POV: Benjamin Worsley Nevaeh ha permanecido en silencio durante todo el trayecto. No me dirige la palabra ni me mira. Solo mantiene el talón de su mano bajo su barbilla mientras observa distraídamente el exterior, acariciando su redonda barriga.Sabía que hablar con ella y ser sincero no solucionaría las cosas de inmediato, pero quise intentarlo. Como era de esperar, fue un fracaso total. Su rechazo me duele, una sensación amarga que me quema el pecho. A pesar de todo, estoy dispuesto a intentarlo una y otra vez, soportando el dolor, con la esperanza de que algún día vuelva a mí, me quiera cerca y me mire con amor.De reojo, la observo, apretando el volante con tanta fuerza que mis nudillos se vuelven blancos. Nada. Ni una sola mirada. Es frustrante. Y me lo merezco, porque todo esto ha sido provocado por mí, por ser estúpido e idiota. ¿Tenía que llegar a este punto? Maldición.Después de treinta minutos, finalmente llegamos al centro de salud. El director es amigo de la familia, por
***POV: Nevaeh Winter Lloro de alegría. Las lágrimas brotan de mis ojos como cascadas al escuchar la confirmación del doctor. Jamás lo llegué a imaginar. Hay dos pequeñas vidas dentro de mí. Son míos, mis hijos y los de Benjamin. No puedo parar de llorar por lo feliz que me siento. —Benjamin...—cuando lo miro, me quedo confundida. Su expresión es de total perplejidad. Puedo ver que sus ojos fríos toman un brillo diferente, casi puedo jurar que quiere llorar. —Son dos...—pronuncia sin poder creerlo. Baja la mirada hacia mí y me sonríe —. Son dos, cariño, tenemos dos bebés —se inclina y besa mi cara, feliz y emocionado. Se lo permito porque es un momento conmovedor y lleno de alegría para ambos, y porque el doctor y la enfermera nos están observando. «Me permito ser débil ahora.»—Llevas varios meses embarazada, ¿nunca hicieron una ecografía? —el doctor pregunta. Su expresión es confusa, y tiene razones para estarlo ya que mi panza está bastante grande y aún así nunca hicimos algo
***POV: Benjamin Worsley Me relamo los labios, saboreando el dulzor y el cosquilleo que dejó el breve roce de los suyos. Fue solo un instante, pero suficiente para acelerar mi pulso.La miro de reojo. Está con los brazos cruzados, el ceño fruncido y un leve puchero en sus labios. Está molesta porque casi la beso en la heladería. No me gritó ni protestó, pero tampoco me ha hablado desde que salimos. Su silencio es una clara señal de enojo que sé interpretar. ¿Tan mal le resulta que la bese? Hace poco estaba inflada de celos.Fingí no darme cuenta, pero lo hice. Ella estaba celosa de que otras mujeres me miraran, y aunque trató de disimular, no lo logró. Sus cambios de humor complican mi intento de acercarme a ella. ¿Cómo hago para ganarme su corazón de nuevo? ¿Rosas? ¿Regalos? ¿Invitaciones a cenar? ¿Citas? ¿Algún viaje? No tengo idea. Es la primera vez que tengo que estar detrás de una mujer. Y ella no es solo una mujer; es mi esposa.—¿Disfrutaste tu helado? —busco un tema de conve
***POV: Nevaeh Winter Volvemos al castillo. He estado en silencio durante todo el camino. Mi corazón late sin frenos, como un motor desbocado. Él es el culpable. No sabe el efecto que causa en mí con cada gesto, cada palabra. Antes no me había dado cuenta, o tal vez no quise prestarle atención, pero ahora es innegable. Estoy más que enamorada de Benjamin.Hoy ha sido un día maravilloso y a la vez amargo. Lleno de disgustos y también de momentos divertidos. Con él siento todo. Mis escenas de celos no son solo por los cambios hormonales del embarazo; en realidad, sí lo sentía. Los celos hacia él son parte de mí.—¿Nevaeh? —reacciono. El auto ya está aparcado en el terreno del castillo y Benjamin extiende su mano hacia mí para ayudarme a bajar. Carraspeo la garganta y bajo por mi cuenta, rechazando su ayuda.No dice nada, y lo agradezco. Me siento confundida, al borde de las lágrimas. Hoy he tenido muchas ganas de llorar y las lágrimas están a flor de piel.«Estoy enamorada. Me gusta.
***POV: Benjamin Worsley Después de recibir tantas felicitaciones, Nevaeh regresó a su habitación para descansar. Se veía tan feliz, con su sonrisa radiante, tan auténtica. Mi familia la adora; ahora es la protegida de los Worsley.Quise hablar con ella, aunque no tenía claro sobre qué. Calista me dijo que Nevaeh estaba tomando un baño relajante. Estuve tentado a acompañarla, pero me contuve. A pesar del día maravilloso que habíamos pasado, ella aún no me ha perdonado del todo, así que no quería presionarla.Sin embargo, mi ansiedad creció con la llegada de la noche. Mi padre organizó una cena familiar para seguir celebrando la noticia de los gemelos. Fue otro momento agradable lleno de felicidad, pero para mí fue una mezcla de amargura. Nevaeh apenas interactuó conmigo; pocas miradas y su atención centrada en mi primo Joel y en los demás en la mesa.La esperé el resto de la tarde, pero fue en vano. Descansó y se preparó para la cena, pero no hubo espacio para mí.La cena terminó en
***POV: Nevaeh Winter Mi barriga ha crecido mucho en estas últimas semanas. Me miro en el espejo y siento una crisis existencial. Me giro de medio lado y veo las estrías. He subido un poco de peso. ¿Y si me quedo así después de que nazcan los bebés? ¿A Benjamin le seguiré gustando?.Me bajo el vestido y tomo aire. No debería estar pensando en eso, pero la ansiedad y los nervios me consumen. He estado considerando darle una oportunidad a Benjamin, pero no he sabido cómo. Es decir, sí sé, pero he querido hacerlo sufrir un poco más. Suena cruel, pero hay algo placentero en ello.Mis ojos viajan por enésima vez al montón de regalos. Aparto la mirada de inmediato, sintiéndome culpable. Benjamin se ha esforzado mucho estas semanas por ganarse mi corazón. Tengo flores, cajas de regalos que seguramente contienen vestidos, joyas y aperitivos para mis antojos.Una vez más, tendré que pedirle a Calista que se los lleve. No tengo espacio para tantas cosas.Tocan a la puerta. Me muevo con esta i
***POV: Benjamin Worsley Deseo devorarla por completo. Besarla ya no basta. Sus labios, tan carnosos y suaves, me incitan a morderlos, aunque me temo que eso solo la haría llorar.Ella lucha por respirar, pero sigue aferrándose a mi boca. Sus manos me aprietan mientras yo continúo dándole lo que busca.La hago caer suavemente sobre la cama, sin dejar de besarla. Ella coloca una mano en mi pecho, logrando separarme un poco.—¿Qué piensas hacer? —pregunta, agitada. Mis ojos bajan a sus labios, que están tan rojos que podrían sangrar en cualquier momento. Levanto la mirada y sonrío de lado.—Lo que estabas viendo en la pantalla hace un rato —su boca se abre, luego se cierra, y sus mejillas se tiñen de vergüenza—. En este caso, estaremos en una posición mucho más cómoda.—No te he dado permiso —protesta, evitando mirarme a los ojos. Estoy seguro de que lo desea tanto como yo. Tenemos que recordar aquella primera vez juntos—. Además... creo que... no puedo hacer eso.—¿Hacer qué?.—Eso..
***—Benjamin —jadea con inseguridad, intentando moverse, pero la detengo suavemente por la pierna, manteniéndola al borde de la cama.Le bajo la ropa interior, deslizándola lentamente hasta quitársela por completo. A pesar de sus protestas, no me detiene. Al tenerla completamente dispuesta, abierta para mí, observo con detenimiento su centro húmedo, clamando por mi atención.Me relamo los labios. Quiero inclinarme y saborearla, pero la urgencia de entrar en ella es abrumadora. No puedo esperar más; he anhelado este momento durante tanto tiempo. Tantas noches en su habitación, tocándola suavemente, viviendo solo de su aroma, conformándome con acariciarla por encima de la tela mientras dormía. Ha sido un tormento soportar tanto; mi deseo acumulado está a punto de estallar.—Lo siento, cariño —susurro, posicionándome en su entrada e ingresando solo la punta—. Si no entro ahora, voy a enloquecer.Ella suelta un alarido mientras me hundo en su cavidad profundamente, sin dejar nada fuera.