—Aslan— dije sorprendida cuando lo vi vestido de blanco, y sin responder nada tiró de mí.—¡OH! —. Me quedé sin palabras cuando delante de mí había realizado uno de mis más grandes deseos: "Una cama en la playa cubierta por doseles blancos"—Amor feliz cumpleaños, siento no haberte dado una boda com
Advertencia. Esta es una novela con escenas dolorosas, donde ocurre un abuso. Nada de lo que leerás aquí es real, esta historia es meramente ficticia, espero y sepan desligar la ficción de la realidad. Ya que mi interés como escritor es crear historias con tramas interesantes que atrapen al lector
Narrador. Aslan se sintió feliz cuando vio que su automóvil fue el primero en cruzar la meta, puesto que había ganado la carrera y en cuanto bajó de su coche, su equipo de trabajo corrió hacia la pista con el fin de celebrar junto a él. Cargando con admiración a su piloto estrella, mientras que e
Narrador. Ebrio de más y totalmente fuera de sí, Aslan sintió cómo un cuerpo caliente y bastante suave cayó sobre el suyo. —¿Eres tú Natasha? — se atrevió a preguntar, arrastrando cada palabra que Ashley no comprendía.» ¿Has venido a discutir? »Shuss—Le pidió silencio antes de agregar: — por fav
Narra Ashley. Rompí a llorar de pura rabia, me siento invadida por el coraje al verme indefensa, y quiero defenderme porque esto no se podía quedar así. —Ashley, querida, ¿estás despierta? — Mi madre dejó varios toques en la puerta y tras ver que no respondía nada, dijo: — Te busca William—en o
Narrador. Luego de que Ashley firmó, veía como Alonso tomaba el extracto matrimonial, junto al bolígrafo, y caminaba hasta detenerse delante de Aslan; mientras ella seguía pendiente de cada movimiento, pero dicho adefesio como ella misma lo nombraba no tenía el más mínimo interés en el circo que
Narra Ashley.Vi a una pequeña en una silla para bebé, jugando con un trozo de pan mientras una chica le daba cucharadas de una sopa de verduras aplastadas. Me senté en la mesa y me quedé observando a la bebé, es un amor de niña: con grandes ojos azules y mejillas redondas y rosadas, dos coletas en
Narra Ashley.En el momento que intentaba salir vi una sombra detrás de un mueble, y traté de fijarme en la imagen mientras mi aliento se detenía en mi garganta, pero él echaba hacia atrás con su silla eléctrica. —¿Quieres vender información sobre mí a la prensa amarillista del país?, dices no quer