré sin quejarme.Sé que le está molestando que lo enfrente, pero me he dado cuenta que parece molestarle más cuando no le contestó y cedo a todo lo que me dice. Finalmente lo veo suspirar y sé que por primera vez he ganado frente a él.—La empresa es un nido víboras y adula
ChistopherLa abuela nos da una mirada reprobatoria nada más vernos llegar, no sé si es por la hora o porque no estoy usando la maldita silla.—Llegan tarde— me dice, aunque sé que quiere decir algo más, pero por la cantidad de personas se abstiene.—Nos atrasamos— le digo sin darle más explicacionesDesde el momento en que tomamos asiento una cantidad importante de personas se giran en nuestra dirección, unos se acercan y saludan amablemente y otros tantos no tienen reparos en mirar a la mujer a mi lado y burlarse descaradamente de ella.Para muchos no es un secreto que este matrimonio ha sido arreglado. Tal vez no sepan las razones, pero estoy seguro que saben que por amor ni es,Así duramos al menos la primera hora, entre saludos y burlas. Miradas y coqueteos de algunas mujeres y en todo momento ella permanece en silencio. Cuando le doy una mirada a ella, me encuentro con que está ignorando a todos de manera olímpica. Eso me hace recordar el plan que hice al venir.Con disimulo sa