Una semana más tarde.Hanna tuvo que lidiar con más cosas de las que creía para bajarle la fiebre a Enzo, ella estuvo al pendiente de su salud a tiempo completo, personalmente se hizo cargo de hacerle limpieza a las heridas y suministrarle los medicamentos.Enzo ahora se encuentra mejor, ha tenido que utilizar un cabestrillo, se encuentra preparado para salir a la empresa, por más que Hanna le sugirió que no saliera de casa, su resistencia no duró por mucho tiempo. Enzo se encuentra parado frente a la escalera en espera de Hanna, él ha decidido salir junto a ella, tenerla vigilada es su única prioridad, él no suele confiar en nadie, mucho menos en ella. Enzo fija la mirada en el reloj, los minutos pasan lo que más le molesta es esperar, el sonido de los tacones golpeando contra el piso hizo que Enzo levantar a la mirada, sus párpados se congelaron, a pesar de que ninguna mujer lograba llamar fácilmente la atención de Enzo, Hanna en este día lo había conseguido. Hanna llevaba puesto
Enzo al observar la cara de Hanna supuso lo peor, se acercó a ella y en su mano entregó un vaso con agua. —No te preocupes, arreglaré todo para que esos detectives no se quieran entrometer en nuestros asuntos, entre más lejos estén las autoridades más tranquilos estaremos —ella negó con su cabeza.—El problema no es solo ese —Hanna tomó el vaso con agua y dio unos cuantos sorbos.—¿Caroline te pidió algo a cambio de su silencio? —Ella negó.—Van dos días de retraso de los pagos de todo el personal, según dio a entender Caroline dentro de poco la prensa estará al tanto de lo que sucede en el interior de esta empresa, si eso llega a ocurrir usted tendrá que desaparecer, peor aún es que se enteren de su presencia y todos nos veamos envueltos en negocios turbios. »Valentino desgastó largos años de su vida para mantener la frente en alto de esta empresa y no podemos terminar quedando por lo más bajo, le sugiero que se retire ahora mismo y evite que se ensucie el nombre de la empresa. —
Mientras que Hanna se ponía al corriente de todos aquellos negocios sucios que solía llevar Valentino, Enzo debía directamente de la botella que sostenía en su mano, por las mejillas de Hanna bajaban delgadas lágrimas, para ella era difícil creer lo que estaba viendo. Aquellos documentos revelaban una faceta que ella nunca llegó a imaginar, muchas de las propiedades que Valentino solía alardear frente a ella habían sido adquiridas con dinero de mercancía ilegal.—Siento mucho que te hayas enterado de esta manera sobre la clase de hombre con el que te casaste, ya me traías harto con tus ridiculeces sobre un hombre que no tiene nada de perfecto, he cometido demasiados errores y lo admito, pero Valentino no se queda atrás. »Ahora te das cuenta porque sospecho de ti, he recibido tantas traiciones de personas muy allegadas que ahora no confío ni siquiera en mí mismo —ahora limpió las lágrimas que impregnaban sus mejillas. —Me siento sucia, me siento engañada, por largos años me encontra
Hanna ingresó al baño general, colocó las dos manos sobre el armario del lavamanos, dobló la cabeza y una vez más rompió en llanto, del fuerte enojo y desilusión no sabía que hacer con su vida, son única importancia continuaba siendo la misma, hacerse cargo de sus padres. Las lágrimas recorrían por sus tiernas mejillas, su pecho se movía de manera rápida, apretó los puños con fuerza provocando que las manos se lastimaran con las uñas, se encontraba completamente destrozada al haber descubierto la clase de hombre que era su esposo, había viviendo en una realidad completamente diferente a la que le había planteado Valentino. En aquel momento Hanna batallaba para pensar con claridad, ella sabía que una mala decisión la pondría en el lugar equivocado, las consecuencias serían bastante graves y difíciles de revocar. De repente ella contuvo el llanto, sus ojos brillaron ya que de cierta manera tenía la sartén por el mango, Enzo pensaba que ella estaba ocultando el contenido de las cajas
Hanna lentamente fue abriendo los ojos, de inmediato se alteró, llevó la mirada a su alrededor dándose cuenta que se encontraba en la oficina de presidencia, intentó levantarse pero no pudo.Enzo al darse cuenta que ella había despertado fue rápidamente hasta donde se encontraba recostada sobre el sofá, en su mano llevaba un vaso con agua. —¿Qué está haciendo maldito desgraciado? —preguntó Hanna bastante molesta.—¿Disculpa? —respondió Enzo con otra pregunta—. Solo estoy queriendo ser amable contigo —agregó él mientras la observaba fijamente. —Usted es un puto animal, casi acaba con mi vida en el baño y ahora pretende que todo lo olvide con su amabilidad —bufó ella y de un solo movimiento llevó su brazo al frente lanzando con fuerza el vaso que tenía Enzo en su mano.—¿Pero de qué rayos estás hablando?, admito que soy responsable de la impresión que tuviste al haber observado aquellos documentos, pero en ningún momento te causé ningún daño físico, y menos en el baño —espetó Enzo.—S
La presión dentro de aquella oficina de seguridad era bastante fuerte, Hanna no retiraba la mirada ni siquiera un solo segundo de aquella pantalla, pero el video de la entrada a la oficina de seguridad también fue cortado en similitud con el resto. —¿Quien lo hizo? —preguntó Hanna al jefe de seguridad.—No lo sé señora —respondió aquel hombre.—El que ingresó a esta oficina fue quien eliminó todo y posiblemente también es quien me atacó —aseguraba Hanna fijando la mirada en el jefe de seguridad.—Nadie ha ingresado a este lugar —agregó el jefe de seguridad—. El personal que puede ingresar a este lugar es restringido, de cierta manera solo nosotros podemos manipular los videos en casos extremos como lo es este y nunca antes habíamos tenido una eventualidad similar a la que está sucediendo, aún no comprendo ¿cómo se han borrado aquellos videos? —se excusaba el jefe de seguridad con Hanna.—¿Cómo puede alguien ingresar a este lugar, hacer de las suyas y no ser visto por nadie?, algo aqu
Una vez que estuvieron en la oficina, Enzo se sentó en su cómoda silla sirvió un buen vaso de whisky, Hanna rodeó el escritorio y fue directo a él, con su mirada puesta en la suya y la mandíbula tensa le dejaba claro que se encontraba furiosa en su contra. —Ni se te ocurra intentar golpearme, porque te aseguro que no me encuentro de buen genio para tolerar tus estupideces —advirtió Enzo.—¿Quién intentó acabar con mi vida?, es difícil no pensar que se trate de usted, me quiere lejos y piensa que con el hecho de intentar acabar con mi vida lo va a lograr —Enzo bufó. —No tengo ni la más mínima idea de quién puede ser —respondió Enzo—. Pero sí te dejo muy claro que yo no tengo nada que ver con eso y si no me crees, pues ni modo, en lugar de estar acusando deberías estar pensando ¿por qué la persona que intentó acabar con tu vida no lo logró?—Fue usted y lo hizo para causar terror, para que me quisiera alejar de todas las propiedades que dejó Valentino, ahora entiendo porque me mostró
Hanna luego de haber leído el contenido de aquel trozo de papel dio unos cuantos pasos cortos hacia atrás, cayó sentada en el sofá, Enzo fijó la mirada en Emilio.—Adriano Bennett —aseguró Emilio.—¿Pero con qué fin ese desgraciado se encuentra tras de Hanna? —preguntó Enzo.—Es tu esposa y sabes perfectamente que en este negocio el golpe más doloroso es el ataque a la familia —aseguró Emilio.—No, no tiene sentido que sea él —espetó Enzo mientras caminaba en círculos en la oficina tratando de descubrir posibles responsables. —Ya dejé de actuar, sé perfectamente que usted lo hizo —aseguró Hanna mientras se levantaba del sofá—. Es la única persona que ha amenazado con acabar con la vida de mis padres si no hago lo que me pide, quiere forzar a que me retire para así poder quedarse con todo ¿verdad?»Maldito desgraciado, usted es el mal encarnado, no puede haber otra peor pesadilla que compartir el mismo espacio con usted —Hanna de manera ágil tomó un florero que había sobre el escritor