Lyla Sorprendentemente veníamos en silencio en el camino, podía sentir la tensión que desprendía Emilio, ni siquiera quise preguntar. Aún me siento culpable por la muerte de esos hombres, ¡Dios! Solo estaba desesperada por salir de ese encierro. Cuando llegamos a la casa, todos los hombres que están patrullando, se ponen tensos. Saben que algo pasa, cuando me ayuda a bajar, ninguno me mira, lo que hace que tenga ganas de llorar. Me detengo cuando veo a un hombre del mismo porte de Emilio, pero este es rubio, parece familiar, pero no sé de dónde. Mi esposo me da un toque en la espalda baja para que siga avanzando, y así lo hago. —Luca, vamos a mi despacho— mi esposo es directo, pero el hombre lo ignora y viene hacia mi dándome un abrazo que me sorprende y que por eso no logro corresponder. Se separa de mí riéndose cuando el gruñido de Emilio le advierte. —Por fin te conozco Lyla— no le importa la rabieta de Emilio —yo seré como un hermano más, así que avísame si este imbéc
Lyla Ya vestida con una falda tipo lápiz color roja, a petición de Emilio que le encanta el color porque le recuerda a mi, y una blusa de botones blanca por dentro. Estoy lista para ir a la empresa. No soy mucho de usar tacones, pero la ocasión lo amerita Me miro en el espejo una última vez y salgo un poco insegura. ¿Estaré muy formal para trabajar? No siquiera conozco la empresa de Emilio. Cuando llego abajo, él se está abrochando el reloj, acorto la distancia y se lo quito de las manos para hacerlo yo, se queda mirándome, pero me concentro en mi tarea. Me encanta como me he comenzado a adaptar a mi nueva vida, pensé que sería una pesadilla, y a pesar de que no hay amor, él se ha portado lindo conmigo. Eso cuenta mucho, más desde que he comenzado a poner de mi parte. Al principio lo hice para que no hubieran consecuencias hacia mis hermanos, pero ahora lo hago por voluntad propia, porque me encantan los resultados. Cuando termino, el no deja de mirarme, y no voy a negar qu
Lyla —¿Que es esto?— me doy vuelta molesta para mirar a Emilio, el muy idiota tiene una sonrisa en la cara aún. —¡Tu oficina!— volteo mis ojos y lo apunto con un dedo —Eso lo sé, lo que no entiendo es ¿Por qué mandaste a colocar este letrero aquí en dónde dice “Lyla Ferrer”?— faltó que lo pusiera con purpurina para que resaltara más —y además con una puerta que nos comunica. Se acerca tomándome de la cintura aunque intente mantenerlo a distancia con mis manos en su duro pecho. Ya sabe cómo complacerme, sabe cómo hacer para que le suplique el muy desgraciado, no quiero que me toque y me manipule de esa manera que el conoce. —Te dije mía farfalla, dejaré en claro para todos, que eres mía, que ningún empleado puede poner los ojos sobre ti, menos las manos porque los dejaré sin ellas— Lo fulmino con la mirada cuando escucho sus palabras, ¿Siempre piensa en asesinar? Lo peor es que sé que si cumplirá su promesa, es un jodido psicópata— además necesito tenerte cerca cada vez que me
Emilio Lyla ha estado diferente desde que las encontré en la oficina, hay un brillo en sus ojos que me preocupa. ¿Qué le habrá dicho mi hermana? Entramos en la sala de juntas, así que tomo la mano de mi esposa para que se ponga a mi lado, quiero dejar en claro desde ya que no está disponible para nadie y que ningún cabrón debe poner los ojos en ella. Las personas se quedan como estúpidas mirando, como si nunca hubieran visto una belleza pelirroja, cuando escuchan mi gruñido de advertencia, cada uno desvía la vista. La sitúo a mi lado y cuando mis ojos se posan en ella, me quedo sorprendido cuando miro su actitud, si rostro arriba y erguida como toda una reina. —Buenos tardes a todos, antes de comenzar la reunión, quiero presentarles a mi esposa, ella es Lyla de Ferrer— todos le dan un asentimiento de cabeza —Ella estará por acá un buen tiempo ayudándonos en el área gerencial. Ella se presenta y solo puedo mirar lo profesional que se ve, como si supiera manejar toda la situación,
Lyla Sonrío cuando nos bajamos del taxi porque tenía mucho que no salía a hurtadillas. ¡Dios! Al mismo tiempo me preocupo por lo que vaya a hacer Emilio, lo que si sé, es que no me dejaré encerrar de nuevo. ¡Joder! Eso no. La música suena tan alto, que sé que para hablar y entendernos, debemos prácticamente gritarnos en el oído —¡Me encanta tu cuñada!— mi amiga la mira y yo también, la verdad es que si, me encanta lo aventurera que es y lo arriesgada que puede ser. A pesar de que solo tiene 20 años, parece de más. —¡A mí también! Es una chica dulce. Mis tacones están por matarme, toda la tarde con ellos y tengo mucho que no practico en usarlos. Cuando entramos, muchos hombres se nos quedan mirando, es que somos como el trío perfecto. Una pelirroja, una morena y una rubia oscura. Porque Amara, es blanca de cabello castaño oscuro. Nos dirigimos al bar, y aunque la edad permitida para beber en Estados Unidos es de 21, soy yo la que pido por Amara. Algo no tan fuerte para
EmilioDe camino a la mansión, miro de reojo a mi mujer y mi hermana. Las dos en ese estado son peligrosas. Se están riendo y secretando en la parte de atrás como dos adolescentes, lo que me hace sentir más viejo de lo que soy para Lyla. A un lado de mi, Luca se ríe de lo que esas tres hicieron hoy, dejamos primero a Camila en su casa, que por suerte es la más cuerda de todas y estaba sorprendentemente sobria. Antes de irnos, discutió con Luca para que la dejara en paz, pero este solo le esbozó una sonrisa radiante y luego la arrastró hasta su cuerpo para robarle el aliento en un beso que conozco bien, porque fue el primero que le di a Lyla con mi obsesión Apenas llegamos, bajo para agarrar a mi mujer, porque se que mi mejor amigo, se encargará de ayudarme con Amara, sé que mi padre no aprueba que se quede en mi casa por el odio que me tiene, pero mañana me encargaré de arreglar eso. Abro la puerta y sin darle tiempo a decir nada, la tomo de las piernas y la echo a mi hombro. Su r
Lyla Vestida con un lindo y fresco vestido rosa que es bastante holgado en la parte baja, pero sujeto arriba. Estoy lista para ir con Emilio, no negaré que estoy entusiasmada con la idea, amo las sorpresas. No sé dónde me llevará, pero tengo una idea cuando me dijo que no llevara tacones, me encanta cuando tiene esa faceta de consentidor. Me termino de arreglar y con una coleta alta, me dispongo a salir, no lo consigo por la casa hasta que llego a su despacho y lo escucho hablando en su idioma, sé que es algo que le preocupa porque veo desde aquí su mandíbula Apretada, pero cuando me ve, me guiña un ojo y actúa como si nada pasara. Tomo nota que debo tomar clases de italiano para poder entender lo que habla y no quedarme al margen. Me sorprende verlo en ropa cómoda, unos chandal grises que lo hace ver hermoso y una franela negra que resalta su piel aceitunada. Apenas termina la llamada, viene hasta mi y me besa los labios de esa manera suya, dominante, luego sin darme tiempo a p
Lyla He pasado dos días maravillosos dónde Emilio me ha demostrado lo especial que soy para él, hace mucho que no recibo ese tipo de atención, y lo que antes me hubiera molestado de su parte, ahora solo me alegra que me dedique tiempo. Sin embargo, mi estómago se contrae y mi corazón palpita con fuerza cuando me dice que debemos volver porque debe viajar de emergencia a otro país, no me quiere decir dónde, pero sé que algo anda mal. Nos vamos enseguida a casa y después de follar como conejos de nuevo, se viste, me da un largo beso y sale con una maleta pequeña. Me he dado cuenta que ahora disfruto de las caricias de mi esposo, y aunque al principio estaba molesta, ahora puedo decir que me gusta estar en los brazos de mi esposo. Cuando llega la noche y me siento sola, decido llamarlo para saber de él, pero no responde a mis llamadas, me envía directamente al buzón, cosa que termina por preocuparme. Lo peor es la noche, al verme sola en las sábanas y cama que huele a Emilio, me en