***POV: Nevaeh Winter Volvemos al castillo. He estado en silencio durante todo el camino. Mi corazón late sin frenos, como un motor desbocado. Él es el culpable. No sabe el efecto que causa en mí con cada gesto, cada palabra. Antes no me había dado cuenta, o tal vez no quise prestarle atención, pero ahora es innegable. Estoy más que enamorada de Benjamin.Hoy ha sido un día maravilloso y a la vez amargo. Lleno de disgustos y también de momentos divertidos. Con él siento todo. Mis escenas de celos no son solo por los cambios hormonales del embarazo; en realidad, sí lo sentía. Los celos hacia él son parte de mí.—¿Nevaeh? —reacciono. El auto ya está aparcado en el terreno del castillo y Benjamin extiende su mano hacia mí para ayudarme a bajar. Carraspeo la garganta y bajo por mi cuenta, rechazando su ayuda.No dice nada, y lo agradezco. Me siento confundida, al borde de las lágrimas. Hoy he tenido muchas ganas de llorar y las lágrimas están a flor de piel.«Estoy enamorada. Me gusta.
***POV: Benjamin Worsley Después de recibir tantas felicitaciones, Nevaeh regresó a su habitación para descansar. Se veía tan feliz, con su sonrisa radiante, tan auténtica. Mi familia la adora; ahora es la protegida de los Worsley.Quise hablar con ella, aunque no tenía claro sobre qué. Calista me dijo que Nevaeh estaba tomando un baño relajante. Estuve tentado a acompañarla, pero me contuve. A pesar del día maravilloso que habíamos pasado, ella aún no me ha perdonado del todo, así que no quería presionarla.Sin embargo, mi ansiedad creció con la llegada de la noche. Mi padre organizó una cena familiar para seguir celebrando la noticia de los gemelos. Fue otro momento agradable lleno de felicidad, pero para mí fue una mezcla de amargura. Nevaeh apenas interactuó conmigo; pocas miradas y su atención centrada en mi primo Joel y en los demás en la mesa.La esperé el resto de la tarde, pero fue en vano. Descansó y se preparó para la cena, pero no hubo espacio para mí.La cena terminó en
***POV: Nevaeh Winter Mi barriga ha crecido mucho en estas últimas semanas. Me miro en el espejo y siento una crisis existencial. Me giro de medio lado y veo las estrías. He subido un poco de peso. ¿Y si me quedo así después de que nazcan los bebés? ¿A Benjamin le seguiré gustando?.Me bajo el vestido y tomo aire. No debería estar pensando en eso, pero la ansiedad y los nervios me consumen. He estado considerando darle una oportunidad a Benjamin, pero no he sabido cómo. Es decir, sí sé, pero he querido hacerlo sufrir un poco más. Suena cruel, pero hay algo placentero en ello.Mis ojos viajan por enésima vez al montón de regalos. Aparto la mirada de inmediato, sintiéndome culpable. Benjamin se ha esforzado mucho estas semanas por ganarse mi corazón. Tengo flores, cajas de regalos que seguramente contienen vestidos, joyas y aperitivos para mis antojos.Una vez más, tendré que pedirle a Calista que se los lleve. No tengo espacio para tantas cosas.Tocan a la puerta. Me muevo con esta i
***POV: Benjamin Worsley Deseo devorarla por completo. Besarla ya no basta. Sus labios, tan carnosos y suaves, me incitan a morderlos, aunque me temo que eso solo la haría llorar.Ella lucha por respirar, pero sigue aferrándose a mi boca. Sus manos me aprietan mientras yo continúo dándole lo que busca.La hago caer suavemente sobre la cama, sin dejar de besarla. Ella coloca una mano en mi pecho, logrando separarme un poco.—¿Qué piensas hacer? —pregunta, agitada. Mis ojos bajan a sus labios, que están tan rojos que podrían sangrar en cualquier momento. Levanto la mirada y sonrío de lado.—Lo que estabas viendo en la pantalla hace un rato —su boca se abre, luego se cierra, y sus mejillas se tiñen de vergüenza—. En este caso, estaremos en una posición mucho más cómoda.—No te he dado permiso —protesta, evitando mirarme a los ojos. Estoy seguro de que lo desea tanto como yo. Tenemos que recordar aquella primera vez juntos—. Además... creo que... no puedo hacer eso.—¿Hacer qué?.—Eso..
***—Benjamin —jadea con inseguridad, intentando moverse, pero la detengo suavemente por la pierna, manteniéndola al borde de la cama.Le bajo la ropa interior, deslizándola lentamente hasta quitársela por completo. A pesar de sus protestas, no me detiene. Al tenerla completamente dispuesta, abierta para mí, observo con detenimiento su centro húmedo, clamando por mi atención.Me relamo los labios. Quiero inclinarme y saborearla, pero la urgencia de entrar en ella es abrumadora. No puedo esperar más; he anhelado este momento durante tanto tiempo. Tantas noches en su habitación, tocándola suavemente, viviendo solo de su aroma, conformándome con acariciarla por encima de la tela mientras dormía. Ha sido un tormento soportar tanto; mi deseo acumulado está a punto de estallar.—Lo siento, cariño —susurro, posicionándome en su entrada e ingresando solo la punta—. Si no entro ahora, voy a enloquecer.Ella suelta un alarido mientras me hundo en su cavidad profundamente, sin dejar nada fuera.
***POV: Nevaeh Winter El sol brilla suavemente a través de las hojas del viejo roble bajo el cual estoy sentada. La brisa cálida acaricia mi rostro mientras disfruto de un jugo de frutas fresco. Observo a Joel sentado en el césped, extendiendo una zanahoria a los dos conejitos que Benjamin me regaló. Apenas supo de su existencia, insistió en que saliéramos a jugar con ellos. Tuve que dejar a Benjamin solo en la habitación para venir con él al jardín en plena mañana.—Mami, ¿y sus nombres? —pregunta Joel sin mirarme, concentrado en intentar que se coman la zanahoria. Son tan mansos y dóciles que me sorprende cómo Benjamin vio en ellos una representación de mí. Soy todo lo contrario—. ¿Se llamarán igual que mis hermanitos?.—No tengo un nombre todavía para los gemelos —me quedo pensativa. Es cierto, he pasado por alto nombrarlos, solo he comprado ropa para bebés estas últimas semanas—. Pero Yin y Yang son los nombres de los conejos.—¿Yin y Yang?.—Sí, ¿no te gusta?.—Luz y oscuridad.
***POV: Benjamin Worsley —¿Sabes cómo usar una computadora? —ella niega, descansando su espalda contra mi pecho—. ¿Ni una vez lo has intentado?.—¿De dónde iba a sacar dinero para comprar una? —responde irritada—. Creo que te burlas de mí.Sonrío levemente y beso la parte trasera de su nuca.—¿No quieres aprender?.—No —su rotundidad me deja helado.—¿No?.—¿Para qué querría aprender? ¿Para trabajar? Ni hablar. He trabajado como mula durante años, y ya no lo volveré a hacer porque tengo un marido rico que me puede mantener. Es el sueño de toda mujer, ¿sabías? Tienes dinero suficiente para darme.—¿Tenías ese tipo de pensamiento? —cada vez me sorprende más esta tortuga panzona.—Para qué mentirte. En mis días más locos pensaba así, pero como ya te tengo a ti, pues me conformo.—Hablas de mí como si fuera tu única opción —frunzo el ceño, aunque no pueda verme estando de espaldas.—Hay más opciones aparte de ti, pero ya estaba casada cuando desperté, ¿recuerdas?.Le muerdo el hombro co
***POV: Nevaeh Winter Estoy emocionada. Voy de camino a buscar a Joel a la escuela. ¿No es genial? Se siente como si estuviera yendo a buscar a mi propio hijo.—¿Ya casi llegamos? —le pregunto ansiosa a Hitler por tercera vez. Está al volante y es quien me acompaña porque Benjamin se ha ido a trabajar. Esta vez no le hice berrinche porque el pequeño Joel me pidió que, en lugar de su padre, lo fuera a buscar personalmente. De otra manera, me habría ido detrás de él pegada como una garrapata. Por suerte, la última vez que hicimos cosas indebidas en su oficina, nadie lo notó.«Esa experiencia la quiero volver a repetir».—Ya hemos llegado, señora —me avisa Hitler, diciendo las palabras que tanto quería escuchar luego de media hora en movimiento. Pude haber vomitado si pasaba un minuto más.Hitler se baja del auto, lo rodea y me abre la puerta. Sostengo su mano y le doy las gracias.Joel me ha hablado de su escuela, pero verla con mis propios ojos es impresionante. Estoy segura de que a