Capítulo 22

"Por favor, perdóname. Dijo con voz suave, pero lance otro golpe fuerte que lo hizo toser otra bocanada de sangre.

Me preparé para dar el último golpe y terminar con la vida de Kendall, pero mi teléfono simplemente sonó.

-Alessandro, soy Katia, los investigadores se reunieron conmigo y dicen que tienen la primera pista para encontrar a tu amigo, cuando estes listo sucede y te reúnes con ellos. Dijo seriamente, pero dejé escapar una risa sarcástica.

-Relájate, ya apareció, luego te doy los detalles, dije y corté la llamada.

Me di la vuelta para ordenarle a John que se encargara, que le diera una muerte lenta y que arrojara su cuerpo al fondo del mar.

Suegra metiche

Salí del lugar y fui al auto, quería ver a Mayelin, así que conduje hasta la casa, pero cuando llegué allí estaba su madre.

-Bueno para nada, dónde estabas, cómo te atreves a usar el coche de mi hija. La anciana me gritó mientras me miraba con desdén.

"Madre, no empieces", dijo Mayelin con un signo de molestia.

- ¿Por qué defiendes tanto a este vagabundo? ¿Te gusta? La anciana volvió a gritar.

Mayelin volvió su mirada hacia mí al escuchar la pregunta de su madre.

-No fuiste tú quien me casó con él.

Mayelin es un vagabundo, eres modelo y CEO de una empresa importante, así que no te enamores de él.

Mayelin se levantó de la cama y caminó hacia mí, poniéndome nervioso.

- ¿Qué haces Mayelin? Su madre gritó. Pero ella me abrazó con fuerza y me besó frente a ella, haciendo que su madre se sintiera molesta.

- ¡Esto es imperdonable! Ella dijo molesta y salió de la habitación y luego se fue a casa.

Mayelin me miró a los ojos para agradecerme por el día anterior.

-Gracias Alessandro por ayer, mi abuelo organizará una cena familiar esta noche para celebrar mi regreso.

-Está bien Mayelin, iremos allí si te sientes lista. Le dije mientras me acercaba a ella y le devolvía el beso, pero esta vez no la dejaría sola en ningún momento, sabía que su tío estaría alerta con la aparición de Mayelin y la desaparición de su hijo Kendall.

Llegó la noche y ambos llegamos a la cena familiar, su abuelo estaba entusiasmado con la aparición de Mayelin. Al verla, hizo todo lo posible por correr hacia ella, sus hermanas no parecían muy felices, pero al menos se guardaron sus comentarios para sí mismas.

Encontramos un lugar en esa enorme mesa familiar, las tías y tíos de Mayelin nos miraron con cierto disgusto. Pero no nos importó, los sirvientes comenzaron a servir la comida, pero había un lugar vacío.

"Me alegró que regresaras sana sobrina", dijo su tío Michael, el padre de Kendall.

-Gracias tío, realmente lo pasé mal, me llevé un susto enorme, pero gracias a mi esposo estoy aquí hoy. Mayelin respondió.

Su tío volvió su mirada hacia mí.

"Gracias por traer a nuestra sobrina con bondad, pero ¿cómo la encontraste?" Dijo sarcásticamente.

-Un malhechor la tenía, pero tranquilo que le di lo que le correspondía. Dije con una mueca de desprecio mientras todos murmuraban el uno al otro.

"Tío, ¿dónde está Kendall?" Mayelin preguntó, a lo que levanté las cejas para hacer la misma pregunta.

-Sí, no lo he visto desde que llegamos, ¿está bien?

Su mirada lo decía todo, estaba furioso, pero sabía que no podía hacer preguntas abiertamente para no delatarse.

El abuelo de Mayelin interrumpió molesto.

Dile a ese mocoso de tu hijo que no se pierda las reuniones familiares, si no lo quito de mi herencia.

Pero solo yo sabía que Kendall nunca iba a poder reclamar ninguna herencia.

Narrativa de Mayelin

Malas compañias

Su rica fragancia me despertó de mi sueño profundo, abrí los ojos y lo vi sentado allí, en el borde de mi cama, volví a cerrar los ojos para hacerme dormir. "Prometo que te cuidaré con mi vida", soltaron sus labios, mi corazón se encogió, mientras me preguntaba cómo este buen hombre había terminado en las calles y qué habría pasado si mi madre no lo hubiera sacado de allí.

Las cosas no podían ir mejor para ambos, tal vez ese secuestro sirvió para conocerlo mejor, pero aun así me daba miedo recordar esa mala experiencia, cada vez que cerraba los ojos podía ver a ese hombre lleno de tatuajes mientras me miraba con malicia.

Recuerdo la oscuridad que me acechaba, ese miedo intenso a que me vendaran los ojos, pero también recuerdo la primera cara que vi cuando se fue esa m*****a venda de los ojos, allí estaba él, que me sacó de allí y me llevó en un taxi a mi casa, era alguien que por fuera se veía tan serio y frío, Pero por dentro era alguien sensible, me hizo comer toda mi comida y esperó hasta que me quedé dormida, mientras sostenía su mano.

Esa mañana quise sorprender a Alessandro por haberme encontrado, aunque no sabía qué regalarle, no sabía nada de sus gustos, lo que si sabía era que para ser alguien que venía de la calle vestía muy refinado.

-Lo sé- dije mientras imaginaba cómo podría sorprenderlo, esperé a que corriera como todos los días para preparar su sorpresa, me acerqué a la mesa para colocar algunos globos, pero vi que allí estaban sus auriculares, tuve que llevárselos, no tenía ni cinco minutos de estar fuera así que aún pude alcanzarlo, Corrí hacia él, por suerte lo vi desde lejos.

"Alessandro cariño", grité mientras trataba de acercarme, pero estaba paralizada y horrorizada al ver con quién estaba.

"No puede ser verdad", me dije cuando vi que, si era él, era el mismo hombre que me había secuestrado, y al parecer eran como clavos y tierra con Alessandro, pero como podía ser, no quería creer que Alessandro tuviera algo que ver con mi secuestro.

Me di la vuelta para irme, pero Alessandro me había escuchado.

"Mayelin, Mayelin", me gritó, "traté de caminar más rápido para irme", pero corrió hacia mí.

-Mayelin ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Me preguntó cuando vio que me volví blanca como una hoja de papel.

Las palabras no salían de mi boca y comencé a tartamudear, pero él me abrazó con fuerza.

-Calma Mayelin, sé lo que estás pensando, crees que tuve algo que ver con tu secuestro ¿verdad?.

Asentí con la cabeza mientras observaba a este hombre gigantesco y tatuado que parecía un demonio, pero Alessandro se dio la vuelta y con un movimiento de su mano le dijo al hombre que se acercara a nosotros.

Mi corazón comenzó a latir más rápido por la angustia y pensé que tendría un ataque de pánico, pero Alessandro me abrazó por detrás.

- Él es John, el que te había secuestrado, es un viejo conocido, no sabía que eras mi esposa.

Asentí con la cabeza mientras tragaba.

"Lo siento señorita por haberte asustado, no sabía que era la esposa del joven Alessandro", dijo ese hombre gigante mientras extendía su mano queriendo estrechar la mía, pero su mano promediaba como cinco manos mías.

Tenía miedo de estrecharle la mano, pero Alessandro comenzó a susurrarme al oído que no me preocupara, así que le estreché la mano con mucho miedo.

-No quiero que te vuelva a pasar nada así que John se encargará de cuidarte, pero tranquila que lo hará a distancia, sin que te des cuenta.

Confié en las palabras que Alessandro me susurró suavemente al oído, pero tenía la duda de quién me había secuestrado y tenía que dejar dudas.

- ¿Quién le pagó? Sr. John, le pregunté mientras lo miraba con miedo e intriga.

-Eso no viene al caso señorita, el que me pagó ya está durmiendo con los peces bajo el mar. Ese hombre me respondió mientras Alessandro soltaba una leve carcajada.

Lo vi molesta, no quería que se relacionara con estas personas que parecían demasiado peligrosas, pero parecía que no le importaba, aparentemente había muchas cosas misteriosas que aún no descubría sobre Alessandro.

-Vamos a casa cariño, tengo que ir a trabajar- me dijo Alessandro mientras me llenaba la mejilla de besos, asentí y fui tras él, pero yo también quería volver a la empresa, había pasado más de una semana desde mi secuestro, tenía que saber cómo iban las cosas allí.

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