Enzo no podía creer lo que estaba viendo, el tono de su piel cambió rápidamente, Hanna simplemente observaba la manera de actuar de aquel hombre que pareciera que hubiese visto el fin del mundo.—¿Qué le sorprende? —ante la pregunta de Hanna, Enzo se dio vuelta y fijó la mirada en ella. —¿Sabes dónde se encuentra el contenido de esta maldita caja? —preguntó yendo directo a ella. —No, por supuesto que no —respondió ella de manera tranquila. —Vamos al sótano del edificio, me encuentro completamente molesto y lo último que deseo es que uno de esos idiotas me impidan el ingreso —Enzo tomó con fuerza del brazo de Hanna y salieron de la oficina.—Supuse que se iban a quedar más tiempo, estaba a punto de ingresar para ofrecerles algo de tomar —comentó la asistente de presidencia. Enzo al igual que Hanna se contuvieron de responder, simplemente observaron a Caroline con desprecio, Hanna en aquellas pocas ocasiones en que se cruzó con la asistente de su difunto esposo no le causó nada de c
Hanna luego de haber escuchado las palabras de Enzo se sentía entre la espada y la pared, si no permitía que Enzo tuviera aquello que buscaba aquel enemigo que lo buscaba a muerte muy seguramente iba a acabar con ella con el simple hecho de ser su esposa. Ella ya había logrado entender que a Enzo no le importaba morir, pero ella tenía motivos suficientes para luchar por su vida y mantenerse sana y a salvo, haberse resistido a la petición de Enzo sería en vano si Adriano Bennett terminará con su vida.Ahora su vida se encontraba en manos de Enzo, y si quería vivir lamentablemente debería apoyarlo, y para ello tendría que ceder y llevar a Enzo directo a las cajas fuertes que había dejado Valentino.—Está bien lo haré —comentó Hanna entre dientes y de muy mala gana, Enzo fijó su atención en ella. —Te lo agradezco mucho, no logras imaginar lo feliz que me hace escuchar aquellas palabras —Hanna se acercó a Enzo y fijó la mirada en la suya.—Por lo visto no tengo otra salida, así que nece
Hanna se encontraba con los brazos cruzados, fijó la mirada a través de el cristal de la puerta, observando como las gotas golpeaban, su piel se puso de puntitos, en su rostro se podía anotar la tristeza que había en ella, una delgada y fina lágrima rodó a través de su mejilla. Enzo simplemente la observaba detalladamente a través del rabillo del ojo, sin brindarle demasiada importancia, para él, ella era una rosa triste y a punto de morir; y sí, Enzo no se equivocaba, Hanna no tenía nada ni nadie con quien poder desahogar aquel dolor que había en su interior.Los autos se fueron deteniendo, los vidrios se encontraban opacos debido al clima; Emilio abrió la puerta del costado donde se encontraba ella, abrió el paraguas y con una seña le indicó que bajara. Hanna observó bajo el paraguas que llovía a cántaros, dando pasos largos fueron directo a la entrada principal, al estar bajo techo se dio vuelta y fijó la mirada atrás.Más precisamente en Enzo, él se encontraba justo al lado del
Luego de haber compartido con Hanna, Enzo podía notar que la vida que ella solía llevar junto a su hermano no era la mejor como ella intentaba aparentar, las cosas para Enzo no se estaban dando y necesitaba recargar las baterías para continuar con su duro y largo camino, sabía perfectamente a dónde ir para sentirse nuevamente vivo.Enzo se levantó y salió del lugar, el personal del restaurante se despidió con una leve venia, además de ser su jefe ellos mostraban respeto a Enzo por lo que había hecho en el pasado, él junto con los pocos hombres que habían quedado subieron al auto y se marcharon a toda prisa.Mientras tanto Hanna se encontraba en otro auto, su mente se estaba a punto de estallar tratando de encontrar la respuesta correcta de todo lo que estaba sucediendo, ahora más que nunca se encontraba segura que permanecer al lado de Enzo era bastante arriesgado. Hanna había notado que Enzo era un hombre que llevaba una vida completamente diferente a la de su difunto esposo, para e
Luego de haber salido de aquel club nocturno Enzo regreso a toda prisa a casa, golpeaba con fuerza la puerta del auto sintiendo impotencia de no poder hacer frente a Adriano Bennett y reducirlo a la nada, para quedar como dueño y señor de la mafia, pero él sabía muy bien que para acabar con Adriano Bennett tendría que recuperar todo lo que era suyo. El auto se detuvo frente de la casa, Emilio salió a recibir a su jefe, Enzo se encontraba pasado de copas y por supuesto demasiado molesto.—¿Dónde está ella? —preguntó Enzo alzando el tono de su voz.—En la habitación, seguramente ya se encuentra dormida, no puso problema para nada, solo deseaba hablar con sus padres —respondió a Emilio. —Adriano Bennett estaba en el mismo lugar donde fui a pasar un momento agradable, juro que sí hubiese tenido hombres suficientes y bien armados, de esta noche no hubiese pasado con vida ese desgraciado —aseguró Enzo. —Mañana a primera hora los hombres que has pedido estarán a tu disposición, ya arreglé
Ante la situación que se estaba llevando en aquella casa donde se encontraban viviendo los padres de Hanna, ella decidió interrumpir antes de que Enzo hiciera de las suyas.—Papá, mamá, por favor denme un minuto que necesito hablar con mi esposo —se excusó ella y luego tomó a Enzo del brazo y lo llevó a la sala. —Son la pareja ideal, juntos se ven adorables, imagínate cuando tengamos la misma edad —dijo Enzo, ante sus palabras Hanna gruñó con fuerza. —Olvídelo, por nada del mundo permitiré que esta farsa llegué hasta esa edad, además su oficio no creo que le permita que le queden tantos años como lo imagina —gracias a sus palabras Enzo borró La sonrisa de su rostro.—No se porque te esfuerzas en fingir que solías llevar una maravillosa vida junto a Valentino, ni siquiera sacabas tiempo para visitar a tus padres, están viejos, enfermos y por lo menos una visita de tu parte hubiese sido la diferencia. —¡Callese! —exclamó ella con fuerza mostrando su molestia —Usted no es nadie para q
Hanna bajó el vidrio de la puerta, sus mejillas aún continuaban ruborizadas, ¿vergüenza?, no, era la clara reacción que causaba el enojo en ella.—Espero que esa sea la primera y última vez que se atreva a besarme, en una próxima ocasión le daré una bofetada tan fuerte que le pondré la mejilla del otro lado —Enzo dibujó con una sonrisa traviesa en su rostro.—Eres experta fingiendo, seguramente te encantó aquel beso, pero muestras todo lo contrario. —Hanna se dio vuelta con su cara de enfado, antes de que ella reaccionara como normalmente lo haría, Enzo decidió adelantarse.»Ni se te ocurra, escucha con atención, porque si cumples, yo también cumpliré —comentó Enzo manteniendo la mirada puesta en la ventana de su costado.»Mejor dinos a donde ir, unas cuantas cajas fuertes esperan por mí —Hanna luchó consigo misma para controlarse y no golpear a Enzo.Enzo se encontraba completamente emocionado y entusiasmado porque pronto tendría en su poder aquello que lo iba a hacer sentir feliz.E
Hanna iba junto a Enzo a toda prisa directo a la empresa principal, luego de haber descubierto que las cajas de seguridad se encontraban completamente vacías, suponían lo peor. —Aún confío en él, nadie sabía de sus movimientos, y lo más probable es que todo lo haya dejado en un lugar diferente —Enzo siseo evitando que continuara. —Ya deja de defenderlo, los hechos hablan por sí mismos, y si las cosas son como las estoy imaginando, te aseguro que Valentino me ha hecho la peor jugada —comentó Enzo mientras apretaba con fuerza sus puños. Los autos se detuvieron frente a aquel imponente edificio, Enzo salió a toda prisa, Emilio abrió la puerta del costado donde se encontraba ella facilitando que saliera. Enzo ingresó sin problema alguno al edificio, fue directo al ascensor, Hanna simplemente iba atrás de él tratando de alcanzar sus pasos, una vez que ella subió el ascensor Enzo presionó el botón yendo directo al piso de presidencia.El ascensor se detuvo y ellos descendieron, Enzo fue