Tres semanas más tarde.Hanna se encuentra sentada en la silla de ruedas con la mirada triste y vacía, la cual permanece fija en aquel enorme ventanal, ya no es la misma mujer de antes, hay un vacío enorme en su interior, un vacío que nada ni nadie podrá llenar. Luego de que el personal médico hizo hasta lo imposible para salvar la vida de Hanna la primera noticia que recibió al despertar era que debían sacar el bebé de su vientre ya que había perdido la vida debido a los fuertes golpes.Hanna rompió un llanto sintiendo como su vida se desgarraba, y a partir de aquel momento ordenó que no quería recibir visitas de nadie, luego de aquel doloroso momento Hanna fue ubicada en una de las habitaciones de la parte superior del edificio.Los días para Hanna luego de aquella terrible pérdida han sido un martirio, en las noches despierta gritando y aferrando su abdomen lamentando la pérdida de su hijo; dada las circunstancias ha sido necesario el suministro de sedantes para que ella pueda dor
Los días fueron transcurriendo y Hanna tomaba fuerzas de donde no las tenía para hacer los ejercicios junto con él fisioterapeuta, debido a la entrega del profesional ella había logrado dejar la silla de ruedas y ahora se podía movilizar con tan solo la ayuda de un bastón.Hanna fue trasladada a una clínica de reposo, allí recibía apoyo para sobrellevar el dolor que causó la pérdida de aquel pequeño que se encontraba en su vientre, en aquel lugar de tranquilidad ella se encontró consigo misma dándose cuenta que se encontraba sola.Hanna no podía pensar en algo que no fuera cobrar venganza, hacer sufrir a Enzo hasta más no poder y hacerlo arrepentir de haber aparecido en su vida, a pesar de que Valentino se encontraba sin vida, Hanna sentía tanto odio y desprecio hacia él como nunca lo llevó a imaginar.De cierta manera culpaba a Valentino por lo que le había sucedido, la soledad le había servido para pensar con claridad, ahora se encontraba segura que si Valentino no hubiese llevado u
Hanna despertó y lo primero que hizo fue llevar la mirada a su alrededor, ella necesitaba recuperar la libertad a como diera lugar, porque de lo contrario estaba segura que iba a perder la cabeza.Nuevamente se encontraba encerrada en su habitación, la mala situación que estaba pasando era bastante tediosa, caminaba de un lugar a otro, su cuerpo hiperventiló ante la frustración de no poder salir y llevar una vida como las demás personas. El odio en contra de Enzo era cada vez más fuerte, rompió en llanto y tomaba todo a su paso abrazándolo contra el suelo, destruyó los vidrios y porcelanas, rasgó los vestidos dejando aquella habitación completamente inhabitable. Emilio al escuchar aquellos estruendosos sonidos de inmediato ingresó a la habitación donde se encontraba Hanna, al abrir la puerta sus ojos se abrieron al observar que ella sostenía en su mano un trozo de vidrio.—Dígale a Enzo que necesito hablar con él —Emilio levantó las manos a la altura de su pecho.—Señora Hanna, por
Luego de haber destruido la habitación principal, Hanna fue llevada a la fuerza a otra habitación de la casa, para su desgracia era nada más ni nada menos que la misma donde se encontraba instalado Enzo. Una vez que Hanna ingresó llevó la mirada a su alrededor, todo se encontraba en perfecto estado, a simple vista se podía notar que la habitación ni siquiera tenía uso, no se equivocaba ya que Enzo pasaba las noches en el estudio. Al estar con la puerta cerrada Hanna podía sentir perfectamente el tono de su perfume, el hecho de que ella iba a compartir la habitación con Enzo la desestabilizaba, nunca antes había compartido la habitación con alguien diferente a Valentino. Enzo quería someterla en su juego, hacerla sentir tan inferior como fuera posible para dejarle más que claro que él era quien tenía el control, y por supuesto que ella era su pertenencia, coraje no había otra cosa que pudiera sentir luego de haber sido arrinconada de aquella manera. Enzo la observó por la parte de
Mientras que Hanna lavaba su cuerpo trataba de buscar la forma ideal para poderse vengar de Enzo, aunque solamente la jugaba doble ya que llegaban pequeños fragmentos del cuerpo de Enzo bajo la regadera. «¿Qué pasa contigo Hanna?, eres fuerte y nunca te vas a rendir, tu propósito es humillar y doblegar a Enzo Santos por todo el daño que te ha causado, si él pretende jugar contigo, entonces tú también le vas a jugar su mismo juego y claramente vas a ganar», se dijo a sí misma dejando claro que estaba compartiendo con su enemigo.Al terminar de lavar su cuerpo Hanna tomó la toalla y luego salió, se encontraba preparada para llevarse una buena discusión con Enzo, pero para su mala suerte la habitación se encontraba vacía, tan solo sobre la cama había un vestido. Ella sin otra salida, ella terminó colocandose aquel vestido sobre su cuerpo, el cual era de su talla y resaltaba sus cualidades físicas, al girar la cabeza hacia el tocador no toques se encontraba su maquillaje, Hanna dibujó u
Hanna logra robarse la mirada de todos los hombres que le sirven a Enzo, excepto a él, quien actuaba de la misma manera fría e indiferente, ella al darse cuenta que no logra causar ningún efecto en él, entendió que deberá intensificar su táctica.En ese instante el teléfono móvil de Enzo sono, luego de unas cuantas palabras el término la llamada y llevó el teléfono al bolsillo, fijó la mirada en Hanna y mostró una cara diferente.Enzo con una seña le hizo entender a Emilio que deberían salir a toda prisa.—¿A dónde vamos? —preguntó Hanna mientras que era llevada del brazo por Emilio, pero Enzo simplemente se dio vuelta y salió de la casa, él no le brindaba nada de importancia y eso a ella le enfureció.Subieron a los autos y de inmediato dieron marcha, durante el transcurso del camino ninguno de los dos cruzó palabra, pero Hanna al darse cuenta que iban en sentido contrario de la empresa giró su cabeza y fijó la mirada en él.—¿Se puede saber a dónde vamos? —preguntó ella de manera pr
Luego de que Enzo se encargó de ubicar a la mamá de Hanna en uno de los más calificados hospitales, Hanna no sabía como agradecerle, además ella sabía que sí lo hacía él por obvios motivos nunca iba a creerle.Hanna se acercó a Enzo, sentía vergüenza, ya que él estaba actuando de una manera que jamás lo llegó a imaginar, carraspeó la garganta para llamar su atención. —Una vez más le doy las gracias por lo que ha hecho, en verdad me encuentro en deuda con usted y me gustaría saber ¿qué quiere que haga para pagarle? —Enzo dibujó una leve sonrisa.—Si en verdad me quieres pagar la deuda, sabes perfectamente lo que deseo —Hanna al instante negó con la cabeza, inclinó la mirada y exhalo con fuerza—. Lo único que quiero recibir de ti es que firmes los documentos y pongas todas las empresas y los negocios a mi nombre.—No, no puedo —Hanna levantó la mirada y la fijó en la suya—. El hecho de tenerlo todo a mi nombre es el único seguro que tengo de poderle brindar atención médica a mi madre,
Hanna había notado que Enzo se encontraba cubierto de tatuajes y cicatrices debido a su labor, así que ella entendió rápidamente que el hombre que se encontraba frente a ella no era ningún doctor, ni quería hablar del estado de salud de su madre. Hanna continúo dando pasos atrás tratando de alejarse de aquel hombre hasta que su espalda estrelló, su corazón se quería salir, giró rápidamente la cabeza notando que habían otros cuantos hombres con el mismo aspecto del primero. Ante la situación Hanna entró en shock, intentó gritar para pedir ayuda, pero uno de los hombres que se encontraba a su alrededor colocó un pañuelo cubriendo su nariz y boca perdiendo la conciencia al instante. Mientras tanto, Enzo se encontraba reunido haciendo negocios con nuevos socios, él necesitaba mover su mercancía de manera masiva sí quería superar el problema que estaba presentando, no le era suficiente con el envío que hacía de manera camuflada entre las exportaciones de su empresa. El lugar se encontr