Ante la situación que se estaba llevando en aquella casa donde se encontraban viviendo los padres de Hanna, ella decidió interrumpir antes de que Enzo hiciera de las suyas.—Papá, mamá, por favor denme un minuto que necesito hablar con mi esposo —se excusó ella y luego tomó a Enzo del brazo y lo llevó a la sala. —Son la pareja ideal, juntos se ven adorables, imagínate cuando tengamos la misma edad —dijo Enzo, ante sus palabras Hanna gruñó con fuerza. —Olvídelo, por nada del mundo permitiré que esta farsa llegué hasta esa edad, además su oficio no creo que le permita que le queden tantos años como lo imagina —gracias a sus palabras Enzo borró La sonrisa de su rostro.—No se porque te esfuerzas en fingir que solías llevar una maravillosa vida junto a Valentino, ni siquiera sacabas tiempo para visitar a tus padres, están viejos, enfermos y por lo menos una visita de tu parte hubiese sido la diferencia. —¡Callese! —exclamó ella con fuerza mostrando su molestia —Usted no es nadie para q
Hanna bajó el vidrio de la puerta, sus mejillas aún continuaban ruborizadas, ¿vergüenza?, no, era la clara reacción que causaba el enojo en ella.—Espero que esa sea la primera y última vez que se atreva a besarme, en una próxima ocasión le daré una bofetada tan fuerte que le pondré la mejilla del otro lado —Enzo dibujó con una sonrisa traviesa en su rostro.—Eres experta fingiendo, seguramente te encantó aquel beso, pero muestras todo lo contrario. —Hanna se dio vuelta con su cara de enfado, antes de que ella reaccionara como normalmente lo haría, Enzo decidió adelantarse.»Ni se te ocurra, escucha con atención, porque si cumples, yo también cumpliré —comentó Enzo manteniendo la mirada puesta en la ventana de su costado.»Mejor dinos a donde ir, unas cuantas cajas fuertes esperan por mí —Hanna luchó consigo misma para controlarse y no golpear a Enzo.Enzo se encontraba completamente emocionado y entusiasmado porque pronto tendría en su poder aquello que lo iba a hacer sentir feliz.E
Hanna iba junto a Enzo a toda prisa directo a la empresa principal, luego de haber descubierto que las cajas de seguridad se encontraban completamente vacías, suponían lo peor. —Aún confío en él, nadie sabía de sus movimientos, y lo más probable es que todo lo haya dejado en un lugar diferente —Enzo siseo evitando que continuara. —Ya deja de defenderlo, los hechos hablan por sí mismos, y si las cosas son como las estoy imaginando, te aseguro que Valentino me ha hecho la peor jugada —comentó Enzo mientras apretaba con fuerza sus puños. Los autos se detuvieron frente a aquel imponente edificio, Enzo salió a toda prisa, Emilio abrió la puerta del costado donde se encontraba ella facilitando que saliera. Enzo ingresó sin problema alguno al edificio, fue directo al ascensor, Hanna simplemente iba atrás de él tratando de alcanzar sus pasos, una vez que ella subió el ascensor Enzo presionó el botón yendo directo al piso de presidencia.El ascensor se detuvo y ellos descendieron, Enzo fue
Enzo acomodó su traje y luego fue directo hasta la puerta, la cual cerró con fuerza mostrando la molestia en contra de la asistente.Luego de haber ajustado la puerta Enzo fue directo hasta Caroline, fijó aquella endemoniada mirada en ella haciéndola sentir de la manera más minúscula posible, él se aproximó tanto ya que las palabras que iban a salir de su boca serían un completo susurro de advertencia. —Al parecer solo tienes belleza, porque no tienes nada de educación o respeto hacia tus superiores, a pesar de que eres la asistente de presidencia no tienes ningún derecho de haber ingresado de aquella manera, a menos de que te encuentres acostumbrada a hacerlo —Enzo noto como ella se encontraba nerviosa.—No, no señor, solo fue un error, pero le juro que jamás volverá a suceder —se escuchó ella. —Conozco muy bien a las de tu clase, no cabe duda alguna de que eras la amante de mi hermano —aseguró Enzo mientras le hablaba de manera directa y sin rodeos. —Nunca, el señor Valentino y y
Hanna sostenía en la mano un vaso con agua, el cual lo desocupó al instante, podía notar que Enzo ahora se encontraba bastante preocupado y eso a ella también le preocupaba. —Toma asiento y relájate, te notas demasiado tenso —dijo Enzo a Bruno mientras se levantaba de la silla yendo directora de licorera—. Verás Bruno, en mi oficio diario todas las cosas funcionan completamente diferentes a como se suelen llevar en este lugar —Enzo colocó sobre la mesa tres vasos, les puso hielo y luego sirvió su trago favorito.—Le agradezco mucho el ofrecimiento señor, pero no suelo beber en horas laborales, cuido mucho mi trabajo siempre suelo ser el mejor —aseguró Bruno rechazando el vaso que Enzo le brindó. —Bruno, Bruno... Aunque no lo creas logro reconocer cuando alguien oculta algo, y tú mi querido amigo tienes mucho que decir, así que humedece la garganta porque lo quiero escuchar todo —Enzo colocó el vaso frente a Bruno y luego tomó asiento. Hanna se encontraba en silencio, tan solo obser
Al llegar al primer piso Hanna se ubicó frente de la entrada principal, se cruzó de brazos, trataba de ocultar el enojo que estaba naciendo en contra de Valentino.Ella necesitaba mensualmente de una elevada suma de dinero, pero ahora que sabía que de donde pensaba sacarlo no había nada no se sentía nada bien, Valentino había dejado a Hanna contra la pared, ella no tenía de otra salida más que vender la casa o los autos.El aire corrió en contra de su rostro, su cabello fue hacia atrás, una extraña sensación se apoderó de ella, giró la cabeza hacia la vía principal, una motocicleta venía a toda velocidad, la persona que se encontraba en la parte de atrás desenfundo el arma y apuntó directo a Hanna.Ella simplemente cerró los ojos y a los pocos segundos después escuchó dos disparos, su corazón intentó detenerse por un instante, de la impresión sentía que Valentino la estaba abrazando, con su cuerpo inmóvil solo esperaba morir lentamente para poder recortar el rostro de sus padres una ú
Lentamente Enzo abrió los ojos, giró la cabeza hacia los costados, en una silla se encontraba Hanna dormida, él levantó la mano izquierda y la llevó hasta su brazo derecho, se encontraba vendado, se tocó soltando un fuerte quejido, ella de inmediato despertó. —¿Está bien, quiere tomar agua? —preguntó Hanna acercándose rápidamente. —Estoy bien, no hay necesidad de que te quedes en esta misma habitación, ve y duerme en tu cuarto —gruñó Enzo.—Aún no se levante de la cama, Emilio se encargó de colocar líquidos en la vena, se encuentra con medicamentos demasiado fuertes, durante toda la noche ha tenido demasiado fiebre, no hizo otra cosa más que temblar y balbucear.Enzo levantó la cabeza y se dio cuenta que en la mesa de noche habían vendas dentro de un recipiente con agua, regresó la mirada hasta donde se encontraba ella. —¿Me cuidaste? —preguntó él y nuevamente recostó la cabeza. —Así es, me salvó la vida y era lo mínimo que podía hacer —Hanna se acercó a la cama y colocó la mano s
Una semana más tarde.Hanna tuvo que lidiar con más cosas de las que creía para bajarle la fiebre a Enzo, ella estuvo al pendiente de su salud a tiempo completo, personalmente se hizo cargo de hacerle limpieza a las heridas y suministrarle los medicamentos.Enzo ahora se encuentra mejor, ha tenido que utilizar un cabestrillo, se encuentra preparado para salir a la empresa, por más que Hanna le sugirió que no saliera de casa, su resistencia no duró por mucho tiempo. Enzo se encuentra parado frente a la escalera en espera de Hanna, él ha decidido salir junto a ella, tenerla vigilada es su única prioridad, él no suele confiar en nadie, mucho menos en ella. Enzo fija la mirada en el reloj, los minutos pasan lo que más le molesta es esperar, el sonido de los tacones golpeando contra el piso hizo que Enzo levantar a la mirada, sus párpados se congelaron, a pesar de que ninguna mujer lograba llamar fácilmente la atención de Enzo, Hanna en este día lo había conseguido. Hanna llevaba puesto